Joxan Rekondo
Los candidatos de PSE y PP observan con mucha preocupación las encuestas de estos últimos días. Todas ellas les colocan muy lejos de salvar la papeleta electoral con cierto decoro. Quedan tan lejos de los principales contendientes que muchos votantes pueden concluir que el voto a estas formaciones políticas no es útil, sobre todo cuando los candidatos López y Basagoiti insisten en implicar al PNV para impedir que EH Bildu pueda llegar al gobierno (o para echar a Bildu de la Diputación de Gipuzkoa). El voto más eficaz para lograr este objetivo, pensarán muchos, es el voto directo al PNV.
Basagoiti ha decidido desde el inicio jugársela a la desesperada. No puede vindicar la ‘regeneración democrática’ que se propuso al apoyar a López en 2009 por varias razones. Una, porque no se ha producido, al menos en relación con las expectativas creadas por aquel pacto. La estructura cultural, educativa, social y política del país se ha mostrado tan arraigada que ha terminado resultando ridículo el intento de desmantelarla desde arriba, tal y como los medios matritenses esperaban que se iba a producir con la mera toma de Ajuria Enea. Dos, porque la ruptura del PP con Patxi López fue tan abrupta y ha desencadenado tal distanciamiento entre ambos que un mensaje de defensa de la gestión del gobierno socialista sería inverosímil para el votante al que quieren dirigirse los populares. Pero, el PP vasco también está lastrado por el erratismo económico de Rajoy.
Por eso, Basagoiti ha optado por una huida hacia adelante. Cuando nadie hablaba de independencia, el PP se sacó de la chistera los dos eslóganes con los que ha perfilado toda su campaña: ‘somos más del 51’ y ‘Si tú no vas, ellos ganan’. El cortafuegos busca evitar la transferencia de ‘voto útil’ a un PNV al que describe, pese al mensaje de Iñigo Urkullu, como amenaza independentista.
Creo, sin embargo, que al lehendakari Patxi López sí le ha sorprendido que las encuestas coloquen a su partido en caída libre. Con el pacto de ‘regeneración’ del 2009 en el cajón del olvido, su plan electoral era discutir sobre modelo de sociedad y contener la irrupción del PNV buscando un choque muy ceñido al terreno social. Como reacción a su hundimiento en los sondeos, el PSE ha recurrido a identificarse como ‘muro de contención al nacionalismo’ o a pedir el voto para evitar ‘la entrega del país a los nacionalistas (vascos)’. A los socialistas no les será fácil gestionar esta esquizofrenia. Tras ese muro de contención, en la comodidad del reencuentro posicional con el PP vasco, decae el crédito de la alternativa a la derecha en la que López ha querido convertirse en el ocaso de su legislatura.
El muro de contención del PP y PSE tiene su correlato alternativo en el ‘muro popular’ contra los partidos estatales que propugna la nueva vanguardia de la izquierda abertzale, Sortu. ¿Será inevitable que el final de la violencia nos lleve al rearme del frentismo y la segregación político-social? No lo veo inevitable. Frente a los muros que blindan, separan y excluyen, es oportuna la referencia a una política integradora, que no tiene mejor plasmación metafórica que aquella del gran ‘cauce central’, figura acuñada por Ibarretxe. Un cauce con capacidad suficiente para recoger y canalizar todas las corrientes de Euskadi que, pase lo que pase el 21-O, seguirá siendo un país muy dinámico y complejo.
Esta campaña tiene, al menos, el valor de resumirnos cual ha sido, hasta ahora, la política vasca. Los españoles, PP y PSOE dicen que el PNV es igual a ETA; los de ETA-Bildu dicen que el PNV es igual al PP y PSOE. Esta doble perspectiva es la causante de la centralidad del PNV, que hace y ha hecho su camino. También es la clave del frentismo desgarrador que, esta vez sí, tanto unos (PP-PSOE) como los otros (Bildu) tomen al PNV como adversario al que hay que batir y disminuir. Los extremos se alimentan, está claro. Pero la centralidad es la clave de la estabilidad de Euskadi en estos momentos de crisis.
De centralidad nada, las recetas economicas que intuimos en el PNV (y digo intuimos porque su programa electoral es una coleccion de vaguedades) son las mismas que las de la derecha del PP, asi que la opcion es clara o seguir como hasta ahora o cambiar la formula y votar a EHB.
No digas chorradas, Victor, el señor Balerdi demuestra que las recetas del PP son las que sigue Bildu ovejunamente en el territorio de Gipuzkoa, recortes, subidas de impuestos, paralización de la inversión. El PNV aplicó la reactivación económica en la crisis de los 80 con los buenos resultados que todos conocemos. La opción es clara y es única, si queremos salvar a nuestro país del desastre español y del desmadre batasuno, votar al PNV.
Ayer el único argumento del PP en el debate fue la independencia. Basagoiti fue tan pesado que cabreó hasta a sus votantes. Urkullu perdió una gran oportunidad para responder y estuvo con pocos reflejos. Patxi Lopez era risible diciendo que él no aplicaba recortes. A UPD y Ezker Anitza no les hace caso nadie. Y Mintegi hablaba como para no molestar, en plan programa buenista. Qué bodrio.
Urkullu perdio una gran oportunidad para responder?. No, Urkullu no quiso responder que es muy diferente no se pronuncio ni sobre la independencia ni sobre sus planes economicos (si es que los tiene).
Sin embargo Laurita Mintegi aboga por la economía petrolera de Chavez y la gorra de los comandantes Castro como solución precisa y realista a la crisis de Euskadi. En la tele, Laurita no dijo nada por que estaba ocultando el diente de conde Drácula que le salía por el costado.
JELen agur
La verdad, lo que dice Victorii a estas alturas, con la trayectoria del PNV en crisis más duras aún que las pasadas, sin el recurso del ladrillo, acreditada ya, todavía ande dudando de su solvencia y centralidad. En aquella época, las iniciativas fueron criticadas tanto por la IA como por el PP-PSE. Habia que criticarlo todo. Por eso, el PNV se mantuvo firme y en medio de todos. Y lo volverá a hacer así porque es como sabemos hacerlo y como ya lo hemos acreditado con anterioridad.
Mientras se estará cociendo un pacto a la catalana bajo la excusa de los supuestos recortes de la derecha.
Con el precedente de PLL, no tengo nada claro que el PNV, aun siendo el partido más votado, tenga alguna posibilidad de gobernar.
Andar dudando sobre la independencia es otro desproposito o intencionado, ya que es uno de los pocos recursos que cuenta Bildu para movilizar gente a su favor. Cada uno tira de sus posibles.
Pero la realidad la tiene acreditada el PNV.