Gabriel Otalora
Ssegún los grandes de la economía mundial reunidos en Davos, la globalización no empuja el crecimiento como hasta ahora; una buena parte reconoce que tampoco se reducen las desigualdades ni ha facilitado la lucha contra el cambio climático. Saben que los mayores beneficios han engordado a una élite incrementándose las desigualdades; y con ellas constatan el nivel de descontento social y temen el rebrote de las políticas proteccionistas. El modelo no funciona. Un enero negro en el que Trump estrena presidencia enfadando a mucha gente dentro y fuera de su país.
No conocemos los detalles de su plan económico mientras su arrogancia genera una creciente desazón. Donald Trump propone laminar el programa sanitario de Obama y la rebaja general de impuestos. También eliminará el impuesto de sucesiones y reduciría veinte puntos el impuesto de sociedades. Además, pretende un enorme crecimiento económico insostenible. El presidente electo viene ondeando la bandera del proteccionismo comercial frente a la deslocalización industrial pasando de los prebostes de Davos; pretende privatizaciones sin cuento y el auge de las empresas de armamento y producción de combustibles fósiles contaminantes.
Pero la entrada en la Casa Blanca de este tipo zafio y sin escrúpulos puede verse ensombrecida por una efeméride de signo muy contrario: en enero, pero de 1948, Mahatma Gandhi fue asesinado por su no violencia activa, la utopía que enarboló para echar a los ingleses de India después de mil años de dominio extranjero. Algunas personas ven en Gandhi a un simple excéntrico, pero sigue siendo mucho más que eso, aunque sea porque es el inspirador de las luchas pacíficas, 15-M incluido, contra lo que ahora encarna Trump.
Gandhi había vivido fuera de India y tenía un gran conocimiento sobre luchas no violentas en otras partes del mundo. Su propuesta sirve igualmente en la era del poder financiero: “La gobernabilidad de la India solo es posible porque existe gente con voluntaria sumisión, cooperación y obediencia subordinada”. Pero veía posible que cualquier tiranía pueda torcerse si la sociedad se confabulaba para retirar su apoyo pacíficamente, a pesar de la represión del explotador. La sumisión sociológica era señalada por Gandhi como la raíz de las tiranías. Existen muchos ejemplos de que su propuesta de no violencia activa ha sido posible: el movimiento antirracista estadounidense, la caída del muro de Berlín y el poder comunista, las luchas de Solidaridad en la Polonia de 1980-1989, la revolución popular de 1986 en Filipinas, la resistencia de Mandela en Sudáfrica, los monjes birmanos…
Gandhi no era un defensor de la paz entendida como la ausencia de conflicto; más bien se veía como teórico practicante de la “guerra sin violencia” desde su convicción de que la gente es capaz de controlar la sociedad y sus propias vidas. Enfrente tuvo a quienes creían en la violencia para ganar. Incluso Trump la ha puesto en valor. Gandhi retó esta visión humana a través de su pensamiento y su acción. Él veía la lucha no violenta (satyagraha) como la vía capaz de forjar una alternativa: “La desobediencia civil es un sustituto completo, efectivo y no sangriento a la revuelta armada”, como un último recurso. El punto de partida era y es la importancia de la lucha pacífica colectiva como medio para que la gente corriente pueda corregir las injusticias que padece, y de esta forma adquirir un sentido de su propio poder como sociedad. Cuando una resistencia organizada en forma de acción no violenta lucha en favor de los derechos humanos, incluidos los socioeconómicos, puede despertar las esencias democráticas de la sociedad convirtiéndose en alternativa a la indiferencia sumisa o la violencia. El negro mensaje de Trump y su mandato deberían quedar ensombrecidos por el ejemplo de armonía de Gandhi y su testimonio valiente, que sigue retando profundamente la tentación violenta que nos revuelve.
Por matizar el buen artículo de G. Otalora.
Las culturas que se creen sus propios mitos suelen ser víctimas de su ombligo y nosotros no vivimos nuestro mejor momento mediático para saber de verdad lo que está pasando.
Hablando de mitos en la era Trump conviene recordar que buena parte de la histeria mediática no se basa en hechos ciertos.
Por ejemplo: Guerras, Muro con México y Emigrantes Ilegales.
Es cierto que Trump les ha puesto de los nervios. Veamos por qué.
Acaba de reprochar a los Senadores Republicanos John McCain y Lindsay Graham que se dediquen un poco más al ISIS, emigración ilegal y seguridad interior y menos a «tratar de empezar la Tercera Guerra mundial».
Ayer en prensa y foros venían los datos de los ilegales expulsados por los últimos presidentes.
Copio:
Reagan: Expulsa 168,000-
Bush padre: Expulsa 141,000-
Clinton: Expulsa 869,000-
Bush hijo: Expulsa 2,100,000-
Obama: Expulsa 2, 571,000-
El Muro con México lo empieza Clinton (el «Buenín») y ya tiene 900 kilómetros. De Bilbao a París. Y parece que lo está empezando este. Menudo talento para camuflarse tenía Clinton.
Y si ya miramos los diagnósticos económicos de Trump, formas aparte, cuesta encontrar diferencias con lo que dice la senadora Warren (Demócrata) y Bernie Sanders el engañado por su propio partido.
Las formas son importantes, claro. Pero «bottom line»……..La prensa occidental se ha convertido en un problema muy grave para nosotros porque si la seguimos lo más probable es que no nos enteremos de la realidad.
Lo cual, a veces, es cojonudo.
Muchas gracias por los datos Manu.
Que Trump sea un chalado con ínfulas no significa que no tenga una lógica.
Cuando Clinton monta un muro de aquí hasta París nadie dice nada. Cuando Trump dice que lo va montar se arma la de dios.
Es evidente que está haciendo una política de gestos que apela directamente a las motivaciones de su electorado.
Por otro lado, no está mal comprobar la convergencia entre el populismo de derecha (Trump) y el de izquierda (Sanders).
Lo peor de todo esto es que el escándalo con el que los medios acogen a Trump son el fuelle de su fuerza política.
Hasta que la gente no vea que esos gestos afectan a su forma de vida o a su bienestar Trump va a seguir creciéndose en medio de un estrépito que le sirve para ocultar los problemas reales.
Hay que rezar mas y pensar menos que pensando se tienen ideas malas.
Negro sobre blanco:
– El PIB mundial/per capita a precios actuales no ha hecho otra cosa que crecer desde el año 1960 (http://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.PCAP.CD)
– Es radicalmente falso que la globalización no impulsa el crecimiento; lo que pasa es que cuando otros crecen mucho más que tú, incluso cuando crecen a tu costa, eres tú el que pierdes poder adquisitivo.
– Europa y EEUU están sufriendo en sus propias carnes el hecho de que ahora compiten contra muchos más jugadores y esos jugadores tienen ganas y están hambrientos de crecer y generar valor en sus economías.
– La desigualdad global está disminuyendo a pasos agigantados. Lo que pasa es que cuando somos nosotros los afectados por el crecimiento de países que hasta hace bien poco se morían de hambre tenemos tendencia a mirarnos el ombligo y a decir que aumentan las desigualdades, cuando es justo lo contrario.
– Las políticas que propone Trump son claramente antiglobalización: vuelta de las fábricas a EEUU y creación de puestos de trabajo industriales allí. Coño!.. es justo lo que propone el GV respecto a temas como el acero y demás productos industriales en los que no somos competitivos. ¿Qué diferencia hay entre esas políticas de Trump y lo que hace unos días proponía la patronal vasca respecto a primar la contratación de empresas vascas en la gestión pública?
– Curiosamente, a Trump le han votado mayoritariamente los olvidados del sistema: los que no trabajan en empresas tecnológicas de California y que llevan viendo durante años y años que todos los políticos profesionales de EEUU viven en burbujas alejadas de la realidad cotidiana de sus ciudadanos… (me suena esa música).
– Gandhi era hijo del mandatario de una provincia costera de la India con más de 500.000 habitantes. Nunca fué un desheredado y nunca trabajó para paliar las desigualdades en su país (que por cierto es uno de los países con mayor desigualdad social del mundo). En comparación con sus compatriotas, Gandhi era un auténtico privilegiado que apostó por un nacionalismo indio frente a la ocupación británica. Personaje con muchos claro-oscuros, dejó a la India en manos de una casta que a día de hoy ahí sigue (por cierto, esa casta son los dueños de varias acerías en Euskadi). Propuso a los ingleses (y a los judíos) que dejaran que Hitler invadiera Europa sin oposición para oponer la «no-violencia» a los nazis. No le hicieron ni puto caso
Lo que en psicología se llama ‘Síndrome del Esclavo Satisfecho’
https://naturalum.wordpress.com/2016/12/18/lo-que-en-psicologia-se-llama-sindrome-del-esclavo-satisfecho/
https://www.youtube.com/watch?v=3mMB2N-STuI
Recomiendo la lectura del libro ‘Who are we ?de Samuel Huntington (hay traducción en español) donde enfatiza la importancia de la cultura anglo-protestante como elemento clave para mantener la identidad americana.
Hasta hace pocas décadas ha sido posible la asimilación de la inmigración, el famoso ‘melting pot’, pero es mas dificil dicha asimilación en los tiempos actuales: facilidad para mantener vinculos con la cultura de origen, distancias temporales muy reducidas a los paises de origen. Y ello lleva a que estos nuevos inmigrantes miren con distancia hechos como el 11S. Por poner un ejemplo.
Es todo eso lo que emocionalmente alimenta el voto Trump y tambien el ‘brexit’. El mundo anglo-sajon se resiste a perder la dirección del mundo. Yo creo que se equivocan aislándose.
Hay traduccion al euskera?
Y al castellano rabudo ?
Recomiendo la lectura del libro ‘Who are we ?de Samuel Huntington (hay traducción en español) donde enfatiza la importancia de la cultura anglo-protestante como elemento clave para mantener la identidad americana.
JELen agur
Muy interesantes el articulo y los comentarios.
Solo que a victoriii le diria que hay que pensar y rezar, ambos, y las ideas seran aun mejores.
Las ideas escritas en manuales revolucionarios son despreciables.
Joseba me parece que lo que has dicho no tiene mucho sentido, menos pensar y más hacer.
Supongo, estimado Urtine, que cuando votas a Urkullu –o a Rajoy– no es para que trabaje para China o India sino para que mejore tu vida y la perspectiva de tus hijos y tus nietos.
El caso es que desde 1971 la clase media-trabajadora de Occidente –desde luego en USA, Francia, España, UK, Italia, Portugal etc…………..ha ido para abajo. Y la Industria está arrasada. Basta ver el panorama por aquí.
Que eso lo vistan diciendo que a los chinos les va cojonudo no creas que ayuda a calmar a la gente.
No hay tantas almas caritativas dispuestas a ello. O destructivas, vete a saber. El «cuanto peor, mejor» mueve mucho personal con problemas.
El resto se va agarrando rebote tras rebote y llega un momento que echa a todos los que parecen trabajar contra los suyos y a favor de los que desconocen.
Luego vienen los Trump, los del Brexit y ya parece que los próximos en querer salir del Euro son los italianos con su Usc-Ita.
JELen agur
Pues yo creo que tiene todo el sentido
Prefiero hacer después de pensar y pensar lo más apropiado por el bien común de mi comunidad.
Hacer sin pensar es ser objeto de manipulación, habitulalmente hacia una tiranía.
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