Imanol Lizarralde (*)
El libro de Iñaki Agirregomoskorta, La escisión del PNV y el origen de EA (2023) nos cuenta una historia larga, complicada y dramática que no ha sido relatada hasta la fecha. Se trata de uno de los acontecimientos más importantes ocurridos en Euskal Herria en la década de los 80 en las cuatro provincias de hegoalde, pues Navarra está incluida en la misma. Acompaña el texto un gran número de fotografías en la que aparecen reflejados los personajes de la narración.
El silencio historiográfico que viene a romper subraya el interés que tiene el libro. El autor se topó con el tema de la forma más casual. Cuando trabajaba en los archivos de la Televisión Vasca-ETB. comprobó que, en algunos casos, existía una disputa entre el partido y sus cargos públicos del gobierno por la colocación de ciertas personas. Más adelante, cuando elaboraba su anterior libro acerca de la historia de ETB, en las entrevistas que tuvo que hacer, verificó la honda huella de la escisión. Como a todo buen investigador, la realidad que analizaba le devolvió el reflejo de algo más amplio.
La historia de Agirregomoskorta comienza cuando el PNV desemboca en la legalidad en el año 1977, y celebra el congreso de Iruña. De forma gradual, los líderes históricos del PNV de la guerra civil (Juan de Ajuriaguerra, Manuel de Irujo y el Lehendakari Jesús María de Leizaola, entre otros) traspasaron sus poderes a los nuevos líderes del PNV, Carlos Garaikoetxea y Xabier Arzalluz. Entre estos dos líderes, se estableció una bicefalia gobierno/partido que era reflejo de la habida anteriormente, entre el partido en la clandestinidad y el gobierno en el exilio.
Fue al final del primer mandato de Garaikoetxea, cuando la dirección del PNV le pidió que acatara la disciplina del partido, el momento en que estalló la crisis. Si bien esta se superó con el levantamiento de la disciplina al Lehendakari, la brecha que había creado ese asunto dentro de la organización no hizo más que ensancharse. El autor declara que el pacto de la dirección del PNV con la derecha navarra y la posterior expulsión de la regional de ese territorio marcaron el punto de no retorno en el cual las dos tendencias del partido no pudieron ya conciliarse.
La división del PNV se dio en pleno proceso de instauración de las instituciones vascas tanto en las tres provincias de la CAV como en Navarra. Dice Max Weber que el estado moderno consiste en la combinación de la burocracia con el liderazgo carismático. En el PNV la división marcó dos liderazgos enfrentados (el de Garaikoetxea y Arzalluz) y una organización dividida en dos, geográfica e institucionalmente, donde, por un lado, se encontraba la regional de Bizkaia y la de Alava, y, por otro, la de Gipuzkoa y los expulsados de Navarra.
Agirregomoskorta nos traza un hilo en el que se entremezclan los acontecimientos históricos, la historia interna del partido y la construcción del tejido institucional vasco. El autor se hace eco de las palabras y los dichos de la época y podemos comprobar que, muchas veces, estaban equivocadas o eran contradictorios. Los “sabinianos” (bermeanos) de comienzos de los 80, serían “socialdemócratas” de EA años más tarde, y los “renovadores” que se les oponían pedirían, en esas fechas, por boca de Arzalluz, la reintegración foral plena. Los que defendían al Gobierno Vasco frente a las Diputaciones, atacando la Ley de Territorios Históricos, luego aducirían el carácter confederal de la organización del PNV para escindirse de él.
¿Cuál sería la causa profunda de la escisión? El autor aventura una serie de razones. La más convincente resulta la escasa experiencia de política y organización democrática de los protagonistas de la crisis. Añadiría yo la inercia del funcionamiento de un partido que en la clandestinidad tuvo que atenerse a la disciplina y a la fidelidad a los jefes como medio de supervivencia. Tal espíritu, cuando se rompió la confianza entre los líderes, supuso una confrontación antagónica sin remedio posible.
Las huellas de este acontecimiento han acompañado al PNV y a EA hasta nuestros días. Lo testifican las borrascosas elecciones internas del PNV del 2004 y la actual lucha fratricida de EA. La escisión causó heridas que todavía no han cerrado, como Agirregomoskorta comprobó cuando muchos de los protagonistas de la crisis no quisieron pronunciarse sobre la misma, 40 años más tarde. Por eso hay que agradecer al autor la elaboración de este libro. La perspectiva del tiempo nos ofrece el reflejo de una etapa fascinante. Puede servir para que, reflexionando acerca de hechos pasados, se puedan resolver problemas presentes. Recuperando la confianza entre correligionarios y el espíritu del PNV de 1977, en el cual convergieron toda la pluralidad de las tribus jeltzales.
(*) Historiador
Hola,vamos a esperar la colaboración de DAVID CARRADINE,de que forma más vergonzante murió.
Ke kojonos es esto.
Sr. Lizarralde,buen historiador,si señor.
En su breve análisis sobre el libro en cuestión,olvida vd. una cosa esencial sobre la implosión del pnv,a mí modo de ver,y es que no menciona las ambiciones políticas,las mezquindades,las traiciones ,que se produjeron ,estos políticos endiosados,todos cobrando claro.por aqui y por allá.
Garaikoetxea amigo de los abertzales radicales,Imaz amigo de los hispanos,gran defenestrador de Arzalluz y de Ibarretxe.
Y luego el Sr. Esteban ,amigo de Yolanda,de Irene montero,de la Ley trans,callado con el tema Koldo aizkolari,callado con la presidenta ESPAÑOLA,ARMENGOL.
Que entienden por corrpcion los de EA,no sé cuál de ellas,cismaticos que son de origen,desde la escision del pnv,de EA,o como se llame,o del ekipo de futbol,HAMAIKA ETSAIAK,o algo así
Pero que tropa,a txupar,y los BIldu,parece que ganan,o muy cerca en las Vascongadas,contando Navarra son txapeldunes,viva los garaikoetxeistas arrepentidos.
Oso Ondo Lizarralde.
Como entenderá la libertad de expresión,esta persona.
Otra vez,censurado
Y además,m pusiste un enlace del vietcon y luego lo borrastessss.
Perdona,no era vietkoin,sino bitcoing, o como se llame,eres la personificación de la política,KUTRE.