Hacia un nombre único para el país de los vascos

Iñaki Azkoaga (iazkoaga.com webgunean)

«Vasco, ¿cómo se llama tu país?», así he titulado al libro que he publicado estos días, con el objetivo de abrir un debate sereno y amplio para que entre todos podamos encontrar una solución a un tema al que he puesto el foco durante algunos años, la enorme dispersión e imprecisión del nombre del país de los vascos.

Porque qué pasa cuando nos preguntamos a nosotros mismos ¿cómo se llama mi país?, inmediatamente nos vienen varias alternativas: País Vasco, Euskadi, Euskal Herria, Pays Basque, Navarra, etc. Pero es que, además de acordarnos de las varias opciones, es muy probable que en la respuesta nos reafirmemos en el nombre por el que alguna vez hemos optado “sí hay varios nombres pero a mí me parece que el más acertado es…”.

Es un tema que lo hemos hablado, discutido, leído, pero la realidad es que seguimos teniendo varios nombres. Estos nombres además no tienen muy definido el espacio que abarcan. El mismo Estatuto de Autonomía define tres formas de denominación: País Vasco, Euskadi y Euskal Herria, para una parte del ámbito territorial.

¿Pero no resulta que Euskal Herria abarca las tres administraciones consideradas vascas? Entonces, ¿cómo llamamos al conjunto si una de las partes se ha atribuido el nombre del todo?

Toda esta falta de precisión, en orden a la aplicación del nombre, lleva a situaciones como el que las selecciones deportivas siquiera tengan nombre. Me gusta poner como ejemplo un artículo recogido en orain.eus donde relata el partido a disputar por la selección juvenil de waterpolo contra Tailandia, el titular decía “La euskal selekzioa juvenil de waterpolo se enfrentará Tailandia”, el cartel publicitario anunciaba Euskal Herria vs Tailandia”, en el interior del artículo se hablaba del equipo de Euskadi, del equipo de Tailandia que dirige el entrenador navarro y de que el equipo asiático se enfrentará al combinado vasco. Qué impresión se llevarán los tailandeses ante este panorama, “¿contra quién hemos jugado?”.

Otro ejemplo muy ilustrativo es el dominio puntoeus .eus, se ha elegido un dominio de tres dígitos (actualmente no hay posibilidad de que sea más corto), imaginemos que se desea subir un nivel y pasar al de dos dígitos como el de los países estado, hay tres alternativas: .eu, .us, .es, casualmente las tres ocupadas, ni más ni menos que, por la Unión Europea, Estados Unidos y España.

Avanzando en la materia he cotejado las veces que aparecen en Google varios de los nombres, así Euskadi aparece menos veces que Navarra o Vizcaya, casi igual a Gipuzkoa y, en proporción, menos que Álava. Euskal Herria infinitamente menos y País Vasco también, si bien la palabra vasco cuenta con muchas más menciones (hay que recordar que en portugués etc., es también nombre y apellido, lo que distorsiona mucho la consulta).

Pero todo esto no es un problema de ahora, viene de antiguo, diría que de la misma época de los romanos, en la que aparecen por primera vez las menciones a los vascos, por lo que he realizado un esbozo histórico del nombre, donde he podido encontrar más de 50 diferentes denominaciones para el país, desde denominativos clásicos como Vasconia, Euskal Herria, Navarra, Vasconavarra,etc., nombres tan pintorescos como “Nueva Fenicia” acuñado por el diputado y ministro de interior de Napoléon el labortano Garat, Heptarquía Eúscara, Euskaria, etc., hasta llegar a los actuales Euskadi o País Vasco.

He querido también demostrar la importancia de contar con un solo nombre, describiendo la evolución que han seguido diferentes países hasta lograr el denominativo actual, que viene siendo único en muchos de los casos.

Desde la perspectiva del marketing he ahondado en la teoría de la divergencia en los nombres, la creación de nuevas categorías, cómo y hasta qué punto se han dado divergencias en nuestro país y el recorrido de las mismas.

Para, una vez asentados los argumentos de por qué necesitamos un solo nombre para jugar en el campo de los territorios, bien sean estado, nación, comunidad, o cualquier otro nivel, pasar a analizar si existe alguna vía que nos permita llegar a un único denominativo.

Como vulgarmente se dice “me he echado a la piscina”. Son muchos años de trabajar en consultoría de comunicación como para no lanzarse en la búsqueda de una solución. Para ello, he seleccionado los nombres más generalmente utilizados en diferentes lenguas, además de la nuestra, los he tipificado y he pasado a deconstruirlos.

Así he dado con un cuadro de alternativas, sintetizado y, creo que, bastante esclarecedor, donde se incluyen todas las opciones que hoy se utilizan. A partir de ahí, también analizo el comportamiento de cada nombre ante los códigos ISO, que no olvidemos es la raíz de donde parten muchas veces los acrónimos, los dominios internet y otros distintivos o códigos.

Por último selecciono las opciones de nombre que, a mi entender, pueden solucionar el dilema planteado respondiendo a las siguientes exigencias que el denominativo debe considerar, de forma que sea:

  • compacto (se admitiría un nombre compuesto pero no separado)
  • idéntico en todos los idiomas (en euskera y en los demás idiomas)
  • inclusivo (que no margine ninguna identidad, ni ideología, evitando fricciones sociales)
  • identificador, reconocible y diferenciador (que discierna suficientemente)
  • concordante con los usos históricos

Preciso añadir dos consideraciones de suma importancia. La primera es que estoy abierto a todo comentario, crítica constructiva, y colaboración. No soy historiador ni lingüista, pero me he adentrado en ambas disciplinas por absolutamente necesarias para avanzar hacia la búsqueda de una solución, encontrar un hilo conductor y darle luego forma, por lo que pido disculpas si hay alguna imprecisión.

El segundo tema que hay que tener en cuenta es que para abordar el tema necesitamos adoptar un postura abierta, de mente libre, dejemos nuestra opción unas horas descansar y preguntémonos ¿por qué no? así obtendremos como respuesta ¡Vamos a intentarlo!

A mi modesto entender, creo que es un buen momento para abordar el reto, observo en la ciudadanía cierto sosiego y mayor madurez que hace un tiempo. Creo también que una discusión de ésa índole debe plantearse desde la sociedad civil, por encima de la política, entendida ésta como el juego de los partidos políticos.

Afortunadamente, tenemos instituciones civiles asentadas en todo el territorio con larga, amplia y prestigiosa trayectoria como Eusko Ikaskuntza que puede contar con la colaboración de Euskaltzaindia y organizaciones más ceñidas a alguno de los territorios, como la Sociedad Baskongada de Amigos del País, Príncipe de Viana o Euskal Kultur Erakundea entre otras.

Quien lo lidere debe tener claro que se precisa contar con método, actitud propositiva y extensa participación, con el objetivo de lograr un amplio consenso, hecho absolutamente necesario para que el nombre funcione.

Resolver este dilema del nombre hará un gran favor al país, la empresa, el deporte, el turismo, la gastronomía, la cultura, etc., así como al conjunto de la ciudadanía que lo agradecerá. Recordemos la cita de Cicerón “El nombre es presagio” y el proverbio popular “izena duenak izana du”.

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41 comentarios en «Hacia un nombre único para el país de los vascos»

  1. Me parece fascinante el recorrido del autor por toda la problemática del nomenclator de nuestro pueblo. Pero considero que inventar uno nuevo aunque sea teniendo en cuenta las características que cita no es la mejor solución. Sería dividir más la cuestión, más que unir.

    Es una pena pero en esto como en otras cuestiones la izquierda abertzale ha sido un elemento de confusión y de división del mil pares. Porque antes de su surgimiento todo el mundo consideraba Euskadi como la entidad política de los vascos y Euskal Herria la entidad cultural. Es la izquierda abertzale quien ha cuestionado este orden aceptado por la mayoría de los vascos.

  2. Este libro está dirigido a quienes desean solucionar de una vez por todas el problema.
    Comprendo que haya mucha gente cansada, como Victor III, pues nada a descansar. Con que no estorbéis, vale.
    Tampoco es saludable echar la culpa a un grupo concreto, Legolas, porque si se empieza así habrá demasiada gente en guardia. Este es un tema que requiere consenso, es imprescindible.
    Por ello comienzo planteando la pregunta ¿Por qué no?, porque me gustaría contar con todos lo que a la pregunta respondan ¡Vamos a intentarlo!
    Aunque pude haber reticencias iniciales, pues todos tenemos nuestras vivencias, estoy seguro que puedo contar con una actitud abierta y colaborativa de todos los colaboradores de Aberriberri. Esta es la principal razón por lo que he escrito el artículo arriba publicado.

  3. Digo yo que antes que nombre habremos de hablar de contenido. Para mi esta claro que Euskal Herria es la patria de los vascos, mi pais ya tiene nombre.

  4. En la diversidad está la riqueza. No está nada mal las variantes que tenemos ahora (y ademas despista al ‘enemigo’).

    Y en la actual lengua franca, ‘Basque Country’, no tiene alternativa. O sea dejemos las cosas como están.

  5. idéntico en todos los idiomas ?

    como Great britain , gran bretaña , inglaterra ( mal usado )
    o Usa , estados unidos de américa etc…

  6. JELen agur

    Sorprende que les canse este tema a los primeros interesados en hacer desaparecer un nombre desde el segundo 0 y cambiar Euskadi por Euskal Herria. Esta denominación aceptada por Franco hace referencia a una región cultural., no política. La denominación política debe ser Euskadi, o Euzkadi en su versión originaria.
    La patria del «Gora EH socialista» es la clase social trabajadora (a la que ellos no pertenecen, a buen seguro). No existe otra para ellos. Por eso quieren fulminar el nombre de Euskadi y utilizar siempre el de Euskal (su clase social).
    Yo creo que debe ser Euskadi (Euzkadi), que es la primera denominación política que tenemos todos los vascos desde que desapareciera el Ducado de Basconia y el Reyno de Navarra.

  7. Una vieja pegatina del PNV decía «Euskadi ala Euzkadi baina askatuta». Euskal Herria…Euskadi…como Estado libre…pues me pliego a la mayoría. Euskal Herria me parece más integrador, pero reconozco el valor político de la denominación Euskadi. Ambas acepciones me gustan y me siento en ellas representado.

  8. JELen agur

    Pero Euskal Herria no es nombre político.
    Para más desgracia, el MLNV emponzoñador, ha trasformado el concepto cultural de EH en denominación de clase social en lucha.

    Euskadi es el estado que sería deseable que de una forma teóricamente confederal integrase el ámbito cultural de EH.

  9. Sudafrica, England, Angola, Rusia, Deustchland, Suomi o Finland y un largo etc. también son nombres culturales. También Minesota, Missouri, Hawai y muchos más, pero no así USA (acrónimo de …), También lo son Eire, Scotland y Gales. Aunque sí UK (acrónimo de..). Ni China es un nombre político que es tan cultural como Euskal Herria. ¡ Qué manera de complicarnos la vida !

    Es conocido y claro como el agua que la vieja denominación de Euskal Herria fue usada por el franquismo e introducida en el abertzalismo y popularizada con éxito por la IA, incluso corrigiéndose a sí misma (Euzkadi Ta Askatuna). ¿ Y qué ?

    ¿ No es mejor una aceptación mayoritaria de un símbolo que no, como ocurre, con el himno, musicalmente bellísimo, que no es reconocido por la mayoría de los vascos ?

  10. ¿Y la coalición Otegi/Rivera como va? ¿Se peinan mutuamente? Odriozola, dale un nombre para que España quite el cupo vasco y Victor te sigue.

  11. VictorIii, déjate de confrontar., Ordenando,

    Euskadi
    Euskal Herria

    Y de la segunda acepción sus derivados,

    Español Pais Vasco
    Frances. Pays Basque
    Ingles Basque Country
    Alemán. Baskenland
    Italiano. Paese Basco
    Chino. 巴斯克国家

    Azitain, para Riverita, que tal Cupolandia ?

  12. El president Carles Puigdemont ha recibido en Bruselas a una delegación de ELA compuesta por Laura Gonzalez de Txabarri y Joseba Villarreal, responsables de Internacional y de Sindicalización de la Comisión Ejecutiva.

    ELA le ha trasmitido su solidaridad «al legítimo President» y al resto de los miembros del Govern que se encuentran en el exilio o detenidos en las cárceles españolas. En una nota ELA ha subrayado «el carácter político» de los detenidos y exiliados, al mismo tiempo que ha denunciado «la represión del Gobierno español contra los legítimos representantes democráticos de Catalunya».

    Ante ello, el sindicato ha exigido también la liberación de los presidentes de ANC y Omnium Cultural Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.

    Nosotros siempre con Catalunya …y vosotros , los de Ortúzar..?

  13. JELen agur

    El nombre de EH también era apropiado en el ducado de basconia y en el rey o de Navarra. Pero el nombre político era ducado de basconia y reyno de Navarra. Y todos eran conceptualmente EH. Tal es así, que no era incómodo para Franco. Porque era una descripción puramente cultural sin pretensión política. Pero Euskadi era insoportable y perseguido. Porque era la denominación política, independientemente de la integración bajo esa denominación de los parte de los territorios de EH.
    Mi patria es Euskadi, no EH, porque entiendo que en razón a su libertad, territorios de EH pueden no querer saber nada de un proyecto común bajo la denominación política de Euskadi, pero no por eso dejan de ser EH.

    Pero cuidadito con confundir con la Euskal herria de los batasunos que no hace referencia a lo de arriba, sino que es una acepción EXCLUSIVAMENTE de clase social. En su lucha habitual por el socialismo.

  14. JELen agur

    No tengo claro que estuvierais con CiU durante su gobierno.
    Los nacionalistas con la libertad de Cataluña, de Euskadi, con sus derechos históricos y de su deseo de autogobierno en libertad.

    Los sociatas?

  15. Por una vez, y sin que sirva de precedente, coincido en tus argumentos aunque es una pena que al final te embarres en la afirmación, para mi falsa, de que para la IA es una acepción exclusiva de clase social.
    Sin embargo, y aunque sea una discrepancia dialéctica, yo consideraría mi patria-nación Euskal Herria y Euskadi mi ente político, hoy reducido a comunidad autónoma, que agrupa a tres herrialdes con aspiración a unir por libre adhesión al resto de territorios. Euzkadi, Euskadi, Euskal Herria, Reyno de Nabarra, Basconia, País Vasco…baina askatuta!

  16. JELen agur

    Pues para mí, el que se embarra en el razonamiento eres tú.
    Me debo a Euskadi, aunque desearía que EH se integrase en libre decisión con el resto de herrialdes en una gran Euskadi. Pero a la que me debo es a Euskadi, porque los habitantes de herrialdes que no desean participar, incluso oponerse, al camino que planeemos para Euskadi formarían entes políticos diferentes. Y ante esa situación yo no me planteo pertenencia.
    El resto es vínculo cultural, pero a una nación se pertenece por proyecto político.

    El MLNV entiende a EH como el pueblo de todos lo herrialdes. Pero el pueblo vasco es el pueblo trabajador vasco. Definición de clase. Su patria es la clase trabajadora. Todo en su ideario está vinculado a la clase que adecuadamente movilizada les llevaría a la destrucción del estado burgués y el montaje del chiringuito sociata. Todo es clase. Nada es otra cosa.

  17. Seria muy interesante que nos pusiéramos de acuerdo pero me temo que es misión imposible.

    Como dijo Sabino Arana » Euzkadi es la patria de los Vascos» , aunque en EITB por alguna razón que ignoro siempre se diga en la noticias » Euskadi y Navarra» momento en que automáticamente cambio de cadena.

    Este tema no se discutía cuando nación Euskadi Ta Askatasuna, pero se ve que la izquierda radical actual pretende arrinconar todo lo que suene a nacionalismo vasco, primero fue el nombre y ahora sacan a pasear la bandera de Navarra para arrinconar la Ikurriña. Por cierto creada en la misma época que el neologismo Euzkadi.

    Mi patria es Euzkadi y punto.

  18. One Dependent country ???

    BILBAO- El lehendakari ohia Juan José Ibarretxe cree que el procés demuestra que, si se quiere, se puede ejercer el derecho a decidir, y critica que el Estado apele ahora al seny vasco, mientras que, cuando él gobernó en Euskadi e impulsó el Nuevo Estatuto Político, alababa el seny catalán. “No olvidemos que no se decían cosas diferentes de los vascos, del Parlamento Vasco y del lehendakari de las que hoy se dicen de los catalanes, de su Parlament y de su president”, afirma en el prólogo del libro de Jaume López, El derecho a decidir, la vía catalana, que el autor y el prologuista presentaron ayer en Gasteiz.

    En su texto, Ibarretxe recuerda que en Euskadi, desde 2001 a 2008, se estableció “un campamento base para desarrollar y ejercer el derecho a decidir”. Además, asegura que no fue “un capricho”, sino que se pretendía “profundizar en la identidad como pueblo” de los vascos, “no confrontando, sino conviviendo con otras identidades”. En este sentido, destaca que “hoy, Euskadi, al igual que Catalunya”, no son, “como otros países europeos, interdependientes dentro de la Unión Europea, sino países dependientes en segundo grado de Europa y de España”. “Nos dimos cuenta de que el problema no era la independencia, sino la dependencia”, añade.

    Ibarretxe recuerda lo que ocurrió con la Ley de Consulta aprobada por el Parlamento vasco en el 2008, “y posteriormente anulada por el

  19. Amatiño

    «Un erudito poco amigo de veleidades políticas como Julio Caro Baroja nos dejó una bibliografía vasconiana en la que el territorio de trabajo no ofrece dudas.  Caro Baroja no es en esto la  excepción, sino la regla. Es difícil encontrar un estudio general del País Vasco en el que la identificación del territorio no sea contemplada. Y no es cosa reciente. Ya el alavés Juan Pérez de Lazarraga (eusquel erria, 1564), el labortano Joannes de Leizarraga (heuscal herria, 1571)  y el navarro Pedro de Axular (euscal herria, 1643) dejaron constancia de una comunidad constituida, en detalle de este último, por “Naffarroa garaya, Naffarroa beherea, Çuberoa, Lappurdi, Bizcaya, Guipuzcoa y Alaba-herria”. Es decir, un zazpiak bat de cuatro siglos.

    Esta asunción colectiva no sólo se muestra en los estudios históricos y lingüísticos,  sino en la realidad social ajena a todo planteamiento partidista, desde la organización de la Vuelta Ciclista al País Vasco hasta las noticias de Navarra en las ediciones para el País Vasco de los periódicos de Madrid; como vasca es también para el diario aquitano Sud-Ouest la región al sur del Bidasoa. No hay ciudadano informado que dude de que Ives Salaberri, Montxo Armendariz, Amelia Baldeón, Mikel Urizarbarrena o Ainhoa Arteta sean fruto de un territorio llamado Euskal Herria.  “Un país que canta y  baila a ambos lados del Pirineo” en expresión idílica de Voltaire quien, obviamente, no se refería a los diez kilómetros que separan a Endarlatsa del mar.

    Este reconocimiento de la territorialidad de Euskal Herria no se difumina con la distancia. La diáspora vasca demuestra que aquellos pastores, marinos, comerciantes o pelotaris que optaron por emigrar se presentaron ante el mundo como vascos, independientemente de si eran del Pirineo suletino, del valle del Baztan o de la Bizkaia profunda. Y este sentimiento de pertenencia no termina con las emigraciones del siglo XIX o con los exiliados del XX.  Sigue vigente en experiencias recientes como la Euskal Etxea de Shanghai, y encarnado en jóvenes embajadores de la globalización industrial vasca del XXI.

    Esta percepción se repite en quienes nos ven desde fuera. Tanto se trate de la profesora de la Universidad de Tokio, Susuku Tamura, autora de un manual sobre lengua y cultura vascas, como del diario parisino “L´Equipe”, que explicita en titulares el origen vasco de Josemari Olazabal, o de los surfistas australianos que les invitan a Mundaka-Basque Country o  Biarritz-Pays Basque y llegan. Y esto lo ratifican la Enciclopedia Británica, la confitura de cerezas de Itsasu que se comercializa en Paris y la guía de Michelin que habla de “civilization basque”.

    Si este territorio cultural e histórico debe tener o no una expresión política llamada Euskadi, es el debate. Un debate no precisamente nuevo,  no en vano Sabino Arana dijo ya en 1895: Euzkotarren aberria Euzkadi da.  La diferencia semántica entre ambas denominaciones y su complementaridad las expresó el labortano Michel Labéguerie, padre de la “nueva canción vasca”, allá por los años sesenta en la clásica y  archipopular Gazteri berria.

    Hemen dela Espainia, han dela Frantzia,

    mugaren bi aldetan da Euskal Herria.

    Gu gira Euskadiko gazteri berria,

    Euskadi bakarra da gure aberria.

    Esta doble visión se aprecia en las canciones de Benito Lertxundi y Xabier Lete. Frente al esencialismo romántico de Lertxundi, tenemos el existencialismo humanista de Lete. Las canciones de Lertxundi están llenas de loas melancólicas a una Euskal Herria que fue, como si la historia fuera en sí misma una apuesta de libertad. Por el contrario, Lete  llora por su patria, Euskadi, a la que ama aunque no le guste lo que en ella ve. La Euskal Herria de Lertxundi es lírica, épica y bucólica, donde todos somos buenos  y de los nuestros.  La Euskadi de Lete es, por el contrario, fea, dolorosa, colérica, donde uno se puede sentir extraño en su propio país y donde hay, incluso, quien utiliza la argumentación de las armas. El tono de epopeya que reviste las composiciones de Lertxundi nos plantea una identidad fija y determinista, mientras que las propuestas más conductistas de Lete nos ofrecen, no sin incertidumbres, una posibilidad de indulgencia y enriquecimiento mutuos. Es fácil enamorarse de la Euskal Herria de Lertxundi. La cuestión es si existe. Es difícil querer a la Euskadi que Lete ama,  pero es la única que hay. Nadie ha muerto ni ha asesinado en nombre de Euskal Herria, pero fueron muchos los que lucharon en el frente por Euskadi y demasiados (uno es ya demasiado) los asesinados en nombre de Euskadi Ta Askatasuna.

    Así las cosas, y a la vista de que la izquierda radical nacionalista-socialista que todos entendemos como brazo político de ETA parece últimamente apostar por la denominación Euskal Herria, en detrimento de Euskadi, la cuestión bien podría ser consecuencia de una reflexión no precisamente estética. Se me ocurren tres posibilidades.

    La primera, principista, que el mundo de ETA y Batasuna trate de articular su proyecto político con un nombre menos ideologizado y más determinista, con el argumento de generar mayor empatía en Iparralde y Navarra. Se intuye detrás de tal propuesta el éxito pernicioso del terrorismo de despolitizar la sociedad, perdida en un marasmo esencialista, cuando no obligada a un  debate eterno sobre la vida y la muerte, en detrimento de la legítima discrepancia social.  Tampoco  es desdeñable la coincidencia favorable a Euskal Herria entre el MLNV y figuras como Fraga Iribarne. Quizá sea porque ni unos ni otros entienden este País como una verdadera construcción.

    La segunda, táctica, que la izquierda radical busque segar la hierba al nacionalismo centrista e institucional representado históricamente por el PNV, restando protagonismo a los símbolos de su legado histórico. Es evidente que el propio nombre de Euskadi es tan producto del nacionalismo histórico como la ikurriña, pero no es menos cierto que nadie discute hoy el carácter nacional de la ikurriña ni le se conoce alternativa alguna. En Navarra está prohibido su uso oficial, precisamente por tratarse de la bandera vasca, en Iparralde su aceptación y penetración es total, tanto en la administración pública como en los sectores comercial y turístico. Y, en el ancho mundo, la ikurriña es el símbolo vasco por excelencia. La implantación de la denominación de Euskadi es, por el contrario, más débil.

    Y la tercera, estratégica, que ETA esté preparando el terreno para el día después del abandono de las armas. Ese día, los más de mil muertos de ETA (Euskadi Ta Askatasuna) van a suponer una pesada mochila que alguien tendrá que cargar. Ese mundo dice enorgullecerse de sus cincuenta años de acción armada pero el día después va a resultarle muy duro. Una tentación puede ser la de “nosotros no tuvimos nada que ver con todo eso” o “nosotros estábamos en contra pero no nos hacían caso”. Y para que esa inhibición histórica sea más creíble –incluso para ellos mismos— la mejor solución podría ser  el cambio de marca. Es decir, “aquí no ha pasado nada”. Y los que se queden con Euskadi, que apechuguen en el mercado con un nombre sanguinolento de muy difícil explicación ante las nuevas generaciones.

    Euskadi es en su propio origen un proyecto político democrático, mientras que hay razones objetivas para temer que la reivindicación  política de Euskal Herria esconde otros parámetros distintos de la voluntad mayoritaria de sus ciudadanos. El concepto de Euskal Hiria es morfológicamente cercano a Euskal Herria pero está, sin embargo, en sus antípodas. La propuesta cívica de Euskal Hiria se concilia mucho más con la evolución experimentada por Euskadi en los últimos cien años. Guste más o menos, Euskadi es una entidad política con bandera e himnos conocidos. En términos políticos, Euskal Herria ni tan siquiera tiene colores propios, nunca los ha tenido. Puede que Euskadi presente una imagen “dura”, pero cuando menos es real, con todas sus consecuencias. La imagen de una Euskal Herria meliflua y beatífica, en la que todos somos buenos, sobre todo si somos de los nuestros, no es de este mundo. En Euskadi entran sin  duda menos ciudadanos, pero están los que quieren estar. En Euskal Herria entran muchos más,  pero a condición de que nadie les pregunte si quieren o no estar dentro. Y eso ya no se lleva.»

  20. JELen agur

    Soy poco dado a leer «copia-pegas».
    Ya he leído a Ibarretxe además.
    Y lo último que querría es hacer el ridiculo, la frustración, la crispación, la confrontación y la destrucción….
    Ibarrtxe tiene más inteligencia y mejor criterio.

    Por eso Euskadi es su patria.

  21. «En su texto, Ibarretxe recuerda que en Euskadi, desde 2001 a 2008, se estableció “un campamento base para desarrollar y ejercer el derecho a decidir”. Además, asegura que no fue “un capricho”, sino que se pretendía “profundizar en la identidad como pueblo” de los vascos, “no confrontando, sino conviviendo con otras identidades”.»

    Para que perdemos el tiempo hablando de identidades, derecho a decidir, nombre etc etc.
    La población vasca tiene el índice de natalidad mas bajo de Europa, menos de la mitad del necesario para mantener el numero de habitantes actual.
    Los vascos, en una sociedad rica, hemos renunciado de hecho a seguir existiendo como pueblo.
    En 50 años los «nuevos vascos» de los que hablaba Ibarretxe serán la mayoría de la población y sus preocupaciones serán otras.

  22. El texto esta escrito por Luis Aranberri, alias Amatiño hace casi diez años. Como se ve es un texto ya pasado.

  23. Ay Imbecil, es que los jeltzales andais muy escasos de masa gris y maxime en todo el entorno cultural vasco donde la hegemonia abertzale es manifiesta. Por eso teneis que sobar pero bien textos del funcionario Amatiño que en 2017 no aguantan ni el puñado de bytes que ocupan. A que tu no imaginabas entre babas en 2008 que a la chavaleria de hoy las historias de ETA les iban a sonar a chino?.

  24. ¿La hegemonía «abertzale»? ¿Me puedes decir un gran escritor vasco que sea de la izquierda baturra? Lo digo para probar si alguna vez has escuchado algo que se aproxime a la literatura vasca. Amatiño por cierto es un escritor vasco al que sólo le leerás en castellano. Y funcionario, funcionario es Maialen Iriarte, Laura Mintegi, Eneko Compains, tantos otros baturros. A la chavalería la historia de ETA le suena a chino porque habéis sido derrotados.

  25. Un lapsus de escritura, Eibar, al adjudicarte el texto. Hay que fijarse !!.., que te estás haciendo viejo y ya no estás en la URSS, me dice mi mujer.

    Este Luis Aranberri, alias Amatiño, ¿ pseudónimo de caserío ?, no era quién trabajaba en Petronor a la vera de Imaz ?..

  26. Por cierto, el nombre EUZKADI es propiedad del magnate mexicano, amigo del caimán González, Carlos Slim. Para más inri, es casi una marca blanca de neumáticos baratos allá en México.

    Lo que son las cosas, unos diciendo que su única patria es Euzkadi y resulta que se vendió el nombre hace años. Ay ene!

    https://www.euzkadi.mx/auto

  27. JELen agur

    Lo que otros hagan con el nombre de Euzkadi me la trae al fresco. Es el nombre político de mi patria.

    Mas relevante me parece que con la proclamación de simbología a vascas, se lleva a cabo el desarrollo de ideologías extranjeras anti vascas.
    Esto sí que es preocupante.
    Pero para algunos sinvergüenzas no parece que les importe mucho.

    Madre mía!

  28. Iker Casanova como conferenciante, así está el nivel en la izquierda baturra. Sacad mejor al peque Muñoz, que al menos ya estamos más habituados a sus fuerapistas verbales.

  29. “Para ello debemos articular una oferta independentista para la Euskal Herria actual, crear unos nuevos referentes colectivos de País que permitan identificarse con ellos a una gran mayoría social. Un independentismo de abertzales y no abertzales que demuestre que un Estado vasco independiente es la opción para vivir mejor.”

    Eso es la idea que en el video propone Iker Casanova a los de Podemos (los considera de los suyos), no se trata de potenciar la identidad nacional, romper el estado por el eslabón más débil.

  30. De todos modos el PNV y su socio el PP ya tienen nombre y ese es España!. Asi gritando. Que para eso la seleccion del PNV y el PP va a jugar dos partidos en Bilbao en 2020 y tendreis jeltzales, la oportunidad de apreciar las calles de Bilbao llenas de banderas españolas.

    Que pena.

  31. Rivera de Cs se ha comprometido a “paralizar cualquier acuerdo entre el PNV y el PP” “que cercene la solidaridad entre españoles”, a SORTU tampoco le gusta que el PNV llegue a acuerdos sobre el CUPO “con su socio el PP”.

    A pesar del Cs y de Sortu “La visión todavía predominante en la sociedad vasca es la que entiende la cooperación como una estrategia eminentemente constructiva. En la península, al decir de Mañé i Flaquer, las masas se levantaban para derribar a sus instituciones, mientras que el pueblo vasco se movilizaba para defenderlas. En nuestra experiencia más reciente, la estima por las instituciones públicas ha dependido de su interrelación constante y fructífera con una sociedad dinámica, asociativa y con un alto grado de aprecio por su función, dispuesta a asumir responsabilidades y promover servicios y actividades por sí misma y en régimen de colaboración con la administración” (Rekondo en “La pleamar de lo social”)

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