Imanol Lizarralde

contradiccionesLa gran paradoja de este último proceso de paz está encerrada en el propio principio de unilateralidad. Por medio de la unilateralidad, que supone el cese de la lucha armada de ETA, el MLNV pretende la hegemonía – en sus términos, el lograr una mayoría política, social, ideológica e institucional-; y pretende forzar la bilateralidad, es decir, que el Estado se implique en ese proceso y responda con sus propios pasos a los pasos unilaterales del MLNV. A medida que pasa el tiempo, está paradoja parece agrandarse, tal como se puede percibir del último artículo del escritor José María Esparza Zabalegi, cuando dice:

“Durante décadas hemos escuchado a los gobiernos españoles lo de «paz por presos». En todo proceso de negociación, amén de otras cesiones, dábase por descontado que si ETA dejaba su actividad, los presos serían los primeros beneficiados. Y de hecho, mientras las negociaciones se producían acercamientos, se controlaba más la tortura y hasta Aznar decía “Movimiento Vasco de Liberación” en lugar de “banda terrorista”.”

Aquí se nos da a entender que hay una ley no escrita en los “procesos”, una suerte de jurisprudencia que debe de cumplirse, sino por ley divina si por una lógica humana. La afirmación razonable de suponer el toma y daca de “paz por presos”, que es incluso posible que algún descuidado interlocutor del Estado haya formulado en alguno de los procesos truncados a lo largo de décadas, se puede contemplar desde otra luz, no tan favorable para el MLNV: los estrategas político-militares del MLNV, sabiendo que en cualquier momento se podían sentar a negociar y dando por descontando que, como mínimo, los presos saldrían a la calle fruto de esa negociación, han prolongado voluntariamente “el conflicto” a la búsqueda de mayores réditos del ejercicio de la lucha armada.

El MLNV se topa en este momento con que su credibilidad ha caído por los suelos. Nos dicen los dirigentes del MLNV: “ahora si, ahora si, ahora viene la paz verdadera”. Pero sus afirmaciones no crean emoción ni convicción. Mucha gente piensa que hacía tiempo que tenia que ser y no fue. Y eso lo están pagando los presos de ETA, por culpa de los estrategas del MLNV, que en el proceso de Loyola, en 2006, roto por las nuevas exigencias políticas de Rufi Etxeberria y Arnaldo Otegi, tenían asegurada su libertad.

Esparza plantea de forma voluntaria la confusión entre un proceso bilateral y otro (el que nos toca) que es unilateral. Por eso se atreve a hacer un paralelismo histórico con las guerras carlistas:

“Esto recuerda a la proclama del Laurac Bat que en 1846 publicó la Junta Provisional Vasco-Navarra, aludiendo a cómo el Gobierno español no cumplió lo acordado al final de la primera guerra carlista: “El Gobierno, que cien veces cuando estabais con las armas en la mano os ha prometido vuestros privilegios, da ahora, que os ve desarmados el golpe de gracia a vuestros más caros intereses”. Y yo pregunto: ¿cabe mayor apología y mayor justificación de la lucha armada que la que hoy hace la prensa y los partidos españoles? ¿Acaso están sugiriendo que para que el Gobierno vuelva a su anterior discurso sobre los presos, hay que poner bombas?”.

Este paralelismo falla en una cuestión esencial: el proceso actual se está desarrollando sin haber llegado a un acuerdo previo con el gobierno español, con lo cual a este no se le puede acusar de no cumplir lo acordado. La mente de Esparza no deja tampoco de exhibir el sustrato de una lógica de guerra, cuando nos sugiere que el gobierno no cede a la negociación de la situación de los presos de ETA por que no se ponen bombas. Y está lógica se encuentra detrás de otras afirmaciones, como “ni con Franco pasaba esto” o que “el conjunto carcelario vasco ha sido detenido, interrogado, juzgado y condenado por procedimientos más dignos de la Inquisición que de un Estado de Derecho”. Entonces, a mí me surge la pregunta, ¿Por qué ha planteado ETA el cese definitivo de la lucha armada? ¿Si hoy, como explica Esparza, hay más que nunca razones para luchar? La unilateralidad que exige al otro bilateralidad, arguyendo el peligro, como dice Esparza, de “tentar a la paz”, constituye otra forma de chantaje, ya que pone por delante la capacidad de la lucha armada de ETA como factor de disuasión.

El artículo de Esparza es fértil en el uso del lenguaje de tal manera que diga o insinúe una cosa sin comprometer al que lo escribe o sin afirmar lo que afirma. Por ejemplo, Esparza plantea que “ETA ha parado definitivamente. Se disolverá -Egiguren dixit- cuando sus presos y refugiados vuelvan a casa”. Pero ¿es qué ETA ha propuesto que se disolverá “cuando presos y refugiados vuelvan a casa”? Todos sus comunicados nos dicen lo contrario, que ETA no va a disolverse sino que, en todo caso, transformará sus funciones. Esparza, que es militante del MLNV, utiliza la figura del socialista Jesús Egiguren, siempre dado a consideraciones e interpretaciones de este tipo, para afirmar algo de lo que no tenemos ninguna evidencia, más allá de la palabra de Egiguren. ¿No constituye esto una nueva forma de engaño? Pues es tratar de engañarnos hacer ver que Egiguren sabe más de las intenciones de ETA que el propio Esparza.

Se pueden señalar otros dos usos de lenguaje. El primero, el más burdo, es el de asimilar a las víctimas que ha ocasionado el Estado con los “vascos”: “Los vascos han pagado demasiado, mientras otros nada”. Pero ¿Es que ETA no ha asesinado a vascos? ¿No ha asesinado, acaso, a empresarios, ertzainas, políticos, jueces, periodistas, viandantes vascos? Por medios lingüísticos, Esparza pretende falsear la realidad. El segundo uso, es el de alegar el peligro de que le detengan por proferir una serie de reflexiones, ante lo cual se calla, esperando tiempos mejores:

“Ya llegarán tiempos de cerezas, cuando podamos hablar del asunto sin que nos caigan encima las penas de San Apapucio. Cuando, más allá del victimismo mediático, se pueda discernir entre oprimidos y opresores, entre causa y efecto, entre los polvos de antaño y los lodos de hogaño”.

Pero ¿de qué no puede hablar Esparza sin que le caigan “las penas de San Apapucio”? Nos lo insinúa cuando menciona el discernimiento “entre oprimidos y opresores” (donde el MLNV sería el sujeto oprimido y los demás los opresores…), “entre causa y efecto” (el “Estado” sería la causa y ETA, el efecto…)… De todo eso y de muchas cosas más ha hablado, habla y hablará el MLNV en sus textos, por medio de sus portavoces, panfletos, etc y no les ha pasado ni les pasará nada por ello. Lo que realmente pasa es que el principio de realidad de la mayoría de los vascos no está como para ser tentado por semejantes ideas, tan lejanas a la experiencia de nuestros sentidos, donde el MLNV es el opresor, ETA es la causa de la reacción/represión del Estado y los polvos de antaño (tres procesos de paz truncados por el MLNV cuando había posibilidad de acuerdo y cierre) han creado los lodos de hogaño (cientos de presos en la cárcel y el peligro constante de ilegalización para las sus marcas políticas). Viendo la retórica de Esparza, se podría afirmar que todavía no ha llegado, para el MLNV, el tiempo de hacer propuestas claras, sencillas, con garantías y sin retorcimientos conceptuales traicioneros.

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6 comentarios en «Incongruencias unilaterales»

  1. Bueno el proceso se esta convirtiendo en algo kafkiano, un decir, esta estancado, no avanza a la velocidad que quiere la inmensa mayoria de Euskalerria.Pienso que se estan haciendo gestiones de «baja intensidad», las cocinas y las reboticas siguen en evollicion, los telefenos se utilizan, esta claro.

    El pnv se ha ofrecido, a mediar, no podia ser de otra manera porque cree en el proceso, se llevan años trabajando en esta dirección, el lehendakari pide un gesto a eta, no pide el desarme unilateral, y el parlamento vasco ha solicitado la excarcelación de Otegi, el «autoritas maximus».La sentencia Parot, las excarcelaciones, y el paron, claramente nos muestran que hay una voluntad de avanzar, pero ya sabiamos que iba a ser dificil.

    Tambien sabiamos, el que no sea un autentico despistado, que los partidos y las instituciones todas, bildu, el pnv y los demas quieren sacarle la maxima rentabilidad a la negociazion, nada nuevo, no nos puede sorprender, a estas alturas.Esta claro que se esta emparejando el final de Eta, con el derecho a decidir, y la convivencia entre los vascos y de estos con el resto del estado.

    Las frases de Esparza no nos pueden extrañar, pero en bildu no todos piensan como él, la mayoria esta por la negociazión.

    Saludos

  2. No veo que Esparza esté en contra de la negociación. El que no quiere la negociación, lo ha dicho últimamente, es el PP de Rajoy. Como cambiar la situación, menudo problemón. Y ocasiones que han perdido. La culpa no es sólo de la cerrazón del PP, la izquierda abertzale quiso ser muy lista. Ahora lo pagan sus presos.

  3. JELen agur

    ETA nació para negociar…¿Dónde está lo nuevo?.
    El PNV no puede, no debe nunca renunciar a la mediación, incluídas las instituciones que son las verdaderamente representativas del pueblo. Lo que nunca puede ocurrir es que no se pueda negociar porque no haya intermediarios. Esta es una de las claves del declive de ETA: que siempre han tenido que ser ellos los que hayan traicionado el espiritu de una negociación. Y el pueblo lo ve y se lo reprocha. La ola actual de moda de la IR esta en el hecho de que han prometido algo que parece que no se culmina. Pero el pueblo les está observando, les ha sufrido y les castigará su petulancia, su perseverancia en el sufrimiento del pueblo.

  4. Una cosa es que sea unilateral, que lo es, aparte de irreversible, y otra, que es lo que el artículo (muy moderado y razonable) dice, que los conflictos de esta naturaleza tienen una resolución pareja en todo el mundo.
    O alguién cree que un conflicto de este tipo, con un país como Euskal Herria tan pequeño, tiene resolución con dos centenares de presos cumpliendo… 40 años de cárcel??

  5. Ya, pero es que en otros países del mundo un proceso de paz se hace cuando hay acuerdos entre las partes. La IR se lanza a la piscina sin llegar a un acuerdo con el estado, y luego de haber mandado a garete, esa es la clave, creo del artículo, la posibilidad el 2006 de libertad para presos, acuerdos políticos y esas cosas.

    Claro, la IR pretende imponer sus ritmos. El PP que es bastante batasuna en muchas cosas no quiere ir a ese pasito. Como suelen decir los portavoces de la IR, quiere dejar pudrir la situación. Eso es irresponsable. Pero la IR lo hace muy mal. Y sus errores costaron vidas humanas.

  6. Todos sabemos que la unilateralidad del MLNV es condicionada. Aunque no lo digan así, el mensaje del MLNV a la sociedad vasca es: vale, vasquitos, os dejamos de matar y de acosar, pero, a cambio de eso, tenéis que hacer el indio contra el estado español, según lo que yo diga. Es que si no OS movilizáis como yo quiero A MÍ la unilateralidad no me sirve de nada, leñe!

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