Iñaki Azkoaga bere blogean
En la economía, la política, las ideas, el estilismo, la ropa y en muchos otros ámbitos hay modas que en su momento álgido son imparables y se convierten en tendencia, algo de esto está sucediendo con el término Basque.
Desde que el Lehendakari presentara en 2013 la estrategia “Basque Country” el vocablo Basque ha penetrado en las instancias vascas como un término a adoptar con imperiosa necesidad. Gusta, es bonito, sabemos inglés o francés, no genera discordia.
Cualquier instituto, entidad, proyecto, organismo, página web que lleve en su nomenclatura la palabra vasco lo ha aplicado de forma tácita, ha incorporado el Basque. No hay día que no detecte una nueva institución que lo adopta. Algunas marcas comerciales también se han adherido a esta tendencia.
Una simple búsqueda en internet me ha llevado a encontrar una interminable partida de nombres que incorporan el término Basque, son tantos que relaciono algunos en la nota al pié[i], que me excusen todos aquellos que no los he incluido y también lo utilizan.
En verdad somos así, cuando algo cuaja todos vamos detrás. Suelo decir que somos un país pendular, me contestan que en su medida todos los países lo son, a lo que replico que es verdad que todos lo son, pero nosotros somos muy pero que muy pendulares. Ahora está en el lado en que todos somos Basque.
Explica muy bien esta oscilación Basque Label Harategiak. El primer paso lo dieron con Euskolabel, luego se ha creado un nuevo concepto para las carnicerías especializadas en productos Euskolabel, cómo se iba a llamar sino Basque Harategiak. Para este cambio no puede haber más motivo que la moda o tendencia, porque si bien en nuevo concepto comercial precisa un nuevo nombre, el tipo de nombre elegido no parece una exigencia del mercado. La práctica de hace unos años en que todo era Eusko o Euskal pulverizada, el péndulo ha alcanzado el otro extremo.
Como he anotado al principio, esta moda es imparable, al menos en este momento, por lo que intuyo que alguna virtud tendrá. Cuando algo triunfa es que, probablemente, ha tocado alguna fibra que lo hace atractivo.
Por ello sugiero un pequeño cambio. Pongamos -sk en vez de -squ, así escribamos Baske en vez de Basque. El trueque es sencillo, no interfiere en la aplicación del nombre ni de la moda-tendencia lanzada. Es un pequeña modificación que puede ayudar de sobremanera a que, de una vez, nos orientemos hacia la correcta solución para nuestro nombre país.
Si alguna parte formal tiene bien definida el nombre del país de los vascos y su gentilicio es la -sk central. Tanto en euskera como en todas las otras lenguas se pronuncia la -s y luego la -k, un sonido fuerte que fonéticamente se corresponde con la -k, y por eso necesitan el francés y el inglés la -u después de -q, haciendo –squ antes de la e (para pronunciar -sk). El alemán utiliza -sk, el italiano –sch (seguido de -i, pronunciado -ki), el castellano y portugués -sc (seguido de -o, lo que le hace fuerte). El idioma vasco también usa -sk, en euskara, euskaldun, Euskadi o Euskal Herria.
Dado que el denominativo del país, tal y como ahora mismo se está utilizando, exige una adecuación del nombre a cada idioma, la forma Baske avanzaría hacia una mayor homogenización, reduciría la dispersión y reforzaría el denominativo. El nombre quedaría más standarizado: Baske Country, Pays Baske, Baskenland, Paesi Baski, País Basko, etc.
Supondría un paso hacia una mejor integración, tema crucial en esta época de lo digital y la robótica. Como nota curiosa apuntar que he encontrado algunas marcas que la utilizan de esta forma -sk[ii], en general son marcas comerciales que, opino, ganan en rotundidad. Probablemente han entendido que desde un enfoque de mercado es preferible usar -k en vez de -qu.
El nombre País Vasco se comenzó a utilizar hace unos doscientos años, aunque parezca que ha sido así desde siempre y tiene el hándicap que es un nombre de dos términos en vez de un único. Conlleva asimismo un defecto añadido, cambia en cada uno de los idiomas que se utiliza Pays Basque, Basque Country, Baskenland, Paesi Baschi, País Basco, etc. Hay que buscar fórmulas para superar estos defectos, que en la práctica resultan determinantes para un buen rendimiento del nombre en términos de marca país y reputación.
Es por ello que propongo un pequeño cambio, como es el de transitar del -sq actual a -sk. Se trataría de un paso estratégico que no supondría un gran esfuerzo adicional y sí un gran avance que reforzaría el uso del nombre en una línea más apropiada.
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…ya está tardando Anasagasti en condenar esto y/o Urkullu en su defecto…