Imanol Lizarralde
El problema de la violencia en Euskadi y en estado español deja unas secuelas y crea unas situaciones que son muy problemáticas. La violencia que ha ejercido el MLNV posee un carácter de planificación estratégica que no debemos de soslayar. Ya desde sus inicios, el MLNV ha pretendido poner en marcha una espiral de reproducción de violencia, la famosa espiral acción-represión-acción. Los estrategas del MLNV siempre han sido conscientes que la lucha armada iba a producir una serie de reacciones por parte del Estado, en el sentido de la excepcionalidad de la justicia, de las que pretendían extraer una nueva razón moral para seguir en la lucha. La llamada “doctrina Parot” ha sido una de ellas. También produce posturas miméticas por parte de los supuestos enemigos del MLNV. Es el caso del último artículo de Joseba Arregi («El ángel de Walter Benjamin», El Mundo, 2013-10-22).
Por ejemplo, cuando Joseba Arregi dice que la sociedad vasca “es una sociedad que, aunque en distintos grados, ha entendido, comprendido, aceptado o legitimado la violencia de ETA”. Entonces, cabría preguntarse, ¿ETA tenía razón cuando decía que mataba en nombre del pueblo vasco? ¿El MLNV tiene razón cuando dice que la mayoría está con ellos, más allá de los votos? Ya que los votos el MLNV son los que son y nunca han sido mayoría. Ni siquiera GARA, cuando recientemente decía que “en Euskadi hay muy poca gente que, de no haber practicado, justificado o tenido responsabilidades directas o indirectas en alguna de las violencias” ha tenido el atrevimiento de afirmar lo que dice Arregi, que supone dar mayoría a ETA, y legitimar políticamente la razón de su violencia.
Arregi afirma esto, habiendo sido de 1984 al 2002 dirigente del PNV, en diversos cargos, como han sido, consejero de cultura, presidente del GBB, miembro del EBB y portavoz del Gobierno Vasco. ¿Cómo es posible que en esa larga trayectoria política no haya alertado, en ningún momento, de esa realidad? ¿Es qué ha contribuido a ella? Resulta alarmante Arregi haga ese planteamiento sin implicar su propia persona. Arregi ¿Ha entendido, comprendido, aceptado o legitimado la violencia de ETA en el ejercicio de sus cargos políticos? Está claro que, en su caso, su juicio de valor no puede prescindir de un factor, que es la persona que lo emite, él mismo y sus compromisos al más alto nivel. Lanzar esa descalificación global sobre millones de personas, cuando él ha sido sujeto de responsabilidades, mucho más que la mayoría, constituye ciertamente un notable ejercicio de omisión.
Dice también que, “no va a haber vencedores, quizá. Lo que sí es seguro es que va a haber vencidos. Y con toda seguridad los vencidos van a ser las víctimas”. ¿Por qué lo dice? Según Arregi, “el problema reside en que las víctimas del terrorismo lo han sido por partida doble, por el asesinato de una persona familiar, y por el ocultamiento al que le ha sometido durante demasiado tiempo la sociedad vasca”. Recuerdo, que, al menos desde 1978, cada vez que ETA asesinaba a alguien, la mayoría de los vascos (representados por sus partidos políticos) hemos salido a la calle a protestar, con los diversos Lehendakaris nacionalistas a la cabeza. Que desde fines de los 80 se creó un movimiento pacifista que se concentraba por todas las esquinas, en la mayoría de los pueblos y ciudades de Euskadi, en protesta por la violencia de ETA. Y que cuando en 1997 fue secuestrado y asesinado el concejal del PP, Miguel Angel Blanco, se produjeron las mayores movilizaciones de la historia de nuestro pueblo. El MLNV tuvo que enfrentarse a esta reacción popular con una nueva forma de terapia violenta, la socialización del sufrimiento, extendiendo y graduando la acción de la violencia, mediante la cual los locales de los partidos políticos eran atacados e incendiados, la gente de la calle era apalizada, los cargos políticos del PP y del PSOE eran asesinados y las manifestaciones en contra de ETA eran respondidas con contramanifestaciones violentas. Según Gesto por la Paz llegó a haber, en Euskadi, más de 42000 personas amenazadas de muerte. ¿No eran estas personas, también, parte de la “sociedad vasca”? Ante todo esto resulta vergonzoso que Arregi diga cosas como que ETA se vio obligada a dejar de matar “por la acción del Estado con todos sus medios de derecho, y no por el empeño de la sociedad vasca como dice el discurso oficial”. ¿Es creíble afirmar de forma taxativa que hubiera sido posible que ETA dejase de matar sin la movilización y la concienciación de la sociedad vasca a lo largo de los años?
En esta escalada de denuncias, Arregi arremete también contra los socialistas, cuando menciona el “llamado sector progresista y de izquierdas, que ha tenido mucho más empeño en facilitar la legalización de los acompañantes necesarios de ETA, mucho más empeño en que la justicia se aplicara teniendo en cuenta la realidad social, mucho más empeño en subrayar la manipulación de las asociaciones de víctimas por la derecha, mucho más empeño en salvar la idea de que en democracia y sin violencia se puede y se pueda defender cualquier idea –me imagino las risas que haría un tal Hitler si viviera y escuchara estas cosas”.
Aquí también es posible detectar la contradicción entre la naturaleza de la denuncia y el sujeto que la efectúa. Pues Arregi es presidente de Aldaketa y fue un gran adalid del Lehendakari Patxi López y su gobierno. ¿Cómo es posible que todas esas cuestiones, ocurridas durante la época socialista del Gobierno Vasco, no fueran aireadas por Arregi en ese momento? ¿No es, aquí también, cómplice de lo que denuncia, aunque sea por omisión o por silencio? Es por eso que cuando habla del “déficit profundo de los partidos políticos españoles, incluyendo a los vascos (…) el problema está en la política, no en la Justicia”, está formulando una verdad involuntaria: el problema está en los políticos como él, que hacen que la política pierda toda credibilidad. Desde esta perspectiva, es un escándalo que reproche a sus antiguos correligionarios del PNV la falta de “haber estado a la altura de las circunstancias”. Con el agravante de que el pretexto para esta acusación son las víctimas y su memoria. Pero ¿qué ha hecho o hace Arregi por ellas, más allá de utilizarlas de ariete en contra del PNV?
Vista la trayectoria política de Arregi –de líder del sector garaikoetxeista del PNV, a líder del oficialismo del PNV, recalando en Aldaketa, cercano al estatalismo socialista, y ahora, con las víctimas de parapeto, haciendo guiños a los sectores más intransigentes de la derecha española- podemos decir de él lo que dice uno de los aforismos de la ley de Murphy: “los amigos vienen y se van: los enemigos se acumulan”. Los enemigos se le acumulan a Arregi, que ha demostrado a lo largo de su vida que no tiene amigos y que todos sus virajes políticos están realizados a mayor gloria de sí mismo.
la cosa del apoyo o justificacion o comprension aunque no apoyo, o justificacion pero no apoyo, o simpatia, o rechazo pero simpatia y una amalgama de etceretas, guste o no, va por grados….y por fechas. no gozaba ETA de las misma simpatia o amparo o aceptacion social en los 70 y 80 que en los ultimos años.
seguro que muchos de los comentaristas aqui, en primera persona o en su circulo proximo, hemos apoyado o comprendido o entendido a ETA en una epoca y luego en otra epoca determinada la hemos rechazado frontalmente. ls motivos son subjetivos, etico-morales o politicos.
por cierto, hay noticias de aquel intento vergonzoso del PP de hacerse con cientos de miles de votantes madrileños denominados «victimas» o «exiliados» ? ojo a eso, que algo necesitan ofrecer a sus ultras.
Una cosa es ETA durante Franco, no por que ETA fuera diferente, sino por que había una dictadura fascista. Y otra cosa ETA cuando entra en la transición democrática, rechazando la amnistía -que fue efectiva, pues se sacaron todos los presos de ETA- y montando en los 80 la cosa esa del coche bomba que culminó en Hipercor. Es posible que el GAL emborronara todavía más las cosas. Pero lo que está claro es que la sociedad vasca como conjunto no es responsable de las acciones de ETA. Y la sociedad vasca estaba en contra de las muertes.
al igual que la sociedad vasca no tiene culpa alguna de que euskadi haya parido saltimbanquis impresentables como joseba arregui. vaya enjendros hemos parido, hasta militantes de ETA que han terminado escribiendo en el ABC. somos merecedores de estudios antropologicos.
Venga venga, que nadie lee ya a Arregi.
Me encanta Joseba Arregi, Comparto un 95% del artículo de El MUndo y el 100% del que publica hoy en el Correo. Gracias Joseba por pensar libremente.
A mí también me encanta Arregi. Fletch el camaleón es una aficionado al lado de él. Optimus, por cierto, hay otro chaval que escribe con ese seudónimo y no eres tu. ¿Eres un discípulo de Fletch el camaleón?
Para la libertad……
http://paralalibertad.org/aleccionando-a-las-victimas/
La libertad es diálogo y tu no dialogas, haces un corta y pega de un artículo de Arregi que es calcadito al anterior.
Una pena que Oteiza no llevara a cabo su amenaza de abrirle la cabeza a este señor en sus tiempos de consejero de cultura cuando se «portó» tan bien con Egunkaria.
Imanol; muy buen artículo, como de costumbre. Aquí apuntan que el apoyo a ETA decreció a partir de la muerte de Franco, que no del franquismo. Yo opino que la Sociedad dejó de ver con cara de luchadores a los miembros de ETA cuando alguien decidió sacar a la hora de la comida y la cena en primer plano a una víctima de atentado arrastrándose por el suelo con el muñón sanguinolento como en el caso de Irene Villa y su madre. Si eso se hubiera hecho antes, por ejemplo en los 70, la masa social tendría una opinión distinta al respecto de la utilización del «derecho a matar», que se arrogó ETA. En cuanto a Arregi, sus demonios le irán comiendo
vale kkk, pero no te arroges tu la portavocia de la sociedad vasca, porque sin duda con ETA no ha sido todo blanco y negro, es decir, los que apoyaban su lucha armada lo hacian con matices y gradualidad, al igual que habia matices y gradualidad en quienes no lo hacian.
Los que apoyaban la lucha armada eran los votantes de la izquierda abertzale y no todos. A partir de un determinado momento, desde que hay elecciones democráticas, los asesinatos de ETA no hacen más que crear mal rollo y rechazo.
ah, que habia unos 150-200.000 que apoyaban o no apoyaban del todo pero justificaban a ETA y el resto de la sociedad vasca sin matiz alguno, directamente los repudiaba absolutamente. bueno, pues sera que yo he vivido en marte.
Todavía vives en marte. Por eso votas a Bildu.
Artooolaaa!!!! Aspaldiko! Aspaldiko en Euskara significa un saludo a alguien que no has visto hace tiempo.
Hablas de «saltimbanquis», tu uno de ellos.
¿Y quién ha apoyado incondicionalmente a E.T.A. en toda su trayectoria? Entre otros tu jefe, Victor II(hijo de Victor I, Guardia Civil).
El orate este de Victor II una vez dijo en Zaborra News que E.T.A. se había retirado «cuando más fuerte estaba» ¿Que clase de alucinógeno habría tomado Bitortxu aquel día?
Al Joseba Borregi este le pasó lo mismo que al vividor y burguesazo de Imaz, que se liaron con 2 sociats y ya se sabe que 2 tetas tiran mas que…
Que es un poco lo que le va a pasar a la «Izquierda Abertzale», que a medio-largo plazo, se va a quitar la careta, se va a liar con los Sociatas y demostrará que su super-mega-Abertzalismo no era más que un señuelo para engañar a incautos tipo Artola y demás.
un abrazo fenomeno!!
Por ahora las tetas sociatas parece que tiran más de las carretas jeltzales que de ningún otro sitio.
No sé si Artola el incauto piensa lo contrario pero es lo que hay.
Aristu: Me refiero a medio-largo plazo, que será cuando tu combines los Kalimotxos en la Borriko Taberna, con los sol y sombra en la casa del Pueblo con tus nuevos amigitos.
En cuanto a Artola, el chaval tiene muchas cualidades(una de ellas es que al igual que un servidor es un Rockero y un Heavy de pro) pero una cualidad que no tiene es la de pensar.
Artola es como los muñecos de José Luis Moreno, dice lo que le manda decir su jefe: El comisario VictorII
el duo imazista urkullu-ortuzar es lo que da de si, mikel.
asumelo y llevalo bien.
«get over it», que decia don henley.
jeje, muy bueno Mikel, pero creo que quien le manda es Dña Rogelia, el kalimero que tiene al lado en el parlamento y Rockefeler barrenero
Artola ¡¡entérate!!, con ETA todo ha sido negro, no ha habido nada blanco.
Me pongo como víctima y al margen de estar de acuerdo con este post, prácticamente en su totalidad, añado este escrito, que dejo en manos del moderador si quiere añadirlo a este post o abrir otro.
VÍCTIMAS Y VICTIMARIOS
Es muy difícil, sobre todo en mi posición, a pesar de haber pertenecido a los dos mundos, (al de victimario por los asesinatos cometidos y al de víctima por haber sido perseguido por mis ex- compañeros para matarme) intentar describir esta tragedia que tiene visos de abrir una grieta, mucho más ahora, con la derogación de la Doctrina Parot, entre dos sentimientos completamente separados: El de la víctima y su entorno y los victimarios y el suyo.
Simplemente con tocar este punto, se abrirá el debate de lo imposible sobre la idea que el victimario, o sea, que el asesino, tenga sentimientos y si no somos capaces de ver que esto es una realidad, de nada sirve leer esto.
Desde esta premisa y a pesar de las reticencias al respecto, quiero dejar patente que no todo asesino es psicópata, ni todo psicópata es un asesino. En los tiempos en los que yo permanecí en prisión cerrada, los programas terapéuticos o re conductores de hábitos delictivos brillaban por su ausencia; por ello cualquier delincuente que salía de prisión volvía a delinquir; bien porque no tenía otra forma de vivir, bien por el ambiente o por su falta de reinserción; exceptuando a los miembros de ETA debido a su entorno y su apoyo social.
De ahí que los violadores pasaron de violar a violar y matar a la víctima para que esta no le reconociese. Aquellos años de los setenta, ochenta, incluso noventa, estas personas eran los protegidos por la Institución (para que no les dañasen la población reclusa por el delito tan mal visto en la cárcel) y a la vez se convertían en los chivatos de los funcionarios que se aprovechaban de ello sobre amenaza de soltarles con el resto de presos.
De los presos de ETA decir que en aquellos tiempos eran respetados por el resto de la población reclusa y sobre todo por los presos FIES Comunes (fichero internos de especial seguimiento); todavía no se había empezado a colocar en TV las imágenes de los asesinatos, no estaba en marcha los coches bomba indiscriminados, aquello empezó con Hipercor; no se había lanzado la Socialización del Dolor por parte de la Izquierda Abertzale. Las acciones de ETA estaban dirigidas, todavía, a Miembros y Cuerpos de la Seguridad del Estado, Jueces, Políticos, en fin, a personas concretas y por ello, no estaba mal visto; la cosa cambió cuando se hizo partícipe a la sociedad de a pie de toda aquella macabra estrategia.
Con esto quiero decir, que entonces, a un violador se le podía condenar, como mucho a doce años de cárcel y con redenciones de buena conducta (que la misma consistía en obedecer lo que el funcionario decía) podía salir a los cuatro años de prisión y había miembros de ETA con múltiples asesinatos que con diez, doce años salían a la calle con veinte o veinticuatro años cumplidos.
En aquellos años las víctimas estaban solas y aunque protestasen con toda su alma, predicaban en el desierto, ya que nadie les escuchaba y su violación o su muerte volvía a ocurrir con ese silencio de la Sociedad.
Entonces la víctima (PERDÓN POR LO QUE VOY A DECIR) era tratada como si tuviera la culpa, Cuantas veces hemos oído, en aquellos tiempos: «donde va vestida así, parece que quiere que…….», o en el caso de ETA que se le mataba físicamente y luego política y socialmente; cuantas veces hemos oído después de un asesinato aquello de «algo habrá hecho».
Con todo esto no quiero ni quitarme ni quitar ni un ápice de culpa al asesino: SOY CULPABLE; pero no me quiten ni un trocito de derecho: HE CUMPLIDO MI PENA.
La pena está establecida por una Sociedad, concretamente por el aparato Judicial, la cual establece una serie de maneras de cumplirla y otra manera de que me pueda reintegrar en la Sociedad, una vez cumplida la pena y con todos los derechos, al igual que el resto. ¿Por qué tengo que seguir penando en la calle, seguir estigmatizado por mis delitos de muerte por una ideología (terrorismo) una vez cumplida mi pena y aquél borracho o drogadicto que ha matado en un accidente de circulación a una familia, no lo es? Yo he pagado la pena impuesta por la sociedad, me he reinsertado he pedido perdón y se me quiere estigmatizar.
La víctima tiene derecho a pedir justicia, a su sufrimiento a que se le atienda, se ayude y se le entienda; es más, «tiene todo el derecho a no perdonar incluso cuando se le pide perdón», a lo que no tiene derecho es a que se le engañe. No se le puede decir que el asesino de su padre, madre, hermano hijo, de un familiar se va a pudrir en la cárcel. Da lo mismo que el asesino salga a la calle, a los veinte, treinta, cuarenta o cincuenta años, que esa víctima cuando vea que sale de prisión se le van a revolver las tripas. Creo entender que esa víctima, lo que quiere es que ese asesino sufra lo mismo que el/ella está sufriendo. Esto es tan viejo como la humanidad, en el primer libro de justicia que se conoce: el código de Hammurabi allá como hace 3.700 años ya se implantaba una ley sobre ello, entonces era la ley del talión, hoy, aquí no existe la pena de muerte y ese asesino, tarde o temprano saldrá de la cárcel. Por ello solicito que no se le engañe a la víctima.
Parece que entonces no queda nada de cara a satisfacer a la víctima; que tiene que continuar con su sufrimiento. Yo creo que en realidad lo que le queda es la dignidad de que no se le engañe, que se le ayude y si puede ser que se reconcilie consigo misma y si para ello tiene que someter a su victimario a un careo, que lo haga.
Opino que la reconciliación entre víctima y victimario es la mejor solución posible para acabar o al menos mitigar con el sufrimiento de esas víctimas.
Josemi
En Gasteiz, a 29 de octubre de 2.013