Julen Goikoetxea
La sustancia de la casa vasca y de las relaciones vecinales es la troncalidad. Los bienes no están adscritos a las personas sino a la familia y a la comunidad. Lo que prevalecía era el bien y la transmisión sostenible de la Casa, que era de carácter vinculante, indisponible para la voluntad humana. Se protegía con la troncalidad y la libertad de testar frente a la legítima o reparto igualitario entre los descendientes.
Los sujetos. La búsqueda de autosuficiencia de la casa y la necesidad de relaciones vecinales, plasmaron la identidad de los sujetos, personas autónomas y de carácter colaborativo. Sobre la que se desarrolló un sistema comunitario basado en la libertad responsable, una formula de equilibrio entre el bien personal y el bien común y que debe preservarse como un elemento distintivo de la identidad vasca, no solo por valor sentimental sino también por su validez actual.
Nuestros propios acontecimientos y su influencia en la identidad vasca.
- Creación de las villas (XIII-XV)
Con la “carta–puebla” de fundación, el derecho civil se iguala al derecho común de Castilla. Aunque en el campo político se conservan los usos y costumbres inmemoriales, en el campo privado y económico no son capaces de adaptar los usos antiguos a la nueva cultura urbana, sino que se aceptan unos fueros extraños (humanismo individualista).
- El liberalismo económico
La extracción minera y la industrialización liberal van a provocar la masiva llegada de inmigrantes. Llega un nuevo humanismo, el socialista, el grupal, simbolizado en la sustitución de la propiedad individual por la propiedad colectiva que va asfixiando lo que queda de un sistema comunitario basado en la libertad responsable.
- Abolición foral
Tras el final de la primera guerra carlista, la cuestión foral se dilucida por primera vez en las Cortes españolas que aprueban en 1839 la confirmación de los Fueros de las provincias vascongadas y Navarra, sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía.
El concepto absoluto de soberanía (super omnia) entierra los conceptos de libertad originaria y reciprocidad.
- Estatuto de autonomía y Gobierno vasco. Agirre. Guerra civil de 1936.
Perdida la guerra y la autonomía, la represión franquista busca destruir totalmente el hecho diferencial vasco.
- Herrigintza como resistencia. Décadas 1950 -1960
Un pueblo en marcha por la recuperación de la identidad y cultura vascas. Movimiento cooperativo, ikastolas.
- ETA, una respuesta sin base vasca.
ETA V celebra su VI asamblea en 1973. Se define como Organización Socialista Revolucionaria Vasca de Liberación Nacional.
Situando el origen del problema nacional y social en el capitalismo, su resolución les lleva al socialismo (planteamiento colectivista universal). Pendulean de forma antagónica desde el individualismo al colectivismo, ignorando el humanismo complementario (personal-comunitario) de sus antepasados.
- Estatuto de Gernika, 1979.
Refrendado por la mayoría de los vascos. Posibilidad de desarrollo autonómico. Concierto, osakidetza, ertzaintza, euskera……
La casa, hoy
La casa actual es sin duda muy diferente de la tradicional. La pregunta que se plantea es en qué medida puede considerarse que cumple sus funciones como refugio, taller y templo.
- Refugio: Al igual que la casa tradicional tiene su puerta y techo que dan protección a sus habitantes. Pero hoy en día la casa está sometida al mercado y a la especulación.
Recuperar el concepto de “albedrio” puede ayudar para reivindicar la casa como patrimonio de bien común.
- Taller: La casa tradicional proveía en gran medida una autosuficiencia y continuidad a sus moradores. Hoy no es así. El mercado y la administración dirigen y condicionan el trabajo. En este sentido la persona ha pasado de ser autónoma a ser dependiente. Sus consecuencias son la inestabilidad laboral y económica, la falta de enraizamiento y la carencia de sentido comunitario.
La participación en la empresa enfocada como “taller común” puede impulsar la interdependencia, el enraizamiento y favorecer la autonomía personal.
- Templo: Hoy en día la sociedad es plural y cada uno puede elegir y practicar sus valores y creencias. Sin embargo, con los medios electrónicos que disponemos (que son reproducciones de la hoguera neolítica y del hogar tradicional vasco) sigue siendo el lugar donde se cuentan las historias y se transmiten los valores.
Pero la referencia a un humanismo donde la dignidad de la persona es inviolable (gizakiari bizia zor zaio), donde el trabajo dignifica a la persona, la convivencia está sustentada en la reciprocidad y la libertad se entiende en oposición al autoritarismo puede servirnos de referencia para una moral común.
Conclusión: el Barandiaranismo puede ser válido como instrumento de recuperación de identidad y de referencia para una convergencia de valores.
borrais los comentarios sobre lo que no os interesa aunque sean opiniones de «Uno de los vuestros» lo que nos reafirma en vuestro enfoque manipulador…
El 70% de enfermeras de la CAV afirma haber trabajado con poca o sin protección
El 70,8% de las enfermeras de la CAV dice que ha trabajado con poco o ningún material de protección frente al coronavirus, según una encuesta difundida este miércoles por la Organización Colegial de Enfermería.
Según este estudio llevado a cabo en el conjunto del Estado español a través de 11.156 encuestas a profesionales de la enfermería entre el 9 y el 20 de abril, las enfermeras de la CAV dan un suspenso tanto a la gestión del Gobierno central como al de Gasteiz. Así, el primero logra una nota del 4,06 y el dirigido por Iñigo Urkullu un 4,44.
Respecto al material de protección, un 66,9% de las enfermeras encuestadas ha dicho que ha tenido poco material en su unidad de trabajo y el 3,9 % nada.
Además un 62,5% ha asegurado que ha sido poca la formación que ha recibido para atender a pacientes con coronavirus y un 11,7% ninguna.
Consultadas por el entrenamiento en el manejo de los equipos de protección individual EPIs, la encuesta indica que el 64,2% dice que ha sido poco y el 15,6% nulo.
Además un 27,1% de las enfermeras ha afirmado haber tenido o tener síntomas del Covid-19, un 20% se ha hecho el test y de ellas el 32,9% ha dado positivo.
“Herrigintza como resistencia. Décadas 1950 -1960
Un pueblo en marcha por la recuperación de la identidad y cultura vascas. Movimiento cooperativo, ikastolas.”
Aunque para algunos parece que solo hay un acontecimiento (ETA) en el franquismo, el movimiento transversal en pro de la recuperación de la identidad vasca fue fundamental. Autentica herrigintza. Y que dio resultados para el conjunto del País. Desde la cooperación.
Puede servir también de referente en la situación actual.
JMB Catedrático y coordinador de laboratorios de la UCM
En NAIZ .
La Comunidad Autónoma tiene 2,2 millones de habitantes.
Pues imagínate, es que es una maravilla. Por favor, hombre, es que así puedes tener controlados a todos los grupos de riesgo. Residencias, pero también cajeras de supermercados, de todo. Eso es muy importante, tanto como controlar a los enfermos. En una epidemia, cuando te llegan enfermos con una sintomatología que se repite, se repite y se repite, los profesionales ya saben cómo es, y hacer un análisis que dará positivo, pues tiene una importancia relativa. Desde mi punto de vista, lo importante es salir y buscar a los que tienen que quedarse quietos porque están dando positivo pese a ser asintomáticos. No tienen síntomas, pero están transmitiendo la enfermedad.
Existe cierta confusión y una aparente pugna entre las PCR y los test de anticuerpos. ¿Tiene sentido priorizar unos por delante de otros?
No todo vale para todo. La PCR detecta el virus, es la única que lo hace. Si quieres diagnosticar a una persona y saber si tiene el virus, esta es el test. Por otro lado, el método serológico de anticuerpos, lo que hace es detectar los anticuerpos que ha producido una persona si ha estado en contacto con el virus. La utilidad, para entendernos, es ir a Hondarribia, por ejemplo, y tomar una muestra al azar de los grupos poblacionales de la localidad. Quizá el 10% te dé positivo, lo que querría decir que cerca del 10% de la población ha tenido el virus y que, por lo tanto, tienes un 90% que no. Eso te hace tomar unas medidas de contención epidemiológica. Es para tratar a una comunidad, no a una persona.
JMB es el Papa francisco de la biología.
Las necesidades unen, las ideas separan», afirmaba José María Arizmendiarrieta, de cuyo nacimiento se cumple hoy el 105 aniversario. La aparición de la pandemia Covid-19 ha generado un cambio sin precedentes. La confrontación ideológica ha pasado a segundo plano siendo sustituida por la cooperación solidaria. Concepciones políticas, diferencias territoriales, intereses de distintos estamentos y actitudes personales, se ponen de acuerdo en afrontar prioritariamente la superación de la pandemia y en la atención a los colectivos más desfavorecidos.
La vanguardia de la lucha es protagonizada por el estamento sanitario que afronta la avalancha de casos, con precariedad de medios y actitudes heroicas, respaldada por la retaguardia de toda la sociedad. Administraciones, fuerzas de orden público, prioridades presupuestarias y la población, se ponen a su servicio y acatan los condicionantes que requiere la batalla. Con todo este esfuerzo se está doblegando la progresión de la enfermedad y se espera que, en mayor o menor plazo, se llegue a superar y retornar a la vida normal.
Tras la fase aguda de la crisis nos espera un panorama desolador. Actividad económica paralizada en un mercado global, también bajo mínimos y al ralentí. La salida de la crisis va a ser lenta, desigual por sectores y condicionada por la pandemia, que no acaba de superarse. A esta situación de penuria nos enfrentamos desde una estructura económica que contiene en sus raíces fuertes desequilibrios y problemas. Al desastre ecológico se unen el desequilibrio poblacional, un sistema económico que soporta crecientes cargas pasivas y la situación de colectivos excluidos del circuito económico. Partimos de una economía en «equilibrio inestable» mantenida, a duras penas, mediante sucesivos «parches». La actual crisis nos enfrenta con dureza con nuestra realidad.
Se abre un nuevo frente de batalla, no menos urgente y grave que el anterior, que requiere de nuevos protagonismos y actitudes. Identificar los actores, establecer tácticas, aunar voluntades y articular colaboraciones se convierte en necesidad imperiosa.
Los poderes públicos, primeros interpelados, están reaccionando con vigor poniendo recursos extraordinarios para la reactivación. Todos los recursos van a ser necesarios pero su esfuerzo unilateral no es suficiente. El mundo empresarial, el poder del capital y las leyes de mercado, son la vanguardia de esta nueva batalla pero confiar exclusivamente en su capacidad para resolver los problemas es quimérico y fuera de la realidad. Requieren de la retaguardia que soporte, alimente y provea de cobertura y apoyo.
La sociedad cuenta con una riqueza inexplorada, con gran capacidad y que podría modificar la estructura económica. Es la red educativa, especialmente en sus fases superiores, así como la red de centros tecnológicos y de investigación que podría tener una intervención más dinámica y activa en la transformación estructural. Esta intervención adquiere especial relevancia cuando afloran nuevos y desconocidos sectores económicos y se transforman las bases de los sectores tradicionales. En este mundo en transformación su intervención es decisiva. Es la fuerza de la comunidad. Su participación activa modifica la estructura económica poniendo en activo las consideradas «cargas pasivas».
La organización de estos tres grandes actores de la superación de la crisis es una nueva experiencia que se debe afrontar. No se trata únicamente de salir de la crisis, sino de marcar la dirección y voluntad de una transformación económica. Requiere de posicionamientos estratégicos compartidos y de establecimiento de procedimientos de cooperación entre diferentes. La visión avanzada, la definición de objetivos ambiciosos de transformación y la aportación ilusionada y solidaria, son condicionantes necesarios.
Las nuevas formas de enfrentarse a la crisis requieren de ámbitos de cooperación: entre capital–trabajo, entre empresas, público–privado, educación– actividad económica, etcétera. Son espacios que se han experimentado con profusión en el País Vasco y que requieren, para su activación efectiva, de la proyección estratégica del país. Es la hora de afrontar grandes transformaciones sin pretender, únicamente, restablecer las precarias condiciones anteriores.
Las crisis son dolorosas pero también motivan transformaciones necesarias. Desde el dolor de las víctimas, afrontemos con ilusión las nuevas perspectivas que se nos presentan. Abramos un horizonte de esperanza a la dureza de los acontecimientos sufridos.