José Manuel Bujanda Arizmendi
El IVAP (Instituto Vasco de la Administración Pública) del Gobierno Vasco publicó hace unos cuatro años un magnífico libro que reflexionaba como su título indica sobre “La erosión silenciosa” que sufría el autogobierno vasco. Dieciséis personas participan en el libro, cuatro entre ellas muy conocidas personalmente para mí participan en la reflexión conjunta. Cada una de ellas desde su foco particular. La primera de las presentaciones corría a cargo de la ex Consejera de Gobernanza Pública y Autogobierno Olatz Garamendi Landa, conocida y amiga personal lo cual me dificulta la objetividad y rigor necesario a la hora de escribir y opinar sobre sus líneas sobre “El autogobierno frente a la recentralización”. La segunda de las presentaciones corría a cargo de Sabino Torre Díez, a la sazón Viceconsejero de Régimen Jurídico, con el título de “Por una política pública vasca”. La tercera presentación corría a cargo Santiago Larrazábal Basáñez, Profesor de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto que diserta sobre “Los acuerdo deben cumplirse cabalmente”, “La erosión de las competencias de las instituciones vascas previstas en el Estatuto de Gernika de 1979”. La cuarta persona conocida con la que comparto felizmente responsabilidades y trabajo en Eusko Ikaskuntza es Zelai Nikolas Ezkurdia, Letrada del Parlamento Vasco que escribe sobre dos temas, “La evolución de la erosión competencial del Estatuto de Gernika en materia de Régimen Local y en materia de Derecho Foral Privado”. Hoy me ceñiré a las reflexiones de la primera de las mencionadas, Olatz Garamendi. Habla pues ella. Entresaco sus fundamentales argumentos. Creo.
Y así. El 25 de octubre de 1979 la ciudadanía vasca fue llamada a las urnas y mostró un amplio apoyo a una ley que posibilitaría la construcción de una Euskadi ilusionada y renovada. Unas bases sólidas que posibilitaron el resurgir de unas instituciones vascas democráticas cuyo principal objetivo era el bienestar y la generación de oportunidades para todas y cada una de las personas que aquí vivían. Sin duda, un reto inmenso que no estuvo exento de dificultades de diversa índole que fueron superándose con tesón por distintas generaciones. La Euskadi de hoy debe mucho a aquellas personas que apostaron firmemente por el autogobierno vasco y su pleno desarrollo. El autogobierno es la mejor herramienta para avanzar en el bienestar y el desarrollo de la sociedad vasca, y también es la llave de la responsabilidad y el compromiso para asumir la gestión de las correspondientes materias sin aludir las dificultades que ello conlleva. Entiende bien Olatz Garamendi cuando afirma que la materialización del pacto estatutario a través del proceso transferencial no supone ningún ataque a España; bien al contrario la negación a Euskadi de su capacidad competencial quiebra uno de los aspectos nucleares de un estado compuesto reconocido constitucionalmente. ¿Nación de naciones? ¿Estado plurinacional? Se entiende, creo.
Más de cuatro décadas después de su aprobación el Estatuto de Gernika sigue siendo un elemento clave en la relación del Gobierno Vasco con el Estado español, independientemente del color del gobierno de la Moncloa. En su tratamiento, la pulsión recentralizadora tiene un fuerte arraigo y se ha solido suceder durante casi todas legislaturas y casi todos los gobiernos españoles que han convivido con el texto estatutario vasco. La mencionada erosión competencial no se reduce solamente a las materias que están pendientes de transferir a Euskadi, ni tampoco a los obstáculos con los que se han encontrado los sucesivos Gobierno de Euskadi para materializar los traspasos sobre las materias que tanto bienestar y desarrollo han reportado a Euskadi, ni siquiera a la consideración del Estatuto de Gernika como un Estatuto de primera generación. La limitación competencial se ha producido con mayor intensidad a través de técnicas jurídicas diversas que se han ido materializando de manera silenciosa, cuando no subrepticia. Han sido varias las vías utilizadas para mermar y podar nuestro autogobierno. Una práctica extendida en las leyes básicas estatales ha consistido en la invocación d títulos competenciales transversales del Estado para legislar sobre materias de competencia exclusiva de las Comunidades Autónomas. Otra herramienta es recurrir a razones excepcionales para la atribución de funciones ejecutivas no reservadas constitucionalmente al Estado. Así mismo se ha utilizado el poder del gasto estatal para establecer medidas de fomento en políticas públicas de competencias autonómicas fuera de los cauces del Concierto Económico. Pez grande versus pez pequeño. La eterna ecuación entre la razón de la fuerza o la fuerza de la razón. Y de la inteligencia. O el más conocido “Asmoz eta Jakitez”.
Somos una nación que, en virtud de un pacto político, y de un ordenamiento jurídico que va desde la Constitución hasta el Estatuto de Gernika pasando por la Ley del Concierto Económico. Pero quede claro la aceptación del régimen autonómico no implica la renuncia de Pueblo Vasco a los derechos que como tal le corresponden y que podrán ser actualizados. El autogobierno, en tanto que expresión de la voluntad ciudadana y fuente de desarrollo y bienestar, no s un fin en sí mismo sino un instrumento de, una herramienta que debe posibilitar que las instituciones vascas puedan actuar, actualizar y ampliar sus políticas y actuaciones para dar respuesta a las personas y retos de cada tiempo. Poner obstáculos a la actualización del autogobierno vasco seria tanto como poner puertas al campo. Es buen momento para retomar el debate sobre la actualización del autogobierno siguiendo el correspondiente camino legal como establece el Estatuto de Gernika en su Disposición Adicional al prever, insisto, que la aceptación del régimen de autonomía que se establece en el mismo no implica renuncia del Pueblo Vasco a los derechos que como tal le hubieran podido corresponder en virtud de su historia y que podrán ser actualizados de acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico. El respeto a la voluntad popular debe encontrar siempre un cauce de aplicación y entronque en el ordenamiento jurídico, teniendo siempre presente que la legalidad no es inmutable. Diálogo, pacto y democracia han de ser los tres pilares que den sustento a la organización política de la nación vasca del siglo XXI.
No puede demorarse más el debate relativo al más que cuestionado modelo territorial del Estado español, para dar encaje adecuado a la realidad plurinacional que alberga. A lo largo de su historia Euskadi ha buscado avanzar en su autogobierno y explorar vías para hacerlo efectivo, sobre la base del reconocimiento de Euskadi como nación, la bilateralidad entendida como la capacidad de negociación de igual a igual con el Estado y la implantación de un sistema de garantías para que se cumpla lo pactado y evitar así su judicialización. Se trata pues de trasladar al ámbito político el esquema del Concierto Económico que forma parte del bloque constitucional y que además ha sido respaldado por las instituciones europeas. La actualización del autogobierno vasco debería ser una verdadera renovación y fortalecimiento de su naturaleza pactada. Y requerirá diálogo sincero y voluntad de acuerdo. Hablo de un debate que estará residenciado en el Parlamento Vasco, órgano soberano de la representación de la voluntad de la ciudadanía vasca. Está en sus manos acordar ese debate y aspirar a un consenso lo más amplio posible. Por difícil y complicado que pueda resultar.
Diálogo, negociación, acuerdo que aglutine a distintas sensibilidades políticas, contraste con la ciudadanía para su validación, pacto y consulta legal pactada. Serenidad y naturalidad democrática, “aquí y allá”. El “no imponer y el no impedir “deben abrirse camino legal.
“La erosión silenciosa” es un libro apasionante. Recomiendo su sosegada lectura y las reflexiones que concita. Estoy de acuerdo con Olatz Garamendi, con sus querencias, preocupaciones y con sus reflexiones que abordan nuestra realidad nacional vasca con rigor y objetividad precisa. He procurado ser lo más objetivo posible con respecto a una persona que estimo profundamente por su valor intelectual y sobre todo por su valor personal y su cercanía. El futuro del autogobierno es una cuestión apasionante. El reto también. Y como bien dice ella: sí, el futuro del autogobierno vasco nos espera.
Que vais a hacer el Aberri Eguna ?
La línea de trabajo correcta. Lehendakari Pradales: «Vamos a preparar las bases del nuevo autogobierno vasco. Dotarnos de un marco de bilateralidad efectiva. Un sistema de garantías que impida decisiones unilaterales que erosionen o limiten el autogobierno acordado. Como ha ocurrido con la sentencia del Supremo que ha anulado nuestra competencia para homologar títulos universitarios extranjeros. Por primera vez, un tribunal que no tiene potestad dicta sentencia contra un pacto político bilateral. ¡Y esto es algo muy grave! Es la tentación centralizadora de los poderes e intereses profundos que operan en el Estado. Siguen sin asumir ni reconocer nuestra realidad nacional. Piensan que el Estado se reduce a su capital e intentan drenar lo que ellos denominan periferias o provincias. Es la típica concepción de un Estado jacobino y centralista, con una capital total que absorbe todo y pretende subordinarnos a sus mandatos. ¡Pues no! ¡Somos una nación! Y ¡no vamos a permitir que impidan el avance del autogobierno vasco! ¡Ni vamos a permitir una Euskadi subordinada! ¡Nos tendrán enfrente y de frente!»
Pradales, que ha asegurado que este es un día «muy especial» para él porque es su primer Aberri Eguna como lehendakari, ha considerado «todo un honor en un momento muy complicado». «Ya estáis viendo lo que está pasando con Trump, Putin o la China comunista. Pero no es la primera vez que pasamos por serias dificultades», ha dicho.
Entre «las tempestades» a las que se han enfrentado los vascos, ha citado la crisis financiera, la pandemia de la covid, el confinamiento, una época en la que el entonces Lehendakari, Iñigo Urkullu, «tuvo que tomar decisiones muy difíciles».
También ha recordado que en diciembre de 2004 el Parlamento Vasco aprobó «el Nuevo Estatuto Político», que obtuvo «el portazo y desprecio en Madrid a la decisión soberana de la sociedad vasca». «El Lehendakari Ibarretxe defendió con la cabeza alta la legitimidad y los derechos de nuestro pueblo», ha defendido.
Asimismo, se ha referido a los años 80 y 90, en plena crisis industrial, con una Euskadi que vivía «asesinatos, bombas, extorsión, dianas, terrorismo de ETA y también contra ETA». «Las víctimas se multiplicaban cada día. Ardían las calles en Euskadi. El lehendakari Ardanza se empleó a fondo en la reconversión industrial y plantó cara con firmeza desde la ética y la democracia en la defensa inequívoca de los Derechos Humanos», ha señalado.
Tampoco ha olvidado la transición e inicios de los 80, cuando Euskadi «empezaba desde cero, y el lehendakari Garaikoetxea y su Gobierno pusieron las bases para reconstruir este país», además de rememorar la aprobación del Estatuto, la formación del Gobierno Vasco, la aprobación de la Ley del Euskera, Concierto Económico, EITB, Osakidetza o la Ertzaintza.
Ha aludido también a la dictadura de Franco, cuando Bizkaia y Gipuzkoa fueron declarada «provincias traidoras», y el euskera y la cultura vasca fueron «perseguidos». «El lehendakari Leizaola bajó de la escalerilla del avión en Sondika con toda la legitimidad y la dignidad de este pueblo a sus espaldas. Abrió la puerta a la democracia y la libertad», ha remarcado.
También ha rememorado el año 1936, con «el golpe de estado, la guerra civil, muerte y exilio», y el lehendakari José Antonio Agirre, en Turtzioz, proclamando «con orgullo en representación de Euskadi: ‘el territorio podrá ser conquistado, pero el alma del pueblo vasco no lo será jamás'».
«Esta es la trayectoria de los lehendakaris del PNV. Hoy nos toca volver a acertar porque afrontamos una doble amenaza: la amenaza autoritaria que cuestiona la democracia; y la amenaza centralizadora que pretende socavar nuestro autogobierno», ha dicho, para abogar por «democracia, libertad, justicia social, autogobierno, bienestar. ¡Esta es nuestra razón de ser, ayer, hoy y siempre!», ha apuntado.
https://www.youtube.com/watch?v=fyNyNVKDzAg
Aberri Egunean zer eginen genuen galdetzen zuen baten batek.
Zer egin beharko genuke, ba?
Aurreko egun eta urteetan egin duguna. Eta hurrengo egun eta urteotan, beti bezala, eginen duguna: norberak bere tokitik, eta bere tokian, Euzkadiren alde egunero-egunero lanean jarraitu.
“Facta, non verba»
Hori da Xabier. Guztiz ados. Ondoan, Sabina dute hizketagai. Hemen ordea aberria egiteaz ari gara. Euskal aberrigintzaz. Jarrai dezagun gintza honetan.