Imanol Lizarralde
La lectura del editorial de GARA acerca del Plan de Paz y Convivencia (2013-2016) presentado por el Gobierno Vasco, nos da algunas de las claves de la perspectiva del MLNV sobre este tema. Con la admisión de aspectos positivos de ese Plan, como puede ser el de la investigación de la tortura, el editorial de GARA indica dos omisiones importantes:
- La omisión, en ese Plan, de la presente “violencia del Estado”, “operaciones como la desarrollada ayer por la Guardia Civil, detenciones como las practicadas por la Ertzaintza en Donostia y Ondarroa y decisiones judiciales como las adoptadas en torno al «caso Bateragune» o el juicio contra cuarenta militantes de la izquierda abertzale”.
- La omisión de una investigación de las “causas del conflicto”: “un objetivo tan ambicioso no puede pasar por alto cuáles han sido las causas de un conflicto que ha originado tanto dolor, pues centrarse solo en las consecuencias no es garantía de que ese sufrimiento no se vuelva a reproducir”.
En efecto, el Estado y el Gobierno Vasco siguen deteniendo a encausados por la acusación de pertenecer a ETA. El editorial de GARA, al plantear la acusación genérica de la persistencia de la “violencia del Estado” omite, a su vez, la existencia de ETA como organización, con inclusión de gente que se ha sumado en un periodo posterior al del anuncio del cese de su actividad armada. Al haber planteado el MLNV un proceso “unilateral” –y al no existir, por parte del Estado, ningún tipo de negociación o acuerdo al respecto, ¿qué podemos decir? Primero, que la denuncia de las “operaciones” antes citadas –que, dicho sea de paso, son de diversa naturaleza y por tanto su valoración debería de ser diferente y no conjunta- entra en la línea de continuidad de la denuncia contra la “represión” que todos los agentes del MLNV han planteado cuando la violencia de ETA o la Kale Borroka estaban plenamente en activo. Se puede constatar que por parte del MLNV, no hay un desarme de su ideología, sino una prolongación de la denuncia de la “represión” en los mismos términos de siempre con todo lo que tiene de mantenimiento de la cultura de la interacción acción-represión que es uno de los fundamentos de la reproducción de la violencia en Euskadi.
Una segunda cuestión –ligada a la existencia de ETA y su estructura militante- es la persistencia de la “violencia de baja intensidad” o “Kale Borroka”, como se ha podido detectar con los actos cometidos tras la muerte de López Peña Thyerry, con la quema periódica de contenedores y de cajeros y otro tipo de manifestaciones violentas ligadas a diversos tipos de lucha. El esquema de “violencia estructural/violencia de respuesta”, como da a entender el editorial de GARA con suficiente claridad, sigue rigiendo la visión ideológica del MLNV, con lo que estos actos están justificados, aunque, a veces se nieguen y otras se minimicen, y sus perpetradores entran en la denominación de luchadores con la que en el ámbito del MLNV se califica a estos.
La tercera cuestión es de índole de estrategia política. Si es verdad como dice el editorial de GARA, que “la realidad violenta del Estado no ha cambiado un ápice”, entonces, ¿cómo es posible que ETA haya planteado un cese definitivo de su actividad armada? El mensaje está claro: el Estado sigue siendo tan violento como siempre, es decir, una “violencia de respuesta” estaría justificada. ¿Son ese tipo de formulaciones garantía de que la escalada de violencia “no se pueda reproducir” como aboga, al final, el editorial de GARA?
Estos son los problemas de un proceso de tipo totalmente inédito como el nuestro, donde una de las partes ha tomado la decisión de avanzar de forma “unilateral”: puede ocurrir (como de hecho ocurre ahora) que las otras partes no le sigan (en el caso del Estado) o puedan plantearse esta situación en función de sus propios criterios (en el caso del PNV). La denuncia de la persistencia de la violencia del Estado y la denuncia de todo el resto de los agentes políticos (PNV, PSOE, PP) por parte del MLNV, con la justificación de los pasos “unilaterales” propios, constituyen un modo de discurso cuya intención es la de imponer al adversario la propia agenda por medio del pretexto de la existencia de un “proceso de paz” en activo. No por no plantearse explícitamente el retorno de las armas de ETA no deja de ser esto otra forma de chantaje.
Finalmente, el editorial de GARA apela a “las causas” del conflicto como una de las carencias del documento del Gobierno Vasco sobre paz y convivencia. Hay que convenir que aquí tiene una parte importante de razón. Pero, desgraciadamente, la visión oficial del MLNV de cuales son esas “causas” (la opresión de los Estados contra Euskalerria que genera la respuesta político-militar del MLNV) constituye un falseamiento directo de la realidad. El “problema vasco”, en términos de problema nacional, no es la “causa”, es el “contexto” en el cual el MLNV decidió, en su día, hace más de 30 años, poner en marcha su propia estrategia, empezando por el ejercicio de la lucha armada. La verdadera “causa” fue la voluntad del MLNV de aprovechar esa problemática nacional vasca para poner en marcha una estrategia de escalada y reproducción de la violencia, con el fin de impulsar un proyecto revolucionario de carácter propio. Un plan de paz y convivencia tiene, en efecto, que mencionar las “causas” del conflicto, sin deformar la realidad y adjudicando a cada actor político la responsabilidad que le toca en el dolor y sufrimiento causados.
El problema de la “unilateralidad” es que, pese al cese de actividad armada por parte de ETA, las espadas siguen en alto en otros frentes, como por ejemplo el de la violencia de baja intensidad, el ideológico y el de masas. Sin desarme ideológico-político el desarme de las armas puede ser puramente coyuntural, dado que la violencia de ETA es contemplada como defensiva y de respuesta y, por tanto, justificable en según que tipo de coyunturas. Esto es contradictorio con la voluntad explicitada por GARA de que la violencia “no se pueda reproducir” en un futuro.
Por último, resultaría muy positivo, por todas las partes, un reconocimiento de que la conciencia ética es algo previo a la conciencia política. La afirmación de que ninguna causa política, ni la del MLNV, ni la del Estado ni ninguna otra, puede justificar la vulneración de los derechos de las personas conformaría la auténtica garantía de una paz perdurable. Es evidente que el MLNV no quiere entrar en ese terreno por considerar una declaración semejante como ruptura con sus propios valores y su historia. Pero sería también una paz positiva, si se dejasen claras las cosas.
Si el MLNV reconociera de forma abierta que no puede afirmar la existencia de una ética universal, cuya base es la vida, la dignidad y la libertad de las personas individuales, al menos tendríamos la conciencia de las verdaderas causas de la violencia, que es una ideología que plantea la prescindibilidad del sujeto humano en función de una determinada lucha política. Esto todavía está lejos de ocurrir, por la omisión pertinaz por parte del MLNV de explicitar sus objetivos y de los valores que ellos acarrean. El engaño debe desaparecer, aunque no desaparezca la posibilidad futura o presente de la violencia. Pero, mucho me temo, que el MLNV no está dispuesto a renunciar ese instrumento que significa ocultar sus verdaderas intenciones cuando está proponiendo la paz.
La ceremonia de la confusión del MLNV respecto a la kale borroka ya está dando frutos: la consejera de seguridad desvinculando los últimos sabotajes de la izquierda abertzale o lo recogido en prensa sobre Legazpi, atribuyendo el asunto a skin heads…y yo me pregunto, en Euskalerria los skins cuando han salido del ámbito del MLNV? Dónde se ha ubicado el anti sistema si no en el MLNV? El resto es tratar de engañar al pueblo y esto, al final, se acaba pagando caro y «en carne propia».
optimus prime, os animo a los de h1 a que vayais donde la consejera de seguridad, acompañados por maneiro, a explicarle esto que nos cuentas.
La IA no renuncia a nada y quiere sacar réditos del proceso de paz. Y desgraciadamente tenemos una consejera de interior que no quiere ver la realidad, que la violencia sigue siendo un factor que la IA utiliza, en otras circunstancias y de otra manera. Es normal también que los intoxicadores de Bildu pretendan decirnos que las pintadas en batzokis aparecen solas o que los contenedores tienen fuego por combustión espontánea. Es otra línea de actuación.
Ay que ver como se ponen los de la izquierda abertzale cuando les recordamos que sus chicos todavía quieren guerra.
Y no vamos a ser canelos, quieren guerra porque sus jefes se la meten por vena. Y alimentan el odio contra el PNV y la Ertzaintza como parte de su formación humana y intelectual.
Me gustaron mucho las declaraciones de Egibar cuando dijo,
Si no hay Gobierno español ni subsidiariamente francés que se avenga a admitir ese proceso de negociación o cierre de la organización, creo que ETA debe pensar que también lo puede hacer de otras maneras y que aunque no sean las instituciones vascas en primer lugar, se pueden suscitar líneas de trabajo, trabajar escenarios que le permitan a ETA proceder a dar los siguientes pasos porque si uno cesa en la actividad armada, las armas no las necesita para nada y esa entrega de armas en el formato que sea se tendrá que producir para proceder a continuación a dar otros pasos en la línea de la disolución.
Eso es coherencia, y no estar dando la pelmada con especialistas internacionales, conferencias, o hablarnos hasta la náusea de las causas del conflicto y de acuerdos de no se qué. Que dejen las armas ya y luego les creeremos.
Los del PNV de Andoain deben haberse pasado a H1 pues leo en el Diario de Noticias que denuncian que ayer se quemaron cuatro contenedores en el pueblo.
Pues eran dos contenedores. Aquí está el enlace:
http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2013/06/16/politica/euskadi/desconocidos-incendian-dos-contenedores-en-andoain
Habran sido los de la zabor borroka y sus sabotajes a los nuevos sistemas de reciclado.
jajajajajaja
La «zabor borroka»·, que bueno, estos de la IA se organizan en todos los frentes.
Ave JEL
Efectivamente, ¿cuál es nuestro objetivo fundacional? La demolición de la autodenominada izquierda abertzale.
Por tanto, nuestra praxis se materializa en la incineradora y la Supersur II y III que marcará un antes y un después en el desarrollo de nuestro país y de las empresas constructoras, creadoras de riqueza.
Ene aberri lastana-n Agur Jaunak
La praxis de la autodenominada izquierda abertzale es la demolición de Euskadi que se materializa en el desprecio por la voluntad popular y en la implantación de un sistema de basuras ruinoso como el PaP y la paralización de Gipuzkoa. Así conseguirán el logro de que tengamos niveles de riqueza como los de Venezuela y Cuba, países ejemplo que la autodenominada izquierda abertzale imita en todo lo que puede. Pero ya que no pueden manchar de petroleo nuestro mar, llenan de basura nuestras calles.