Ander Muruzabal
“Al final la vida se abre camino”… es la frase con que John Hammond el iluminado creador de ese “circo de pulgas” que era el Parque Jurasico pone final a la saga de Michael Crichton, avalando así la teoría de que hay cosas que no se pueden controlar.
De alguna manera eso es lo que ha estado pasando con la política europea y mundial tras la segunda gran guerra y de una manera mucho más acentuada desde la caída del “Muro de Berlín” y el fin de la Guerra fría, que algunos aprendices de domador de pulgas, ya sean del mundo financiero, del político o de la perversa mezcla entre ambos, han conseguido crear un Parque Jurasico político a escala global.
Jurásico por antiguo y jurásico por incontrolable.
Y es que las estructuras políticas que nos ha tocado sufrir, ya con unos cuantos años transcurridos de S. XXI, responden a las necesidades sociales, a las formas de representación y comunicación de finales del XIX y si le aplicamos una fuerte dosis de optimismo principios del XX.
Tanto la Administración pública como acción de gobierno como los partidos políticos como herramienta de participación política responden a unos mecanismos de representación acordes con una estructura social y tecnológica que poco o nada tiene que ver con el mundo en que vivimos. Estructuras verticales, fuertemente profesionalizadas y preparadas para garantizar su propia supervivencia en vez de comprometidas con su supuesta ideología.
Y esta situación ha tenido dos efectos a cual más pernicioso; la difuminación de las ideologías por la permeabilidad de esas estructuras a cualquier lobby de presión y por ende la corrupción generalizada, y la desconexión de la política con los ciudadanos y el creciente desinterés y desconfianza de estos por falta de mecanismos de participación y relevo generacional, y como consecuencia la aparición de un Parque Jurásico político donde nada es lo que parece o debiera ser y donde auténticos fósiles vivientes se reparten el jardín privado del poder político.
Gobiernos como el vasco o el navarro serían absolutamente impensables en una sociedad real y más dignos de cualquier entorno experimental o de laboratorio, y todo por no dar voz a quien corresponde; la ciudadanía.
Pero como en el parque de Hammond, la política también se abre camino y el ser humano como ser social y político buscará otros cauces si se le cierran los que debieran encauzar esa participación. La democracia representativa, tal y como hoy la conocemos, no es un tabú intocable que garantice los derechos de los ciudadanos, sino un producto de una estructura social y unas potencialidades comunicativas de un momento histórico concreto, y ese momento ha pasado.
El trabajo en red, las nuevas tecnologías, la potencia comunicativa multicanal de Internet y las redes sociales, la interactividad que permiten están cambiando, o han cambiado ya, las relaciones humanas y las relaciones económicas… solo la política resiste en ese parque jurásico aislado y anacrónico que suponen las estructuras piramidales y estancas.
Solo los gobiernos y los partidos que se adapten a la nueva realidad social tendrán alguna opción de supervivencia, y para adaptarse es necesario abrir las puertas, horizontalizar las estructuras, buscar nuevas formas de participación y utilizar los mecanismos de relación social que son habituales en todos los demás aspectos de la sociedad del S. XXI, los demás se verán reducidos al triste papel de ser las pulgas de un circo ficticio.
Esta línea de artículo, muy coherente con tus anteriores de gobierno abierto, me parece muy adecuada a la crisis política que se está viviendo en todas partes.
Estoy de acuerdo en casi todo. Sólo hay una cosa. Dices que las estructuras políticas actuales responden a unas formas de comunicación anticuadas. Yo diría que no, que ha sido la transformación de las formas de comunicación la que más perversamente ha influido en el cambio de una política que, mal que bien, se hacia ante el ciudadano a una política-venta que se hace ante una masa de consumidores.
Un partido es una organización para la participación política. Lo cierto es que el modelo de partido está alejado de la realidad actual. Primeramente, los «partidos de masas» históricamente comunes han dejado de serlo, al tener muchísimos menos afiliados que antes y por tanto, menor contacto con la realidad social por esa vía, con unos afiliados que en un porcentaje elevado, viven de la maquinaria del partido.
Por otra parte, los partidos no son capaces de movilizar debido a su falta de credibilidad. No llenan ni mitines ni en frontones, sólo hay que ver las recientes campañas para ver que nadie se acerca a un mitín. Todo se transmite a traves de campañas aséptica.
¿Hay un modelo mejor? Hay que empezar a experimentarlo a pequeña escala (municipios, por ejemplo) para ver su utilidad, sus problemas y empezar a corregirlos.
Tampoko es tanto tuiter y feisbuk vayan a mejorar nada. El tema d la demokracia «participativa», etc. esta en pañales y hay + kuento k kuento. Los politikos se gastan 1 pasta en chorradas d investigaciones de participacion ciudadana y resulta k son parte d la makinaria leninista d los partidos, k son partidos d kastas (k no «profesionales», k implikaria tener algo d konocimientos y talento xa el oficio).
Luego estan los perroflautas, titiriteros y mlnveros k hablan de demokrazia participativa. Los primeros no saben ni k decir y los ultimos ya sabemos k el modelo d demokracia k defienden es el k aparece en las eskelas de Gadafi y d Kim Il Jong en Gara.
Pues porompompero, a mi eso d ponerlo en praktika en laboratorio me parece muy bien, las ideas d laboratorio y pajamentalistas-newgurus sirven d poko en el mundo real.
Todo el rollo del marketing, que me parece muy útil, termina de la misma manera, la mejor comunicación es de persona a persona, es la interpelación y la interlocución con colectivos o con personas. En eso los del MLNV, que venden su moto a cualquiera, son los amos. Se mueven y tratan de convencer a la gente más variada. La comunicación tiene que tener la cuestión técnica como soporte pero la regla sigue siendo la misma, conocer a gente y convencer a gente. Para eso, es necesario que la gente que se encargue de eso esté muy motivada, es decir, esté muy formada y concienciada. En eso los del MLNV también son muy buenos. Pienso que en el PNV todavía vivimos un modelo de que esto se soluciona con un par de pases mágicos, con algún genio de la comunicación, con tal o cual empresa… No entendemos que la motivación política es el motor de la política.
Muy interesante, Sr. Muruzabal. Me encanta el tema. 2 preguntas ¿cómo cree usted que va a afectar la nueva estructura de la información en red a las identidades clásicas, incluso a las nuevas identidades «clásicas»? y ¿Puede recomendarme alguna lectura sobre el tema?
Muchas gracias
“para adaptarse es necesario abrir las puertas, horizontalizar las estructuras, buscar nuevas formas de participación y utilizar los mecanismos de relación social que son habituales en todos los demás aspectos de la sociedad del S. XXI, “
Lo cual quiere decir, a mi entender, avanzar hacia un nuevo modelo de sociedad. Pero antes que nada es necesario resolver la siguiente cuestión: Cual es la base de la sociedad ??. Porque si no nos ponemos de acuerdo en ello dificilmente podremos trabajar conjuntamente.
Si consideramos que somos las personas las que constituimos la base de la sociedad, desarrollar una estructura social horizontal supone la generalización progresiva del poder en la sociedad, avanzando por dos caminos paralelos:
1- La participación activa en las distintas esferas del poder.
2- Profundizar en la independencia de poderes.
Deberíamos confiar más en las ideas sencillas y contrastadas, en el saber popular: «El poder corrompe» .
Y el metodo más eficaz y democrático para combatirlo es luchar contra su acumulación.
La estructura horizontal es el nuevo sistema social.
Familia, municipio, sindicato.
Eso ya esta inventado… Lo que hay que leer!.
Gran aportación Victor, el analizar no dentro de tu código pero tiene gran calidad lírica.
A Víctor Bi le está pasando como a la marina alemana con el problema de los torpedos en la primera etapa de la batalla del Atlántico en 1939-1941. Bromas aparte debo reconocer que he disfrutado mucho con la lectura del artículo de Ander. Su punto principal es incuestionable. Las nuevas tecnologías cambian la sociedad, pero la clase política continúa siendo un bastión de conservadurismo operativo. Al final, si no cambia de hábitos, la vida se encargará de ello favoreciendo a otros que sí lo hagan.
Unicamente quisiera precisar que la importancia que se le atribuye a esas nuevas tecnologías merece ser matizada. Facebook y Twitter en el fondo no son más que juguetes, algo cool, superficial y de moda, pero sin más trascendencia que la que se ve. Lo verdaderamente importante es la tecnología de redes en sí. Comprenderla es una tarea ineludible para quienes hayan de decisiones. Y con frecuencia -como me suele pasar a mí en el trabajo- uno descubre que aquellas herramientas que creemos anticuadas, son imprecindibles para las cosas serias.
Un empresario responsable no utiliza las redes sociales, sino el correo electrónico. Y los agitadores políticos no se comunican a través de Twitter ni de SMS (salvo cuando se trata de convocar a la masa para una acción), sino por medio de canales IRC.