Imanol Lizarralde
[Continuación de «El mensajero del PSOE (2)«]
La superposición de planos entre la entrevista a Arnaldo Otegi y la entrevista a Jesús Eguiguren nos da un resultado que por obvio no es menos remarcable. Como en la legendaria partida de ajedrez por correspondencia de Woody Allen, existe por parte de ambos contendientes una intención de mostrar que juegan la misma partida, aunque los movimientos corresponden a tableros diferentes.
El problema reside en que cuando los dos contendientes del cuento de Allen proclaman la victoria de la misma partida nada cambia en el mundo. Cuando, como profetiza el propio Eguiguren, en estos cuatro años veamos al PSOE sentándose otra vez con ETA, y veamos que las interpretaciones de un nuevo «proceso de paz» divergen, el problema será que nos encontraremos ante un nuevo fiasco. Un nuevo fiasco cuyo resultado será, usando una expresión de ETA, la «prolongación del conflicto».
Para el MLNV es evidente, sin necesidad de explicitarlo, que los «procesos de paz» se han convertido en un mecanismo de reproducción de su maquinaria político-militar, como ya profetizó el colectivo Bultzagilleak en los 80, cuando hablaba de una nueva espiral para la lucha armada dentro de un contexto de democracia representativa, la espiral acción-negociación-acción.
El anuncio dado por Eguiguren de la inminencia de la paz y del diálogo con ETA será una de las variables que usen los directores del MLNV para seguir reforzando su línea político-militar, ya que Eguiguren, además, les hace el inestimable favor de cargar sobre las espaldas de los miembros detenidos de la cúpula de ETA la responsabilidad de la ruptura del último proceso, mientras santifica a sus líderes políticos, otorgándoles una voluntad de paz que los hechos desmienten.
Para conseguir la paz, Eguiguren insiste en que «la clave es el cambio político»: «Estoy convencido que el cambio político en el País Vasco va a traer la paz en los próximos cuatro años». Eguiguren va por el camino de pretender identificar los procesos políticos con los ciclos electorales. Y preguntado sobre que aportaría el PSOE para que eso ocurriera remarca:
«Sumaríamos el liderazgo político a favor de la paz, que utiliza tanto el diálogo como la defensa del Estado de Derecho y la deslegitimación de la ideología nacionalista radical»
Dios sabe que el «liderazgo político» al que alude Eguiguren no lo podría aportar el actual candidato Patxi Lopez sino sólo el presidente del gobierno español Zapatero. Del diálogo ya sabemos en lo que consiste, en las conversaciones «tête à tête» entre los socialistas y los miembros políticos del MLNV en los términos dicotómicos ya descritos de que cada cual interpreta tal diálogo como le da la gana. Y tras la «deslegitimación de la ideología nacionalista radical» lo que se esconde no es más que el machaque propagandístico e ideológico que los medios de comunicación españoles y los prohombres de su intelectualidad lanzan contra el «nacionalismo» a secas, metiendo en el mismo saco ideológico a EA-PNV y a ETA.
Finalmente, Eguiguren plantea los términos en los cuales aceptarían los socialistas un acuerdo político para la paz. Preguntado si «cabe incorporar el derecho a decidir en una reforma estatutaria» responde: «Nosotros no vamos a admitir nunca doctrinalmente el derecho de autodeterminación (…) estamos dispuestos a incorporar la posibilidad de una consulta legal en aquellas competencias que nos correspondan en una reforma del Estatuto, tal como lo han hecho los catalanes y los andaluces, así como la introducción del mecanismo de los derechos históricos».
Y dice esto mientras Otegi dice que el gran avance de la izquierda radical es haber demostrado que «el Estatuto» ya no sirve y que haya una mayoría por la «libertad de decidir» en las cuatro provincias.
El problema aquí no son las promesas electorales (que muchas veces se las lleva el viento). El problema del PSOE de Eguiguren es que realmente puede propiciar un «proceso de paz» en esas condiciones, en las mismas por las cuales otro «proceso de paz» se fue al garete. Confundir la política con la oportunidad y convertir a esta en un mausoleo de expectativas, como si quitar al nacionalismo del poder institucional aportase algo a las posibilidades de la paz, es un juego que desgraciadamente tiene consecuencias sobre la ciudadanía vasca. Y sobre la capacidad del MLNV de seguir marcando la batuta de los acontecimientos, mientras como cartuchos vacíos deja en el camino distintos «procesos de paz», con la ayuda inestimable de personajes como Eguiguren.
La cuestión para Eguiguren y los socialeros no reside ni en la normalización ni en la pacificación; se fía todo al ciclo electoral y el objetivo es desalojar al nacionalismo del poder. Nada más.Lo que me preocupa es que un avezado político como Eguiguren caiga bisoñamente en pensar que el MLNV se va a conformar mansamente con lo que el PSOE está dispuesto a ofrecer ( o no ha leido a su cuate Otegi o no ha entendido nada). Yo me pregunto ¿bisoñez o mala baba?
Estimados amigos:
Eguiguren y Otegi coinciden en una cosa muy concreta: en plantear que el nacionalismo es el obstáculo. Otegi nos plantea un polo independentista sin el PNV y Eguiguren dice que la luz del largo tunel es el «cambio politico» es decir, quitar al nacionalismo del poder institucional.
Las divergencias de alternativa, que son insalvables, entre el MLNV y el PSOE se pueden solventar para la consecución de objetivos tácticos de mutuo beneficio, como es este el de la derrota del nacionalismo, en la cual desde diferentes posiciones coinciden.
La paz no se conseguirá por estos medios pero si un nuevo escenario político en el que el MLNV puede, a la vez, tratar con el gobierno español y combatir un hipotético gobierno vasco regido por los socialistas. Escenario este en el cual la luz del tunel se ve más lejos que nunca, pues el MLNV puede pactar y puede radicalizar sin las interferencias del nacionalismo institucional.
Eguberrion guztioi.
Si a día de hoy, 24.12.2008 (zorionak danori…), metidos de lleno en pleno s.XXI, aún seguimos especulando con la negociación vs. pacificación, independientemente de quien lo diga, sea Egiguren, Otegi o el susum corda, es que no hemos entendido nada; al menos, yo.
Este país nuestro del alma: País Vasco…, Vasconia…, Euskalherria…, Euskadi…;pensado, querido, deseado, objetivado, ideologizado. etc. por los que nos reclamamos solamente vascos, tiene un gran problema, un gigantesco problema: nuestra real y muy concreta masa crítica. El número auténtico, con un más menos muy poco corrector, de los que queremos una nación verdaderamente autónoma; una patria independiente.
Hablar en estos términos hoy no es ningún anacronismo. Nada ni nadie es hoy independiente. La realidad supera a la ficción y esta nos enseña con crudeza a saber sumar…, a no autoengañarnos…, a no seguir construyendo discursos y suposiciones, que son más una fabulación que una realidad; realidad empírica.
Los «bultzagilleak» tenían razón, pero se toparon con agentes muy peligrosos para los intereses del nacionalismo vasco democrático; auténticos saboteadores, envidiosos, celosos e incompetentes, cultural y políticamente. De esto el X.Arzalluz, sabe mucho.
Las consecuencias de todo ello son la persistencia de una dialéctica forzada; sin base social, cultural, histórica y política que le garantice el éxito. De todo ello se benefician los españoles que no admiten una nación autónoma como Euskadi y los ideólogos de la I.A. que tampoco admiten al nacionalismo vasco democrático como agente político.
Los últimos años, los de Lizarra hasta hoy, también han sido lastrados por esta inercia negativa, donde la figura del Lehendakari Ibarretxe ha reflejado una cierta ingenuidad, que no se debería repetir. Lo he sostenido en otros foros: hasta que el nacionalismo vasco democrático no sea mayoritario, cuando desborde el 50% de su resultado en las urnas, el mismo no debería embarcarse en aventuras que siempre…, siempre…, le conducirán al fracaso y su consiguiente frustración.
Mientras tanto…, debemos seguir siendo militantes de una causa que creemos justa e incluso necesaria, pues de ella depende nuestra alma (euskara), nuestro espíritu (memoria histórica) y nuestro ser o no ser, hombres y mujeres reconocidos en nuestra diferencialidad identitaria. Políticamente amables y socialmente justos, etc.etc. Mientras tanto…, deberemos seguir avivando la llama que alumbraron otros antes que nosotros; los Zumalakarregi…, Arana…, Agirre…, Irujo…, Ajuriaguerra…, etc. etc.; y sobre todo, todas las emakumes que…, sutondoan, han hecho que el euskara siga siendo el testigo de una herencia natural incontaminada y trascendental.
Gora Euskadi Azkatuta.
Iurbirari,
Hitz sakonak gau bezalako gau batean irakurtzeko. Azken parrafo horrek bene benetan barruak astindu dizkit, eta analisiarekin bat nator %150an.
Eskerrik asko.
Eguberri on eta urte berri on deneri.