Iñigo Lizari, alderdikide de EAJ-PNV, Donostia
(Este artículo es un resumen de un artículo más elaborado que se publicará en Goizargi)
Amin Maalouf escribió un libro sobre las identidades asesinas con el mismo título. En el se constataba un hecho: La identidad de casi todo el mundo a lo largo de todo el ancho mundo está compuesta de diversas pertenencias. Una persona y un grupo de personas estás adscritas a más de un ámbito y es la suma de estás adscripciones la que constituye su identidad.
Las identidades se tornan asesinas cuando para la adscripción a un ámbito de pertenencia se exige la separación de los otros ámbitos de pertenencia de tal forma que toda la identidad de una persona quedé compuesta de una única pertenencia y por la adscripción a esa pertenencia se esté dispuesto a sacrificar el resto de pertenencias y hasta el resto de las personas que no se adscriben a nuestra pertenencia.
La identidad de un partido como el PNV está compuesta de múltiples pertenencias, pertenencias que han obligado a múltiples compromisos históricos. Afortunadamente, no tenemos entre nosotros quien defienda identidades asesinas, alguien así no podría estar en el PNV. Desgraciadamente tenemos entre nosotros a auténticos asesinos de nuestra identidad peneuvista y JELtzale, y lo más sorprendente es que siguen estando en el PNV y de forma destacada.
Todos estos popes del monotema que hacen olvido de las múltiples pertenencias que conforman la identidad PNVista son unos auténticos asesinos de la identidad del PNV. Éstos gustan en adentrarse en el esencialismo, y piensan que la forma de hacerlo es prescindir de aquellas capas en las que no reside supuestamente la esencia PNVista, cual es la nacionalista. ¡Que error! En la identidad de un partido como el PNV no existe una esencia, existe una consistencia, y esa consistencia la da la suma de cada una de esas capas en la que reside cada una de nuestras pertenencias. Quienes en su ánimo de hallar una esencia prescinden de estas otras capas atentan contra nuestra consistencia y debilitan nuestra identidad como PNV. Yo no soy un PNVsista esencialista soy un PNVista consistencialista.
Escribo estas líneas el mismo día de unas elecciones. No voy a cambiar mi discurso en función del resultado, las cuestiones fundamentales no tiene que estar al albur de los aspectos coyunturales. Tan malos como los esencialistas del PNV son los oportunistas del PNV a los que tanto desprecio tengo, esos que no se callan cuando políticamente deben hablar pero personalmente no les conviene, o esos que hablan pero que luego no se mojan cuando hay que dar batalla. Yo ya no me callo: No puede ser que estas personas sigan representando al partido si el partido quiere seguir representado lo que ha representado hasta hace muy poco en la sociedad vasca.
Nuestra crisis es una crisis de identidad. Esta crisis de identidad deriva del hecho de que algunos de nuestros miembros en la búsqueda de una supuesta esencia han hecho olvido de nuestras otras múltiples pertenencias que confieren consistencia a nuestra identidad PNVista. Nuestra fuerza vendrá de la recuperación de nuestra identidad y la recuperación plena de nuestra identidad nos conferirá de nuevo de nuestra unidad. Por eso JELkide que la fuerza te acompañe, pero si por algún momento se aleja que nunca pierdas tu identidad porque sólo así podrá asegurarte de que pueda volver a estar a tu lado.