Duterte, alguien debe detenerte

Juan Carlos Perez

Alguna gente dice que el nuevo Presidente de Filipinas es un tal Duterte que ha llegado pisando fuerte. Salirse de la ONU, liquidar a los criminales, laminar el tema de las drogas como lo haría Gengis Khan, echar insultos a estadounidenses y europeos, amar a los chinos sobre todas las cosas … y eso que lleva menos de un año. Promete convertirse este adorador de Hitler en toda una sensación que eclipse al niño Kim Jong Un de Corea del Norte. Seguramente sea más fácil decirlo que hacerlo, pero Duterte se está convirtiendo en un problema, un peligro para el futuro de Filipinas y de la seguridad en la región. Y alguien deberá hacerle algo para entrarle en razón. Y no es descabellado que un golpe de estado sea quien lo descabalgue. Por motivos obvios sería mejor una solución democrática. Preferible para Filipinas y el mundo.

Filipinas se encuentra en una zona del mundo en que se va a librar una guerra, potencialmente, del tamaño de la Primera Guerra Mundial sobre el escenario europeo. Si nadie lo evita. Y como dice el dicho alemán, siempre hay una salida para evitar la confrontación, y es la salida que ha tomado el iluminado de Duterte: rendirse. China aspira a un 80% del denominado Mar de la China Meridional. En la pelea están también Vietnam, Indonesia, Brunei o Malaysia, pues el mar tiene el tamaño del Mar Mediterráneo. Y está trufado de recursos naturales submarinos, además de ser una zona de tráfico marítimo importante y de proyección y acceso al Pacífico. Zona estratégica, y el Tribunal de La Haya ha dado la razón en sus reclamaciones a … Filipinas.

Sorprendentemente Filipinas ha sido asistida con la razón jurídica en su reclamo contra China sobre una serie de atolones e islas artificiales en disputa. Duterte dice que la retirada de una serie de flotas que impedían el acceso a pescadores filipinos es una victoria de su diplomacia. Obviamente la mejor comparativa es la risa del Califa Otomano cuando un cristiano le trató de ofender con la memoria de la derrota en Lepanto … respondiendo que los cristianos perdieron Chipre y que eso fue algo más duradero. Si bien la derrota de Lepanto impidió el acceso otomano al mediterráneo occidental. Conviene contextualizar. Victorias pírricas las de Duterte.

Seguramente Duterte tenga razones en la historia para señalar porque los Estados Unidos fueron malos con Filipinas, incluso con algún familiar en este o aquél suceso en el primer tercio del siglo XX. El asunto está en que Rusia, y ahora China, asumen de sus potenciales aliados no ya el comunismo (Duterte fue alumno de un importante comunista del país) sino que vayan en contra de occidente. Debería tener claro cuales son sus verdaderos aliados, y Filipinas tratar de tener alianzas estables y duraderas en el tiempo. Filipinas, junto a otros países del conflicto del mar de la china meridional deberían ver a Japón, Australia, UE y EEUU como aliados naturales frente a un modelo, el chino, que es el mayor desafío a la región desde la llegada de Rusia por Siberia. Saber leer el mapa geoestratégico.

Si fuera por problemas temperamentales o de historia muchos países deberían declarar odio eterno a otros y cerrar sus legaciones diplomáticas, y eso, afortunadamente, no sucede, pues los hechos luctuosos deben poder ser sanados con el perdón y la reparación de las víctimas, saber decir que lo que estuvo mal lo estuvo, y saber, en beneficio del bien común del conjunto de la nación, avanzar hacia un mañana mejor. El asunto, con Duterte, no es sólo que haya dicho pestes de Obama, amenace con sacar a sus tropas y cancelar tratados de comercio. O que se eche en los brazos de China a pecho descubierto. Es que Dios le ha dado la instrucción de que no diga palabrotas. Dios le habla, y el escucha.

Filipinas tiene un problema de drogas. Y ha declarado que sería feliz liquidando a los drogadictos y traficantes. Por el camino va, pues ya se han producido gran cantidad de muertes por los cauces extrajudiciales, sin juicio ni apelación, a semejanza de los falsos positivos de colombia … pero no sólo eso, sino que por cada asesinato encubierto hay 3 muertes por gente que se toma la justicia por su mano, al estilo de las autodefensas de México, y este es un problema. Es una ruptura de los derechos humanos, y una ruptura del principio de unicidad de la violencia legítima en manos del estado. Si cualquiera puede imponerse por las armas, quiebra el estado de derecho y ese es un riesgo muy grave, pues abre las compuertas a cualquier cosa inimaginable. Duterte, ante la constatación internacional de este escándalo, amenazó con sacar a Filipinas de la ONU. Vaya joya. Cuando en 2002 la neutral Suiza ingresó. Y cuando el no ser miembro de la ONU no exime del cumplimiento de las decisiones tomadas en su seno.

Duterte es católico y su abuelo materno era chino. Se puede entender su amor cultural a china. Pero en lo geoestratégico es un error. Si quería erradicar el tema de las drogas, podía haber negociado un plan similar al de colombia, que está a punto de cerrarse, incluso, con la perspectiva de un premio Nobel de la paz, porqué no. Duterte, eso sí, es casta de la pura, con familiares insertados en la administración hace mucho tiempo y varias generaciones. Ejecuciones extrajudiciales es una marca personal que arrastra desde que fue alcalde. Y ahora como presidente repite, y es un asunto muy grave para la democracia y los derechos humanos, aunque haya quien lo defienda por la “limpieza de las calles”.

Contrario a Abu Sayaf, intenta hacer un proceso de paz con la guerrilla comunista … en 2006 se abolió la pena de muerte por ahorcamiento y busca su reintroducción. Obviamente la ONU se preocupó por el tema y fue cuando afirmó que buscaría una alternativa a la ONU con … si, con China y algunos países africanos (colonizados por china). Y es que la experiencia de Botsuana, por ejemplo, enuncia que es necesario instituciones fuertes, transparencia y gobiernos honestos para evitar lo que puede caer Filipinas, que es la llamada Captura de Estado. Algo que se ha teorizado en Colombia, por ejemplo. Quiere hacer una política independiente … que es como se llama la política que no dependa de los EEUU. Si esa dependencia supuesta la sustituyes por una real, de facto, de otra potencia, que se presenta a sí misma, falsamente, como anti imperialista, entonces eso, para algunos, es fetén. Y eso pretende.

Duterte, nacido el 28 de marzo de 1945 debería reconocer, que más allá de desavenencias, Estados Unidos ha hecho mucho en favor del pueblo filipino, y que, si quiere recordar, el mayor período colonial no fue el yankee sino el español, y por goleada. Fue MacArthur quien se empeñó en la liberación prioritaria de Filipinas, y quien ha contribuido a su desarrollo posterior, con una independencia prevista desde antes del conflicto mundial, de la Segunda Guerra Mundial. Dicen de los jesuitas el refrán de en tiempos de zozobra no hacer mudanza. Hasta aquella región se fue San Francisco de Xabier a predicar y falleció a las puertas de China. En tiempos como los actuales, sería deseable que el líder filipino aprendiera de la historia reciente de Japón, Corea del Sur, Taiwan o Singapur, saque conclusiones y apueste por los derechos humanos, el desarrollo integral y sus verdaderos aliados, aquellos que van a acompañar a Filipinas hasta el final. Como ha sido en las décadas precedentes. La política puede ser emocional, pero hay que tomar decisiones frías y con la razón, no a salto de mata, no improvisando, no jugando con el interés nacional. Porque …

Si Duterte no entra en razón, le harán entrar en razón. Ha enterrado en el cementerio de los Héroes a Ferdinam Marcos. El 11 de septiembre de 1973 Salvador Allende preguntó por el qué le había pasado a Pinochet, a quien creía de los suyos. Puede tener un alto oficial cerca que busque la solución radical, al estilo de Tailandia, en el futuro próximo. Y sería muy malo para Filipinas llegar a eso, aunque los ruidos de sable ya están encima de la mesa. Es un desafío en el que el propio Duterte se ha metido, por prejuicios, vocación ideológica y mesianismo, imbuído de una familia que se cree parte integral de la administración de Filipinas, a pesar de ser, en parte, inmigrantes. Como dijo Churchill, Duterte acepta buscar la deshonra de un Munich con China. Y seguramente, como en el caso del Premier Británico aseveró a Chamberlain, tendrá la deshonra y también la guerra. Y cuando eso llegue, al que le toque, tendrá que recomponer lazos que este insensato trata de romper en aras a una venganza personal contra los Estados Unidos de América. Pobre Filipinas …