José Manuel Bujanda Arizmendi
Txiki: He decidido por cuestiones personales varias dirigirme a ti de esta manera, por carta, por última vez. Léela por favor pues con máxima atención y cariño posible. Ciertamente sucede, es obvio, que van cayendo uno tras otro calendarios en la historia de esta nuestra Euskadi de amores y desamores, y paralelamente en las nuestras propias y particulares vivencias, nos estamos haciendo mayores poco a poco (mira Txiki, pronto nacerá Eki mi tercer nieto, después de dos preciosas nietas, Noa y Natale) pero a pesar de ello créeme, Txiki, que nunca jamás olvidaré que hubo un momento, hace ya casi medio siglo, en que nuestras vidas mucho más jóvenes se cruzaron intensa, inexorablemente y para siempre en los cruces de la historia.
Permíteme Txiki, permíteme Jon Paredes Manot, que te escriba pues estas líneas con un punto de emoción a ratos muy difícilmente contenida. Txiki, observo que lejanía temporal y cercanía personal se me enzarzan en un intrincado nudo de nostalgia, nostalgia que se agudiza al límite al mirar el movimiento continuo, periódico y eterno de las olas del mar cuando a la altura del Kursaal Donostiarra pugnan incansables e inasequibles, con mayor o menos fragor, por entrar y abordar por las bravas el cauce del río Urumea. Reflexiono sobre la certeza que supone que ciertamente es del mismo primer latido del corazón que asoma a la vida, desde el propio alba de su existencia, que todo ser humano marcha, lucha, conquista, progresa y trabaja, ríe, se ilusiona, sufre y llora. Y así cae y levanta, pelea, vive y muere, convive con contradicciones superables e insuperables, virtudes y defectos, fortalezas y debilidades. El ser humano (aunque es cierto también que es a veces el menos humano de los seres), tiene, es su mejor secreto, la capacidad de conocer y conocerse, puede asumir en sí lo que haya y trasladarlo a esa forma de posesión que llamamos saber, puede, interiorizar lo sabido mediante el sentimiento y la vida, y avanzar hasta lo que llamamos comprensión, donde se aclara la esencia de la cosa, se abre su sentido y el espíritu percibe la capacidad significativa de lo que es. Incluso es capaz de tomar posición, enjuiciar lo pasado y lo presente, distinguir entre razón y sinrazón, libertad y tiranía, valor y cobardía, importancia y vanalidad. El ser humano, mujer y hombre, niño, joven, adulto o mayor, habla se comunica, posee la palabra, la capacidad de lo esencial que es la percepción por el conjunto, es dueño de la experiencia del sentido y del sentido de la experiencia, es más tiene la capacidad de abarcar el todo con la mirada, establecer órdenes, volverse hacia sí mismo, estar en sí, penetrarse de sí mismo, dominar su mundo interior con lo que ha captado fuera, y dándose cuenta de ello, apropiárselo. Tiene memoria, lo recrea y lo transmite, es dueño de su silencio, de su quietud interior, de su viveza desprendida, de la profundidad de un compromiso, de lo indeleble de una imagen y de su propia confusión. Dueño de su capacidad de reposar, y de la frescura pasada, de su seguridad a veces aparente, de su creatividad tan intensa como la acción al límite. Dueño de una felicidad que lejos de alcanzarla satisfaciéndola de inmediato la requiere aplazada, porque no es posible disfrutar lo que se ve sino se tiene ni siente lo que se está viendo y viviendo. Todo lo has perdido Txiki, te arrebataron el poder ser y la vida entera.
Y, Txiki, cuando inevitablemente cambia la percepción del transcurrir del tiempo, cuando éste ni vuelve ni tropieza y ya no se siente como algo interminable, sino escaso, y por eso se ensalza el vincularse al ritmo preciso de las cosas y a su latido natural me acuerdo de ti Jon Paredes Manot. No te olvido, no quiero, ni debo, ni puedo Txiki, fusilado en los estertores del franquismo después de un juicio de caricatura, hace ya cuarenta y cinco largos, muy largos, cuarenta y cinco años, al alba de un 27 de septiembre de 1975. Y con el viento del norte, la lluvia mojando y el olor penetrante a salitre viejo deseo más que nunca que la condición de ser humano se anteponga de una vez por todas y para siempre en Euskadi a cualquier otra consideración.
Porque negar que todos los humanos somos iguales, nos lleva a la encrucijada, a la brutal y cruel contradicción de arrancar la vida y la conciencia, y a la incapacidad de descifrar el enigma de lo que significa negar y arrebatar el ser en un acto de violencia física sin vuelta atrás, no rectificable ni modificable. Definitivo. Escalofrío.
Txiki, matar, asesinar, arrebatar la vida y el ser a otro ser humano por pensar diferente nunca jamás estuvo bien, al contrario siempre, siempre sí, estuvo mal. Quizás Txiki, nos equivocamos desde el mismo comienzo. Sí, nos equivocamos sí. Esa es la percepción que tengo, la sensación y convicción desde la talaia que da el paso de casi medio siglo, la muy triste constatación de que aquello fue un trágico e inmenso error, un error fatal, radical, ético, político que no debe volver a repetirse nunca jamás, un trágico e inmenso error que derivó, descompuso y pudrió implacable e imparable en una tragedia vergonzante y desastre total, porque bien se suele saber cómo se empieza al utilizar la violencia como un instrumento más en la lid política, pero no cómo se desarrolla y menos cómo y cuándo acaba. Y, qué horror Dios mío, qué irreparables e irreversibles consecuencias arrastra y deja por el camino, cuántas víctimas de todo tipo, cuánto desgarro, cuánto dolor injusto causado, cuánto desastre humano. Pero la historia, el pasado, Txiki, está ya escrito, no, no lo podemos cambiar, ni modificar, ni alterar; aunque sí en un acto de necesario valor y dignidad personal valorarla críticamente con la crudeza necesaria. Mirándonos a los ojos.
En estos largos años, es la sin piedad del paso del tiempo Txiki, muchas cosas han cambiado y muy profundamente en Euskadi, como los tamarindos de la Concha, que sobre todo los más viejos, retorcidos y medio caídos, han sido reemplazados inevitablemente para mantener vivo y permanente el paisaje, pero sí, es cierto, otras cuestiones continúan respetando la historia y así el viento del norte con su olor de siempre a salitre viejo, continúa azotándolos y doblándolos hasta a veces quebrarlos del todo. Hoy y aquí, el futuro nos interpela, no hay excusas, y creo que estarías de acuerdo en afirmar que es tarea de todos arrimar el hombro, que es un reto colectivo de toda la sociedad, que sin ira, ni odios, y por el futuro de nuestros hijos e hijas, nietos y nietas es hora y obligación de conquistar definitivamente la paz, la reconciliación y la convivencia en esta Euskadi nuestra. Y es hora todavía, porque siempre lo será y porque la paz, la reconciliación, la normalización y la convivencia también debe de ser posible en Euskadi. Y así será. Lo estamos consiguiendo, aunque todavía hay importantes pasos a dar. Lo conseguiremos del todo y definitivamente. Estamos en ello. Te lo haré saber.
Al alba sí, al alba, que como dice la letra del cantautor Eduardo Aute, es cuando sangra la luna al filo de su guadaña. Te fusilaron tiro a tiro, eran los gatillos del crimen, mientras cantabas el Eusko Gudariak. Eran ya los estertores vengativos de la dictadura franquista. Últimos vómitos de sangre de aquel golpista asesino que vivió y murió matando. No fuiste el único, los verdugos de la luz y de la esperanza, los esbirros de la noche oscura, y también ante el paredón, acabaron con otras cuatro vidas, una de ellas la de otro vasco, Ángel Otaegi. Maldito baile de muertos. Los que venían con hambre atrasada quisieron así, y se lo llegaran a creer, arrancar las raíces de la tierra y congelar el viento del mañana. Me acuerdo y no te olvido, Txiki, por mucho que ha llovido en esta tierras vascas. Y cuando la finitud inspira y provoca a esa vocación de vivir más intensamente lo que tenemos, y de pasar de tener una idea -y aferrarse a ella- a pasar a la imperiosa necesidad de tener que buscar la capacidad de relacionarlas, entonces, en ese momento, con el viento del norte y al alba te deseo Txiki, en este bisoño otoño de este ya desflorado tercer milenio, que la tierra vasca donde yaces te siga siendo leve.
Hoy Txiki, casi medio siglo más tarde, al alba, y en la radical negación ética de la violencia política, te recuerdo. Indarkeriaren ukazioan, beti bihotzean. Agur Txiki, beti arte Jon Paredes Manot. Jamás te olvidaré. Nos vemos. Lurra arin bekizula.
Bixar
Artículo escrito desde el corazón. Esa es la diferencia con otros artículos que manipulan estos asesinatos, como los de Sortu, que los petrifican y los utilizan descaradamente para justificar la deriva criminal de ETA. No admiten evoluciones humanistas como la del escritor de este artículo.
La sociedad vasca, la real, la que odian ha demostrado que, se construye más y mejor, desde el auzolan humanista, que desde las estrategias, revolucionarias, político-militares.
Que tendra el socialismo vasco-español (españolazo) que tanto encandila a PNV e IA?
Que obsesion!
UGT/PSOE pegandonos tiros en la retaguardia en 1936, da igual, aliados de lo JEL eternamente.
Y ahora va Sortu? Quien? y ponen en homenaje a Txiki ….una tricolor hispana!!
Por fin hemos encontrado una bandera comun a JEL/IA.
Vaya p…..bandas sois, traidores indignos.
JELen agur
En la vida siempre hay referentes de lo que hay que imitar y lo que hay que evitar. El socialismo pertenece a este segundo grupo.
Los hechos fueron los que fueron, pero sí que se pueden hacer muchas cosas por ellos. Y es el de hablar muy alto, más alto que ningún otro cuando se hicieron cosas que NUNCA se debieron haber hecho. La autoridad moral del que ha cometido un error y lo reconoce es mucho más elevada del que por no hacer no ha cometido ni errores. Tienes mucho que decir, Bujanda.
La tricolor? Pues, sinceramente, es la bandera que le corresponde. No es una bandera extraña. Fue por la que lucharon todos los que fusilaron ese infame día. No nos engañemos.
Le corresponde tambien a Bujanda, entonces (entiendo). Bueno lo dicho, ya teneis bandera comun.
JELen agur
Del pasado de Bujanda no comparto nada.
Del presente parece ser que sí. Pero solo porque creo que ha cambiado.
Los que tenían en el pasado la lucha de clases, la lucha obrera y la lucha popular permanentemente en sus labios, la tricolor es su bandera. No la ikurriña.
No te líes.
Bueno, entonces será que Bujanda se habrá redimido y se ha pasado de la triciolor hispana a la ikurriña, pero habria que preguntarselo a el.
Pero lo que es seguro es que la bandera comun JEL/IA es la tricolor hispana, dado su obsesion/querencia/necesidad del socialismo vasco-español (españolazo).
JELen agur
Si se ha pasado a la ikurriña, lo dirá el, efectivamente. Pero eso parece deducirse.
Otra cosa es lo que a ti te interese entender. O construir como relato. O imaginarse como novelista. O liarla como ignorante. Tú mismo.
Y si se ha pasado de una a otra, será que no tienen nada en común.
Efectivamente. El socialismo es ajeno a JEL. Por lo tanto, el recuerdo a Txiki tiene más de afectivo de época de juventud que de realidad de lucha vasca. Y mucho me temo que la bandera de Txiki es la tricolor. No la ikurriña.
Que Bujanda no se debería sorprender tanto.
Ahí está el socialismo vasco (MLNV) animándose como el que más, o más que el que más, a participar de la política de reconstrucción española del Frente Popular español con la máxima ilusión.
Lamentable.
Es curiosa tu fijacion anti socialismo vasco-español (españolazo) y anti frente popular español, porque JEL ha ido de la mano de estas bandas desde 1934. Hasta a una guerra española fueron con ellos.
Y hasta hoy, aqui y en Madrid.
Muy lamentable lo de Bildu, pero nada que no hayamos visto en JEL, que llevan de reconstruccion española de la mano de todos los gobiernos españoles hasta ahora, eso si, con especial predileccion por los suyos, el PSOE.
JELen agur
Efectivamente nosotros llevamos contribuyendo a la gobernabilidad, la credibilidad institucional en todos los niveles, porque eso repercute en la estabilidad y credibilidad institucional vasca.
Lo contrario están haciendo en Cataluña. Se han cargado la credibilidad de las instituciones catalanes, animados en la lucha por el bolchevismo local. Metedura de pata.
Pero mientras eso hacíamos CON TODOS, los batasunos nos criticaban. Ahora lo hacen con los del Frente Popular. Es su referencia ideologica. Para acabar haciendo el ridiculo.
Eso que se lo coman ellos. Ahí no estaremos. Esa es otra pelea. La del socialismo cutre.