Ander Muruzabal Nafar Herria blogean
Lo que ocurrió la semana pasada en Catalunya no puede sorprender a nadie que haya tenido el más mínimo interés por seguir los acontecimientos que han llevado a la nación catalana a una reivindicación independentista como la de esta Diada.
¿Pero que ha pasado para que un nacionalismo cultural, integrador y amable como el catalán más preocupado por proteger su propia identidad nacional que por desarrollar instituciones como estado haya pasado a la reivindicación masiva de estatalidad?
Cierto es que la crisis, la desastrosa gestión del tripartito catalán, la enorme deuda catalana y la ausencia de mecanismos fiscales y financieros propios han podido llevar a su clase política a la tentación de jugar con el independentismo como herramienta de presión para obtener contrapartidas con las que aliviar una situación económica precaria, cierto que su balanza fiscal es injusta, cierto que la política de recortes que ha sufrido la población catalana es superior cualitativa y cuantitativamente a ninguna otra población española, cierto, también, que el descontento social siempre acaba fortaleciendo a las opciones más radicales, pero nada de esto hubiera sido capaz de detonar una explosión independentista como la de ayer.
Así pues, la explicación habrá que buscarla en otro lado, y ese otro lado no puede ser otro que la estulticia de la clase política dominante española para ver lo que cualquier observador imparcial hubiera notado al primer golpe de vista, la colección de agravios que ha sufrido Catalunya por parte de un centralismo político que ha usado hasta la nausea el anticatalanismo para arrancar los cuatro míseros votos que le permitiesen mantener el poder en Madrid y su incapacidad radical de concebir otra España en la que pudiera caber alguien más que ellos mismos. Todo ello ha hecho despertar un sentimiento más allá de cualquier coyuntura; el orgullo de ser catalán y solo eso.
Pero si lo de ayer fue la constatación evidente del fracaso del Estado de las Autonomías, no hay que ir mucho más allá para ver que no solo ha fracasado el actual modelo de estado sino que lo que ha fracasado es España. España es, a día de hoy, un proyecto nacional fracasado y agotado, y, probablemente, ya sin solución posible. El proyecto nacional que nació hace doscientos años con la Constitución de Cádiz, todo lo que vino después no ha sido más que una colección de parches sin estrategia ni objetivo alguno para mantener de pié algo que de por si era insostenible.
Y probablemente todo haya sido un problema de imaginación y originalidad, algo de lo que la política española ha carecido de forma endémica dando por prohombres y patriotas destacados a verdaderas acémilas políticas, cuando no fascistas y dictadores de la peor calaña, de los que nuestra clase política actual no es más que digna sucesora y acallando, cuando no vituperando y eliminando, a aquellos que quisieron poner un poco de cordura en el inmenso ruedo ibérico.
Si ya el origen de la nación española fue una vulgar copia, importada con puntos y comas de situaciones nacionales ajenas y perdió la oportunidad de “democratizar” sus instituciones atendiendo a la realidad plurinacional preexistente; o eran las Españas o no era, que hubiera dado lugar a un estado plurinacional y confederado, transformándolo en un estado uniformador y uniformista donde la diferencia era pecado y no virtud, las correcciones posteriores, desde los estatutos republicanos arrancados a golpe de necesidad; no hay nada más parecido a un español de derechas que un español de izquierdas, hasta el despropósito constitucional del café para todos del 78 no han hecho más que ahondar la fractura, aumentar la lista de agravios y reafirmar en sus posturas a lo más casposo del nacionalismo español.
El tiempo nos dirá el destino de la confusión actual, pero cuando se cambian reivindicaciones justas por sentimientos las cosas tienen muy mala vuelta atrás. El próximo 21 de octubre hay elecciones en Euzkadi, aquí si hay pacto fiscal, aquí la deuda es menor, aquí la situación económica, con serlo, no es tan delicada, aquí los recortes no han sido tan drásticos, pero el problema de reconocimiento nacional es el mismo y la lista de agravios parecida. Aquí en vez de ser la calle pueden ser las urnas…
En todo caso el nacionalismo español debería empezar a preguntarse
¿Catalunya se va o la hemos echado?
No vamos a confundir una manfestación y un sentimiento de indignación bien fundados en el latrocinio fiscal español y en la pésima gestión del tripartito izquierdista de cataluña con que Cataluña se va de España. Un poco de realismo, en frente se encuentra el rey de los tancredos, Rajoy, con un partido que es la delicia de la extrema derecha europea. Los rupturistas de la Asamblea Nacional de Catalunya además no quieren nuevo pacto fiscal, quieren ruptura pura y dura, ¿cómo? Es lo que me pregunto. Nosotros los vascos a no confundir estas elecciones con referendums inexistentes que tenemos una situación económica como para no flipar con objetivos todavía no a nuestro alcance.
Kaixo Laguna
Nacionalismo cultural, integrador y amable… y transversal.
Ahora que nuestro líder vizcaíno se ha convertido en un vulgar vocero del comunismo, y nuestro sumo Maestro ignora su propio magisterio («que no nos enreden»), qué inmensa satisfacción produce leer palabras profunda y sentidamente transversales. No obstante, obras son amores, grandes obras institucionales, ahí sí, ahí ganamos.
Zergak ordaindu baino Obia Erijotza Da-n Agur Jaunak
Lo curioso del caso es que en esta cuestión del pacto fiscal e incluso en la promoción independentista, quien lleva la batuta es CiU en detrimento de ErC.
Lo realmente acuciante para Catalunya no es la independencia, si esta lleva implícitas represalias españolas para el ingreso en la UE, sino acabar con el expolio fiscal.
También hay que tener en cuenta que la situación económica de Catalunya tiene muchos culpables, incluída la crisis, pero la principal tiene un nombre: TRIPARTIT. La cantidad de gasto y despilfarro de la administración del tripartit es la que ha dejado a Catalunya en la ruina, sin poder pagar a los centros concertados, etc.
Que esos mismos pidan independencia es lo más contraproducente, pues en Catalunya indepediente la ruina hubiera sido la misma. Que lo pida CiU que es quien tiene que arreglar el desaguisado tiene otra credibilidad.
Pero yo apuesto porque el movimiento independentista es la fuerza que va a poder hacer posible el pacto fiscal.
Ez dut uste Rajoy oso kezkaturik dagoenik baina independentziarako bide horretan Eskozian gertatuko dena da gakoa. Eskozia independizatuko balitz, orduan Europar Batasunak erabaki bat hartu beharko luke kasu honetan. Eskozia zuzenean sartzen bada Batasunean lehendik bertan zegoelako Erresuma Batuaren bidez, Euskadi eta Kataluniako kasuak argi geratuko lirateke.
Bestalde, Muruzabalek Espainiako porrotaren inguruan egindako komentarioarekin guztiz ados. Frantziaren kopia txapuzeroa, inoiz nazio izan ez eta izango ez dena.
Ahopean-ek esandakoarekin nago: Gakoa dago Eskozian.
Estatuak eta herrialdeak ezdira «independienteak», gure ingurumen politikoan gertatzen denak markatuko du geure ibilbidea. Aukera (ustez) badago, erabiliko dugu.
Birarren gerra mundialean Irujo nafarrak uste zuen aukera zegoela britaniarrekin, halako maneraz non Euzkadi izango zen espainiaren eta frantziaren arteko estatu britaniarzale bat. Engainatuta omen zegoen, baina aukera ezkero, saiatu ere saiatu behako dugu, ezta? Aurretik, Eskoziarena aurrera badoa, primeran.
Dena dela, Langabezia tasa %10tik behera eraman behar dugo, eta eskumen ahalik eta gehiago eskutatu: esperientzia metaketa.
No hay que preocuparse demasiado por la manifestación de los nacionalistas catalanes. Hay que buscar un chivo expiatorio, un enemigo externo e interno a la crisis económica. CIU es experta en este tipo de estrategias, al igual que el PNV maestro donde los haya es las artes del vicitimismo y de culpabilizar a España de todos los males.
Yo no me preocuparía mucho, el PP tiene sus días contados. Una buena interpretación de Estado Español como Estado Federal permitirá que todos estemos a gusto en nuestro querida España Plural.
La independencia es un camino muerto en la Europa de los estados consolidados. Y España lo es.
El rollo del federalismo del PSOE es algo que ya ni ellos mismos se lo creen. Los especialistas en chivos expiatorios sois los españoles, de siempre, el PNV está coaligado con Bildu y con ETA y toda esa gayta.
Si Fraga pasó se ser un franquista a presidente de Galiza que usaba el galego en el parlamenti, y el partido que fundó, AP luego PP, pasó de negar la ikurriña a colocarla sin grandes problemas y a pactar en euskadi occidental con su gran enemigo en españa… porqué no va a pasar algo semejante en euskalerria? La transformación no será tan radikal como la Juaristi, teo o mario
Tal y como suponía, CiU va a canalizar el sentimiento de liberación de Catalunya por la vía práctica del Pacto Fiscal. Me ha parecido muy acertada la propuesta de Urkullu de poder meter mano a los impuestos indirectos, pues los impuestos indirectos son contrafueros claros contra la capacidad fiscal de los TTHH.
Lo cierto es que Rajoy está en mayoría, pero pronto puede haber elecciones en España bajo la sombra del rescate, y el PNV deberá aprovechar no sólo para completar las transferencias, sino para obtener la capacidad normativa de los impuestos indirectos. Gero eta burujabeago, mientras Mintegi hará sus brindis al sol.
La alergia fespañola hacia la diferencia comienza a mostrar los primeros sarpullidos: maneiro pidiendo la eliminación del Concierto, Díez reclamando el 155 de la Constitución y Mariano marcando terreno con la carta magna…y el borbón desbarrando, como siempre…de ahí a amenazar con los tanques, un paso.