Jesús Mari Ezcabarte
Frente a las protestas que supusieron su designación, hubo muchos católicos que dimos a José Ignacio Munilla el beneficio de la duda. Hasta ese momento había demostrado su valía en San Salvador de Zumárraga trabajando en el difícil ámbito de la drogadicción. Era y es, además, un hombre al que la fe le dota de gran vitalidad y un buen comunicador.
A los pocos años, las expectativas no sólo quedaron en agua de borrajas sino que derivaron en algo inesperado por lo contundente, en una catástrofe de escala bíblica que se abatió sobre la diócesis. Munilla consiguió alienarse a todos los grupos, conservadores o progresistas. Estas categorías terrenas nos son útiles para ilustrar la amplitud del rechazo que causó. Además se rodeó de una camarilla de incondicionales a la que poco a poco fue estrechándose la vida eclesial guipuzcoana.
El Seminario Pio XII fue purgado, despidiendo a profesores que habían trabajado allí durante décadas, y trayendo otros que luego también fueron despedidos. Gran parte de los bienes inmuebles del obispado fueron vendidos, la magnífica librería diocesana fue trasladada y jibarizada, su local vendido para que hiciera de cafetería. Bibliotecas eclesiales, fruto de largos años de investigación y recopilación, fueron tiradas a la basura. Decenas de curas fueron trasladados o desterrados a destinos infectos. Otros fueron traídos de España.
Desdeñó una de las lenguas oficiales de nuestro país, el euskera, relacionando en la práctica la lengua con el típico prejuicio que la asocia con lo premoderno y lo rural. La lengua vasca fue desterrada y arrinconada de catequesis y celebraciones. En lugares donde la mayoría de los niños están escolarizados en el modelo D, no se ha ofertado catequesis en euskera.
En parroquias donde se ha llevado a cabo una labor encomiable en el terreno social, donde en la última crisis económica de 2010, se luchó a brazo partido porque no hubiera gente a que no le faltara las necesidades básicas para la existencia, esa labor fue desdeñada. Se sustituyó a párrocos de esas comunidades que habían tejido toda una red de colaboración de la feligresía incluso con gente que no era creyente, pero quería colaborar socialmente. Con las sustituciones de párrocos y la entrada de otros proclives al obispo, muchas de las comunidades parroquiales, que sustentaban esa red social quedaron disueltas sin sustituto, toda vez que la labor social no parece ir con este obispo.
Obvió todo el itinerario intelectual de la Diócesis de Gipuzkoa en relación a la violencia terrorista, abonándose en la práctica al juicio desinformado que destilaba que dicha diócesis había colaborado con el discurso de la violencia terrorista y en la persecución de los políticos no nacionalistas. Dejando de lado todas las publicaciones diocesanas que atestiguaban la falsedad de calumnia, y dejando a la Iglesia a la intemperie frente a esas injustas críticas.
Su espiritualidad, o falta de ella, ha llegado a ser criticada de forma pública y ha incurrido en errores garrafales, como el menosprecio al Jesús terreno, en beneficio de una perspectiva seudomística que sin el concurso de la encarnación deriva en puro horror. Incurriendo él (el seudo ortodoxo) en nítida herejía, por puro desconocimiento de un Dios que fue Hombre para que los hombres participaran de su ser y estos pudieran vivir, aquí y ahora, de su imitación.
Propició, además, una religiosidad de pandereta y de ordeno y mando. Deja a sus espaldas un paisaje lunar. En su sermón del Buen Pastor del 8 de diciembre son de destacar dos frases, resumen de su filosofía. La primera, “cuando se obedece es imposible fallar” es digna de figurar en las esquelas de los guardianes del campo de concentración de Auschwitz. Viendo su comportamiento autocrático en la diócesis le haría bien recordar la frase del católico Lord Acton: “el poder absoluto corrompe absolutamente”. La segunda frase, respecto al tiempo que le queda de aquí hasta febrero: “Hasta el rabo todo es toro”. ¿Qué amenaza para los curas, feligreses o simples creyentes puede esconder semejante afirmación? Compadezcámonos de los católicos de Orihuela y, tras la marcha de Munilla, reconstruyamos la diócesis de Gipuzkoa a mayor gloria de Jesús, que falta le hace.
Hay muchos aspectos que menciona el autor que no puedo contrastar, pero hay otros que sí quisiera comentar.
– En relación a esa frase “cuando se obedece es imposible fallar”, que para el autor es «digna de figurar en las esquelas de los guardianes del campo de concentración de Auschwitz», me viene a la mente una frase atribuída a Richelieu, aunque probablemente no fuera suya: «Qu’on me donne six lignes écrites de la main du plus honnête homme, j’y trouverai de quoi le faire pendre.»
¿Cual era el contexto de la frase? ¿Se refería a una obediencia venga de donde venga? Seguro que no. Seguro que el contexto nos ayudaría a aclarar que no se refería a una obediencia ciega. Y digo que estoy seguro de ello, porque le he escuchado no pocas veces hablar de la obligación moral de desobedecer en función de determinados contextos.
Por lo tanto, creo que la reflexión del autor tiene un punto de mala fe, y nunca mejor dicho. Quizás una emotividad exagerada le haya impedido razonar correctamente. Es humano pero no deja de ser una pena.
– Por otro lado, aunque como decía, hay muchos aspectos que menciona el autor que no puedo contrastar, y posiblemente unos cuantos tengan una base sólida (no como el último párrafo ya comentado…), sí he podido escuchar a personas que han tenido un trato directo con él, y que no sólo no tienen queja alguna, sino que se muestran agradecidos. Personas que gestionan proyectos sociales con los más desfavorecidos. Eso sí, alguno me lo decía «por lo bajini», consciente de que lo políticamente correcto en la diócesis era criticar al obispo. Ya desde su llegada fue recibido por los medios de comunicación con cierta hostilidad. El autor dice que, aún así, le otorgaba el beneficio de la duda, pero la misma forma de expresarlo ya denota una cierta predisposición negativa.
También considero que de la mano de Munilla, hemos recibido algún que otro regalo. Pienso por ejemplo en Lucho Saggioro, el monje italiano de la ermita de Guadalupe en Hondarribi, que aterrizó aquí de mano de Munilla, y que ha supuesto una pequeña y bonita revolución en la comarca del Bidasoa, por su forma de transmitir y explicar la fe. Hay unas cuantas Novenas a la Virgen de Guadalupe en Youtube, recomiendo echarles un vistazo.
Evidentemente, no domina el euskera. Fue al Euskaltegi para tener unos conocimientos básicos, y en ese aspecto, sus misas nunca son totalmente en euskera: sus sermones son siempre en castellano. Pero a menudo son magníficos, muy didácticos y entretenidos. Evidentemente, quien estime que el sermón debe ser primero en euskera, y luego ya, si es interesante, pues mejor, pues podrá sentirse disgustado con Lucho. No es el caso de mucha gente, y eso se ve en la asistencia a misa: cuando se sabe que va a estar Lucho, sube más gente. En estos momentos, además, es más fácil de comprobar, pues Lucho no puede estar permanentemente aquí, y al parecer, el obispo Munilla ha ayudado a que, a pesar de ello, siga pudiendo venir.
Por lo que sé, lo de este monje fue cosa de Munilla.
El efecto evangelizador de esta medida ha sido y sigue siendo muy grande en una comarca que supone más del 10% de la población de Gipuzkoa.
¿Qué pasará en adelante? ¿Pondrá el nuevo Obispo, a quien deseo lo mejor, las mismas facilidades para que Lucho Saggioro pueda seguir con su labor evangelizadora que tantos frutos ha dado, a pesar que que ahora sólo pueda ser de forma intermitente? Espero que sí.
He puesto este par de ejemplos concretos con el ánimo de que pueda servir de reflexión a quien lea la entrada. Las cosas, a menudo, no son ni negras ni blancas, suelen prevalecer los grises en todos los ámbitos.
Yo, de primeras, desconfío de quien, en cualquier ámbito, pinta un panorama totalmente negro, o totalmente blanco. Simplemente por estadística, suele ser imposible.
¿Que el obispo Munilla habrá tenido errores? Seguro que sí, y probablemente algunos de ellos hayan sido bien explicados por el autor.
Pero también ha tenido aciertos. Soy testigo de alguno de ellos, y sería bastante increíble que sólo hubiera tenido aciertos tan puntuales como los que describo. Ya sería casualidad que los que yo conozco de primera mano fueran sus únicos aciertos.
A la hora de hacer un balance del obispado de Munilla, mejor prescindir de la crítica ad hominen, como dice Sendo e intentar objetivar.
El problema con Munilla no es personal, trasciende lo personal
-Munilla mantiene una linea vamos a decir «devocionista», de la religión, baste de ejemplo el caso de la adoración perpetua de la calle Easo. La línea pastoral en Gipuzkoa siempre fue más «activista».
-Munilla cree en una Iglesia jerárquica como valor por encima de todo lo demás. Ha prescindido del Consejo Presbiteral como órgano de consulta y deliberación. «Donde manda patrón no manda marinero».
-Munilla cree en la Iglesia nacional-católica, donde lo católico se integra en la idea de España como parte constitutiva. Desde este orden de cosas, puede sorprender, lo que voy a decir, pero me parece una linea más politizada que la anterior, que estaba mucho más orientada a las directrices de la Doctrina Social de la Iglesia.
-Munilla está más conectado con una línea católico-ortodoxa, donde la forma de vivir la religión es fundamental. El rito es aquí lo importante, porque es el emblema donde se guardan las esencias. La Iglesia de Gipuzkoa es más flexible en el rito, y tiene una orientación más ética que formal, mira más a una linea pastoral que se enmarque dentro del personalismo comunitario, más que a un Iglesia que es «guardiana de la tradición formal de los diversos ritos».
-Munilla está, respecto a la valoración del terrorismo en Euskadi, más cerca de una linea politizada que la que existió en Euskadi. La primera, va en consonancia con la tesis mayoritaria de los medios de comunicación, que ETA es una expresión del nacionalismo vasco, y que la sociedad vasca coadyuvó a esa violencia. La linea de Gipuzkoa, es justo lo contrario. No hay más que leer las encíclicas de Gipuzkoa desde los años 70.
En resumen, la forma de ver la Iglesia de Munilla está lejos de la forma de vivir la fe que tiene el pueblo de Gipuzkoa. Por eso, desde una visión dinámica de lo que debe ser la vida de la Iglesia, no deberían haberlo elegido para ser obispo de Gipuzkoa. Respecto a la forma de vivir la fe que se produce ciudades de España, ahí sí, no hubiera habido problema.
Otra cosa ya es el talante democrático de cada uno, el compromiso con la verdad, el tratar a la gente con respeto, etc etc. Aquí se podrían decir muchas cosas, pero como entramos en el terreno personal, mejor no.
Cuando la palabra rebelion esta proscrita en el «nacionalismo» institucional, pues el clero vasco nacionalista no se rebela sino que claudica ante este jefecillo españolazo Munilla.
Y asi con todo.
Hola Sendo, gracias por tu amable respuesta.
Empiezo por el final, te invito a que investigues cada uno de los puntos críticos que pongo aquí para evaluar la trayectoria de Munilla. También que leas el escrito que hice allá hace más de diez años defendiendo a Munilla de los que lo condenaron antes de ejercer su ministerio pastoral. Se encuentra en el primer párrafo.
Hablas de mala fe, y lamento haber dado esa impresión. Más bien amargura por verme tan directamente desmentido en mis tempranas esperanzas. En relación a la frase acerca de la obediencia, quizá no me he explicado lo suficiente: «quien obedece no puede fallar». Interpreto que es una frase dirigida tanto a sus superiores como sus inferiores. La verdad es que todos fallamos y eso es lo que veo, que Munilla, a pesar de su traslado, no es capaz de colegir que el también pudo cometer sus fallos. La infalibilidad es una prerrogativa que los mismos Papas han utilizado en muy escasas veces.
Me alegro mucho lo del cura italiano de Guadalupe. La verdad es que tengo amigos, creyentes, no tan creyentes y ateos, que hablan maravillas de él. En efecto, es verdad, es más importante el contenido del sermón que el idioma en el que se expresa. Pero la Iglesia (a mi entender) no puede desvincularse de la situación de la cultura y del idioma vascos. Munilla ha arrinconado nuestro idioma y muchos niños euskaldunes son catequizados en español por decisión suya. Eso no es de recibo ni es tampoco evangélico.
A mi lo políticamente correcto me fastidia tanto como a cualquiera. Por eso no estoy de acuerdo con la utilización de la palabra «ortodoxo» por parte de Epelde. Considero la ortodoxia en un sentido plenamente chestertoniano, como la forma extraña de una llave que encaja en la cerradura para abrir la puerta del misterio de este mundo. Mi objeción a Munilla no proviene de eso. Es el estilo, autocrático, que no escucha, que pasa por encima, el que no me parece digno de un pastor de almas.
Una cosa es el trato directo y otra la gestión de una institución. Para un sacerdote incluyendo un obispo lo primero es más importante que lo segundo. Es verdad. Si en algún momento ha dado esperanza a un desesperado y le ha dado el alimento espiritual a un hambriento, esas son las obras que valen.
Yo me refería más pobremente a la gestión de la diócesis. Desgraciadamente he sido testigo de todo lo que narro. Munilla no ha sabido valorar el legado de los que le precedieron y ha pretendido que su acción destructora (no puedo calificarla de otra manera) iba a hacer florecer el espíritu. No ha sido así.
Esperemos que el próximo Obispo conserve lo bueno que hizo Munilla y nos haga mejorar en todo lo demás.
un cordial saludo.
JELen agur
A mi, el texto me ha parecido horrible. Lo siento.
Se enjuicia a un obispo como si un personaje publico y político se tratara.
La Iglesia tiene muchos problemas. Muchos.
Y en parte es por culpa de la “Terranización” de la religión. De los curas y seglares.
La critica del articulo no es que sea injusta, mas o menos cierta. Es que está fuera del objeto de critica a un obispo.
De hecho, el 80% me parecen exacerbadas, injustas, falaces o inapropiadas.
El problema de la Iglesia en Guipúzcoa no es el obispo. Es la actitud de sus seguidores.
Es confundir lo que es De Dios con lo que es del Cesar.
Y no seré yo quien me confiese seguidor acérrimo de Munilla.
Pero sé ver una critica injusta rozando lo abominable.
JELen agur
No sé de qué rebelión milagrosa habla Irusta.
Quizá nos debiera ilustrar…
No hay otro nacionalismo que no sea institucional. El nacionalismo vasco siempre fue institucional y siempre será institucional.
Fuera d ellas instituciones están los ladridos de algunos. Hoy en dia hasta esos ladridos se cobijan en las instituciones.
JELen agur
Por cierto, la frase “Cuando se obedece es imposible fallar” es lógica. Quien falla es quien da la orden.
Tu nacionalismo sera institucional, el mio es que el yo considere, incluso el que a mi me salga de los huevos.
Obedece tu aunque la orden sea impropia o falaz, los demas, ya veremos.
JELen agur
A lo tuyo lo puedes llamar nacionalismo, como lo podrías llamar bailar muñeiras.
No es nacionalismo, te pongas como te pongas (o tus huevos, que son los que mandan por lo que se ve).
Lo que sea la orden no es competencia del que obedece calificarlo (puede que tus huevos sí, porque son lo mas inteligente que tienes).
Sea cual sea mi nacionalismo, menos mal que no es tu «nacionalismo» (sic) obediente …a España. Y a todo.
Hola Joseba:
Quisiera decirte que estoy de acuerdo en algunas de las consideraciones que haces acerca de la Iglesia católica, en Gipuzkoa o en cualquier otra parte. La confusión con el mundo y la falta de espiritualidad, lo que me parece es lo que tu llamas la «terranización», es nuestro gran mal. El Obispado de Munilla no ha sido la solución a ese mal.
El obispo tiene una dimensión espiritual y otra terrena y pública. A esta me refiero principalmente. Y la dimensión terrena también afecta a la espiritual. No me parece buena forma de gestión no escuchar y pasar por encima de la gente, sea cual sea la organización a la que perteneces.
La frase de la obediencia que pronuncia Munilla la entiendo yo en ese contexto en el cual sus decisiones tenían carácter absoluto y afectaban la vida y el trabajo de muchas personas. Según mi criterio, Munilla no falla porque obedece sino porque manda mal.
un cordial saludo.
JELen agur
No es nacionalismo porque desprecias las instituciones.
El nacionalismo nació para potenciar las instituciones vascas. Es una gran contradicción esencial hablar de nacionalismo fuera de las instituciones.
JELen agur
El gran mal de la Iglesia es pensar que centrándonos en materias terrenas a modo de ONG, la gente se acercará a Dios. La gente tiene que buscar a Dios directamente y la Iglesia tiene que ponérselo en bandeja. Si no se presenta la Redencion por el Amor, se acabó la misión de la Iglesia.
Ya hay ONGs e instituciones públicas para solucionar los problemas mundanos (no tan serios como en otras partes del mundo, donde por otra parte hay mucha mas Fe). ¡¡Cuánta más Fe ha habido en épocas de mucha más necesidad!!
Se está sobrevalorando el aspecto terrenal y social De la Iglesia cuando no es más que un complemento al teológico.
Culpar a Munilla, sin culpar a todos sus predecesores de los males De la Iglesia en Gipuzkoa y no culparse el mismo clero (mal) obediente es injusto y falso.
Correcto. Solo puede equivocarse el que manda, no el que obedece.
JEL en agur
¿Donde están los que estaban fuera de las instituciones?
-Pidieron a PNV que no se acudiese a las urnas. Ahora ya acuden ellos, como uno mas.
-No querían ir a las instituciones vascas. Ahora pugnan por ser el de más representación.
-Querían pasar de las elecciones españolas. Ahora participan con entusiasmo.
-No se podía apoyar a los presupuestos españoles, ahora ya sí lo hacen, nada a cambio (alguna fruslería para disimular).
-Faltaba negociar y pactar presupuestos con el PNV, gran enemigo de Bildu, mayor incluso que el del PSOE-GAL, y ya han pactado.
Cuánto cambio de rumbo de algunos y que calladitos están sus seguidores antes ladradores. Qué poco hablan de esto….Ninguna autocrítica que tanto dicen que hay que hacerla. Los del gran cambio. El del hombre nuevo.
Ah bueno, a mi lo que haga la IA…preguntales a ellos!.
Yo solo digo que existen varias formas de nacionalismo vasco, quizas tantas como nacionalistas haya, y la mia ni casa con la institucional ni con la obediencia.
Algunas veces como mal menor, trago. Otras veces paso totalmente de vuestro nacionalismo obediente de España y tambien paso de la IA.
Y cuidado que un dia no vote al puto Vox como voto castigo y de paso para ver si paramos la invasion de chusma que nos estais endiñando vosotros y la IA.
Yo es que flipo un poco cuando me hablan de obediencia o desobediencia en relación a una idea que tiene que ser positiva y no un remedio para proyectar las malas pulgas de cada uno. Las mañanas leo los periódicos y remiro los blogs de noticias y no veo que den la noticia de ningún o ningunos Ignacio Irustas dando voces por las calles, desobedientes a España.
Sería es que muy coherente que por cuestiones viscerales o de muy bajas pasiones votaras a Vox, Irusta. Te darías cuenta del español que realmente llevas dentro. Ese día, estoy casi seguro, la gente votaría en masa por la independencia de Euskadi. Un gran favor al abertzalismo que depende que seas fiel a tí mismo.
No, yo es que soy desobediente (o no) de pensamiento. Es decir, las consignas de vuestro nacionalismo institucional, puede (o no) que me la soplen.
Y puedo votar a Vox siendo nacionalista tan feliz, en un momento muy puntual, puesto que esto formaria parte de mi desobediencia hacia el nacionalismo institucional del PNV y hacia su nemesis la IA.
La politica es solo un juego, no le tengas tanto miedo.
Ningún miedo, Irusta, lo que pido es un poco coherencia y lo que veo es que como cualquier madroño de medio pelo te pirran las consignas y las bocanadas de líderes populistas y que los principios abertzales a la hora de la verdad te traen al pairo.
Los principios abertzales, de quien? Quien ha escrito ese Talmud?
Vaya, vaya, no existen principios abertzales. Encajas perfectamente con Vox, para ti el País Vasco es un ente inexistente.
JELen agur
Lo dicho.
Lo mismo se puede llamar nacionalismo que muñeiras.
Solo se trata de protestar y cuestionar al de enfrente, al que hace y propone algo.
La protesta desde el sofá sin propuestas concretas es como el papel higiénico usado.
Pues llamalo muñeiras, no me parece mal.
JELen agur
Sí, a mi me parece lo apropiado .
JELen agur
Coincido con algún comentarista más arriba cuando dijo que a Munilla se le “enfiló” desde que se le elevó al episcopado.
Intentó combatir la secularización de los fieles y de los sacerdotes en Gipuzkoa, pero el daño está hecho. Ya de antes.
No sé cómo en esa provincia o en cualquier otra (porque el mal es común), aunque en Gipuzkoa se destaque más, se puede revertir esa malversación de la religión.
Por lo tanto, la critica a Munilla, que sería especialmente directo con la critica a esta situación, estaba servida y lo que hay que hacer es un ejercicio de análisis de la labor de la Iglesia y su papel esencial de salvación del hombre.
En respuesta a Jesus Mari Ezcabarte.
En primer lugar, agradezco tus explicaciones.
En segundo lugar, hay un aspecto que creo que merece mayor reflexión. Contaba en mi texto la gran labor evangelizadora del monje Lucho Saggioro en Guadalupe (Hondarribia), aunque no pueda ser en euskera por sus limitaciones con el idioma.
Tú argumentas que:
» la Iglesia (a mi entender) no puede desvincularse de la situación de la cultura y del idioma vascos. Munilla ha arrinconado nuestro idioma y muchos niños euskaldunes son catequizados en español por decisión suya. Eso no es de recibo ni es tampoco evangélico.»
Creo que convendría profundizar en tu razonamiento. ¿Puede haber sido el idioma el criterio principal para tal decisión? (doy por hecho de que lo que comentas de la catequización en castellano, es cierto)
Intento explicarlo con un ejemplo concreto:
– supongamos que tenemos una persona en una diócesis que es especialmente didáctica en la catquización, como el ejemplo de Lucho Saggioro en Guadalupe, con quien muchos jóvenes han realizado el catecumedado, dando por resultado una evangelización con fuertes raíces, que posiblemente ayude a que esos jóvenes vayan a tener en el futuro una buena capacidad de evangelización en su entorno o dentro de su familia.
– Supongamos ahora que tenemos a otra persona en esa misma diócesis, que es capaz de catequizar en euskera, con un bonito dominio de la lengua, pero cuya manera de explicar la fe es un auténtico peñazo.
Tú, ¿a quién de los dos elegirías?
Yo te respondo: sin duda, al de mayor capacidad evangelizadora. Eso es lo que ha ocurrido en Guadalipe con Lucho Saggioro. Y me parece totalmente evangélico.
Cuando tú escribes que «eso no es de recibo ni es tampoco evangélico», te pregunto: ¿hay algún pasaje en el evangelio en el que Jesús dé importancia al idioma en la predicación? Es una pregunta retórica. Evidentemente, ninguno. Hay no obstante en el Evangelio multitud de pasajes en los que Jesús pone en valor la fe de los fariseos o de los soldados romanos, a pesar de su distinta cultura, y lamenta la falta de fe del pueblo judío.
Creo que, como en el chiste, hay que saber si vamos a setas o a Rolex.
Sin conocer el tema en profundidad, únicamente el caso (significativo) de Lucho Saggioro, me inclino a pensar en que las decisiones de Munilla en catequizar en uno u otro idioma no han venido marcadas por la elección del idioma, sino por la capacidad evangelizadora de quien mejor podía hacerlo, fuera en el idioma que fuera. Y yo estoy totalmente a favor de establecer esa priorización. Primero, la evangelización, en el idioma que sea.
Yo voy a setas, pero si me encuentro con un Rolex, pues lo cojo también. Y si me traigo la cesta llena de Rolex pero sin setas, pues estaré muy contento con mi cesta. Ya me ocuparé de las setas en otro momento.
Perdón, en el comentario anterior, en lugar de «fariseos», deseaba escribir «samaritanos».
Hola Sendo:
Un caso como pueda ser el del monje de Gudalupe es eso, un caso. Y el que exista un caso no es razón para plantear una oposición general entre la evangelización de calidad (en español) frente a una evangelización de menor calidad (en euskera). Desde luego cuando te cuento lo que conozco no es el caso de Hondarribia. Ya me gustaría pensar que estamos inmersos en un mar de Luchos Saggioros pero eso, desgraciadamente no es así.
En Gipuzkoa la mayor parte de los niños son educados en el modelo D de euskera. Y la Iglesia tiene que estar preparada, como lo ha estado siempre, para otorgarles la Palabra de Dios en su idioma. Aparte que es necesario que la Iglesia le eche una mano, como siempre le ha echado hasta ahora, a nuestra cultura y nuestro idioma, sin caer en la dejadez o en la omisión.
Jesús está a favor del débil, los curas y religiosos vascos defendieron al País Vasco y a su cultura y idioma por qué eran el débil. Hacer abstracción de esa realidad es anti-evangélico. El don de las lenguas es un don del Espíritu Santo. Es de las primeras consecuencias de cuando Jesús Glorificado soplo el Espíritu sobre los que creían en Él. Les dio la capacidad de llegar a todo tipo de gentes. Para que su Evangelio pudiera llegar al corazón de todas las gentes y todas las culturas sin excepción, por muy minoritarias y machacadas que fuesen. Y eso es lo que ha hecho la Iglesia cada vez que ha ido a evangelizar a una cultura pequeña y oprimida, darle el Pan de Dios en la lengua de su madre.
Ya lo siento no poder compartir la confianza que tienes en las intenciones de Munilla a la hora de catequizar a los niños en español. Lo mejor, desde el punto de vista evangélico, es que se catequice en euskera y con calidad a los niños que viven en euskera. El como Obispo tiene la obligación de servir a los fieles dándoles las dos cosas. No procurar hacerlo es anti-evángelico. Y es lo que yo veo hace Munilla.
Tampoco veo la cesta de la fe en Gipuzkoa llena a rebosar.
un cordial saludo.
JELen agur
Pero….Ezcabarte, quien eres tú para dictaminar lo que es y no es Evangélico?
Porque hasta ahora nada, absolutamente NADA has dicho de algo que sea evangélico.
Por eso me cuestiono si de verdad hay alguna verdadera intención de evangelizar a mis compatriotas.
El evangelio? De verdad te lo has leído? O incluso lo has entendido?
No vengas a dar lecciones de evangelio.
Hasta ahora no has enfocado NADA desde el punto de vista de la enseñanza del evangelio.
Creo suponer que Munilla andaba también en esta preocupación. Y no es para menos.
Jesus líder de una ONG, el Robin Hood de Palestina, nada menos.
Anda con la mentalidad antievangelica….
Hola Joseba:
Me imagino que conocerás este pasaje de Los Hechos de los Apóstoles al que me he referido en mi post anterior y que no ha llamado tu atención:
«El Espíritu Santo desciende en Pentecostés
2 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. 2 De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. 3 Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. 4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
5 Estaban de visita en Jerusalén judíos piadosos, procedentes de todas las naciones de la tierra. 6 Al oír aquel bullicio, se agolparon y quedaron todos pasmados porque cada uno los escuchaba hablar en su propio idioma. 7 Desconcertados y maravillados, decían: «¿No son galileos todos estos que están hablando? 8 ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye hablar en su lengua materna? 9 Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia, 10 de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia cercanas a Cirene; visitantes llegados de Roma; 11 judíos y prosélitos; cretenses y árabes: ¡todos por igual los oímos proclamar en nuestra propia lengua las maravillas de Dios!»
En ese pasaje aparecen dos factores, el Espíritu y el Don de Lenguas. La enseñanza de Jesús se encarna en sus apóstoles que a la vez se encarnan en las lenguas de los pueblos a los que tienen que transmitir su mensaje. A esto me refería cuando me atrevía a decir que Jesús, a través Espíritu que nos dejó, decretó el don de lenguas como su propio carisma con la intención de que todos los pueblos de la tierra sepan de su venida y de su mensaje. Pues bien, el señor Munilla niega a múltiples niños de la diócesis de Gipuzkoa la posibilidad de ser catequizados en su lengua. Tienen tanto derecho como los cretenses, árabes, cirenaicos, frigios y panfilios. Eso es lo que a mí me parece anti-evangélico. Es la constatación de un error que señalo.
Dos son los dones, el del Espíritu y el de las lenguas, que tienen que tener los sacerdotes y religiosos de Gipuzkoa para evangelizar a su pueblo. Uno sólo resulta incompleto.
Cuando Sabino Arana formuló el mensaje nacionalista, al ver la situación de agonía nacional de nuestro pueblo, quiso adherir su primer grito nacional a la religión de Cristo, haciendo un paralelismo entre la resurrección de Nuestro Señor y la de Euskadi y poniendo en el frontispicio de su partido el lema Jangoikoa eta Lege Zarrak. Un prelado que desdeña el ser nacional del suelo que pisa no merece ser el pastor de sus ovejas. El mismo Dios inspira al Papa cuando manda a Munilla a Orihuela.
JELen agur
Es correcto en SU CONTEXTO.
El don de lenguas como instrumento de divulgación del mensaje salvifico. No el don de lenguas como salvación en sí mismo. En aquella época era una limitación incuestionable.
Sabino hizo paralelismo, pero no confundió los escenarios.
El idioma no puede ser impedimento para la evangelización, ni en un escenario ni en el contrario. Pero la clave de bóveda es el mensaje de salvación a través de la Resurrección de Cristo.
No creo que el lenguaje sea la clave para transmitir el mensaje hoy en día en Gipuzkoa.
El avance del euskera no se hace en la religión (donde, por supuesto se tiene que aplicar), sino en la vida civil, en la vida cotidiana.
No es legítimo (ni evangélico) utilizar el mensaje de salvación como pretexto de lucha nacionalista, ni promoción del euskera.
Lo único que hay que hacer en uno u otro idioma es transmitir ese mensaje.
Utilizar la evangelización para hacer desarrollo político es poco menos que blasfemico.
El idioma es un camino, en el caso de los niños guipuzcoanos, es el camino, de comunicación al que cualquier prelado le tiene que dar la importancia que tiene. Vuelvo a repetir que no me parece correcto plantear una oposición lengua/evangelización, van unidas en el carisma del Espíritu. Son parte de la labor de la encarnación que se da en un contexto particular, en Euskadi, donde la lengua vasca es un patrimonio espiritual por ser expresión del alma de un pueblo.
Evidentemente, el lenguaje no es la clave, es una clave, como también lo es la tradición católica vasca con sus rasgos propios. Y estos abarcan desde el examen de conciencia de San Ignacio, la espiritualidad franciscana o la visión cooperativa del trabajo como aplicación de la doctrina social.
En Euskadi el mensaje evangélico se encuentra en lucha con esa religión de sustitución que es el marxismo de la izquierda abertzale, que pretende vaciar la identidad vasca proponiendo un ropaje de falso radicalismo. Son ellos, los militantes conscientes de la izquierda abertzale, los máximos enemigos de la religión en cualquier ámbito de la vida vasca.
Muy de acuerdo con que la evangelización no debe utilizarse para desarrollo político. Por desgracia, representantes de la Iglesia española nos tienen acostumbrados a proponer cosas tan blasfemas como que la unidad del estado española es un «bien moral» que no hay que tocar.
JELen agur
La verdad, Ezcabarte, a tu último mensaje no puedo ponerle ninguna pega. Lo valoro en su totalidad como bueno y lo firmo.
Solo recalcar que la politización española de la religión, se le contesta con evangelización pura, no con politización vasca de la religión.