Jon Urtubi
Seguimos intentando desmarañar la madeja de argumentos corrosivos que inundan los platós de televisión españoles durante los últimos 15 días. Ya decíamos, que, según ellos, Israel no deja desarrollarse al pueblo palestino, y su política “de ocupación” los condena a la muerte y la inanición. Curiosa circunstancia que la condena más explícita y contundente del “apartheid” de la población palestina venga por boca de Arnaldo “Madiba” Otegi, individuo que se pasó sus últimos treinta años de vida política señalando que la “condena” de la violencia no sirve para nada ni conduce a ningún sitio. Cuando de “condenar a judíos” se trata, esa especie de pogromo intelectual de las conciencias que nos impone el pensamiento correcto, los que siempre recelaron del verbo “condenar”, se suman hoy, al coro del sempiterno antisemitismo hispano más histérico y supremacista contra los hijos de Israel.
La concurrencia se une en la calle formando el coro de afinadas voces que nos recuerdan la importancia de los Derechos Humanos para todos. Así nos lo demuestran las innumerables manifestaciones en Occidente que claman respeto para la población palestina, pero que el sábado 7 de octubre, estaban en el campo, en la playa o de barbacoa. Cuando los israelíes aún no han tenido tiempo para contar a los restos de la barbarie. Cuando todos los miembros de una familia han sido asesinados abrasados vivos por las llamas, pero abrazados por el amor eterno, formando una masa deforme calcinada, que los médicos israelíes no han podido identificar.
Podemos citar ejemplos de pueblos primitivos que conservaban unos mínimos códigos éticos para la guerra. Hamás no. Asesina a niños, mujeres, ancianos indefensos hasta una cifra de 1400, ejecuta a sangre fría a toda una comunidad que se reúne para bailar por la paz con el pueblo palestino -sí, con el pueblo palestino- como si de un videojuego se tratase. Hamás sabe que todo eso, conllevará la reacción contundente del enemigo al que juró odio eterno. En el momento en el que Israel organiza la defensa de la declaración de guerra más abyecta y cobarde, es cuando emerge como un torrente la empatía con el sufrimiento del pueblo palestino. Los preocupados occidentales, que necesitan pastilla para dormir por las condiciones de vida de los palestinos, toman el testigo de los casi 300 asesinados en el concierto por la paz -al fin y al cabo, ellos ya no pueden hablar-, y se disponen a tomar el testigo de la causa por la paz.
Israel, ocupante, asesina y genocida, se dispone a atacar la franja. Ya nos hemos olvidado del acto de guerra de su gobierno yihadista. Esta solidaridad corrosiva tiene la virtud de que pasemos página de los inocentes sin rostro sin aún haberla leído, que pasemos por encima de 1400 cadáveres -masa informe judía que es como los árboles, el ganado o el abono para la tierra, como si ello no hubiera ocurrido. El coro se une a Hamás -animo al lector a analizar con detalle los argumentos de Hamás, los de Yolanda Díaz y los de muchos de los representantes de parte de la izquierda occidental- formando una melodía armónica y conjunta que tiene como objeto taladrar nuestra conciencia, al compás del tambor nacionalsocialista que animó la noche de los cristales rotos. Que no quede un judío sin señalar por el genocidio palestino.
Hamás, exige ahora aquello que su declaración de guerra hace imposible. Este es el sello de los totalitarios. Llevar las cosas a un terreno conquistado, para una vez allí, blandir la bandera de la cordura, que ya no es posible, precisamente porque aquel es el resultado de la humillación sobre el interpelado. El totalitarismo te liquida y a renglón seguido, te pide que seas razonable. Esa es la segunda parte de la masacre del 7 de octubre. La primera, es la carnicería. La segunda, el mensaje por la paz, que lleva los ropajes de la seducción, que será secundada por todos los antisemitas del planeta que disfrazarán su judeofobia con el mismo candor impostado con el que Hitler prometió nunca jamás invadir los Sudetes. Todos los totalitarios nos piden lo mismo, por diferentes momentos de la historia en los que lo hicieron. Que neguemos ver lo que nuestros ojos ven. Taparnos los ojos. Cerrarnos la boca. Anular los sentidos. Negar la realidad. Acabar con el sentido común, verdadero logro de la civilización occidental que nos permite socializarnos sobre el mecanismo de la simpatía y la ciudadanía. Y todo eso, la negación de la democracia y la libertad, es por lo que claman ahora los interesados defensores de los palestinos que no ven en ellos más que gasolina para alimentar la pira contra la democracia.
Pero, tal es el tamaño de la comunidad judeofoba, ahora, especialmente preocupada por el destino de los palestinos desde el 7 de octubre, que nos disponemos a ayudarla, aportando argumentos sobre la opresión palestina. ¿Quién oprime a Palestina? ¿Quién oprime Gaza? El coro de indignados tiene el cuajo de señalar que Hamás es hija de Israel. Israel, interesada en debilitar a Al Fatah y la OLP, habría promocionado la guerrilla yihadista allá cuando nació, en el ya lejano 1987. De nuevo la colonización occidental de las conciencias. Los revolucionarios de salón occidentales llevan todos el mismo sello supremacista. Problema común del rico acomodado que observa con desdén todo lo que le rodea. Incluso para construir argumentos en contra de los judíos se acercan a Palestina, con la mayor desconsideración hacia ella, para poder calibrar y comprender su historia más reciente. De forma que, el argumento vende en Occidente. En la Franja y en Israel -aunque por diferentes motivos-, podrían echarse a reír.
Pero si queremos acercarnos al fenómeno de Gaza y Hamás, más allá de considerar que los palestinos son una especie de incapaces a los que los occidentales debemos explicar cómo vivir-como opina parte de la izquierda occidental-, existen dos elementos imprescindibles. El dawa y el zacat. Limitémonos a decir de entrada, el significado de estos dos términos árabes. Dawa significa “llamamiento hacia Dios”. En lo que nos interesa, el término hace mención a la obligación de los musulmanes de predicar socialmente el islam. Esto se hace por medio de las actividades sociales y culturales del creyente. Zacat es la “limosma” que el islam demanda al musulmán para ayudar a los menesterosos. Aquí, empleamos el dawa, como la estructura de apoyo social y servicios culturales y religiosos de la organización Hamás en Gaza. El zacat sería la recaudación económica que Hamás consigue de diferentes fuentes.
Un poco de historia. Hamás es una organización que nace como un tentáculo para Palestina de los Hermanos Musulmanes de Egipto. La relación de esta organización con el conflicto palestino data de 1935, cuando el hermano de Hassan al-Banna, ideólogo y creador de la hermandad egipcia, visitó en Jerusalén al íntimo amigo de Adolf Hitler, el gran muftí de Jerusalén, y le hizo participe sobre las posibilidades del conflicto palestino para resucitar el salafismo en Oriente Medio, como oposición al occidentalismo hebreo que representaba el estado de Israel. Los Hermanos Musulmanes aprendieron una lección de su actividad político-religiosa en Egipto donde fueron perseguidos por el gobierno de Nasser.
Si querían tener éxito en Palestina, debían de limitar su actividad a la educación y el apostolado, de forma que el gobierno israelí, los dejara en paz. Durante una época, las autoridades hebreas vieron con buenos ojos la actividad socio cultural de la hermandad musulmana, como contrapeso a una juventud que aspiraba a secuestrar aviones para la OLP. A esta permisividad hebrea es a la que se refieren los “especialistas” contertulios occidentales cuando dicen que Hamás es hija de Israel. Aunque a estas alturas también sabemos que, si la hubieran prohibido, se vendería hoy también como una forma más de opresión a los palestinos. Entre 1968 y 1988, se autorizó la construcción de más del doble de mezquitas de las que existían en Gaza y la construcción de un Centro Islámico -que funcionaría en el futuro como una infraestructura fundamental para el desarrollo del proyecto político de la hermandad musulmana en Gaza.
No se puede entender a Hamás sin entender el salafismo de los Hermanos Musulmanes de donde procede. ¿Cuál fue la táctica de la hermandad en la franja, además de dedicarse a una actividad pacífica? Emplear líderes con sólida formación universitaria y política, pero evitar que la juventud árabe pudiera occidentalizarse por esa misma vía. Cuando en Occidente se habla de los palestinos de Gaza como detentadores de mentes premodernas, estaría bien recordar la formación académica de los más importantes líderes de Hamas desde 1987. Ahmed Yassin, discípulo directo de Hassan al-Banna, fundador del Centro Islámico de Gaza, que estudió magisterio en la universidad de Al-Azhar de Egipto; Abdel Aziz al Rantissi, que estudió medicina en la Universidad egipcia de Alejandría; Mousa Abu Marzook, licenciado en ingeniería por la Universidad de Eim Shams de El Cairo y doctorado por la Universidad de Columbia; Khaled Mishal, licenciado en Física por la Universidad de Kuwait o el actual líder de Hamás, el cerebro de la declaración de guerra a Israel el 7 de octubre, Ismail Hanyia que es licenciado en literatura árabe por la Universidad Islámica de Gaza. Hanyia trabajó como profesor de literatura y fue nombrado decano de su universidad apenas habiendo superado la treintena. Hanyia es considerado también un “moderado” dentro de Hamás -la moderación se sobrentiende porque no le gusta decir que desea la destrucción del estado de Israel en público -. Si los del 7 de octubre es obra de los moderados, nos podemos imaginar que tendrán preparado los radicales para la limpiar el planeta de judíos.
Hamás, en su origen una organización satélite de la hermandad musulmana, tiene a diferencia de aquella, como objetivo político eliminar el estado de Israel y establecer un estado islamista en la tierra del profeta Mahoma -territorio que engloba a Israel, Gaza y Cisjordania-. Hamás nació para interponerse a la creciente incidencia de la civilización occidental en la sociedad árabe moderna. La habilidad de Hamás siempre fue haber tenido su núcleo dirigente siempre fuera de Palestina, en Siria, Líbano, incluso en Estados Unidos. Es una organización política que fue creada para avivar las contradicciones en el conflicto palestino-israelí, para que su solución fuera aún más difícil de lo que pueda ser algún día -todavía más-. Hamás ha perpetrado actos terroristas de forma sistemática siempre que ha atisbado el mínimo progreso para una paz palestino-israelí. De hecho, la paz es el verdadero enemigo de Hamás. Tácticamente, Hamás opera para socavar toda iniciativa de paz y para crear las condiciones para que la contradicción Occidente-Islam se recrudezca. Y, a fin de cuentas, trabaja para que el sentimiento antiamericano se vigorice en Oriente Medio como una hoja de ruta para que esa contradicción se consolide.
La carta fundacional de Hamás tiene cosas como esta:
“El Día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes luchen contra los judíos, cuando los judíos se esconderán detrás de piedras y árboles. Las piedras y los árboles dirán: ‘Oh musulmán, oh siervo de Dios, hay un judío detrás de mí, ven y mátalo’. Sólo el árbol de Gharkad no haría eso, porque es uno de los árboles de los judíos”.
Resoluciones de Naciones Unidas en el conflicto de Palestina
1947. Resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas. La Asamblea decidió dividir Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío, con un régimen internacional especial para Jerusalén. Se establecen las fronteras de ambos estados.
1949. Resolución 194 de la Asamblea General de Naciones Unidas. Crea la Comisión de Conciliación de las Naciones Unidas para Palestina para ayudar a las partes a alcanzar una solución definitiva, reafirmando al mismo tiempo los derechos de los refugiados palestinos al regreso y a la restitución.
1974. Resolución 3236 de la Asamblea General. Se reafirmaron los derechos inalienables del pueblo palestino a la libre determinación, la independencia y la soberanía nacionales y el derecho de los palestinos a regresar a sus hogares y a sus propiedades. En 1975, la Asamblea creó el Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino. La cuestión de Palestina y cuestiones conexas han sido objeto de numerosas resoluciones y decisiones aprobadas por la Asamblea en sus períodos de sesiones ordinarios, extraordinarios y de emergencia (en torno a 350 resoluciones, casi todas ellas incumplidas por parte del gobierno de Israel).
Sobre la ocupación
Se considera que los territorios ocupados por Israel son aquéllos que fueron ocupados militarmente por el Estado de Israel tras la Guerra de los Seis Días de 1967. Estos se encuentran conformados por los territorios palestinos de Cisjordania (incluida Jerusalén Este) y la Franja de Gaza; la mayor parte de los Altos del Golán de Siria; y, hasta 1982, la Península del Sinaí de Egipto. Israel, por su parte, sostiene que Cisjordania es un territorio disputado y asegura que, desde su retirada de la Franja de Gaza en 2005, no ocupa más este territorio.
Ahora bien, la Corte Internacional de Justicia, la Asamblea General de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas catalogan a Israel como «Potencia Ocupante». El relator especial de las Naciones Unidas Richard Falk llamó a la ocupación israelí como «una afrenta al derecho internacional». De acuerdo con Talia Sasson, que redactó un informe oficial para el gobierno israelí en el año 2005, la Corte Suprema de Israel, con diferentes jueces en su conformación, repetidamente ha establecido por más de cuatro décadas que la presencia de Israel en Cisjordania es una violación del derecho internacional.
El término ‘territorios ocupados’ apareció por primera vez en la Resolución N° 242 (S/RES/242) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, tras la guerra de los seis días de 1967, la cual hizo un llamamiento por el establecimiento de una justa y duradera paz en medio oeste que sea alcanzada por «la aplicación de los dos siguientes principios: a) retirada de las fuerzas armadas israelíes de los territorios que ocuparon durante el reciente conflicto, y, b) finalización de todas las situaciones de beligerancia o alegaciones de su existencia, y respeto y reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia política de todos los estados de la zona y su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas y libres de amenaza o actos de fuerza».
La anexión de Jerusalén Este por parte de Israel en 1980 no ha sido reconocida por ningún país, mientras que la de los Altos del Golán en 1981 tan solo ha sido reconocida por los Estados Unidos. La Resolución N° 478 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas declaró la anexión de Jerusalén como ‘nula y carente de valor’ y exigió que sea dejada sin efecto. La Resolución N° 497 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas también declaró la anexión de los Altos del Golán como ‘nula y carente de valor’.
Tras la retirada de Israel de la Península del Sinaí en 1982, como parte del tratado de paz entre Egipto e Israel, el Sinaí dejó de ser considerado como territorio ocupado. Igualmente, Israel unilateralmente se retiró de Gaza en septiembre de 2005 y declaró ya no estar en ocupación de la franja. Sin embargo, dado que aún retiene el control del espacio aéreo y costero en la zona, continúa siendo considerado una potencia ocupante por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, así como por varios países y organizaciones de derechos humanos.
A Israel se le considera «potencia ocupante» porque retiene el control del espacio aereo y costero. Faltaría plus que con un gobierno terrorista como el de Gaza todavía les dejaran el espacio aereo y el costero para que pudieran traer armas más potentes para proseguir con más éxito la matanza de civiles israelíes.
Zeberio. Un bebé israelí no tiene más valor que un bebé palestino. Y cuando acaban con sus vidas, es la misma atrocidad. La de Hamás, que asesino de manera atroz a unas 1.400 personas, y la del gobierno Netanyahu, que en los bombardeos ya ha asesinado a 5.000 personas, 2.000 de las cuáles son bebés.
No ocupa Gaza (en Cisjordania autoriza asentamientos y mete el ejército cuando quiera) dices, pero la única frontera que no controla directamente que es la de Gaza y Egipto la bombardea y decide que bienes pueden entrar.. supongo que querrá que el problema de Palestina se solucione con el genocidio de 2,3 millones de palestinos de Gaza.
No comprendo el desapego de jelkides respecto de los asesinatos de la población civil. De toda la población civil.
En la tradición jelkide no hay desapego hacia los daños a civiles en el marco de la guerra. No hay más que examinar la historia vasca. Es conocido el esfuerzo que la generación de Agirre realizó en su propia casa para humanizar la guerra. La guerra sin reglas no puede ser justa nunca. Y este principio no puede endosarse solo al enemigo, sino que también hay que demandarselo al propio lado. El doble rasero no es aceptable.
Angel, totalmente de acuerdo, los niños son iguales, pero la diferencia entre los niños palestinos y los niños israelíes reside en que mientras Israel defiende a sus niños, el gobierno de Gaza los pone en el punto de mira del ataque de Israel, puesto que las lanzaderas de Hamás se colocan encima de hospitales, escuelas y casas particulares familiares. Con lo que los de Hamas utilizan a los niños palestinos como carne de cañón para cuando muera alguno poder pasearlo por las televisiones y que gente como tu nos digan «que malos son los israelíes».
Te tengo que recordar que estamos hablando de esto porque el gobierno de Gaza mató de forma inmisericorde a miles de civiles israelíes, comenzando una escalada, de la que era totalmente consciente de que ocurriría. Hamas es responsable de la reacción israelí, porque la ha querido y la ha provocado.
Si Israel quisiera el genocidio de la gente de Gaza lo hubiera hecho hace tiempo y tu lo sabes, con lo cual no me vengas con esa demagogia. El problema es que el gobierno de Gaza promueve el ataque a civiles israelíes y la simple guerra y tu no quieres ver esa realidad.
No comprendo el desapego de cierta gente a que hay estrategias como la del gobierno de Gaza para crear escaladas bélicas utilizando a su propia población civil como carne de cañón y como barrera.
Zeberio, solo un comentario. Lo que comentas no significa ninguna diferencia entre lis niños de Gaza y los de Israel, sino una diferencia en la forma de actuar de las milicias de Gaza y el ejército de Israel, en todo caso.
Pero, entre otras cosas, por eso mismo Hanás y su brazo armado son considerados organizaciones terroristas. Israel ha comunicado que ha alcanzado 250 objetivos de Hamás. Ni idea, pero se lo compro. ¿Cuántos edificios ha destruido? Por cuanto hsy que multiplicar 250? Hamás ya está considerada organización terrorista. Falta llevar a Netanyahu, al igual que se hizo con Putin, a la Xorte Penal Internacional.
En cualquier caso, no es eso lo wue importa. Es una pobre estrategia dedicarse a buscar responsables. Lo que hace falta es buscar soluciones para la población civil y llegar a un acuerdo en el contexto de las resoluciones de Naciones Unidas.
Un apunte: podré equivocado, pero no utilizo demagogia. Si vamos por la vía del insultó habrá que analizar otras cuestiones también.
Angel, Hamás quería y pretendía una reacción por parte de Israel y asume los niños, ancianos y mujeres que caigan por medio porque son un instrumento perfecto de propaganda, para exhibirlos en las TV occidentales, e ir de víctimas, cuando las víctimas son su pobre pueblo, víctimas de su estrategia de usarlos como carne de cañón. Que un grupo terrorista actúe de esa manera con la población civil que dice querer liberar o defender me parece muy crudo.
El presidente de Israel no actúa así en contra de su población civil, al contrario: pararía el ataque si los de Hamas liberaran a los cientos de rehenes. Pero Hamas quiere que Israel ataque y por eso mantiene secuestrada a esa gente.
Para buscar soluciones se necesita voluntad de soluciones y el gobierno de Gaza demuestra que lo que quiere es una guerra prolongada.
Ya lo siento pero me parece pura demagogia decir que Israel pretende el genocidio de la gente de Gaza. Si realmente lo quisiera lo habría hecho, tiene medios suficientes. Revisa tus argumentos.
Angel,
Dices tú mismo: «Es una pobre estrategia dedicarse a buscar responsables». Y, dos líneas antes dices que hay que llevar a Netanyahu a la Corte Penal Internacional (supongo que por crímenes de guerra). ¿En que quedamos? ¿Hay que buscar responsables o no? Yo creo que Zeberio ha puesto el objeto de debate en el centro del escenario. Según dice, Hamás emplea a la población civil como escudo. ¿No tienes nada que decir? ¿Porqué no te das cuenta, porque no te interesa políticamente, o porque no te interesan los niños palestinos lo suficiente como para señarla que son empleados como escudos humanos?
Angel,
Respecto a esto que dices: » Un bebé israelí no tiene más valor que un bebé palestino». Lo suscribo cien por cien. Los niños, sean de donde sean, no tienen ninguna responsabilidad en las guerras y es terrible verlos morir sin haber empezado a vivir todavía. Ahora, que suscriba lo que dices, no quiere decir que por eso, pierda mi capacidad de discernimiento. Y te comparo las situaciones del niño israelí y el niño palestino, en la medida que viven bajo un territorio gobernado por un país occidental o un régimen islamista:
-El niño palestino; 1-su horizonte existencial está dirigido por una organización que busca que pase a engrosar las filas de Al Qassam y acabe siendo un mártir por el odio a los judíos (como explica el artículo sobre la dawa).
2- El Tzahal avisa con antelación a la población civil para evacuar las zonas de riesgo. Hamás se sube a la azotea del edificio donde viven niños para lanzar sus cohetes desde allí.
3-Muchos jóvenes palestinos, todavía niños, bailan el gori gori sobre los cadáveres de los judíos.
-El niño judío; 1-su horizonte en la vida es el de todos los niños occidentales.
2-Van a ejecutarlo, degollarlo, cortarle la cabeza o quemarlo vivo. En el ataque del sábado 7, cerca de 200 de ellos.
3-Los niños judíos no se alegran de la muerte de los niños palestinos.