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La dialéctica de la unilateralidad (3/3)

Imanol Lizarralde

sokatira1Los medios de la unilateralidad

El ejemplo más positivo de combinación de diversas fuerzas y luchas de forma complementaria es el de la lucha contra Lemoiz, como se encarga de recalcar el documento en al menos un par de ocasiones. La expansión del “pueblo trabajador vasco” y del “proceso democrático” deben de ir constituyendo un “poder popular” que expresa, en la práctica –en las pautas de la sociedad- el modelo alternativo de democracia del MLNV:

“La democracia vasca, está enraizada en el verdadero poder de la sociedad vasca, en el debate y el diálogo social, en la consulta popular y en el referéndum, en la creación de nuevos mecanismos y medidas de participación, habilitando estructuras de participación y de decisión a nivel local” (p. 38).

Resulta claro que cuando el MLNV habla de “consulta popular”, “referéndum” y de nuevos mecanismos y medidas de participación a nivel local no se refiere al amplio movimiento popular contrario al sistema del Puerta a Puerta que recorre el territorio de Gipuzkoa y los ayuntamientos regidos por Bildu. El “poder popular” y la “democracia vasca” no son cuestión de representación numérica, ni siquiera de espontaneidad popular, pues se conforma con los organismos del MLNV, por mucho que sean flores artificiales cultivadas en sus madrassas, como por ejemplo las plataformas Zero Zabor, sostenedoras, desde la base de la sociedad, de la política institucional de residuos de Bildu. Aquí el MLNV aplica la interpretación clásica de “dictadura del proletariado” (de la que la “hegemonía” no es más que una adaptación o eufemismo) en la cual la democracia sólo es válida para el “pueblo consciente revolucionario” mientras se tiene que aplicar al enemigo la “dictadura-hegemonía”.

Digamos que el aspecto militar de la lucha revolucionaria sigue presente en tanto a que persiste dentro del apartado de “la resolución del conflicto”. No hay que olvidar, tampoco, que el documento establece que “la organización” persistirá en su existencia: “la actividad de la organización (…) tendrá otras características”:

-“La Organización a través de su actividad buscará romper la estrategia de los estados y fortalecer la posición de las fuerzas a favor de Euskal Herria.

-Promoverá la transición política completa (…) ayudando a la creación de las condiciones políticas que necesita el proceso.

-Nos parece que, dentro del proceso de transición, es una tarea apremiante el superar para siempre la confrontación armada y sus consecuencias y actuaremos con el compromiso total para llevar hasta el final este camino” (p. 51).

Por tanto, ETA no renuncia ni a la tutela del proceso ni a la disuasión (puntos 2 y 3 de ese párrafo). Sigue, pues, actuando, por otros medios en otras circunstancias. No se disuelve (“la organización va a ajustar su intervención en función del esquema que estamos fijando” p. 53), va a seguir vigilante (pues llevará “a cabo el seguimiento del proceso de liberación”), ayudará en la lucha ideológica (pues se compromete a “alimentar el carácter de lucha y revolucionario del movimiento de liberación”) e incluso va a “hacer la reflexión en torno a las herramientas y los medios político/técnicos que, en el futuro, necesitará el movimiento de liberación, decidiendo en función de eso la aportación que la organización puede hacer”.

Tanto estas consideraciones finales como las referentes a las de la lucha ideológica nos recuerdan que el MLNV no hace renuncia a sus principios básicos de presionar por diferentes medios de lucha, incluidos los violentos, aunque ahora se tengan que ajustar a una nueva coyuntura de activación social y política. El objetivo es la no asimilación del MLNV a las pautas sistémicas, función que siempre ha poseído la lucha armada, por ser factor inasimilable por el Estado o por el estatus quo predominante en el mundo occidental (lo dice el texto, la lucha armada“ha cumplido un papel necesario para convertir en inasimilable el aspecto revolucionario y luchador del movimiento liberalizador” (p. 20-1).

La lucha ideológica cumple ahora esa función ya que es la que, por un lado, nos muestra el carácter opresor del capitalismo y, por otro, es el acicate del factor subjetivo de la conciencia de todo militante revolucionario. ETA, como matriz del MLNV y referencia histórica e ineludible, de este modo, se erige, en estos momentos, en vanguardia político-moral del MLNV.

Hay otro factor importante: la perdurabilidad de ETA presupone el que parte de la dirección del MLNV sigue en la clandestinidad, invisible, inasimilable e inasible. La cualidad espectral que Marx atribuyó al comunismo o Derrida al propio marxismo se encarna en una organización armada que no mata pero que vigila, proyectando la sombra de su ejecutoria. También se produce el principio leninista de que parte de la organización revolucionaria tiene que estar en la legalidad y parte en la clandestinidad, más allá del control o la visualización que poseen el resto de las organizaciones políticas. ETA también se erige como derecho de reserva del MLNV.

Conclusión

Una vez asentada la línea política correcta, el MLNV ha definido la contradicción principal (confrontación pueblo/estado). La táctica es el programa mínimo (presos y derecho a decidir) en el marco de la estrategia (independencia y socialismo) que consiste en la conformación de un sujeto, el PTV, (el “pueblo revolucionario consciente”) con suficiente fuerza para hacer bascular al Estado hacia sus posiciones tácticas. Se trata de transmitir a las masas, desde arriba, las ideas correctas de tal manera que estas se puedan organizar tanto políticamente como a nivel de lucha de masas (“se le deben hacer al pueblo propuestas claras y concisas para que el pueblo esté de acuerdo con el proceso de cambio y sea el protagonista principal” p. 35 [1]), con la intención de revertir su fuerza en el movimiento que debe de convertirse en la referencia máxima a nivel institucional y a nivel de sociedad. Insistimos en lo de “desde arriba” porque no debemos olvidar que, según los referentes del socialismo del siglo XXI “toda la lucha pasa por el Estado; incluso la lucha contra el Estado pasa por el Estado” (García Linera, vicepresidente Bolivia).

Para finalizar, a modo de sugerencia de cual tendría que ser la postura del nacionalismo, hacemos nuestras las palabras de Miguel Angel Aramburu («El PNV ante Bildu: Confrontar proyectos», 2011-09-13):

“Hay tres posibles respuestas al gran desafío que Bildu plantea al PNV. La primera sería el rechazo y la pura negación sin debate, por cuanto nada se podría confrontar con gente “antisistema” sin identidad nacionalista. No me gusta la expresión antisistema pues conlleva una reacción defensiva, que arrastra a la unidad política de los que lo defienden y diluye el pluralismo, lo que puede dejar en manos de los antisistema la apropiación de la necesaria función transformadora de la oposición. Por eso, ésta sería una actitud conservadora que puede hacer crecer lo que se quiere refrenar. 

La segunda respuesta podría ser la de dejarse querer y formar parte del frente unido: el esquema que ha aceptado EA. La aspiración no es la de disputar a sus socios la iniciativa o el liderazgo, sino sólo “moderar”. ¿Se podría decir que el PNV, de proponerse aceptar esta respuesta, podría aspirar a cotas más ambiciosas? Imposible, el MLNV lo controla todo. ¿Cómo? A través de la apropiación de los tres factores de la política: ha dictado ya quién es el pueblo (un sujeto despersonalizado que excluye a más de los que incluye), en qué marco territorial se desenvuelve (un espacio determinado al margen de la voluntad de los que lo ocupan) y el momento en el que se actúa (un tiempo social que evoluciona al ritmo estratégico decidido por el movimiento). Tradicionalmente, el nacionalismo y el MLNV han mantenido discrepancias en los tres ámbitos y al PNV se le haría muy difícil sobrellevar la mecánica de presión social que maneja la izquierda radical. Hay que acordarse de Lizarra: al final, sólo cupo romper. Y para romper, ¿no es acaso mejor no integrarse? 

La tercera respuesta es la más lógica. Es dar preponderancia a la diferenciación de los proyectos del PNV y Bildu. Esto supondría, en primer lugar, un ejercicio de transparencia ante la sociedad, lo que podría activarla. Y supondría también aceptar la competición en los terrenos nacional y social, de tal manera que esta competencia de proyectos se traduzca en un efectivo progreso del país y de sus habitantes. Hoy no cabe decir que la izquierda radical o revolucionaria no tiene proyecto político que confrontar pues conocemos sus programas municipales y su estilo de gobierno en los Ayuntamientos. Además, la exposición constante de los proyectos del PNV, además de contribuir a definir la dirección por la que Euskadi quiere abordar su futuro, hará asomar definitivamente las propuestas de Bildu”.


[1] Esto es lo que Sortu dice acerca de la lucha de masas y del protagonismo del pueblo: “(121) Dentro del Órgano para la Lucha de Masas incluimos “Ezkerretik Eraikiz” (Construcción Nacional y Transformación Social) y “Sarea” (dinámicas en red de cara a articular la base social de SORTU). Es una estructura no decisoria para el establecimiento  de las políticas sectoriales de SORTU, la estructuración de la base social, la dinamización social y el impulso del movimiento popular. Mediante la Construcción Nacional, fijará las políticas sectoriales que desde una perspectiva de izquierdas deberá  trabajar SORTU a corto y medio plazo. “Ezkerretik Eraikiz” se encargará de la dinamización social, el impulso del movimiento popular y la intensificación de la lucha de masas de SORTU –entendida en sentido amplio-. Por lo tanto, se trata  del núcleo central del trabajo socio-político de SORTU a nivel social. La estructura “Ezkerretik Eraikiz”, que se desarrolla dentro de la lucha de masas de SORTU, se encargará del trabajo que tiene que hacer nuestra militancia para aumentar la  fuerza y presencia del movimiento popular.

Para ello, nuestra base social y nuestra militancia participarán en los organismos populares y, cuando sea necesario, trabajarán para crear nuevos organismos y/o para fortalecer los existentes (“Ezkerretik Eraikiz” se encargará de trabajar las relaciones orgánicas con los organismos  populares, y “Sarea” de cohesionar a la militancia). Bajo la dirección del Consejo que le corresponda, “Ezkerretik Eraikiz” desarrollará una labor complementaria, extendiendo nuestra eficacia política a aquellos campos y temáticas a los que no llega la  estructura. La estructura “Sarea”, que trabaja junto con Ezkerretik Eraikiz, es el gran cordón umbilical que une a la estructura, la militancia y la base social. Su tarea es abrir la vida política de SORTU a toda la militancia y a la base social, trabajando en  una doble dirección. Cohesionará a la militancia y a la base social en base a criterios políticos. Así pues, el área de Lucha de Masas se organizará como aparato, teniendo representantes en todas las estructuras territoriales. Las personas y grupos sectoriales que trabajan en “Ezkerretik Eraikiz” se integrarán en el área de Lucha de Masas. El área de Lucha de Masas será la que garantizará el desarrollo de las líneas políticas sectoriales de SORTU, organizando grupos de trabajo para reflexionar y  hacer propuestas en torno a cada tema que se desee trabajar. Para socializar esa labor trabajará conjuntamente con el Órgano para la Lucha Ideológica”.

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7 comentarios en «La dialéctica de la unilateralidad (3/3)»

  1. Yo me quedo con este mensaje de ETA:

    La democracia vasca, está enraizada en el verdadero poder de la sociedad vasca, en el debate y el diálogo social, en la consulta popular y en el referéndum, en la creación de nuevos mecanismos y medidas de participación, habilitando estructuras de participación y de decisión a nivel local

    La democracia vasca es cuando la izquierda radical dice que es.

  2. Siendo la contradicción principal:
    “La nueva fase se basa en la confrontación que Euskal Herria como pueblo llevará a cabo con respecto a los dos Estados”
    Estamos obligados a que el “contraste de proyectos” propuesto aquí se realice a nivel de Euzkadi, no valdrá una visión parcial del territorio.

  3. hay mucho de panfletada publicitaria para consumo interno en todo lo que dice el MLNV, y vosotros lo sabeis perfectamente, tampoco le deis a todo lo que dice rango vinculante obligatorio porque sabes muy bien que esto no es asi.

  4. totalmente de acuerdo con artola: “hay mucho de panfletario” …
    … pero también hay mucho de adoctrinamiento y de movilización de consumo interno …
    … y mucho para desorientar al enemigo, de consumo externo.
    Los artículos de Imanol nos sirven para distinguir lo uno de lo otro, de una manera científica (materialismo dialéctico).

  5. Si Imanol, pero el mvln no es el problema de este pueblo, hay problemas muy serios, haz porfa un acto de contriccion, y enumeralos en tu castillo interior, no te pongo ejemplos, no es dificil desde la contemplacion adivinar cuales son, ad exemplun, leete lo ke ha ditxo el papa patxi.Bat ez bitan banatzen, hay hay mas colores, que el balnco y el negro.
    Saludos

  6. JELen agur

    Lo cierto es que si no somos capaces de distinguir entre el blanco y el negro siquiera, mal vamos a estar para arreglar los problemas de este pais.
    Si nos enredamos en quién es más aberchale, que para ser más aberchale hay que ser más criminal, que se puede hacer cualquier cosa en nombre de la «liberación de los vascos», etc y no somos capaces de entender que tenemos que construir este pais bajo reglas de respeto en la convivencia, nos encontraremos posturas enconadas que es lo que ha habido hasta ahora. Que poco hemos conseguido avanzar por culpa de que habia un grupo terrorista, un movimiento sin ideología democrática, y destructivo, antisistema.
    Las claves son la del respeto y el pacto para que el espiritu constructivo tenga posibilidades de ser eficaz.
    Y no sirve que me digan que los españoles no lo son. De poco me sirve lo que son en Madrid, si ni siquiera lo somos en Euskadi.

  7. “La expansión del “pueblo trabajador vasco” y del “proceso democrático” deben de ir constituyendo un “poder popular”.

    Desde una política revolucionaria lo que define el paso de una fase a otra es la ampliación del poder popular, ya sea en un área concreta o en la sociedad, en su conjunto. En el fondo, de lo que se está hablando es de la política de alianzas, de cómo desarrollar un frente unido, bautizado en esta ocasión como proceso democrático.

    El “proceso democrático”, es una etapa necesaria para llegar al socialismo. Es una lucha a favor de transformaciones democráticas realizada bajo la dirección del MLNV. Es parte integral de la lucha por el socialismo. Para triunfar no basta con la fuerza propia, hay que organizar un FRENTE UNIDO contra el enemigo principal.

    No se puede entender la naturaleza de dicho “proceso democrático” sin tener en cuenta que la dialéctica es el estudio de la contradicción dentro de la esencia misma de las cosas.

    Su naturaleza revolucionaria está definida tanto por su contradicción interna: (MLNV & Resto de fuerzas), como por su lado dominante: (MLNV). Y lo realiza combinando dirección, independencia e iniciativa. Por ello el “frente democrático” y sus integrantes son en la práctica revolucionarios, consciente o inconscientemente.
    El que gran parte de los integrantes no sean revolucionarios, solo afecta a la cantidad del frente, no a su cualidad. Ahí precisamente radica el gran mérito de un buen revolucionario.

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