Políticas impositivas en fiestas patronales (y II)

Mikel Arriaga (Profesor e investigador)

Ya lo he comentado en el escrito anterior, es muy importante, de vital importancia para el género humano, el mantenimiento de sus rituales y de toda su “ecología simbólica”, y cada grupo humano o comunidad tiene los suyos, y prioriza unas u otras prácticas en base a su trayectoria cultural, es decir, practica sus rituales, los representa y los vive de forma vital y en muchos casos de forma casi religiosa.

También nos dice Durkheim: “…que la religión debe ser algo esencialmente colectivo.»  Estos rituales festivos, lejos de constituir meras supervivencias arcaizantes, son tradiciones funcionalmente operativas en nuestra compleja sociedad.

Una de las funciones de todo ritual festivo más significativa y unánimemente reconocida es la de expresar simbólicamente el desiderátum de integración e identidad colectiva de la comunidad que lo celebra. Toda celebración periódica de una fiesta denota la existencia de un determinado nivel de identificación y vivencia colectiva, constituye un indicador que permite evaluar la conciencia de adscripción a esa colectividad. Las fiestas, y en particular las tradicionales, ritualizan de forma recurrente el particularismo, actualizando y reafirmando el sentimiento de formar parte de una comunidad -local, regional, nacional- y reproduciendo simbólicamente la identidad colectiva de ésta. Así lo puso de manifiesto Durkheim en Las formas elementales de la vida religiosa: «Todo nos conduce, pues, hacia la misma idea: los ritos son, ante todo, los medios por los que el grupo social se reafirma periódicamente … Hombres que se sienten unidos, en parte por lazos de sangre, pero aún más por una comunidad de intereses y tradiciones, se reúnen y adquieren conciencia de su unidad moral.”…”No puede haber sociedad -prosigue- que no sienta la necesidad de mantener y reafirmar, a intervalos regulares, los sentimientos colectivos y las ideas colectivas que constituyen su unidad y su personalidad”.

El sentimiento de pertenencia a la comunidad, su identidad colectiva, se actualiza o explicita mediante los rituales, y entre éstos los festivos. Tienen un sentido social integrador en tanto que rituales mismos, además de los significados de cada uno. La actualización efectuada mediante el ritual reafirma los vínculos sociales, recordando a los actores que forman parte de un grupo determinado. La fiesta, en concreto, presupone una unidad social diferenciada, a la vez que contribuye a crearla y a reproducirla, puesto que a través de la fiesta aquélla se reafirma como grupo o comunidad. Los actos festivos, y en particular los religiosos y/o cívicos, proporcionan la ocasión ritual para la reproducción de identidades colectivas. En cualquier caso, la participación en manifestaciones festivas expresa más bien la adhesión a una identidad colectiva que al propio significado específico del acto: religioso, cívico o lúdico. Los símbolos festivos expresan la identidad social, permiten realizar y ejercer la condición de miembro de una comunidad, porque la identidad colectiva es vivida como sentimiento de pertenencia a una agrupación humana que se fundamenta en unos valores comunes. Tal adhesión a esa conciencia colectiva se produce y fundamenta mediante símbolos, ya que éstos «han contribuido a su formación”.

Es cierto, además, en algunos casos el ethos adquiere características de enlace o ligazón con los antepasados, a veces, como si de monumentos arquitectónicos antiguos se tratara. Y si a nadie se le ocurre pintar de fucsia o pistacho la Acrópolis, como adecuación a los nuevos tiempos, ¿por qué hay que cambiar una representación ritual considerada patrimonio histórico inmaterial? ¿En base a qué criterios?

Y por lo tanto, ¿cuál es la administración, oficina o departamento del gobierno correspondiente que tiene que dictar lo que una comunidad tiene que sentir o no? ¿Verdaderamente tiene potestad para ello? Y en caso de no seguir sus directrices, ¿va a ser la administración quien suspenda o prohíba la práctica de estos rituales? Estoy pensando en una supuesta nueva ley de género para fiestas creada ad hoc  para el caso de los Alardes de Irun y Hondarribia. ¿Qué va a ocurrir si no se cumplen los requisitos de la ley de lo políticamente correcto? ¿Se va a mandar a casi toda una población a un gulag? Repito, acaba de firmar el Lehendakari (el 17 de Enero) un plan para impulsar la pluralidad y la convivencia. ¿Qué es solo para la comunidad musulmana? ¿Acaso no es esto aplicable también para nuestras comunidades y la práctica de sus ritos con más de 200 o 300 años? Sinceramente, hacer estas preguntas me parecen un chiste: el Lehendakari intenta impulsar la convivencia con los musulmanes, y en cambio, otras instancias institucionales parece que intentan promover la discordia en Hondarribia. Muy edificante y muy coherente, sin duda. Y el asunto tiene nombre y apellidos, Iñigo Retolaza, así nos lo confirman las reuniones que ha ido teniendo con Alarde Fundazioa y Hondarribiko Emakumeak.

Las instituciones deberían poner en marcha un plan para asegurar la convivencia y la pluralidad en las fiestas de Hondarribia con la puesta en marcha de dos Alardes y dos horarios, para que el derecho a la libertad de todos y todas, ya que es de lo que se trata, esté totalmente garantizado. Déjense de paños calientes promoviendo movimientos como el de Guztion Alardea, parcial, sesgado y manipulado, hagan algo claro y resolutivo garantizando los derechos y la pluralidad. Si no es así, estamos abocados a un enmarañamiento si cabe más fuerte de este nudo gordiano que tiene la sociedad del Bajo Bidasoa, y que en vez de intentar solucionarlo de forma justa lleva camino de eternizarse en un estancamiento como si de aguas fecales y residuales se tratara.

Es tiempo de soluciones, y la solución justa por excelencia es el respeto de todas las opciones. En este caso sería la disposición de dos horarios diferentes para dos Alardes diferentes. Recuerdo que alguien lo dijo en los comentarios de artículos anteriores; es como si tuviéramos dos aficiones, una de futbol y otra de baloncesto, y retransmitieran un partido de futbol y de baloncesto en el mismo momento, pero tuviéramos la opción de poner dos TV diferentes. Lo justo sería sintonizar una TV con futbol y otra TV con baloncesto, para así tener a las dos aficiones disfrutando de su pasión. ¿Qué interés hay para conectar las dos TV con el mismo partido? Con esta opción se vulnera el derecho a la libertad de una de las partes. La solución para que nadie se sintiera discriminado sería propiciar dos TV en dos salas o habitaciones diferentes. ¿Por qué tanto interés en retransmitir un único partido para todos? Está claro que una parte sería privada de su derecho y de su libertad ¿no?  ¿Por qué se quiere optar por un solo Alarde, cuando permitiendo los dos se respeta a todo el mundo? Alguien se imagina, por ejemplo, que desde la organización de las regatas de la Concha dijeran: “Este año solo una regata, o masculina o femenina, pero no las dos”. ¿Sería impensable, verdad? Entonces, ¿por qué se quiere acabar con el Alarde tradicional e imponer uno mixto, si se pueden hacer los dos?

Sinceramente, no lo entiendo. ¿Qué pasa? ¿Tanto poder tiene lo políticamente correcto para ejercer e imponer su discriminación? ¿Cuál será la siguiente? ¿Nos mandará a un Gulag a los que pensamos diferente?  

En fin, sigan promoviendo planes de pluralidad y convivencia con el beneplácito de los medios de comunicación, y por otro lado cercenen derechos de sus ciudadanos mediante técnicas bolcheviques, a ver a dónde llegan las consecuencias. Eso sí, todo ello aderezado con las posiciones políticamente correctas del títere Ararteko. Un Ararteko que lo que debería hacer es respetar y hacer respetar la sentencia del Tribunal Superior respecto a los Alardes (citada anteriormente en otros artículos), y está haciendo todo lo contrario, ya que debería salvaguardar y ayudar a esa mayoría del pueblo de Hondarribia que pide que se respete su libertad para organizar un Alarde como lo hicieron sus antepasados. Por ejemplo, otra labor a desarrollar por el Ararteko sería la de defender el patrimonio histórico inmaterial que son los Alardes, no solo la de defender los derechos más inmediatos de las personas, sino también defender el patrimonio histórico inmaterial de los ciudadanos de Irun y Hondarribia, y no para lo contrario, que es lo que está haciendo. Señor Lezertua, defienda a toda la ciudadanía, y si no, dimita.

Estos son los mimbres que se están tejiendo desde la Diputación de Gipuzkoa para eliminar el Alarde Tradicional e imponer el Alarde Unitario y totalitario.

¿Nos es más claro, y deseable, respetar todos los derechos sin que se impongan unos sobre otros? ¿Por qué ese afán de manipular a una parte de la juventud con prácticas secretas y de corte revolucionario? El señor Iñigo Retolaza se ha estado reuniendo con varias personas para poner en marcha el grupo de Guztion Alardea en Biarritz, Errenteria, Arrasate y en Donostia. Esto último lo cita una nota de Hondarribiko Emakumeak (2). ¿Estamos seguros con sujetos como Iñigo Retolaza manipulando nuestra comunidad guipuzcoana?

Podría seguir con más preguntas, y espero equivocarme en algunas de ellas, pero estas son algunas de las primeras que se me ocurren a medida que veo el escenario que nos ofrecen los medios de comunicación.

Llegados a este punto no me queda más que mirar el panorama con un poco de humor, ya que la seriedad requeriría palabras mucho más contundentes. Es la libertad de todos la que se está poniendo al borde del precipicio, y todavía ciertas instituciones ni  siquiera lo quieren ver.

La ideología de género es el caballo de batalla al que se aferran los que perdieron la batalla de destruir la convivencia y la libertad de nuestro pueblo. Ahora, con la cuestión de la corrección política, la izquierda abertzale, junto con sus aliados, organismos derivados y responsables institucionales manipulados, pretende vencer donde perdió. Es labor de los políticos responsables velar por la convivencia y la libertad de la gente de Irún y Hondarribia.

(2) https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=2961761230540786&id=440758042641130&__tn__=K-R

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13 comentarios en «Políticas impositivas en fiestas patronales (y II)»

  1. Tengo que decir que me ha encantado la mezcla de reflexión antropológico-filosófica y la política actual de estos artículos. Merecía la pena plantear una reflexión en profundidad acerca de nuestros ritos, entre ellos, muy importantes, las fiestas populares. A pesar de que estamos en una época de secularización, o a lo mejor por ello, los vínculos de las personas persisten y necesitan un espacio de confluencia. Hacernos ver las raíces de nuestro comportamiento, como lo hace el antropólogo Arriaga, nos permite tomar decisiones adecuadas en estos temas.

    Lamentar que las instituciones estén tan lastradas por la presión de grupos que no representan más que a sectas ideológicas que son manejadas desde la sombra por los que todos sabemos.

  2. Otra vez Jaizkibel Konpainia y sus aledaños más oscuros jugando al tiro la piedra y escondo la mano. Detrás de la presentación de Guztion Alardea se nota la mano que mece la cuna.

    ¿Alguien se piensa que toda esta correlación de acontecimientos bien medidos y organizados son simplemente fruto del azar? ¿Es que unos veinte jóvenes opinan algo y obtienen un eco mediático tan grande así porque sí?
    Que no nos extrañe nada lo que apunta Arriaga, y que de aquí a cierto tiempo el Gobierno Vasco generará una ley para eventos y espectáculos, creada ad hoc, en la que se explicitará claramente la prohibición de los Alardes Tradicionales. Si no, al tiempo.

    ¿Está la ciudadanía concienciada para tragar este tipo de manipulaciones de corte bolchevique? Mucho me temo que sí, porque previamente los medios de comunicación manipulados irán preparando el terreno, y allanarán las mentes de la ciudadanía con lo políticamente correcto. Y como colofón, prohibirán los Alardes de Irún y Hondarribia; seguramente, de manera mucho más sencilla que la circulación de patinetes por la acera.

    Un verdadero despropósito. Sólo textos tan lúcidos como los de Arriaga, quizá, logren revertir esta situación que tiene visos de ser una muerte anunciada.

    Eskerrik asko Mikel.

  3. Tenemos que salir del hoyo. A respirar. A hacer como Sabino Arana cuando comenzó a salir de Abando. Lean el tercer volumen de su obra. Cuando se da cuenta de las tonterías que dijo antes de empezar a viajar.
    ¿Identidad colectiva?
    Esto me suena.

  4. Tienes que salir del tópico lleno de ranciedumbre, Manu. La ideología de género, y su uso por organismos inquisitoriales ad hoc, es algo que ocurre aquí y en los EEUU, que es uno de las cuestiones más candentes. Pero como tu seguro que cuando viajas sólo estás en alguna hípica o alguna wiskeria no te enteras. Tu identidad colectiva española te mantiene en una burbuja y todavía, a los más de cien años de su muerte, todavía piensas en Sabino Arana.

  5. Maravilloso. Pero me genera interrogantes. Nada es lo que parece… y cuando digo A… Hay muchas claves de fondo y el porqué de que algo tan lucido como lo que dice Arriaga no cuaje a nivel institucional no es por una cuestión de legitimidad entre el tradicional o el que propone la participacion de las mujeres. Es una cuestión de rédito electoral. Es una cuestión de o perder votos en un contexto de ola de pseudo feminismo liderado por la izquierda abertzale. Porque, el alarde solo es una moneda de cambio encima de una mesa politica en la que se deciden intereses de Euskadi a nivel general. Si el PNV viera el riesgo de perder la alcaldía de Hondarribia por este motivo ¿ Reaccionaría? O ¿Seguiría igual y la pérdida sería un precio a pagar por el bien de Euskadi? El PNV es el partido más pragmático que existe (Pragmatismo de Sanders Pierce, Willians….) y esa también es una de las claves por las que esto no sale de estado de nudo gordiano…

  6. JELen agur

    Sugieres acaso, que nos olvidemos de todo y aceptemos las ideas tal y como se nos vienen dadas por el simple hecho de que son admitidas en la mayor parte del orbe?
    El borreguismo universal es criterio de bondad para cualquier idea?
    La ideología de género es un planteamiento intelectual que fuera de la igualdad entre hombres y mujeres, algo que se admite en cualquier democracia, nos instala una serie de prerrogativas dictatoriales que están muy lejos de ser aceptables a mínimo análisis que se someta. Géneros a la carta, persecución al varón, etc.
    Entiendo la presión de la moda ideológica. Pero si se pretende avanzar en derechos y obligaciones, la intelectualidad tiene que poner el acento. Asusta lo que con esas actitudes, algunos poderosos lobbies son capaces de colar en la sociedad.

  7. Mikel podrías informarte un poco antes de escribir estos articulos?
    Guztion alardea ha dejado claro con un comunicado ciertas cosas que dices. Ya vale de mentir.
    Para finalizar, espero que no pienses que son 20 chavales manipulados ya que la sorpresa que te puedes llevar puede ser de órdago.

  8. La explicación de muchos de los interrogantes que se plantea el autor se encuentra en el divide y vencerás como mecanismo de establecimiento de la propia hegemonía ideológica.

    Las raíces de esta estrategia y su praxis viene muy bien explicada en un libro de muy interesante lectura escrito por Ernesto Laclau y Chantal Mouffe en 1985 «Hegemony and Socialist Strategy» traducido al español en 1987.

    Estos dos profesores de universidades inglesas –Essex y Westminster– (Laclau murió en el 2014) son los principales expertos mundiales en la obra de Gramsci que es quien la articula en sus cuadernos de la cárcel de la que sale para morir en 1937.

    Es una estrategia de conquista progresiva de la Hegemonía Cultural identificando en cualquier sociedad puntos de conflicto capaces de ser exacerbados hasta destruir el pensamiento vigente –sentido común, lo llama Gramsci– e imponer el deseado.
    Casi todas las políticas identitarias modernas siguen este patrón en el proceso de «deconstrucción».

    El problema es que de ello resultan sociedades muy fragmentadas y muchos antagonismos soterrados. Tanto que resulta muy difícil crear la «unidad» de lo fragmentado y mantener al mismo tiempo el enorme coste de financiar todas las redes clientelares que participaron con éxito en la «deconstrucción». Es decir, el folclore no basta.

    Lo explican en mucho detalle y bien los dos citados, Laclau y Mouffe.
    Por cierto, Monedero, Errejón y Churches, el trío bolivariano, son muy amiguetes de Chantal Mouffe, la abuela.

  9. Querido Juantxo.

    Qué más da 20, 40, 200 o 700 sujetos. No sois mayoría en la población de Hondarribia. Eso es claro y veraz.

    Y lo que sí ha dejado muy claro Guztion Alardea es su naturaleza totalitaria, ya que a la hora de hablar no quiere saber nada de dos Alardes.

    Su única negociación es la de cómo imponer su visión sobre este asunto, es decir, Alarde Único y Totalitario, ni hablar de dos opciones.

    En eso, desde luego, no nos sorprendéis para nada.

    Por ello, aclarar, que los únicos que mentís sois vosotros, que no tenéis intención de negociar, y sí en cambio, de imponer.

    Sois los maestros de la mentira y de la manipulación.

  10. Me ha gustado mucho, Manu, tu reflexión sobre Laclau y Moffet.

    A esa reflexión le falta la parte de aplicación a la situación de Hondarribia y el Alarde. Ya ves (así parece que lo quieres dar a entender en contradicción con tu anterior correo) que lo del Alarde no es más que una intervención de una corriente ideológica internacional que en Euskadi la izquierda abertzale la asume y la pone en la vanguardia de su lucha política, ideológica y social también (pues se trata de condicionar las fiestas de todo un pueblo).

    Esa corriente internacional hace un uso/instrumentalización de la identidad con la intención, que tu muy bien subrayas, de conseguir la «hegemonía», la creación de un nuevo «sentido común» y la destrucción del vigente. Es decir, el problema no es la identidad, sino el uso que se hace de ella. En este caso hay, además, un choque de identidades (la identidad que supone la ideología de género y la identidad de un sentido tradicional de las fiestas del pueblo).

    Para el caso de Euskadi esto además no es novedoso sino muy antiguo. La peculiaridad es que la izquierda aberzale, que va de popular, va en contra del pueblo, enseñando su carácter, manipulando a algunos jóvenes y algunas instancias institucionales.

    Guztion Alardea es el caballo de Troya destinado a destruir la libertad de opción del pueblo de Hondarribia. Pues la imposición del «sentido común» supone la destrucción de opciones diferentes a la que se quiere imponer.

  11. Hola, Guztarri.

    Tienes mucha razón en tu ejemplo sobre Fuenterrabía y su Alarde. Al escribir la nota no estaba pensando en ello pero el ejemplo es perfecto.

    De tu comentario se desprende, además, otra de las conclusiones que es inevitable alcanzar al leer a Gramsci y a sus principales exégetas Laclau/Mouffe.

    Es decir, que todo es un subterfugio y una oportunidad para dividir y romper cualquier hegemonía previa, cualquier base cultural. Identidades étnicas, lenguas, familias, arquetipos de comportamiento masculino y femenino; relación, padres, hijos, abuelos, nietos, fiestas, barrios, religiones o no religiones, alumnos-profesores. Relaciones laborales, conductores-peatones; sanos-enfermos, vivos-terminales, madres/fetos, relaciones hombre-mujer, etc, etc, etc.

    Esto es una muy antigua cuestión en el Marxismo que arranca cuando comienzan a ver la imposibilidad de usar la «lucha de clases» para Alcanzar el Poder que, en el fondo, es de lo que se trata. De limitar y dirigir a otros negándoles su libertad.
    Rosa Luxemburgo y Kautski son quizás los primeros pero Gramsci es el catalizador intelectual.

    El último capítulo de «Hegemonía y estrategia socialista» –de lectura bastante difícil pero interesantísimo– lo expone con fuerza al tiempo que muestra los riesgos de dicha estrategia y lo difícil –por falso– que resulta intentar crear unidad verdadera alguna tras la hecatombe cultural que supone, por artificiosa, la nueva hegemonía que se impone por la fuerza, coactivamente, si es necesario.

    Por cierto, en Occidente, quienes mejor han estudiado a Gramsci no son los Marxistas sino los Intelectuales «Anglo Norteamericanos» dedicados a la gestión de procesos estratégicos a largo plazo en la Geopolítica. Por ejemplo Lawrence Freedman o Brzezinski. Y lo llevan aplicando cincuenta años.

    Laclau y Mouffe trabajaron siempre en Inglaterra.

    Saludos

  12. Muchas gracias por la información e ilustrarme sobre este tema. Trataré de seguir tus consejos bibliográficos.

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