Joxan Rekondo
1. A la Iglesia vasca se le han atribuido ‘complicidades’con el terrorismo de ETA. En una desafortunada nota, los actuales obispos vascos han admitido el reproche y han pedido perdón por ello. Aunque, si nos ajustamos a los hechos, veremos que la acusación no se corresponde con la verdad. La Iglesia vasca ha acreditado ampliamente su compromiso por la paz y ha sido además la principal institución que ha transmitido sentido ético, lo que debería ser destacado entre lo más positivo que podemos encontrar en medio de la convulsión terrorista que hemos vivido en el pasado reciente.
Esta valoración se hace especialmente pertinente con motivo de la muerte de don José María Setién, hernaniarra que fue obispo de Donostia durante los años de mayor actividad violenta. Del obispo Setién se han dicho muchas cosas. Durante años, ha sido sometido al pimpampum por medios y políticos matritenses. En alguno de sus obituarios, todavía se pueden leer maldades de todo tipo. Como muestra, basta un botón. “El obispo que consoló a ETA”, ha sido el perverso titular que ha utilizado estos días un importante medio digital español.
Frente a imputaciones de esa calaña, no somos pocos los que reconocemos el valor del magisterio ético de Setién, que ha contribuido a llenar de contenido la expresión ‘suelo ético’ y ha ayudado con ello a la generación de una opinión pública cada vez más activa contra las violencias injustas. Un posicionamiento social que ha resultado decisivo al empujar a ETA al escenario de su disolución orgánica, cosa que hasta hace muy poco era totalmente inverosímil.
2. En las declaraciones y textos del obispo Setién, es imposible encontrar complicidades con el terrorismo ni posiciones equidistantes. De acuerdo con su opinión, se hacía preciso conocer la naturaleza del fenómeno terrorista para arrancar las raíces socio-políticas en las que se sostenía y poder trazar así una lucha antiterrorista eficaz.
Setién, en este sentido, llamó a distinguir entre la causa final marxista revolucionaria de ETA y el papel puramente estratégico que cumpliría su demanda de liberación para Euskadi. En algunos medios se ha escrito estos días que, al elevar a ETA al “rango de revolucionarios”, Setién solo buscaría justificar sus crímenes. Para el obispo, sin embargo, negarse a saber la verdad que subyace al terrorismo solo beneficiaba al engaño y conseguía obstaculizar el mutuo entendimiento que necesitamos para poder vivir juntos y en paz.
Además, esa falta de distinción entre objetivos finales revolucionarios y posiciones táctico-estratégicas nacionales “no dejaría de tener graves consecuencias en el planteamiento mismo de la lucha contra el terrorismo” (cfr. JM Setién. Bases éticas para la paz, 2003). Consecuencias que todavía se presentan, en su mayor nivel de gravedad, cuando llega el momento de llevar la crítica hasta cuestionar la validez de los planteamientos ideológicos que justificaron el uso de todos los medios de lucha, pero se acusa injustamente al nacionalismo vasco de estar el origen de una violencia que fue desde el inicio revolucionaria con lo que se proporciona al terrorismo una cortina de humo infalible para su camuflaje ideológico.
3. En todos sus documentos, el obispo Setién diferencia con claridad la fuerza legítima que corresponde ejercer al orden legal democrático de la violencia ilegítima e injusta que practican los terrorismos. En el contexto de una lucha antiterrorista necesaria para preservar la libertad y la seguridad de las personas, Setién consideraba que la actuación de la fuerza pública está éticamente justificada, siempre que se produjera en el marco de la legitimidad democrática y no vulnerase los derechos fundamentales de las personas.
Ciertamente, la constante del obispo fue un rechazo radical a las prácticas sucias y también injustas (GAL, torturas, …) de un antiterrorismo que buscaba una ‘eficacia’ no sujeta a restricciones ético-democráticas, aunque fuera justificándolas como un mal menor ante el embate terrorista. De ahí que proclamase que “la lucha antiterrorista no autoriza la utilización de cualquier medio que pueda parecer útil para eliminar el mal social del terrorismo” (cfr. JM Setién. Bases éticas para la paz, 2003).
4. Arrancar las raíces socio-políticas del terrorismo debía conllevar la búsqueda permanente de nuevas fórmulas de integración política, que consiguieran ampliar la base social que respalda el sistema. Eso podía hacerse perfectamente sin estar condicionados a lo que hiciera o dejara de hacer ETA, porque de esta organización “hay que decir que es un mal que debe desaparecer, incluso para buscar la justa solución al llamado conflicto vasco” (cfr. José María Setién. Un obispo ante ETA, 2007). ETA no representó nunca a los vascos.
Invariablemente, Setién planteó el valor de la verdad como clave para el acceso a los valores de la justicia, la libertad y la solidaridad, imprescindibles para construir dinámicamente la paz y la convivencia socio-política. No obstante, la persistencia de una estrategia de doble verdad, llevaría a desfigurar la realidad en función de los intereses políticos o económicos en conflicto y podía convertir a la ética en una dimensión subordinada, tras la que se parapetarían dichos intereses. Es imposible reconstruir la sociedad vasca desde el faccionalismo ético. Por ello, de manera incansable, el obispo había llamado a la renuncia a estas estrategias de doble rasero que buscaban someter la dignidad humana a su exclusivo provecho.
5. Setién no es solo el obispo que ha destacado por la promoción de la paz y la reconciliación vascas. Otros artículos han reseñado fielmente otros aspectos destacados de su obra como pastor de la iglesia guipuzcoana. En mi caso, solo puedo remitirme al ámbito en el que nos hemos relacionado y le he conocido, a través de infinidad de conversaciones que hemos tenido, los dos solos o en grupo, desde hace casi 25 años. He de decir que siempre encontré en él una disposición abierta a la escucha y al diálogo.
Fue un obispo entregado a su misión, en un periodo trágico que la inmensa mayoría de los vascos no hubiéramos querido vivir. Si tuviera que resumir en una frase su legado, diría que postuló la vigencia de una ética insobornable ante el empuje de filosofías que apostaban por la eficacia y legitimaban el engaño como valores supremos. Como conclusión final, a nosotros nos corresponde no bajar la guardia, porque en este país todavía es fuerte la influencia de esas concepciones que Setién combatió.
JELen agur
Me alegro por la iniciativa de Joxan de escribir un texto en recuerdo a un obispo como Setién, fan vapuleado por unos y por otros, todos, radicalmente injustos y falsarios.
Porque nunca acepto acciones que supusieran un daño injusto a la dignidad y a los derechos de las personas, fuera el origen que fuera.
Y aclarar la verdad sobre la que se sustentaban los hechos, ya que era la única manera de solucionarlos, estaba por encima de que pudiera molestar a unos u otros.
El único “pero” al texto de Joxan, es llamar “periodo trágico” al que le tocó vivir entre nosotros. Más bien ha sido difícil, pero no tanto trágico. Ha habido otros peores, creo yo.
No creo que se deba generalizar aludiendo a «la Iglesia vasca». Eso no ha existido.
Han existido sacerdotes y grupos con mayor o menor influencia en sus comunidades que estuvieron en la vanguardia nacionalista y que tuvieron un destacadísimo papel en cosas como Ikastolas, ETA –reclutamiento, logística y dirección estratégica y hasta operativa– y lo mismo con ELA y LAB. Vamos, esto lo hemos vivido muchos.
Negarlo es no conocer lo sucedido o simplemente, tratar de engañar a través de otro falso relato.
Setién, –que en paz esté– no tiene un pase como prelado cristiano. No lo fue. Cristianismo y Sectarismo no son compatibles. Como no se puede ser cristiano y abortista.
Él y otros obispos consiguieron que lo que era un conjunto de comunidades religiosas muy practicantes se convirtiesen junto a Cataluña en los dos lugares con menor práctica religiosa de España. Menos de la mitad de la media.
La gente sencilla callaba y observaba con espanto la traición de estos
hombres a la fe que juraron seguir.
Podremos callar por miedo o presión pero no nos pueden pedir respeto por personas que, esencialmente, vivieron engañando a la gente de buena voluntad e incumpliendo los mandamientos. con los más débiles y los más sufrientes.
Por Dios!!!, si hasta prohibió decir misas por las víctimas, Imagino que el Sr. Rekondo lo tuvo que ver igual que yo.
“En el caso Setién, el problema no está en que el obispo no condena a ETA. Lo hace y, además, como nadie. El fondo de la cuestión está en que, al mismo tiempo y con la misma coherencia, condena también toda actuación no ética contra ETA y pide, además, abrir vías políticas de diálogo. Hoy se sataniza a Setién. Un día se reconocerá que, en estos años de tanta torpeza e irracionalidad, este obispo ha estado urgiendo precisamente las tres cosas que pueden traer la paz al País Vasco: el cesé inmediato del terrorismo, la eliminación de toda represión no ajustada a la ética y la apertura de vías políticas de entendimiento.”( JOSÉ ANTONIO PAGOLA)
https://elpais.com/diario/1995/02/07/espana/792111630_850215.html
JELen agur
-La Iglesia vasca ha mantenido un nivel de crítica ética frente a ETA incuestionable. Y Setién a la cabeza. Otra cosa es lo que ha trascendido a los medios, entresacando frases descontextualizadas y malinterpretadas.
No conozco en ningún momento ningún reproche de la Santa Sede o de la Conferencia Episcopal a la cabeza de la Iglesia vasca, reprochando carencia de rigor ético. En este tema.
Que los medios o los políticos hagan análisis éticos de textos de la Iglesia, me parece un despropósito, como si lo hacen de física a Hawkings.
-Las ceremonias en las parroquias las celebra el párroco. No el sacerdote que elija la familia. El párroco es el titular. La actividad del Obispo está reglamentada y no está sujeta a los caprichos banales del ciudadano. No es la eleccion de un restaurante. No es más ceremonia porque la celebre el obispo que lo celebre el párroco titular. También esto ha sido objeto de crítica interesada. Por tanto, ls razones de la negativa del Obispo han sido pastorales, no políticas.
-Personalmente suelo leer textos completos del episcopado y me siento satisfecho y reconfortado con la actividad de la Iglesia en este tema. No tengo criticas que realizar.
Sacerdotes individuales con un comportamiento reprochable? Pues indudablemente habrá habido. Hay que estar en su piel. Y también hay quien con más vocación revolucionaria que pastoral han tomado decisiones no aceptable si por la Iglesia vasca.
Leo el texto, leo los comentarios y recuerdo a Txillardegi diciendo aquello de «Quien gana la batalla del relato, gana todas las batallas»
Se miente mucho. Demasiado. Y no cuela.
Setién –y Uribe– prohibieron los funerales de las víctimas. Había que peregrinar de iglesia en iglesia para encontrar un cura que quisiera hacerlo. Las víctimas tenían que llevar su propio sacerdote.
Por todo ello pidió perdón una vez el Clero de Vizcaya. El de Guipúzcoa sigue mudo.
No añadan la mentira al oprobio y al asesinato. Vieja técnica terrorista que esta vez será imposible pasar a la historia porque está muy bien documentada.
De Setien y los funerales.
«Pero su solidaridad para con los exiliados debió agotársele ahí, ¿no?
¿Por qué lo decís?
Porque, entre los nacionalistas vascos, se granjeó muchas antipatías cuando, hace ya dos décadas, se opuso a que el funeral por el lehendakari Leizaola pudiera celebrarse en la catedral de El Buen Pastor. Leizaola había sufrido también un largo y penoso exilio. ¿No merecía esa distinción?
Aquélla fue una decisión personal mía, que obedecía a una razón clara y fácil de explicar. En aquella época, la diócesis de San Sebastián había establecido una pauta de actuación general para la celebración de las exequias fúnebres; una pauta que no preveía excepciones basadas en la notoriedad pública del finado o en la relevancia política o institucional que hubiese podido alcanzar en vida. En el caso del lehendakari Leizaola, como no podía ser de otra manera, yo me limité a aplicarla. No os voy a negar que se me solicitó desde altas instancias y con mucha insistencia que salvara la aplicación de la regla en aquel caso concreto. Pero consideré que no había por qué hacerlo y no cedí a las presiones que se me hicieron. Eso fue todo.
Pero Leizaola había sido un guipuzcoano insigne. Consejero del primer Gobierno vasco, lehendakari durante largos y penosos años y> ademas, un hombre profundamente católico. Siempre había hecho profesión pública 4e su fe. El mundo nacionalista vasco no comprendió que el obispado se negara a autorizar la celebración de su funeral en la catedral de El Buen Pastor.
Lo entiendo, pero las reglas diocesanas eran las que eran, y no encontré motivo alguno para alterarlas. Ni en aquél ni en otros supuestos más o menos parecidos que después se me presentaron. Las razones que inspiraban las reglas establecidas en la diócesis para los funerales eran de carácter pastoral, no políticas. Y en su aplicación, procedí con arreglo a criterios de la misma naturaleza. ¿O qué tipo de criterios creéis que deben informar la actuación de un obispo? ¿Pastorales o políticos? Es ése un modo de actuación que, como sabéis, después me ha planteado también más de un problema. Pero siempre he procurado ajustarme a él. Cuando en otras ocasiones se me pedía que incumpliera la norma, se me aducían motivos más o menos fundados para justificar la excepción que en cada caso se pretendía: las dimensiones del templo, la masiva afluencia previsible, las cualidades personales del finado, los cargos que desempeñó, las circunstancias en las que perdió la vida, su condición de víctima del terrorismo, etc. Pero nunca cedí a las presiones; ni en la ocasión a la que os referís ni en otras muchas que después se me presentaron.»
Excelente reflexión sobre este obispo «maldito», eskerrik asko!
Iglesias vacías.
Manu Oquendo hace de Goebbels o de Radek. Una mentira repetida hasta el infinito se convierte en verdad indiscutible.
Dice que Setién prohibió celebrar funerales por las víctimas. Pues que poco mandaba Setién en su diócesis cuando tantos funerales tuvieron que celebrarse por asesinados por ETA, CCAA, BVE, o GAL…
He aquí el mismo Setién desobedeciéndose a sí mismo:
http://fgregorioordonez.com/wpfb-file/208305634-html/
“Entonces es cuando fui descubriendo el argumento intelectual estructural de monseñor respecto a las motivaciones de los terroristas: lejos de tener objetivos nacionalistas o independentistas sus pretensiones eran exclusivamente marxistas. Se trataba de revolucionarios irreductibles. Sorprendente. Con lo que el nacionalismo quedaba al margen de la sangre vertida en una confrontación que no era entre vascos nacionalistas y «españolistas» («los que no reconocen a la nación vasca», según él), como yo creía y queda evidenciado en los comunicados que emitía la propia banda, sino la lucha de unos vascos comunistas capaces de asesinar incluso a nacionalistas cuando consideraban que eran sus enemigos estratégicos.”
“Difícilmente asumible por la parte de su feligresía no nacionalista, sus «otras ovejas»” dice Iñaki Arteta en su articulo del diario de noticias la Razón.
El problema real, es que los «nacionalistas radicales» españoles, no aceptan que se diga que la naturaleza ideológica de ETA no es la misma que la del nacionalismo histórico vasco. Para los revolucionarios liberación nacional es la forma que la lucha de clases toma en Euskadi.
Gracias Mitxel por el enlace que desvela la mentira.
Una pena que la digitalización del recorte de ABC no permita leer a Jaime Campmany, https://es.wikipedia.org/wiki/Jaime_Campmany
«fino» representante de ese otro «relato» que gustaba de «confrontar» a Rodriguez Galindo frente a personajes de la vidad política vasca
JELen agur
Que Setién prohíba funerales es sencillamente falso. No conozco a ningún cura que haya prohibido un funeral.
Otra cosa es que el funeral de turno se tenga que realizar según los intereses de la familia, el oficiante que elija la familia, los días y las horas que elija la familia, etc. Todo esto está regulado y no se hacen excepciones, salvo que el parroco autorice. Pero en principio nada de las condiciones que pone la familia, sino que las pone el párroco, ni siquiera las condiciona el obispo. Si hay cambios, se realizan para toda la comunidad eclesiástica, por intereses pastorales.
Nada de política.
Nada de mentiras….
Sostengo lo dicho. De hecho el texto de Setién traído por Kunfunditsen es de un inaudito cinismo. Lo típico de los hipócritas: Lavarse las manos porque la norma me prohíbe hacer excepciones. Todo muy Pilatos.
Las misas, salvo presiones excepcionales con presencia de Ministros, no eran por el alma del asesinado: Lo eran por «todos» los ¡difuntos del día o de la semana.
Está muy bien documentado en la Obra de Alfredo Tamayo Ayestarán S.J. «Siempre de vuestro lado» presentada en el 2007 en el Ayuntamiento de SS por Maite Pagaza.
Es de justicia decir que el P. Tamayo fue bondadoso con Setién a quien conocía mucho porque no cabe duda de que recibió constantes presiones de parte de los asesinos y sus cómplices y recoge nueces.
En conjunto muy poco se salva moralmente de la Sopciedad guipuzcoana que es la q
JELen agur
Pues yo sigo sosteniendo que todos los difuntos que sus familias quieran tuvieron y tienen y tendrán su funeral, pero bajo las normas eclesiásticas, no las de la familia o partido político de turno.
Por eso, mientes.
Te reto a que me digas un caso en que la Iglesia no lo aceptó incumpliendo sus propias normas.
Es mentira.
Lo que hacen los hipócritas y los falsarios es tirar piedras y esconder la mano.
Las Misas de difuntos, son eso, de difuntos, no para un solo difunto. En la ceremonia se nombra la lista de difuntos que en esa Misa se recuerdan y a todos en general. No se hacen Misas particulares. Eso es normativo, sin excepciones.
No lo tuvo ni el difunto Leizaola, como se ha comentado, muy religioso. Pero determinados partidos ávidos de dar caña a la Iglesia, siempre han aprovechado cualquier desinformación. Pero queda en su “debe” hipócrita.
Traigo el epílogo de «Siempre de vuestro lado» del Alfredo Tamayo Ayestarán S.J.. San Sebastián, 1924—Loyola, 2015. Publicado en 2007.
Así fueron las cosas.
Cita.
Epílogo
Siempre de vuestro lado. De vosotras, las víctimas del terror del extremismo nacionalista vasco. Todas muy veneradas y queridas, si bien algunas de modo especial. Es el caso de Juan Manuel García Cordero, padre de Iñaki, alumno mío, de Enrique Cuesta, padre de Cristina e Irene, alumna mía la primera y colega la segunda. De Moncho Doral, a cuya esposa, Cristina, tuve el honor de tener de alumna y a quienes casé. De Santiago Oleaga, también alumno de mis clases. De Joseba Pagazaurtundúa cuya hermana Maite fue asimismo alumna mía.
Y es, por fin, el caso de Gregorio Ordóñez cuya familia me invita en todos los aniversarios a oficiar un responso e incluso a celebrar una misa en su memoria. Este responso con la correspondiente ofrenda floral suelen ir acompañados en este país por importantes medidas de seguridad en nuestro cementerio donostiarra de Polloe: registro de macetas y floreros de las tumbas del entorno de la de Gregorio, vigilancia por parte de la Ertzainza antes y durante la ceremonia. Este 23 de enero de 2007 la sepultura de nuestro concejal y teniente de alcalde, horas después del rezo y de la ofrenda, era profanada por jóvenes carentes de humanidad y de sindéresis. Es decir, de la capacidad de discernir entre la bondad y la malicia de las propias acciones. Era la tercera vez que su tumba era profanada.
Gregorio Ordóñez era un católico convencido. Por eso queríamos celebrar en ese día una misa en su memoria. Dios sabe la cantidad de iglesias donostiarras que ha tenido que recorrer su familia en solicitud de una Eucaristía dedicada en particular a su memoria. Un par de veces se consiguió. Una de ellas ha quedado fija en mi memoria. Era el 23 de enero de 2001. Unas religiosas que velan por la noche a los enfermos nos abrieron su capilla situada en el centro de la capital donostiarra. Venían autoridades del gobierno de España y del Partido Popular al que pertenecía Gregorio. Había en torno al edificio de las religiosas un despliegue policial impresionante. Incluso en los tejados. Recuerdo que una hora antes de la ceremonia coincidí, al entrar, con un grupo de guardias civiles que sujetaban con esfuerzo a dos poderosos perros. Tenían que explorar la capilla y detectar posibles explosivos ocultos. La ceremonia transcurrió sin incidentes pero en medio de una gran tensión. De resultas de ella y del gran frío reinante en aquel día de enero caí enfermo de una bronquitis. A pesar de todo ello sentí una gran satisfacción por haber podido prestar un servicio a una víctima y a su familia. Forma parte del mismo sentimiento gratificante que me embarga al redactar y recopilar los artículos que constituyen el contenido de este libro que quiere contribuir a que la memoria de las víctimas de nuestro terrorismo doméstico nunca se extinga.
Fin de cita.
JELen agur
Efectivamente. Confirma lo que digo. No se hacen Eucaristias particulares.
No se puede confundir los funerales con las Misas de difuntos.
No se atienden peticiones particulares en este sentido, porque no tiene ningún sentido pastoral ni tiene base dogmática.
El servicio religioso que se realizó no tiene mayor valor para el alma de Ordóñez que cualquier Misa de difuntos que se hubiera realizado. Otra cosa era el montaje que la familia pretendía.
JELen agur
Ahhh
Y el nacionalismo Vasco, ni moderado ni extremista ha matado, al menos en los últimos 50 años.
Los que mataron fueron los internacionalistas revolucionarios.
El cura no entendía de estas cosas….De ahí que Setién procurara su estudio.
Joseba, lo que dices no es cierto. Quiero pensar que estás equivocado.
La decisión de algunas diócesis y de algunos sacerdotes de solo celebrar o permitir ceremonias colectivas o no personalizadas fue Exclusiva de esos obispos y esos párrocos.
Todos hemos vivido en otros tiempos funerales dedicados a un difunto concreto. Yo mismo he organizado varios y algunos en iglesias de Jesuitas guipuzcoanos donde prolifera la fiebre de las «autoctonías» lo que debe indignar bastante a su fundador..
Si se quiere se puede y de hecho el P. Tamayo siempre terminó encontrando alguna Iglesia donde hacerlo.
Por ejemplo en la Basílica de Loiola en su propio funeral, de cuerpo presente solemnemente concelebrado el 23 de Octubre de 2015 por muchos jesuitas algunos de los cuales eran nacionalistas pero que respetaban profundamente su postura valiente y cristiana. O en las misas vespertinas de aniversario que sus numerosos antiguos alumnos seguimos celebrando. Con obispo o sin obispo. La Iglesia vasca se ha hecho un daño enorme a sí misma porque ha pecado de odio y de desamor que para un cristiano es el pecado de verdad.
El nacionalismo exacerbado que hoy circula es incompatible con ser cristiano.
A ver si nos vamos enterando porque de fariseos que quieren sorber y soplar al mismo tiempo ya hemos tenido bastante.
Saludos
JELen agur
Es norma no hacer Misas a particulares, en parroquias. Son para la comunidad parroquial. Pero se puede ir a un oratorio particular o montar uno de campaña en medio del campo y realizar una Eucaristía por la persona o cosa que se quiera. Pero, en principio, en parroquia no se puede.
Y esto es lo ocurrido a Ordóñez que pretendían al Obispo, en el Buen Pastor, con todo el coro mediático. Ordóñez sería creyente, pero su familia ha demostrado escasa preparación y entendimiento.
Niego el pecado de odio o desamor, por no aceptar los criterios particulares contra las normas. El exclusivismo es contrario al sentido comunitario de la,actividad pastoral.
La Iglesia, en cualquier caso, no se equivoca porque los principios y las normas están muy reflexionadas. Pueden equivocarse sacerdotes, pero seguro que mucho más los feligreses.
El nacionalismo exacerbado es contrario a la Iglesia como cualquier movimiento exacerbado, no nacionalista. Por exacerbado, no por nacionalista. Porque lo exacerbado daña siempre de alguna manera la dignidad del ser humano, tanto de los exacerbados como de sus víctimas.
Manu Oquendo, eres un especialista de la mentira.
Has afirmado sin vergüenza ninguna que Setién y ‘Uribe’ (sic) ‘prohibieron los funerales de las víctimas’ (sic). Precisamente, ha sido la Fundación Gregorio Ordóñez la que te ha sacado los colores.
Pero, sigues sin pedir disculpas por haber sido cazado en flagrante mentira.
Como Goebbelsito que eres, ahora a tapar mentiras con mentiras de más grueso calibre: «Las misas, salvo presiones excepcionales con presencia de Ministros, no eran por el alma del asesinado: Lo eran por “todos” los ¡difuntos del día o de la semana» (sic).
Al ‘pequeño Goebbels’, mejor ni caso.
El que tiene interés sincero en conocer las homilías de Setién, cuando ofició funerales por asesinados por ETA, pueden ir a la librería Idatz y solicitar el primer tomo de sus obras completas. Se lo darán gratuitamente, por decisión del obispo Munilla.
En las páginas 233-234 está la homilía que predicó Setién en el funeral por Gregorio Ordóñez. Evidentemente, la misa y la homilía fueron única y exclusivamente en homenaje al asesinado.
El nacionalismo radical español no ha perdonado a Setién que no aceptase la teoría de que en el transfondo de ETA estaba el nacionalismo.
Los dos siguientes puntos están sacados de la Instrucción Pastoral de la Conferencia episcopal española publicada en noviembre del 2002:
“24. Una primera aproximación a ETA muestra la complejidad del fenómeno. El grupo denominado ETA es una asociación terrorista, de ideología marxista revolucionaria, inserta en el ámbito político-cultural de un determinado nacionalismo totalitario que persigue la independencia del País Vasco por todos los medios. Si se desea acertar en la valoración moral de ETA, será necesario tener en cuenta esta realidad en su totalidad.”
“26. La presente Instrucción Pastoral no pretende ofrecer un juicio de valor sobre el nacionalismo en general. Nos ceñimos al juicio moral del nacionalismo totalitario, en la medida en que constituye el transfondo del terrorismo de ETA. No es posible desenmascarar, en efecto, la malicia de ETA sin ofrecer una clarificación moral sobre el transfondo político-cultural del terrorismo etarra y su incidencia en la convivencia entre los pueblos de España.”
Setién contesto de la siguiente manera:
“Este planteamiento no es artificial. En el fondo plantea la cuestión de si es el nacionalismo “degenerado” y su ideología la raíz última del terrorismo de ETA o si es, por el contrario, la ideología marxista revolucionaria la que ha de considerarse ser la “matriz”, del terrorismo de ETA, y se sirve de su nacionalismo para los propios objetivos que, como hemos ya indicado, en un análisis más profundo serían contradictorios con los objetivos soberanistas del nacionalismo radical vasco. Dicho de otra manera, cabe preguntarse si existe, en verdad, una coincidencia de objetivos revolucionarios comunes en la ideología marxista y en la que el documento llama la ideología nacida de la degeneración del nacionalismo. O si habría que hablar, más bien, de una coincidencia estratégica y, por ello, transitoria, de dos ideologías distintas e incluso incompatibles” (De la Ética y el Nacionalismo, Erein – Donostia 2002- ).
Ciertamente, Larburu. Setién puso el dedo en la llaga.
Pero, el ‘nacionalismo radical español’, como lo llamas tu, necesita que ETA sea nacionalista, para que seguir engañando a su grey con los ‘a por ellos’ patrióticos.
Ese papel cumple nuestro ‘pequeño Goebbels’, Manu Oquendo, representante ejemplar de ese nacionalismo