Sobre las Constituciones Vascas (6): Del sistema napoleónico a la Constitución de Cádiz

Ion Gaztañaga

(Vidriera de la Casa de Juntas de Gernika)
lege-zarra

Tal y como comentábamos en el anterior capítulo de la serie, desde que se proclamó la constitución de Bayona en 1808, aunque formalmente los fueros nunca fueron evaluados por las cortes josefinas, la práctica política del régimen bonapartista español anuló de facto el régimen foral, hasta que a finales de 1813 con la batalla de Vitoria (21 de Junio) y la de San Marcial (31 de  Agosto), los franceses pierden territorio vasco y se impone la constitución gaditana. Sin embargo, poco duraría la alegría de los liberales pues ya a mediados de 1814 Fernando VII abole la Constitución de Cádiz y restaura el absolutismo. ¿Pero cómo vivieron los territorios vascos estos años de transición?

Para este capítulo haremos un resumen del trabajo de Lartaun de Egibar «El Sistema Napoleónico En El Espacio Vasco: Del Ordenamiento Foral A Un Nuevo Régimen. Implantación y Alcance« que ofrece numerosos datos al respecto. Según Lartaun de Egibar, podemos decir que existieron dos fases diferenciadas. La primera, desde la promulgación de la Constitución de Bayona en 1808 hasta que Napoleón Bonaparte realiza su Decreto Imperial de 8 de febrero de 1810 imponíendose a la autoridad de su hermano, con la organización de unos Gobiernos separados del régimen josefino y presididos por unos Generales Gobernadores bajo la autoridad directa del Emperador. De estos decretos ya dimos cuenta en los artículos del País Transpirenaico. La segunda fase comienza con estos decretos y termina el verano de 1813 con el repliegue francés.

Sobre la primera fase no se tienen informaciones muy exactas en Nafarroa, Gipuzkoa y Araba. En Bizkaia, después de la entrada definitiva en Bilbao, el 3 de noviembre hay un nombramiento de autoridades, fundamentalmente para gestionar la presencia militar. En diciembre de 1808 se renueva el Gobernador de Bizkaia, Jean Jacques Avril y se superpone a las instituciones y autoridades del país, que siguen en vigor: el Gobierno Universal, y las de los sectores comercial, con el Consulado y eclesiástico. Ya en 1809 se renueva la Diputación General pero de forma irregular pues el gobernador se lo encomienda al corregidor, dejando claro los niveles de autoridad.

Podemos decir por tanto, que los vascos comienzan a funcionar dentro de la monarquía josefina pero que no desaparece del todo el entramado institucional foral, ya que era imposible una transición inmediata al sistema francés. Se superponen autoridades y órganos josefinos a los existentes. Se jura la Constitución y todo el ordenamiento jurídico que derivaría de ella e iría sustituyendo lentamente los ordenamientos vascos.

La segunda fase es aún más interesante, con el decreto imperial de 1810, creando cuatro Gobiernos generales bajo la dirección de generales del ejercito napoleónico: Cataluña, Aragon, Navarra y Bizkaia. El Gobierno de Navarra comprende al reino de este nombre y la parte oriental de Gipuzkoa, y el Gobierno de Bizkaia engloba Bizkaia, la mayor parte de Gipuzkoa y Araba.

Ante esta imposición bonapartista el gobierno josefino actuó como si no existiera, aunque en la práctica perdieran la autoridad de dichos territorios. Es más, el gobierno josefino, establece el 17 de abril 38 prefecturas y 111 subprefecturas en una nueva división del Estado al más puro estilo francés, según el proyecto de Juan Antonio Llorente, el conocido autor de «Noticias históricas de las Provincias Vascongadas» de 1798, libro que le fue encargado para «demostrar» que los fueros vascos eran privilegios reales y poder facilitar su abolición. Los vascos configuran la prefectura de «Cabo Machichaco» y con capital en Vitoria y la prefectura «Bidasoa» con capital en Pamplona, con límite entre ambas en el río Oria, mostrándo una vez más la táctica francesa de crear subdivisiones territoriales ajenas a la tradición del lugar y con nombres totalmente asépticos. Basta recordar la situación de Iparralde, englobada en el territorio de «Pirineos Atlánticos» por imposición pues las divisiones existentes eran juzgadas como «contrarrevolucionarias». Sin embargo, como hemos dicho, el intento josefino eran fuegos de artificio ante la autoridad de su hermano el emperador.

cabo machichaco

Como el nuevo Gobierno de Bizkaia englobaba a tres territorios con instituciones históricamente separadas, se estableció una escala intermedia entre la administración general y la local, un total de tres niveles, mientras que en el Gobierno de Navarra sólo aparecen el general y el local. Respecto a las capitales en el Gobierno de Navarra la sede de la administración es Pamplona y en el Gobierno de Bizkaia la sede quedó primero instalada en Donostia y entre el 26 y el 31 de enero de 1811 se trasladó a Vitoria. En cambio, sí están pendientes de precisar algunos aspectos territoriales. Hacia septiembre de 1810 Reille separa Hondarribia, Irun y Lezo del Gobierno de Navarra y los incorpora al Gobierno de Bizkaia. Durante algún tiempo la provincia de Santander se agregó al Gobierno de Bizkaia, a principios de 1811 y más tarde fue incorporada a Asturias.

Pierre Thouvenot (anteriormente Gobernador de Gipuzkoa) es nombrado como nuevo Gobernador de Bizkaia (que como hemos dicho comprendía Araba y Gipuzkoa) y ejerce el cargo hasta el final. En Navarra es nombrado Georges Joseph Dufour pero es sustituido a finales de julio por Honoré Charles Michel Joseph Reille, conde del Imperio, al parecer motivado por el éxito insurgente de las partidas de Espoz.

En el caso de Navarra, la actitud de Reille es significativa por su procedimiento. Por Decreto de 4 de agosto anula el Consejo de Gobierno e instituye una Diputación formada por un representante por cada merindad (cinco en total) más un representante por el comercio. Evidentemente no se trata de la Diputación del Reino, sino de otro órgano que conservó el nombre antiguo para mitigar el contraste y la resistencia. Una práctica que se repetirá en el futuro, reutilizando nombres vaciándolos de muchas de sus atribuciones históricas, como en el caso de las diputaciones «forales» o el concepto de «reyno» de Navarra.

La táctica de asimiliación queda más clara cuando el propio Reille dice que es necesario contar con «un cuerpo que tenga la representación nacional» de Navarra, concepto que se repite con la «la instalación de la Diputación nacional». La administración de justicia, en periodo transitorio, sigue discurriendo por las instancias preexistentes.

Debido a la situación de guerra y el avance anglo-español, desde 1811 hay cambios hacia el protagonismo de lo militar en los Gobiernos en territorios vascos y un deterioro estructural a partir de 1812. Hay quien afirma que el Gobierno de Bizkaia estaba logrando un arraigo, y que era administrativamente eficaz, pero todo depende de la óptica del opinante.

En febrero de 1812 se constituía en Orduña una Junta-Diputación que pretendía encabezar el desplazamiento del régimen napoleónico en Bizkaia. En 7 de abril de 1812 los franceses se suprimen los Consejos de Provincia del Gobierno de Bizkaia y los sustituyen por Consejos de Intendencia de caracter consultivo. El objetivo se declara explícitamente: adecuar las estructuras al «sistema de centralización de la administración general del distrito del exército del Norte». También en Navarra se sustituye la «Diputación» anteriormente nombrada por un Consejo de Intendencia.

En junio de 1812 rebeldes y tropas británicas ocupan Lekeitio, Bermeo y Plentzia (todavía falta un año para la batalla de Vitoria). La llegada de tropas españolas y su constitución Gaditana tampoco supone la sustitución automática del gobierno napoleónico sino que se intenta un vericueto legal queriendo obtener la aceptación unas instituciones forales que no existen. En Alava se reunen dos Juntas Generales, en mayo y noviembre, promovidas por una junta de cuatro individuos que habían sido nombrados desde Sevilla (es decir, una junta revolucionaria), presididas por el general Mendizabal, donde se realiza la publicación y juramento de la Constitución gaditana. El general Mendizabal convoca a Juntas Generales de Bizkaia para el 16 de octubre de 1812 en esta Villa. La celebración de las Juntas está plagada de irregularidades, y el propio proceso de designación del Gobierno Universal está envuelto de vicios de nulidad. El 1 de enero de 1813 vuelven a entrar tropas francesas en Bilbao. Todavía en verano de 1813 sigue habiendo municipalidades napoleónicas.

Hay que considerar como detalles significativos en la proclamación de la Constitución gaditana en los municipios: quiénes forman la corporación, quién la sugiere y cómo. Porque como veremos en el próximo capítulo, cuando la ocupación francesa cese, las juntas generales reconstituidas darán una respuesta muy matizada a la constitución gaditana.

Después de la batalla de Vitoria que tuvo lugar el  de junio de 1813 José I se retira a Pamplona. Del 16 al 19 de agosto de 1813, mes en el que se repite en Gipuzkoa el esquema de reunión de Junta General para jurar la Constitución, se celebra en Tolosa Conferencia de Gipuzkoa, Bizkaia y Alava para tratar de los suministros y bagajes a las tropas (ahora españolas). La representación empieza con una referencia que marca con claridad el fin de la presencia napoleónica: «Hace ya dos meses que […] se hallan libres del enemigo […]». Por otra parte, hay que señalar que si las mismas Conferencias son propias de la legalidad foral, los representantes también ostentan los cargos propios de los ordenamientos vascos.

El mito del nacionalismo español de la guerra de la independencia, entonces conocida como «guerra civil» llegará con la efímera Constitución de Cádiz, que lejos de alejar la influencia francesa la adopta del modo más fiel pues baste el testimonio de una fuente nada sospechosa de parcialidad, como es el comentario que hace de la misma la «Enciclopedia Jurídica Española»:

«Después de leer este Preámbulo de la Constitución, bien se ve que, si los legisladores de Cádiz se propusieron restaurar antiguos usos y costumbres, no pasaron de la línea de los buenos propósitos, ya que está fuera de toda duda que si escribían en español, pensaban a la francesa, y en este su pensamiento moldearon su obra».

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13 comentarios en «Sobre las Constituciones Vascas (6): Del sistema napoleónico a la Constitución de Cádiz»

  1. Ten kuidado kon lo k dices sobre el 2 de Mayo y la guerra de la independencia, k Esperanza Aguirre se t va a kabrear y Kaja Madrid t kita la hipoteka. Ya lo dic la lideresa lo k supuso tan magno akontecimiento:

    «el nacimiento de la Nación española moderna como el conjunto de todos los ciudadanos libres e iguales, dueños de sí mismos y de su destino».

    Los no-nacionalistas en akcion. A mi la kabra de la legion.

  2. Hasta han hecho una pelicula con Garcí, la «rebelición de un pueblo»

    Sin embargo hasta nacionalistas españoles acérrimos y de los malos como Arturo Perez Reverte han tenido que reconocer que eso es un mito y que sobre todo las clases altas estaban muy a gusto, haciendo ver que quienes se levantaron eran sobre todo «chusma»

    Realmente a considerar son las aseveraciones de historiadores científicos como Charles Esdaile, quin ndeja ver a las claras que no existía una conciencia de nación entre los españoles y quienes se refugiaron en las montañas eran gente perseguida por Bonaparte ya por delitos como por negarse al servicio de armas etc…

    Lo que sirve de Charles Esdaile es que dice que los únicos que tenían motivos para oponerse a las pretensiones de Bonaparte eran los Vascos y Navarros, ya que ellos sí tenían a diferencia del los Españoles un sistema de libertades bien asentado a través de un sistema institucional propio al que Bonaparte ponía en jaque.

    No hay mayor mito que el de la Nación Española como patria sentido por el imaginario colectivo.

    No hay más que ver el grito de Argüelles en las Cortés de Cádiz, «Españoles ya teneís patria»

  3. Pero Apaña no habia nacido kon Don Pelaio, inkluso kon los visigodos y sus barbas? No era Apaña realmente lo k los romanos kerian konstruir, lo k pasa k no pudieron deskubrir Amerika? La pasion x la roja!!

  4. Andoni e igomendi, el indicador más evidente de la falsedad de la afirmación de Esperanza Aguirre es que una vez los franceses dejaron la peninsula, el pueblo aclamo a Fernando VII y su absolutismo. Asi que el nacimiento de la «Nación española moderna como el conjunto de todos los ciudadanos libres e iguales, dueños de sí mismos y de su destino» existe solo en la mente de Espe.

  5. eh, eh, a los astures y a pelayo dejadlos en paz ¿eh? que si llegan a saber pa qué «echaron» a los moros… hehehe.

    ahora en serio, el artículo muy bien. sólo una duda, acerca del mapa: ahí donde trae «azconia» ¿no será más bien azkoitia? ¿tambien se llamaba así? ¿o era cosa de los afrancesados, primeros nacionalistas españoles «bienpensantes»? esto último lo digo porque viendo las burradas que hicieron en mi tierra los nacionalistas españoles castellanizando la toponimia asturiana, tampoco me extrañaría mucho…

    ¡un saludu dende asturies!

  6. Qué pena, como dice Pérez-Reverte, que el espíritu francés no se instalara en España con forma de guillotina, para hacer tabla rasa y partir de cero en una nueva España ciudadana y ciudadanista. Hoy arrastramos en forma de nacionalismos absurdos e inhumanos la pervivencia del fanatismo en aquella época. Me encantaría que en mi carné de indentidad hoy pusiera «Departamento de Cabo Machichaco» Y a tomar vientos el tradicionalismo y su hijo el nacionalismo vasco.

  7. Es verdad Iñigo que pena que no se cortarán unos cuantos miles de cabezas pero por una casualidad histórica a lo mejor cortaban la de alguno de tus antepasados y nosotros no hubieramos tenido la suerte de poder leer esta deyección tuya.

  8. Por una vez estoy con Azitain.

    Traer aquí al Alatriste éste que es de lo más rastrero que ha dado el Hispanistán lo dice todo.
    No hay que buscar mucho por la red para encontrarnos cosas como ésta :

    «El artículo se titula Aragón también existe y, desde el principio hasta el fin, expele ese patriotismo testicular que Pérez escupe de forma tan desagradable, entre insultos y descalificaciones de todo el que no está de acuerdo con él ni le alaba. En este artículo, los historiadores que no tienen en cuenta sus análisis de nacionalista experto, son tratados de “timadores y mangantes” que escriben desde “la ignorancia, la manipulación y la mala fe”, además de “mierdecillas, vendidos, mentecatos e interesados”, “asfixiados por la perra política, oportunistas, manipuladores y mercachifles”, que han convertido a España “en una piltrafa y en una casa de putas insolidaria y estulta”. ¡Válgame Dios y su divina Madre en su advocación de la Bien Aparecida ! Menos mal que no soy historiador. Encontrándome, como me encuentro, en horas bajas, no sé lo que hubiera podido pasarme. Pérez no conoce otra manera de expresarse, únicamente la chulesca, a la que le ha llevado el engreimiento propiciado por unos ignorantes, que lo han considerado escritor y hasta le han dedicado congresos y llevado a la Academia. La Españeta es así y, los españetoles, dignos hijos de su madre. Conservo un recorte con una entrevista a Pérez, en que éste Alatriste, convertido en Alalegre desde que lo embalsamaron en la Universidad de Murcia, ruega a una periodista –por dos veces– que no le toque los cojones, y eso después de llamarla tonta y ella aceptarlo con una sonrisa, porque Pérez toca, pero él es, en opinión de de sus devotos, intocable.

  9. Es que no necesita insultar para tener razón porque además la tiene.

    Hay que tener un par para traer aquí al autor de la serie en T5 que como no funcionó y se dió un batacazo de órdago no se le ocurrió otra cosa que esta salida :

    «, vino a decir que la serie no era tan mala, sólo que si la hubiese hecho la HBO, otro gallo cantaría. Según Pérez Reverte, el problema de ‘Alatriste’ es que era española. »

    Pues vaya hombre con el españolito de marras.
    Como no le funciona lo suyo lo critica por no hacerlo con cadena amerericana y se descuelga con que era española.
    No quedamos que España era lo mejor ??

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