Aitzol Pagoeta
Según la visión del mundo de la izquierda abertzale, la universidad es un laboratorio de ideas y un campo para la práctica. Esta es la máxima que parece regir los disturbios ocurridos en la UPV bajo la batuta de Ikasle Abertzaleak. No es algo que carezca de peso. La Ertzaintza ha identificado a más de 200 personas en los incidentes del encierro ocurrido en la Escuela de Ingenieros de Bilbao. Una nueva generación de jóvenes se apresta a actualizar los modos y la ideología de sus antecesores dejando a su paso puertas con las cerraduras rotas, estanterías y sillas tiradas y máquinas de comida reventadas.
La campaña de Ikasle Abertzaleak alrededor del concepto de “Herri Unibertsitatea” (Universidad Popular) tiene el objetivo, según sus propias palabras, de destruir los “medios de reproducción, de producción y de control social” de “la burguesía” con la intención de construir “un contrapoder obrero”.
En el esquema clásico de la izquierda abertzale son simultáneas las actividades pacíficas con otras del carácter anteriormente descrito, incluyendo con la negociación con el rectorado. Ikasle Abertzaleak reconoce públicamente que en los incidentes de Bilbao, “fuimos adelante sin permiso”, después de que el Rectorado les ofreciese otras aulas para sus actividades. Según Ikasle Abertzaleak, “los incidentes ocurrieron como un mecanismo de autodefensa”. Según EITB los responsables estudiantiles afirmaron asimismo que “en otros campus tampoco hemos respetado todas las normas y nunca nos han desalojado”.
Digamos también que el comunicado de Ikasle Abertzaleak que daba pié a estas jornadas preparaba el ambiente de las mismas denunciando “el desalojo” ocurrido un año antes y realizado “por los txakurras que cumplieron el mandato de la directiva burocrática de la UPV”. Notemos la resonancia de este lenguaje que recoge las esencias bélicas tan caras a la izquierda aberzale. Concluyen diciendo que estas jornadas “frente a la represión en contra de nuestras luchas y nosotros mismos serán el espacio para mostrar nuestra más firme determinación para la autodefensa y la ofensiva”. Los disturbios de Bilbao fueron, pues, la guinda del pastel llamado “Herri Unibertsitatea”. Tras las charlas y debates la insumisión y la desobediencia que son la otra cara de la moneda.
Estos “incidentes” no son cosa de ahora sino que responden a una larga campaña en la que la sección estudiantil de la izquierda abertzale pretende normalizar el uso de las instalaciones públicas como espacio de difusión de sus ideas, como campo de pruebas de la impunidad de sus acciones (“en otros campus tampoco hemos respetado todas las normas”) y de los mecanismos de desobediencia y enfrentamiento con la policía ya habituales.
Está mecánica no deriva de la desesperación sino de la esperanza revolucionaria que siembra la izquierda abertzale en su sección juvenil. No son las condiciones de la sociedad o de la crisis la que la causa, sino esas ideas que allí mismo se pretenden difundir y poner en práctica. Todo ello es parte de la estrategia de la Ponencia Abian de Sortu, que propone que los grupos de base deben ser los primeros que pongan en funcionamiento dinámicas de desobediencia, “autodefensa” u ocupación de espacios públicos. Así se testa la determinación de la propia sociedad democrática en la defensa de su patrimonio y en la utilización de su monopolio de la violencia.
“Las actuales direcciones Las actuales direcciones político-sindicales, culturales, etc., del complejo entramado de medios de prensa, colectivos y organizaciones que forman lo que a grandes rasgos se denomina izquierda abertzale, están llegando al límite de su capacidad. político-sindicales, culturales, etc., del complejo entramado de medios de prensa, colectivos y organizaciones que forman lo que a grandes rasgos se denomina izquierda abertzale, están llegando al límite de su capacidad. “ (I. Gil)
En ayuda del TP vienen estos jóvenes. Muy importante la actuación de la Ertzaintza, pero lo mejor artículos como el de Aitzol. Si no consiguen engañar no tienen futuro.
En todas partes cuecen habas. Este mes un partidario de Trump Milo Yianopoulos iba a dar una charla en Berkeley. La izquierda alternativa universitaria organiza actos de kale borroka para impedir el acto.
https://www.theguardian.com/world/2017/feb/01/milo-yiannopoulos-uc-berkeley-event-cancelled
Con los de Ikasle Abertzaleak pasa lo mismo. Con la excusa del uso de la universidad para actividades propias quieren ocupar ese espacio. Y dictar lo que se tiene que hacer dentro, por su puesto. A eso le llaman «hegemonía».
Supongo que se habrán achadado estos hechos a los «antisistema», como con los autobuses.
Qué raro que los antisistema no se fueran a manifestarse a las puertas del Ministerior de Educación en Madrid, que es quien ha hecho la LOMCE.
Sería interesante conocer cuántos de los detenidos son estudiantes universitarios.
A la uni hay que ir a tomar apuntes de lo que el señor profesor dice. Para los mas gamberros la tuna a rondar señoritas, jio jio jio.
Los profesores universitarios de la IA, «HACEMOS EL DISCURSO». los alumnos (como dicen esos profes) «REALIZAN LA DESOBEDIENCIA»
No me extraña que no quieran relato, según se vaya conociendo la diferente situación entre los del discurso y los de la desobediencia, algunos lo pueden pasar mal.
Como dicen más arriba, estos gudaris de postín no tienen huevos de manifestarse y montar bronca en Madrid, allí saben que les trinca la GC y se les acaba pronto la tontería, mientras que aquí con la Ertzaintza se envalentonan porque saben que los que llaman «txakurrak» no son tan duros y además ganan publicidad. Tan jóvenes y ya con el tarro comido por los salvapatrias.
JELen agur
No sé cuál es la estrategia punitiva a los jóvenes del MLNV que causan daños y destrozos en la vía pública, bienes privados, instituciones, etc.
Deberían activarse mecanismos económicos que exija a padres, tutores, ql MLNV para que paguen íntegramente más una multa adicional.
También se podría considerar hacer retenciones mayores del salario en concepto de compensación, pérdida de derechos de RGI, o cosas así.
Me parece bien que jueguen a ser revolucionarios emocionales, pero deben saber que todo conlleva una responsabilizacion.
Además de pagar lo que rompan, al mostrar tan poco respeto por lo público, en coherencia deberían quedar inhabilitados para acceder a cualquier tipo de actividad pública. Es decir, que no puedan ser funcionarios o prestar servicios a entidades públicas.
Que protesten lo que quieran pero si quieren romper algo que destrocen sus bienes privativos.
Se está tensando muchísimo la cuerda.