Sobre la nueva ponencia política de EH Bildu (3)

Joseba Kortadi

EHBilduLogoa[1]4. Principios generales para la gestión estratégico-táctica. En los siguientes comentarios nos referimos a las cuestiones generales relativas a la planificación y gestión estratégico-tácticas que, relacionadas con las perspectivas espaciales y temporales que hemos comentado antes, se plantean en el penúltimo apartado –‘Transición a la soberanía’- del documento político de EHB, entendiendo que resultan de utilidad para abordar un análisis más en profundidad de la ponencia.

La estrategia de largo aliento (con el horizonte puesto en el 2030) se refiere a la transición que se busca desde el autonomismo actual hasta la soberanía, estrategia que se pretende desarrollar con paciencia y perseverancia [107]. Desde luego, es necesaria destreza para poder inscribir cada momento y acontecimiento en ese marco de la Gran estrategia. La ponencia resalta el valor de la táctica para que pueda haber desarrollo estratégico. Pero, esta debe corresponderse con un análisis de coyuntura ajustado a la realidad, que entre sus características descubre el nudo (el conflicto principal, en torno a la que se habrían de definir las alianzas y rivalidades) que habría que desatar para que pudiera materializarse tal desarrollo: ‘la clave es aprehender y manejar bien esta coyuntura para buscar asideros’ adecuados que sirvan para avanzar hacia ese objetivo. ¿Cuál es esa clave de cuya aprehensión depende que EHB pueda realizar un buen manejo de la coyuntura? Inequívocamente esa clave se halla en Madrid, y se llama crisis del ‘régimen del 78’ [108]. Más adelante volveremos sobre esta importante cuestión.

De la gestión de esa coyuntura, de sus momentos y acontecimientos, la ponencia advierte que no se espere un día D como acto de ruptura (o de rupturas sucesivas en escalera, como había previsto la estrategia de negociación de ETA), sino que la transición a la soberanía será un ‘continuum’ gradual de acumulación de poder y expansión hegemónica, de acuerdo con una lógica procesual [109] que buscaría que el enemigo fuera desbordado por amplias mayorías sociales [42]. Habría que entender que ‘el bilateralismo puesto al servicio del unilateralismo’ se sitúa en el seno de esta lógica procesual, como fórmula de acopio de fuerzas en torno al bloque soberanista y de apertura de nuevos frentes de conflicto y polarización (99). Bajo esta lógica procesual, se podría entrever la huella de uno de los axiomas del materialismo histórico: ‘la ley de transformación de la cantidad en calidad’. Es decir, la marcha elegida es paulatina y de proceso, hasta que pudieran apreciarse condiciones de ‘desborde’ [42] y ‘ruptura democrática’ [111], cosa que EHB no prevé durante el periodo (2021-2025) por el que se compromete la ponencia política presente.

Como consecuencia de la necesidad de adaptarse a una lógica de proceso de amplias mayorías, se impone la toma de medida de la temperatura y de la capacidad social de conflicto para proceder a incrementarlo de manera paulatina. Por ello, la ponencia llama a utilizar un ‘pragmatismo estratégico, vaciado de esencialismos’, que valore las políticas en función de lo que les acerquen a sus objetivos [110]. Lo que lleva a la vez a ‘desesencializar’ las alianzas [128]. Un pragmatismo que exigiría una gran flexibilidad táctica, según se dice, aunque en el mismo parágrafo se advierta de los riesgos que pudiera conllevar este ejercicio flexible: caer en el oportunismo y perder el enfoque estratégico[A]. Es el riesgo asociado a una política que necesita reconstruir el sujeto ‘pueblo’ de manera permanente, desde la primacía que se otorga a las prácticas que en cada momento articulan las demandas sociales insatisfechas[B]. Esto obliga a evaluar continuamente la acción política para que no incurrir en el oportunismo [112]. Sin dejar de tener presente que una evaluación dinámica de los cambios en la realidad social puede conllevar un cambio estratégico. Por eso mismo, se intuye que el afianzamiento del eje Sortu en la dirección de EHB busca alinear la actividad del Frente Amplio con las directrices del partido dirigente, auténtico garante de que la línea de actuación concreta se ajuste a las exigencias reales del proceso político.

Con la clara convicción de haber fijado el Norte, el texto recuerda la necesidad de desplegar más a menudo el pensamiento dialéctico [111]. No está de más apuntar los dos rasgos esenciales con los que la filosofía marxista caracteriza tal pensamiento. En primer lugar, su compromiso con el desarrollo histórico marxista, de acuerdo con una fe ciega en la dinámica del conflicto social como ‘motor’ de la historia. En segundo lugar, su naturaleza práctica, lo que lleva a valorar siempre los planes y los medios por su funcionalidad al servicio del logro de los fines que el sujeto al que sirve se propone. En este sentido, se puede entender que, en una de las frases más concluyentes del texto, se proponga que ‘los acuerdos de hoy pueden ser la llave para la confrontación de mañana’ [111]. Los acuerdos, las convergencias, como medio, y los enfrentamientos y las polarizaciones, como objetivo. Puede parecer una inversión del sentido común.

Pero, para EHB, es imprescindible recurrir a polarizaciones sociales y crear la interacción con el movimiento popular para poder lograr la hegemonía soberanista. Para ello, se dice que ‘elegirá ejes de polarización social’ y promoverá mecanismos de movilización social en torno a ellos [101]. No se puede decir que haya una adhesión inquebrantable a las tesis de Laclau en este texto político que comentamos, pero la huella del autor argentino es más que evidente: “sabemos que el populismo requiere la división dicotómica de la sociedad en dos campos —uno que se presenta a sí mismo como parte que reclama ser el todo—, que esta dicotomía implica la división antagónica del campo social, y que el campo popular presupone, como condición de su constitución, la construcción de una identidad global a partir de la equivalencia de una pluralidad de demandas sociales”.



[A] Esta cuestión es siempre motivo de confrontación ideológica. Lo es interna en el seno de EH Bildu, pero también existe en su partido principal, Sortu. Además, a este partido y sus jóvenes se les está emplazando a una lucha ideológica externa con las diversas organizaciones surgidas tras la disipación del MLNV. En este espacio sociológico, que todavía comparten, el más importante de los rivales son GKS e IA. Por decirlo brevemente, estos subrayan la importancia de la estrategia comunista, porque entienden que la preponderancia de lo táctico en la política de la izquierda abertzale está haciendo desvanecer el rumbo revolucionario. Esta, por su parte, afirma que los críticos de GKS practican un esencialismo que no sabe discernir la naturaleza de las contradicciones que afectan a la realidad social, especialmente aquella (la contradicción primaria o principal) que es necesario identificar para poder realizar una acción práctica que mejore la correlación de fuerzas favorables a un avance revolucionario. Esta lucha ideológica tiene un carácter dialéctico: puede acentuar la fisura organizativa pero a la vez puede reanimar y movilizar la subjetividad revolucionaria, que es el eje en torno al que se discute.

[B] “Kontua ez da, beraz, esentzien araberako nortasunen uztarketa, jarduerak artikulatzea baizik. Alperrikakoa da hainbat marxismo ortodoxoen esentzialismo obrerista baztertzea antzeko esentzialismoak eraikitzeko beste sujetu edo sujetu gisa hartzen diren beste batzuei egokitzeko”. Foren Aoiz. Laclau eta Euskal Herria, ortodoxia dogmatiko eta ihesaldi-etsipenetatik haratago. Hegemonia, artikulazioa eta polpulismoa. Inspirazioak saila. Iratzar, 2017.

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6 comentarios en «Sobre la nueva ponencia política de EH Bildu (3)»

  1. Por cierto, a la rueda de prensa que se dió para denunciar las brutales torturas que sufrió Unai Romano solo acudieron 2 medios de comunicación.
    Si en vez de la cara de Unai deformada se llega a denunciar pintadas en un batzoki, no queda sitio en la sala.

  2. Así es Jon , y la amplificación del tema «Bofetada a un militante del » PP por una , repito una , simpatizante de Bildu…es una forma de paroxismo marketiniano , ahora bien da réditos ( Votos )…
    Es la factoría de Ortuzar , que no es el más listo de la clase , donde trabajan KN , Joseba «Horas extras » ..etc….y marketinianos » de carrera »
    y al más alto nivel «El escasho «….
    Así va la soberanía de Euskal Herria…

  3. Bueno ya bien, y todo eso
    Pero reconózcase que no les va del todo mal, gobiernan en todas las diputaciones, Aytos importantes y GV, algo deben de estar haciendo bien

    Otra cosa es lo que decía aquel su mejor estadista, cuando señalaba se tenían que tapar la nariz para gobernar con el partido de los GAL, ahí el suelo ético les viene un poco grande.

  4. Jon , la culpa de los castrochavistas….les habían «arruinado » la vida y algo había que hacer…

  5. Jon , con el control de los «mass media»..puedes llegar a que la gente piense que Gernika la bombardearon los rojos…
    o por ej : Que «El escasho » es un gran estadista…
    La clave es como generar medios de comunicación de y para las personas…no para el stablishment…

    Zaindu .

  6. Fíjate que no son precisamente los medios que usted utiliza los de una ideología con pocos recursos mediáticos y no partidistas (control)… Claramente no defendería ninguno en este sentido. Si se buscan realmente medios de y para personas primero se empieza por elegir: debate real, sí o no. Y en lo teórico es verdad que no es fácil crear un modelo horizontal con información y opinión no controlados por partidos, de una diversidad tal que hagan del debate algo real (pero con la necesidad de algunos límites: discursos de tipo racista, sexista, etc.). Casi utopía, pero si realmente estás convencido, te resultará difícil dejar el «juego» y ser coherenete con lo que acabas de decir. Simplemente una reflexión.

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