Jon Inchaurraga
Hace un tiempo que leí una carta abierta a Arnaldo Otegi de “Mi Mesa Cojea”. Una epístola, desde mi punto de vista, acertada, ya que es hora de desacreditar a Otegi, el cual creen muchos que va a ser el pacificador de Euzkadi, pero que, en cuanto hay un atentado, no duda en qué lado debe ponerse. De ahí su ambigüedad cuando habla de las tropelías del brazo armado del MLNV y su claridad para criticar las “estrategias represivas” de los estados español y francés, amén de la Ertzaintza. Pero no fue esa obviedad lo que más me llamó la atención del artículo, sino la alusión a la metonimia de convertir los problemas del MLNV en los problemas del Pueblo vasco. Es una de las observaciones más inteligentes que he leído desde hace un tiempo, porque es una verdad como un templo. Así lo podemos comprobar cada vez que se habla del problema político de Euzkadi o de otros subyacentes de éste.
La dialéctica del MLNV es muy potente y está basada en esa distinción entre los “nuestros” y los demás. Así, sus denuncias se convierten en “manifestaciones populares”, lo que da a entender que quienes no están de acuerdo son impopulares. Por mucha que esa “legitimidad” sea falsa. No hay más que leer los pasquines o pintadas callejeras para darnos cuenta de que hablan de “nuestros derechos”, de “nuestro pueblo” de “nuestra juventud” como si hablasen de su casa o de su coche, como si, en definitiva, les perteneciésemos. Hace poco, hubo una campaña en la que el MLNV anunciaba que “Euskal Herria no estaba en venta”, campaña que aparte de ser demagógica, encerraba la idea de que eran los guardianes del Euskal Herria. A pesar de que la democracia parlamentaria les otorga los votos que les otorga. Pero estas campañas no son para mí las más graves, porque las mayores atribuciones vienen cada vez que se habla del “conflicto político” que hay en Euzkadi, que es la excusa para empuñar la pistola y acosar a quien no se inclina a sus deseos. ETA, y el MLNV en su conjunto, se confunden sistemáticamente con éste, como si ellos fueran el causante del tal, ya que confunden el “conflicto armado” (su acción terrorista) con el “conflicto político”. Así, cada vez que hablan del “conflicto en términos políticos” dan a entender que sólo ellos tienen la llave de la solución, algo que a todas luces es falso, ya que ni el conflicto político vasco empieza con ellos, ni son la única llave que pueda solucionarlo. De hecho, lo único que pueden aportar es su disolución incondicional.
Esta identificación con el conflicto político vasco ha llevado al engaño a mucha gente, que cree que ETA tiene la solución, cuando es mentira. Si hacemos memoria, el conflicto político vasco empieza el día que se abolieron los fueros vascos. Es en este instante cuando florece el nacionalismo vasco, en primera instancia representado por el PNV, que luego se atomiza en diferentes partidos como ANV, EA o grupos armados como ETA. De los que ninguno sale del PNV por diferencias sobre la concepción de Euzkadi, sino por otras razones. No hay que olvidar que una de las razones por las que se fundó ETA fue que el PNV estaba parado en el franquismo. Su conversión al marxismo fue posterior. Además, esta conversión choca con la raíz del nacionalismo vasco, que es la reinserción foral, ya que podría ser considerada como un privilegio, puesto que otorgaría unos derechos diferenciales a los vascos y además, obvia la lucha de clases. Asimismo, su deseo de destruir la autoridad, algo que postulan los marxistas, choca de pleno con la foralidad vasca y sus instituciones adyacentes.
Por lo que hay que tener cuidado con la dialéctica del mundo del MLNV. Su lenguaje ambiguo y pomposo esconde unas ideas que atentan contra la libertad individual. Su concepción totalitaria de la sociedad, no olvidemos que el socialismo no garantiza los derechos más básicos, y su visión del Pueblo vasco como un grupo homogéneo hace que confundan lo particular con lo general y así se otorguen una legitimidad que los ciudadanos les niegan. Por eso, hay que desmontar sus argumentos, de manera que evitemos que se apropien de espacios, físicos o imaginarios, que no les corresponden. Porque sus problemas no tienen por qué ser los nuestros, aunque su violencia atente contra la Libertad.
Muy bien dicho, Intxaurraga, eso de que los del MLNV se apropian de espacios «físicos o imaginarios» pues para lo que es su labor da lo mismo. El universo simbólico nacionalista está parasitado por esta gente. Quieren apropiarse del «eusko gudariak» y de la ikurriña y como no pueden o no quieren apropiarse de la palabra Euskadi quieren sustituirla por Euskal Herria. Toda esta labor tiene un fin que es engañar a incautos nacionalistas.
Muy buena reflexión. Creo que hay que denunciar de forma constante la apropiación de lo vasco por parte del MLNV, que todavía hay muchos nacionalistas que piensan que somos de la misma familia. Ya va siendo hora de que los líderes del nacionalismo tomen conciencia de que el proyecto del MLNV es antagónico e irreconciliable respecto al nuestro. Y ya va siendo hora de que se les vaya calificando a nivel «industrial» como lo que son: revolucionarios.