Koldo San Sebastián
Cautivas y desarmadas las fuerzas enemigas, los ejércitos triunfantes han cubierto sus objetivos (bueno, es un decir). Las “tres derechas” no suman lo suficiente. Partido Popular y Ciudadanos se han dado un batacazo -real y moral, según el caso- a pesar del apoyo de los grandes medios de comunicación (incluidos los de la Conferencia Episcopal española, laus Deo) y de ilustres “desenganchados” o jubilados de las izquierdas mil: Leguina, Diez, Guerra (sigue este señor con el carnet del PSOE)… El aumento de votos de los de Rivera no sirve para nada. Además, la sola presencia de Rivera, Arrimadas, Girauta y alguno más imposibilitan cualquier remoto acuerdo con el PSOE. ¿Dimitirán Casado y Rivera? Es cierto que se libra la tercera derecha, la ultra. No tenía nada que perder y todo que ganar. Eso sí, no ha ganado tanto. Supongo que Rajoy y Soraya la lista (S. de Santamaría) estarán en un estado de preocupado despiporre. Por cierto, las “tres derechas” se han quedado sin representación en la Comunidad Autónoma Vasca. No está mal. ¿Se atreverán a hablar en nombre de los vascos? Hablar de recentralización, de ir en contra de los Fueros,…tiene esas cosas. Los que tampoco dimitirán (¿de qué van a dimitir?) son Aznar, Cospedal o Esperanza Aguirre, auténticos responsables del desaguisado.
Las reacciones al batacazo han sido diversas. Casado sigue, eso sí tras cesar a pobre Maroto (vae victis). El PP trata de regresar al “centro”, descubriendo de pronto que los de Vox no son más que una panda “fachas”. Esto también lo ha descubierto, pero además reclaman su condición de “limpios”, de partido “limpio”. Forma parte del nuevo argumentario. Se lo escuché sucesivamente a Arrimadas y, luego, a Rivera. Con algunos fichajes como el de Silvia Clemente o Ángel Garrido, o lo del alcalde de Arroyomolinos, amén de su papel en Andalucía, lo de la “limpieza” seguramente que tiene que ver con la higiene personal. El resto del discurso ciudadano sigue el tono prepotente y faltón exhibido durante la campaña.
Los resultados en Cataluña representan algo que se parece bastante a un cambio en el mapa político: Puigdemont-Torra son la cuarta fuerza electoral (en generales) con un retroceso evidente. Esperemos a las Elecciones Municipales, pero esto tiene toda la pinta de que ERC acabará convirtiéndose en la fuerza hegemónica en el nacionalismo catalán. Sería interesante conocer la interpretación de Artur Mas. Por otro lado, en esta comunidad las “tres derechas” solo han obtenido siete diputados, frente a los diez de 2016. El PP pierde cuatro de los cinco diputados de lo que disponía hasta el domingo pasado. La ocurrencia de poner a una paracaidista caso de la marquesa de Casa Fuerte tiene esas cosas. Eso sí: la señora marquesa -Cayetana Álvarez de Toledo- de tan parco resultado, con su habitual dosis de suficiencia, “no entiende que es eso de vuelta al centro o las moderaciones” que su partido ha iniciado.
En Nafarroa, las dos derechas y media (UPN-PP, C’s) -la tercera, Vox, fue por su cuenta- retroceden casi diez puntos. Así que, en esta circunscripción, lo de la fragmentación de la derecha para explicar el retroceso no resulta convincente. Tampoco casa la tesis de la “limpieza” de Arrimadas y Rivera en esta coalición.
El PSOE de Pedro Sánchez ha ganado, recuperando mucho del voto perdido que se había ido, dicen, a Podemos y a Ciudadanos (otros, claro, al PP o a VOX). Sin embargo, como se esperaba, deberá pactar para conseguir una mayoría suficiente para gobernar. Quiere gobernar en solitario, pero dudo que Podemos quiera perder visibilidad. Es cierto que, por ejemplo, el PSOE podría ofrecerle las presidencias del Congreso y del Senado, y de RTVE. Ya lo hicieron con Arantza Quiroga y con Alberto Surio cuando el PP puso a Patxi López en Ajuriaenea. Pero, dicen que los socialistas ya tienen candidatos para estos puestos. Tampoco se puede ser acaparador.
En la Comunidad Autónoma Vasca, el PNV ha ganado claramente las elecciones. En Bizkaia, por ejemplo, con un 34, 37 % saca casi 100.000 votos a la segunda fuerza (el PSOE), aunque la diferencia entre uno y otro sea de tan solo un escaño. A EH Bildu, le “mete” 143.710 votos (En la CAPV, EH Bildu solo sube tres puntos y medio frente a los casi siete del PNV). Los jeltzales han estado a “solo” 5.000 votos del cuarto diputado. También es primera fuerza en Araba y Gipuzkoa. En el conjunto de la Comunidad, la diferencia entre PNV y EH Bildu es de 182.427 votos. Sigue siendo la fuerza hegemónica en el campo abertzale y, desde luego, esencial en el democrático. Quizá ahora el principal reto esté en conseguir la mayoría absoluta en las Juntas Generales de Bizkaia y en el Ayuntamiento de Bilbao. Aunque, a decir verdad, no pueden trasladarse los resultados de las generales a las elecciones locales (ni para bien, ni para mal), como pretende el diario de Don Celes, incluso sugiriendo pactos PSOE-Podemos para desplazar al PNV allá donde este partido sea la fuerza más votada. Ellos verán.
Eso sí, el PNV tiene ante si el reto de actualizar el autogobierno, partiendo de cuestiones tan básicas como cumplir íntegramente la ley orgánica 3/1979 (tal y como se aprobó en 1979, lo que obligará a modificar algunas leyes orgánicas y de bases que lo desvirtúan) y comenzar a desarrollar la Disposición Adicional Primera de la Constitución. Sería un buen punto de partida para avanzar en el autogobierno. Ah! Y olvidarse de “filfas” como esa “caja única” que afecta a políticos y clases pasivas.
Y ya está: retomamos la transición donde la habíamos dejado hace una eternidad. La incógnita es si se puede esperar algo bueno para los vascos de los vencedores.