Joseba Kortadi
Dokumentua / Documento(PDF): Ponentzia_politikoa.II.Kongresua
En las notas que siguen se examina la ponencia política del recientemente celebrado segundo Congreso de EH Bildu (2021) y las enmiendas que se le han presentado. En relación a estas últimas, se hará alusión a las enmiendas que han superado el filtro del 30% de apoyos, y plantean alguna modificación significativa al texto original. Pero también se aludirá a algunas de las enmiendas que no han superado el citado filtro, pero que pueden indicar a sensu contrario el sentido de las nuevas directrices políticas que marcarán, a partir del Congreso de 2021, la línea de actuación de EHB.
Al margen, la ponencia cita tres documentos (‘EH 2030, Merezi Duzun Herria’; ‘Bizitzak eta lurraldeak ehuntzeko udalgintza herrigilea’; ‘Autonomiatik subirautzara, estatus berri baterako oinarriak’), de cuyos contenidos no haremos alusión.
1. La organización en la constelación de la izquierda independentista. El nacimiento de Bildu en 2011 se fundamentó en los acuerdos ‘Lortu Arte’ (la izquierda abertzale con EA, junio 2010) y ‘Euskal Herria ezkerretik’ (la IA y EA con Alternatiba, enero 2011). El modelo original Bildu (desde 2012, EH Bildu) representó una alianza de tipo estable que formalmente operó por consenso de todos sus componentes, aunque tuvieran que cargar con la reticencia del más fuerte de ellos (Sortu) a renunciar a su trayectoria histórica. Acaso por esto, desde su mismo inicio la alianza ha presentado un perfil más cercano a una izquierda más radical que centrada.
A ese hecho ha ayudado también que la correlación de fuerzas que la han constituido está claramente desequilibrada hacia la radicalidad. La incorporación sucesiva de Alternatiba y Aralar al primitivo eje EA-Sortu acentuó la supremacía de este último, no solo por diluirse la bilateralidad original, sino también porque los nuevos grupos no aportaron diversidad a EH Bildu, al pertenecer a la misma tradición marxista de la izquierda abertzale.
Tras el proceso de reflexión estratégica Abian (2016) y el Congreso de Sortu (2017), la izquierda abertzale promovió la reestructuración de EH Bildu, liquidarla como coalición de partidos y configurarla como una organización monolítica. Desde luego, esta decisión de disolver la coalición debía ser refrendada por los grupos políticos. Como era previsible, no hubo problemas con Aralar, que acordó disolverse en el nuevo formato organizativo, ni con Alternativa. En cambio, en EA la reestructuración implicó una profunda ruptura entre la dirección y la mayor parte de sus organizaciones territoriales, que hoy todavía continúa.
Tras el primer Congreso de EH Bildu (2017) el nuevo organigrama de lo que se comenzó a llamar Frente Amplio orilló a la Mesa de partidos hacia actividades subalternas. A partir de entonces, EH Bildu funcionaría a través de las asambleas de bilkides, en las que el partido Sortu es claramente hegemónico. En la ponencia política que se examina a continuación, presentada al segundo Congreso (2021), se percibe con nitidez la huella política de tal hegemonía. Esta posición dominante quedaría rematada con la designación de la nueva dirección de EH Bildu, que Sortu ha copado. Aunque la identidad y funcionalidad de las dos organizaciones sea diferente, en una relación que seguirá presentando contradicciones, queda claro el interés que tiene Sortu por que ninguna de las fuerzas que componen EHB cuestionen su posición de liderazgo.
A la luz del texto de la ponencia actual, habría que decir que EH Bildu es el núcleo desde el que se quiere configurar el Frente Amplio. Es un espacio político que ensancha el lugar que ocupa la izquierda independentista. Es un espacio concebido para la constitución de un bloque histórico progresista, republicano y soberanista [60], que agruparía a sectores vinculados a la política y a colectivos sociales [124]. En el bloque podrían integrarse gente de sensibilidad abertzale y no abertzale, e incluso se buscaría atraer a sectores que no rechazan identificarse con referentes a escala española [57]. Bajo este bloque, se constituiría el ‘pueblo’ que sería el sujeto del proceso soberanista, no tanto como expresión electoral de la sociedad sino como dinámica de ‘empoderamiento colectivo’ [64-135]; es decir, ‘pueblo’ entendido como una articulación de demandas sociales progresistas, republicanas y soberanistas que buscan ser satisfechas. En este bloque se asientan con comodidad algunos personajes antes representativos de otras formaciones de izquierda vasca, que no se identifican con una política realizada exclusivamente a escala vasca. Gemma Zabaleta y Daniel Arranz (antes PSE) y Javier Madrazo (antes EB), junto con el exjuez José Ignacio Díaz de Rábago, que explican su apoyo a la ‘izquierda soberanista de este país’ ya que se trata de evidenciar que, ante el escenario de reconstrucción, hay izquierda y derecha y porque EHB lidera una izquierda vasca de ‘frente amplio’.
Son las necesidades de coyuntura las que definen el pulso principal del momento y el rival con el que el ‘pueblo’ habría de confrontar. EHB se adecúa a las condiciones de la coyuntura, se abre a una gama de alianzas con las que le es posible contar para esa confrontación y, como consecuencia, perfila su estructura y planteamientos políticos. En este sentido, es una organización con vocación de transitoriedad. En la presente ponencia, su cometido se corresponde con la etapa de transición a la soberanía, durante la que buscará la construcción de lo que llama ‘hegemonía soberanista’ [98, 101, 121].
Se ha evitado cuidadosamente la inserción en la literalidad de sus textos de términos ideológicamente comprometedores como ‘socialismo’ [enmienda rechazada de David Ontoria]. Se rechazan las alusiones a la superación del capitalismo [en enmiendas que no pasan el filtro del 30%] y se ha despojado de carga rupturista a otros como ‘revolución’ [19]. Incluso la idea ‘independentista’ (relacionada sobre todo con Cataluña [25]) se proyecta hacia un futuro fuera del alcance de la ponencia [29]. Así lo ponen de manifiesto diversas enmiendas derrotadas en el proceso de selección [las de Urtzi Etxeberria, Iñaki Zabaleta Imaz, Oier Ibarguren o de Jon Salaberria…] que critican la opción por una solución confederal en el marco de un Estado español de carácter plurinacional [117, 119]. Finalmente, la misma apelación a la ‘unilateralidad’ podría interpretarse como un recurso genérico a la autonomía estratégica [99].
Aunque pueda parecerlo [101], EH Bildu no es la vanguardia, es una plataforma al servicio de la vanguardia Sortu, que ha atrapado férreamente su dirección. En realidad, la ponencia incide en la funcionalidad de EHB en el ambiente que le es más propicio: la ‘flexibilidad’ estratégica. Es decir, lo que le corresponde es el despliegue del ‘juego táctico’ [112].
Ante esto, la sección crítica de EA está en un callejón sin salida. Garaikoetxea critica el modelo cubano de Sortu, mientras Otegi cínicamente le habla de la diversidad dentro de Bildu.
Teniendo en cuenta que el Gobierno de Urkullu contabiliza como gasto «sostenible», «coherente con la Declaración de Emergencia Climática» la millonada destinada al TAV y que a la incineradora de Gipuzkoa lo llamáis «complejo medioambiental»…lo increíble es que te dejen entrar.
» Andoniortuzar desde Venecia: «Hemos venido a la Conferencia del Soft Power Club para decirle a #Europa que cuente con Eajpnv
y con el Pueblo Vasco en su lucha contra el cambio climático».
En aras de esa «diversidad» que dice Otegi, abogo porque EA se salga de Bildu.
Que te parece esa diversidad, Arnaldo!!
Volvamos a 1990 con Pnv, Ea, Hb. Realmente, salvo que ya no existe la «violencia» y que tenemos un par de competencias, mas, estamos igual !!
35-50.000 votos para EA, pero al menos tendremos una alternativa de independentismo-nacional.
Y no creo que EA sea islamista como el Pnv, Bildu, Podemos, Pse.
No veo el problema, solo virtudes, en que EA se vaya de Bildu.
Animo, aqui un voto.
Nada, que EA salga de EHBildu porque no es islamista oiga
Qué pedazo
Recogiendo la apelación de Urkullu el martes a afrontar este tema desde el prisma de «los valores», ha apuntado que el modelo que se ofrece a esos jóvenes está marcado por «individualismo, competitividad, nihilismo… En una encuesta en estas tres provincias se les preguntó si creían que serían más felices que sus padres y dijo que sí el 12%. Esos jóvenes están sin futuro, con una tasa de paro que dobla la de Europa, con un ocio enfocado al policonsumo, ¿y cómo se arregla eso? ¿Con sermones? ¿Pegándol
…pegándoles ?