Luis de Arrangoitze
La ausencia total en “Patria” de referencia a la resistencia civil vasca al totalitarismo
La crónica de “Patría” sobre el pueblo vasco, es tan contundente como falsa e injusta. Según “Patria”, la violencia terrorista causó el terror entre los vascos, los vascos callaron y otorgaron, bajaron la cabeza ante la violencia convirtiéndose en cómplices indirectos de la misma. En ningún momento se hace mención a la lucha democrática por los derechos fundamentales desarrollada por los propios vascos contra el totalitarismo de ETA. Simplemente no existe. La sentencia es del padre de Jokin, el etarra que se suicida: “país de mentirosos y de cobardes”. Pero es que la contestación a ETA no solo existió de manera mayoritaria y masiva en las capitales vascas, existió también en los pueblos como del que tenemos noticia en “Patria”. Y aquellos que contestaron y salieron a ocupar la calle contra ETA, muchos de aquellos eran los propios ediles de los pueblos, que eran víctimas del hostigamiento totalitario de la misma naturaleza al que sufre el Txato de la ficción. Y no se callaron. Salieron y fueron centenares. Resulta una obviedad decir que había miedo, cuando el acoso y el crimen estaban a la orden del día. Eso queda meridianamente claro en la serie. De la contestación que existió al terror, de cómo se lo sacudió gran parte del pueblo vasco, de cómo se conquistó la dignidad en la calle, de todo eso, por “Patria”, lamentablemente las generaciones venideras no conocerán nada.
Por todo lo dicho podemos extraer una serie de conclusiones acerca de “Patria”:
Son una serie de televisión y una novela con algunos valores estimables, que retratan certeramente algunos elementos del ciclo de la violencia en Euskadi. Que muchas de las víctimas de esa violencia se vean reflejados en los episodios de ficción es la prueba más elemental de esto. Constituye una aportación artística al tema de la persecución política totalitaria y sus terribles consecuencias e implicaciones morales, familiares y sociales. Desde este punto de vista, “Patria” retrata ciertos hechos que todos los que hemos vivido esa época, acertamos a reconocer. Por tanto, se pude decir que es una estimable crónica de algunos aspectos de la época. Tanto es esto realidad, como que a pesar de esta valoración positiva, es preciso discernir aquellas cuestiones de las que adolecen la serie y la novela.
De este modo, “Patria” adolece de defectos sensibles si a lo que aspira es a convertirse en un relato de referencia sobre la violencia en Euskadi. La violencia de ETA no tiene connotaciones tradicionalistas ni religiosas. De hecho, la Iglesia vasca se mostró siempre contra ETA aún y cuando ETA tuvo un apoyo social más grande, durante la época franquista. La representación del cura de “Patria” dibuja una violencia que resulta de una lectura bíblica del conflicto vasco de carácter primario y reduccionista hasta extremos pueriles. Existieron sacerdotes en Euskadi que hacían una lectura de ETA mucho más connivente con ETA que la Iglesia vasca oficial, pero se englobaban en una línea totalmente ajena al tradicionalismo o conservadurismo, estaban englobados en el colectivo “Herria 2000 Eliza”, mucho más cercanos a planteamientos revolucionarios.
La dualidad que se nos muestra en la que Gorka es el progresista, izquierdista y homosexual y Joxe Mari, el militante de ETA, es todo lo contrario, se manifiesta radicalmente antagónica con la realidad que se vivió y en la que vivimos. Históricamente, ETA supuso la “modernidad” y la “revolución” frente a la “tradición” representada por el nacionalismo del PNV. El problema es que, precisamente, esa “modernidad” traía aparejada una ideología que por ser contemporánea no era menos nefasta en lo que respecta a los valores humanos. Ni Aramburu ni la teleserie perciben ni se atreven (¿por desconocimiento? ¿por sectarismo?) a afrontar esa paradoja: ETA fue un fenómeno moderno y sus modos de opresión y sojuzgamiento, su ideología-práctica, también lo eran.
El elemento étnico en “Patria” también se estira hasta el extremo, mostrándose como un elemento definitivo en el conflicto, cuando muchos de los jefes de ETA y sus integrantes fueron personas que pertenecían a familias inmigrantes perfectamente integradas en la sociedad vasca. En ningún momento de su historia la Izquierda Abertzale se ha caracterizado por un discurso racista. Su proyecto excluyente no se apoya en la raza sino en la categoría política. Así, oponía la condición de clase de los trabajadores inmigrantes a la opresión ejercida por el empresariado, mayoritariamente autóctono y euskaldún, como el Txato de la ficción. Y en esa dicotomía se manifestó a favor del inmigrante obrero antes que al empresario euskaldún. De hecho, ETA se valió de esta ambigüedad en la que se movió como pez en el agua, como se ve en “Patria”, cuando Txato no tiene miedo de lo que le pueda pasar “porque él es del pueblo, y le conoce todo el mundo”, extendiendo una lógica etno-cultural a la organización terrorista que solo existe en la mente de Txato. El crimen terrorista muestra aquí la mayor perversión, por la que, la futura víctima se siente a salvo en base a criterios que la organización terrorista no comparte. Los secuestros, extorsión y asesinatos de empresarios autóctonos son la prueba más contundente de este aserto. En todo caso, la Izquierda Abertzale consideró el euskera como un elemento importante en su proyecto revolucionario, pero nunca interpretó la lengua como elemento distintivo de la raza o de pertenencia a la nación etno-cultural, sino como una herramienta con la que dotar de contenido moral revolucionario al lenguaje, como un distintivo revolucionario del que carecía el castellano. No hay que buscar a Herder en el discurso de la Izquierda Abertzale, por mucho que se pretenda y se quiera ver, sino a Lenin. Otra cuestión es que esto solo le puede interesar a aquel interesado en encontrar la verdad de los hechos sobre bases científicas: el estudio de la producción documental y praxis revolucionaria del MLNV en su conjunto. “Patria” no es, como muchos de sus defensores dicen “el retrato real y definitivo de la violencia de ETA”, sino una manifestación más, una de tantas, sobre la carencia en el empleo de métodos científicos y de investigación para llevar a cabo semejante pretensión. Es la visión que tiene de ETA una parte de la intelligentsia, en parte vasca pero esencialmente española.
La lectura del militante de la organización que representa Joxe Mari, que retrata a los militantes como personas primarias y descerebradas, toma la parte como el todo. Es evidente que personas de ese carácter formaron parte de sus comandos. Pero las personas que diseñaban la táctica y estrategia de ETA no destacaban por esos carices, sino por su formación universitaria y política, en toda la tradición marxista-leninista de los movimientos de los sesenta del pasado siglo. Y esta constante perduró, cuando el contexto social y político moduló un tipo de militante más habituado a las lecturas del marxismo propias del momento y la decadencia tardofranquista –décadas de los 70-, como en aquellos contextos en los que la formación ideológica se seleccionaba para aquellos que la iban saber aprovechar, -décadas de los 80 y 90-, dejando a personas primarias y arrojadas como el Joxe Mari de ficción la labor de ejecución, de golpear y de “dar caña”, personas que fueron muy eficaces para la lucha callejera durante la campaña de socialización del sufrimiento en los pueblos. Parece mentira que la narración permanezca totalmente inconsciente de este marco de interpretación, mucho más complejo y rico en matices que el simplismo reduccionista y maniqueísmo moral al que condena el autor a su obra. En este sentido “Patria” cae en el más descuidado conservadurismo, repitiendo los mismos clichés sobre la Izquierda abertzale que propiciaron que esta campase a sus anchas en el terreno ideológico, toda vez que sus supuestos adversarios estaban más afanados en encontrar criterios más convenientes a sus propios intereses que al compromiso ético y público con la verdad y el bien común.
Finalmente, lo más grave de “Patria”, más allá de su errónea interpretación sobre el cariz religioso católico de la violencia terrorista, y del carácter étnico del conflicto es el haber ninguneado a otras “víctimas” del conflicto vasco. Las víctimas silenciadas por “Patria” son todos los miles de vascos que salimos a la calle, ya en los ochenta, a enfrentarnos a la barbarie y el terror. Omitiendo su historia no se restituye a las víctimas, se las silencia en el mayor de los oprobios que se puede cometer en relación a la historia de la violencia de ETA. Convendría tener esto en cuenta, para todos aquellos, como yo, a los que la serie les ha gustado. Como el humo y el viento de los fuegos artificiales. Cuando se piense en “Patria” como el viento que disipó los elementos ocultos del relato de la violencia en Euskadi, hay que decir que el “humo” permanece todavía en torno a la batalla del relato. Hasta que alguien venga a contar las cosas como realmente fueron, esta vez sin maniqueísmos interesados de ningún tipo. Solo entonces se hará justicia con las víctimas, que todavía, merecen una explicación de cómo y porqué fueron elegidas como tales por la ideología totalitaria. Mientras tanto, la herida del compromiso con las víctimas no se ha cerrado todavía. El humo no nos deja ver la verdad.
Brillante
Hay cosas a las que es difícil acostumbrarse. ETA concitó el apoyo de la izquierda radical española cuando más mataba. Incluso la izquierda radical vasca pidió el voto o se integró en las listas de su brazo electoral hasta la época de Lizarra. No es extraño: la misma ETA está en el origen de dichas fuerzas que se constituyeron a partir de divisiones sucesivas.
Lo que clama al cielo es que una buena parte de los que apoyaron a la ETA que más mataba (se tragaron impasiblemente 800 muertos hasta el 2000), sea la que encabece la acusación a la sociedad vasca (o al nacionalismo vasco, si se quiere ser más preciso) por ‘indiferente’ y por ‘mirar a otro lado’.
JELen agur.
Estaba esperando esta segunda entrega porque, tengo que decir, me han encantado.
Pues parece que la neblina densa que aún persiste en el imaginario, en la memoria colectiva de la realidad terrorista, no ha sido disipada con la novela ni con la serie, independientemente del valor artístico que tengan.
Más bien parece lo contrario, que se han realizado para afianzar a perpetuidad los tópicos de la época a que nos venimos refiriendo.
Porque un verdadero documental, chocaría de pleno con Patria.
Y a mi me gusta mas la realidad.
Y si es ficción que no se venda como realidad o aproximación a ella.
Hay una base de engaño que subyace…
Extraordinario artículo. Recoge lo bueno de la película y su flaqueza en la descripción global y matizada del fenómeno de la violencia totalitaria en nuestro pueblo.
Lo que más me gusta es que pilla al autor y a la serie en una tremenda contradicción: el empresario euskaldún no entiende que vayan a convertirlo en objetivo. Porque no entiende que la ideología de ETA no es el nacionalismo radical sino el marxismo revolucionario.
Eskerrik asko por darnos un poco más de luz.
Lo cierto es que ETA nació por la desconfianza de unos iluminados en la fuerza endógena de la sociedad civil vasca, por eso recurrieron a la lucha político-militar, por eso abrazaron el marxismo leninismo.
Es de un cinismo intolerable que quienes participaron de ese montaje sean los aliados, de los que quieren dar a entender que en el fondo de la lucha armada se esconde un nacionalismo radical jelkide.
Todas las trayectorias deberán de analizarse, pero el intento de ocultar la responsabilidad real en el diseño político militar del entramado de ETA, por lavar la cara de algunos que se han pasado al bando constitucionalista es un escándalo.
Como es que la inteligentsia JEL no aborda un relato completo del asunto ETA, su marxismo anti-nacionalista de origen y desarrollo, en lugar de prestar atencion a noveluchas y relatos hispanos y/o boltxes?
Se os han jubilado ya todos vuestros pensadores?
Ayer mismo lei en la hoja parroquial Deia un articulo sobre Telesforo Monzon tildando al «mundo de ETA» de «nacionalismo radical».
Necesitais un ejercito de escribidores, bul tzis….
Querido Ignacio,
No creo que estés para dar consejos cuando tienes problemas en cuestiones tan simples como contar los cadáveres que nos ha dejado el MLNV. Tu decías 2 empresarios. Son 33 empresarios inocentes asesinados. 10 secuestrados, se calcula que cerca de 10.000 extorsionados y miles de exiliados.
Yo no tendría ningun problema en contarlos. Sabes por qué? Porque dedicaría una calle de nuestro querido país a cada uno de ellos. A los 43. Y otra avenida principal que llamaría: «Avenida de los vascos extorsionados por el terrorismo totalitario de ETA»
Ya, pero pierdes credibilidad si metes a un gran empresario franquista en la lista. Estabamos hablando estrictamente de pequeños empresarios euskaldunes. Cuyos asesinatos condeno, por cierto.
al gran empresario franquista lo mataron por la misma razón por la que mataron a los pequeños empresarios vascos euskaldunes, porque era empresario, representante del poder capitalista, al que había que castigar, demostrando que su ideología era la de la revolución española y su odio era contra los vascos.
JELen agur
ETA y su entorno ha sido la gran herencia franquista que hemos sufrido, ademas de la cúpula militar, la judicial, empresarial, etc.
Mientras tanto, y contra todo ello, nos ha tocado desarrollar la reconstrucción nacional, lenta pero eficazmente.
El nacionalismo vasco es un pequeño movimiento en un pequeño pueblo. No tenemos grandes instrumentos, y nos toca lidiar con las grandes corporaciones políticas de derecha e izquierda internacionales, con presencia en Euskadi, que disfrutan de amplios recursos con los que imponer un relato interesado como el que nos ocupa con Patria.
Lo único que tenemos es voluntad y razón. Pero esta suerte de megalodones políticos (de los que el MLNV forma parte) lo compensan con grandes recursos para la influencia en el ciudadano.
Aunque en realidad todo esta escrito y dicho pero entre los que quieren tapar su horrendo pasado y los interesados en enfocarlo de una determinada manera, lo que el ciudadano percibe y la realidad, solo ocasionalmente coinciden y es en temas superficiales, no en el contenido profundo.
Vaya, no sabia que el Mlnv fuera tan poderoso!
Pobrecito JEL, humildes aldeanitos bucolicos y bonachones, sin medio alguno y solo frente a los poderes…..ay que pobres.
JELen agur
Pues, hombre!
Hay que saber algo más de aquello por lo que das la cara!
O no ir de ignorante para infundir lástima.
El MLNV no es más que la pieza en Euskadi de un gran movimiento internacional.
Y el relato de Patria es compartido y promovido por grandes lobbies internacionales.
No es nada nuevo.
Irusta muestra su españolidad una vez más llamando aldeanos a los vascos.
Lo tuyo va mas alla de la españolidad, gilipollin, cuando estimas que aldeano es algo peyorativo, tontolaba.
En la misma línea de españolidad conceptual niegas que usaras aldeano como término peyorativo. Tu dices esto:
Pobrecito JEL, humildes aldeanitos bucolicos
Te he pillao en un renuncio y tu sostenella y no emendalla, al estilo del cualquier bandolero de Sierra Morena, tu patria espiritual.
«El PNV está profundísimamente in-filtrado por la CÍA. El PNV está vendi-do al PSOE. El PNV está dirigido por hombres que tienen parado el reloj en 1936. El PNV no representa, ni puede representar, los intereses del pueblo vasco; pues sólo representa a una cier-ta pequeña burguesía del País, que no tiene, ni puede tener, espíritu revolu-cionario. El PNV está vendido a la Iglesia Católica, cuya política es, y ha sido siempre, esencialmente reacciona-ria y anti-revolucionaria. El PNV es, estratégicamente, auténtico neo-carlis-mo.
El PNV está ahora mejor que hace cinco años. Somos nosotros los que lo hemos reforzado. Estará cada vez más fuerte mientras el equívoco continúe. Cuál es ese equívoco? HACER CREER AL PUEBLO QUE EL PNV ES UNA FUERZA VASQUISTA. Hora es ya de decir que no; que el PNV se ha podrido, que además jamás ha querido la libertad de nues-tro pueblo, ni hacia dentro ni hacia fuera. Los del PNV se vendieron a la CÍA y al Vaticano; y era INEVITA-BLE que así ocurriese. ESTO ES LO QUE HAY QUE DECIR A GRITOS A NUESTRO PUEBLO ANTES DE QUE SEA TARDE.
Eso lo que dices lo decía ETA en 1966. También decía que «La nueva generación, aún visceralmente, es ETA. Es ETA porque ETA es una
NECESIDAD OBJETIVA DEL PAÍS».
¿Dónde está ETA? Suicidada. ¿Dónde está el PNV? En el poder. Sois unos profetas de vuestra propia destrucción, Liztor.
El pobre liztor recordando viejos textos para consolarse.
Seamos sinceros porque sobre lo falso no se puede construir nada que valga la pena. La resistencia a ETA fue excepcional, muy arriesgada y resultó en el mayor exilio europeo en tiempos de paz.
Era una tragedia encontrar una Iglesia para un funeral, el propio obispo Setién se cubrió de oprobio con sus afirmaciones xenófobas. ETA fue genocida de libro y Arzallus recogió todas las nueces que quiso. ¿O no recordáis el «devolvednos la bala» a la cara de Mª Teresa Castells la noche del balazo en la mandíbula a José Ramón Recalde? ¿Y la reacción de Arzallus cuando lo de Miguel Ángel Blanco?
El mito del nacionalismo noble se fue al carajo entonces. En mi opinión para un muy largo tiempo porque todos sabemos lo que sucedió.
Manu, lo siento, pero me parece que desbarras, afirmaciones xenófobas, el obispo Setién, Arzallus diciendo cosas que no citas, nacionalismo noble al carajo, te quiero recordar que con esos criterios tan calenturientos Ibarretxe venció al moderadísimo Mayor Oreja. ¿Cuándo dejaréis de atribuir la responsabilidad de ETA al nacionalismo vasco? ¿Es qué no te acuerdas que el mediador del gobierno español le dijo a Mikel Antza «no venimos a derrotar a ETA»? ¿Qué nueces recogió Arzallus cuando expulsaron al PNV de todas las instituciones públicas e internacionales e incluso de la democracia cristiana que fundó? ¿Qué es lo que era entonces para un empresario vasco invertir en el extranjero, con el gobierno de Aznar dando la barrila en contra de ellos, con la doble presión del gobierno y ETA? La gente salió a la calle en contra de lo de Blanco y los políticos se dividieron, pero eso es estupidez política, no innobleza. Innobleza es no señalar a los responsables del desaguisado.
JELen agur
Quisiera, Manuoquendo, que mostraras, no solo enumeraras todas esas barbaridades que afirmas.
Porque yo creo que son totalmente falsas.
Forman parte de esa memoria colectiva que el histrionismo hispano intento construir con el aplauso del MLNV, porque el objetivo fue siempre en primer lugar el PNV, tanto por unos como por otros.
Ni existió genocidio, ni existió xenofobia, ni se recogió ni una sola nuez (no hay mas que ver quien es el que cae cuando ETA desaparece, para saber quien vivía gracias a ella).
Quizá, y solo digo quizá, hubo alguna contestación desafortunada, pero perfectamente explicable ante la agresividad por tierra mar y aire de los medios y de los políticos de turno que aprovechaban las circunstancias del terrorismo para sacar tajada política con afirmaciones mucho mas que gruesas, ofensivas.
El PNV ha estado en su sitio, gracias a Dios, para desgracia de la caverna mediática española y sus títeres políticos y, por supuesto, del terrorismo etarra.
Estamos hablando de lo que hemos vivido. Por lo menos en mi caso porque tengo edad para ello y no estoy para relatos trucados. Sobre estas cosas hablo de hechos y de personas que he conocido y tratado.
Por eso no necesito citas ni «Patrias». Porque antes de que Fernando comenzase a novelar muchos lo palpamos y algunos lo escribieron según lo iban viviendo. El éxito de «Patria» es que sintoniza con la verdad en la memoria de la gente. Es una especie de acto de contrición privado y colectivo a la vez. Porque, queridos Txanquete y Joseba, la Verdad existe aunque a veces sea difícil discernirla. Lo del relativismo es, como el materialismo, un vestigio de una época con una cosmología que hoy ya sabemos A-Científica.
La recogida de nueces es textual de Arzallus, conocido por sus compañeros Jesuitas en Alemania, como «el Nazi». Si a vosotros no os lo han contado, algo más que probable, debéis tener en cuenta que todavía no nos hemos muerto los que sí lo vivimos y escuchamos de primera mano de ambas partes.
¿Quiere decir esto que demonicemos al PNV actual? No .
El PNV ya tiene su trayectoria bastante clara y creo que coherente con sus objetivos. Además no creo que nadie pueda poner en cuestión que este partido tiene una gestión estratégica y táctica de muy alta calidad. Buenas cabezas tiene. Sin duda. Otra cosa es compartir todos sus fines y sus medios. Yo no los comparto todos porque los veo miopes, válidos para el corto plazo político y, sobre todo, desprovistos de coherencia moral.
Claro que pedir a un partido político que mire objetivamente el largo plazo y tenga coherencia moral no deja de ser una ingenuidad.
El perdón y el olvido son actos naturales cuando quien debe ser perdonado está arrepentido. Si no es así la verdad terminará por imponerse aunque torrentes de disonancia cognitiva traten de impedírnoslo. Hubo un holocausto y negarlo está moralmente mal.
Un saludo cordial
Pues claro que la verdad existe, Manu, en tu caso tu concepto de la verdad está por encima de la verdad ya que dices que ni siquiera tienes que esforzarte por probar lo que dices. Vamos, que nos tenemos que creer, por tu majeza, que Setién tenía un discurso xenófobo.
Lo de la recogida de nueces lo negó el propio Arzalluz y la fuente del bulo es una tan segura como Juan María Bandres, abogado de ETA, y dirigente de la político-militar Euskadiko Ezkerra, que entonces mataba y secuestraba. Ya te digo yo que esa cita huele a mucha chamusquina y me parece muy mal que creas antes en la palabra de unos terroristas que en las de Arzalluz.
Aquí quien recogió nueces durante años fue el PP que acosado y asesinado por ETA no dejaba de echar la culpa al PNV, como si fuera el padre espiritual de la criatura. A costa de eso sacó pecho moral pero en cuanto se fue ETA el pudding de la derecha española se desinfló.
Ya me gustaría que algún día, cuando te dignes a razonar lo que dices, me expliques las incoherencias morales del PNV. Quizá en tu zona todo queda muy claro pero es que yo no lo capisco.
Lo de que hubo un holocausto, por favor, Manu, son 850 muertos y miles más de afectados en diverso grado a lo largo de 40 años, no llega a guerra, Auschwitz y el gulag fueron otra cosa que, gracias a Dios no nos tocó. Y esta terminó.
JELen agur
Es decir, que vuelve una novela a poner la verdad en la explicación de una realidad.
Ya hablamos con anterioridad de esa NOVELA, pero la realidad, es muy distinta.
Ya no cuela continuar con los tópicos que se pusieron de moda en aquel momento, sino que la historia debe reflexionarse. No vale el histrionismo interesado del momento. Hay que intentar ser objetivo. Puede que tu subjetivismo te interese por otras razones.
Pero los que escriben un relato final deben abstraerse de la subjetividad y del tópico.
Lo que dices no es cierto, aunque todavía no te hayas dado cuenta. O no quieres hacerlo. Tu mismo.
Como tampoco las farsas del MLNV.
Hay una objetividad, una realidad que es la que se tiene que imponer.
A Arzallus le llamaban el nazi? Puede ser. Pero….lo era?
El Pueblo Trabajador Vasco es una de las formulaciones que en esencia ha servido, tanto a los continuadores como a muchos de los que se han ido escindiendo del MNLV, como parámetro de análisis a la hora de analizar a la sociedad vasca.
En 1965 en carta abierta de ETA (publicada en número especial de Zutik) a los intelectuales vascos, donde probablemente ninguno de los firmantes comulgaba con el contenido de la formulación PTV, la organización revolucionaria les contesta:
“Nosotros hemos estado y estaremos siempre con los trabajadores nacidos o no en Euskadi, trabajan por la implantación de una verdadera democracia en nuestro país. Ellos son la base de nuestra futura sociedad vasca. A ellos y a sus hijos, consideramos, desde luego, bastante más vascos que a esos capitalistas de largos apellidos euskaldunes, que se atreven a llamarse patriotas mientras no cesan de enriquecerse a costa de su propio pueblo”.
Esa forma de juzgar a los vascos según se alineen con la “verdadera democracia”, ha continuado siendo la base de formulación de algunos de los escindidos de ETA contra ETA. Han actuado en cada momento según han considerado cual es “la verdadera democracia”. Aquellos que en su momento no se opusieron, ni en el hogar, ni en el espacio privado ni en el público, a su acción armada. Hoy lo mezclan todo y se arrogan en juzgadores de la sociedad vasca calificándola, como poco, de indolente y de equidistante; cuando, no se les calienta la boca, y la califican de colaboradora.
No es aceptable juzgar a una sociedad desde el absolutismo de unos parámetros políticos. La sociedad tiene un espacio propio y, al igual que al espacio político, se le debe juzgar según la coherencia ética en su ámbito de actuación. El espacio político, comenzando por supuesto por la IA, está todavía muy lejos de una autocrítica ética aceptable. Incluso aquellos que quieran hacer su autocrítica a nivel particular lo debieran de hacer sin disolver su responsabilidad en la sociedad civil.