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Relato para un nuevo resurgimiento vasco (y 2)

Joxan Rekondo, Pyrenaeus-eko Talaian

imagen-aberri-egunaAutoridad moral de Agirre. El acto, en el marco de la pasada campaña electoral, de EH Bildu en el Carlton confirmó que no se puede aspirar a ubicarse en el eje de la política del país sin mostrar respeto al más importante de sus ‘padres fundadores’, el lehendakari Agirre. El primer lehendakari no es sólo acreedor de un bagaje político extraordinario por su condición de iniciador del institucionalismo vasco moderno. Además, posee la autoridad moral del que logró, en el ámbito donde le correspondía hacerlo, humanizar una guerra incivil que fuera del territorio vasco se dilucidó con un despliegue de terror institucionalizado.

La labor desplegada por el lehendakari no quedó ahí. Es falsa la imagen deformada que le atribuía una actividad menguante, primero en una actitud de espera ante un auxilio exterior que no llegaba y luego rendido ante la evidencia de que las potencias habían preferido a Franco. Desde el mismo final de la guerra mundial hasta la víspera de su fallecimiento, Agirre declaró que los vascos debían confiarse sobre todo a sus propias fuerzas y a su empuje colectivo. Dos ejemplos de su mensaje:

  • … las grandes victorias han sido logradas por la coordinación de muchos pequeños esfuerzos. Empecemos por examinarnos a nosotros mismos, y averiguar si cumplimos con nuestro deber, si nuestro concurso es suficiente o si, por el contrario, podemos duplicarlo. Ningún vasco debe quedar inactivo en esta hora de esperanza y menos confiado en las virtudes exclusivas del auxilio exterior… nuestro propósito es movilizar desde el primer día el potencial espiritual, moral y económico de nuestro pueblo, llamando a todos a la tarea de reconstrucción porque a todos necesitamos.” (Gabon 1945)
  • “Si he invocado los problemas internacionales vivos que hoy están en la conciencia de las gentes, no es para que esperando de ellos no sé qué ilusorias ayudas dejemos de lado nuestro empeño. Sin nuestra dedicación constante, sin nuestro sacrificio, nada positivo lograremos. En cambio, la acción decidida y generosa recompensa.” (Declaración aniversario Gobierno Vasco, octubre de 1959)

Dedicación constante, sacrificio y acción decidida. De ahí que el gabinete del lehendakari trabajara intensamente en la identificación de los intersticios del régimen y en ponerlos a prueba para calibrar las posibilidades de abordar a partir de esas grietas todo un proyecto de reconstrucción nacional que incluía como faceta más importante, un proyecto educativo cuya lengua vehicular fuera el euskera (las ikastolas). Un proyecto ambicioso desarrollado después sobre la base de ‘muchos pequeños esfuerzos’ y movilizando el humus organizativo que se había afianzado durante décadas de siembra clandestina. Por lo tanto, a Agirre se le debe reconocer asimismo una gran destreza en esta faceta relacionada con la transmisión de un relato civilizador de la reconstrucción y con la organización de las redes locales sobre las que se asentó todo el despliegue del resurgimiento vasco, a partir de los últimos años 50.

El resurgimiento bajo la dictadura. El primer manifiesto de Gabon tras el final de la guerra mundial (1945) precisa, como hemos visto, el próposito del Gobierno Vasco y del lehendakari, “movilizar desde el primer días el potencial espiritual, moral y económico de nuestro pueblo, llamando a todos a la tarea de reconstrucción”. El discurso es explícito, se pretende una reconstrucción que se cree posible a pesar de que el país se encuentra bajo la camisa de fuerza impuesta por la dictadura. Al apelar a la potencialidad espiritual, moral y económica puede entenderse que el Gobierno creyó que las bases de una progresiva reconstrucción del país debían ser la recuperación económica y el mantenimiento de un espacio espiritual y moral que queda a salvo de la infiltración del régimen.

En el ámbito económico, la lucha también tenía su sesgo espiritual: “donde exista una mentalidad social retardada y una finalidad de enriquecimiento individual amparada por la Guardia civil, no puede existir una perspectiva positiva” (Gabon, 1957). Había que prepararse para la gran transformación económica que venía con los cambios que, con la apertura del Mercado Común, se estaban produciendo en Europa: “El mercado propio y el mercado español resultan pequeños… en lugar de llorar o de asustarnos debemos preparar nuestro ánimo a la competencia poniendo nuestra habilidad al servicio del perfeccionamiento técnico” (Aniversario Gobierno, 1958).

Pero, a la vez era necesario preservar la libertad moral para conservar el alma democrática: “No basta conformarse con el fácil y repetido slogan de que el régimen es aborrecido universalmente, de que el franquismo no ha conseguido penetrar en el alma del pueblo; no sea que, aun siendo despreciado por todos, un régimen destinado a morir haya conseguido infiltrar sus modos y sus formas malsanas de corrupción social y cívica, de amansamiento y quietismo borreguil, finalidades supremas que persiguen todas las dictaduras por medio del látigo primero y de la propaganda sin réplica después” (Gabon, 1954). Es en este espacio donde actuaría el relato que transmitía el lehendakari a través de los mensajes de Gabon u otros, generando un sentido del esfuerzo colectivo y buscando acicatear una reacción social que alcanzó su culmen en el momento en que el Gobierno en el exilio rinde su mandato ante la “voluntad libre vasca” expresada en las urnas (1980).

Desencadenada en algunos puntos cruciales, la acción colectiva se extendió como una mancha de aceite. ¿Cómo fue posible esta enorme unidad de acción? Desde el fin de la guerra, el Gobierno había cuidado la organización a partir de la que llamó Unión Vasca. “En esta unión reside nuestro triunfo… nuestra presencia organizada constituye una constante referencia abierta a toda clase de iniciativas que ofrezcan vías de libertad” (Aniversario constitución Gobierno, octubre 1958). El despliegue patriótico interpelaba a todos, aunque cada cual pudiera implicarse según sus fuerzas y posibilidades.

La causa no se ciñe a la lucha política, las redes habrían de abarcar a múltiples frentes: “En todos los sectores de la vida vasca existe un deber que cumplir; en el taller y en la Universidad, en el campo y en la ciudad, entre los trabajos manuales y los cuadros intelectuales o profesionales, en todas partes donde se mueven nuestros compatriotas con sus inquietudes y sus esperanzas… por estas razones hay que actuar en todas partes, en forma vigilante y constante.” (Gabon 1954). Aunque el núcleo organizador de aquel gran movimiento pivotó sobre el bloque resistente, se generó una espiral de socialización cívica que, recurriendo al “diálogo que acerca y construye frente a la violencia que divide y destruye” (Gabon 1956), logró finalmente involucrar en el apoyo concreto a las acciones desplegadas a gentes e instituciones de todo tipo, inactivas o incluso próximas al propio régimen.

En resumen, a lo largo de esta secuencia histórica de gran ebullición social durante la República, institucionalización, guerra y reconstrucción, fue el acierto en la integración del liderazgo de las instituciones con el esfuerzo social lo que contribuyó decisivamente a que la intensa movilización desplegada fuera casi siempre de carácter civil, en definición que se amolda a los tipos con los que Pérez Díaz trabaja en el análisis citado al inicio de este trabajo.

Ya hemos visto que esta condición civil de la socialización vasca se contrapone a la deriva incivil que, según este autor, el capital social español mantuvo hasta casi el final del franquismo, ante el que evolucionó hacia la civilidad.

La actualidad del relato referencial. Estos nuevos tiempos que ahora vivimos son intensamente sociales. Serán tiempos de civilidad si optamos por construir de acuerdo con nuestro modelo histórico de Auzolan, a base de liderazgos que se integran con el tejido comunitario, iniciativas sociales y redes de cooperación que deberíamos recuperar. O serán tiempos de incivilidad si, azuzados por la intensidad social en la que vivimos, nos hundimos en el remolino de los antagonismos de la calle, opción que expresamente defienden los sucesores de ETA.

Remedando a Petros Markaris, ahora que necesitaríamos recurrir a los valores que hemos desechado durante el ciclo de opulencia, ya no los tenemos disponibles. El capital que la sociedad vasca necesita para salir de esta grave crisis, que afecta a todas las esferas en las que se desenvuelve nuestra vida, requiere dotarse de actitudes sociales que conlleven implicación, emprendimiento, cooperación, solidaridad, cualidades que hemos mostrado de sobra a lo largo de nuestra historia, incluso de la historia que todavía recordamos.

Cada vez más, responsables y autoridades de todo ámbito advierten que seremos incapaces de salir de este grave trance sin capital social. Se nos convoca a un gran esfuerzo de país, a un tipo de movilización colectiva del que ya tenemos un relato referencial que nos puede servir de factor integrador y estimulador. En cierto modo, el camino recorrido sí que supone una orientación ante los problemas que vivimos. Si las generaciones que nos antecedieron lograron resurgir, también nosotros podremos.

“Iturri zaharretik beti ur berri”. La narrativa histórica nos transmite enseñanzas útiles para resolver problemas. Del viejo manantial histórico no deja de fluir un enorme caudal de experiencias válidas para ayudarnos a afrontar la crisis multidimensional que vivimos. En esta época de incertidumbres, la mejor vacuna es la cooperación. Para el lehendakari Agirre y su generación, fue márchamo de la casa.

Nada que se le haga desconocido el lehendakari Urkullu. La defensa del espíritu de auzolan, la recuperación del tejido social y económico, el rebrote de redes locales de iniciativa y liderazgo,.. todo esto puede contribuir a artícular el capital social de carácter civil y cooperativo que necesitamos. Ahora bien, esto sólo sucederá si estos movimientos están inscritos en una dinámica constructiva de un sentido colectivo que busque integrar. Nuestra más reciente historia está repleta de lecciones útiles, pero la más relevante de ellas es que es más efectivo construir que lamentarse y que la mejor forma de construir es apoyándose en la bandera de la Unión Vasca.

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25 comentarios en «Relato para un nuevo resurgimiento vasco (y 2)»

  1. Me gustaba mas el escrito de ayer en torno al concepto de Capital Social, veo que se ha abandonado por un refrito de escritos del lehendakari exiliado una figura que, como decia Leizaola, es ridicula. Escritos sin duda interesantes pero cuyas conclusiones estan del todo desapegadas de la realidad.

  2. Sólo desde la sensibilidad extremedamente españolista de Victor puede considerarse la figura del Lehendakari Agirre como ridícula. Es normal y coherente que un miembro del MLNV como Victor tenga que decir eso acerca de Agirre ya que en los primeros ideólogos de la ETA de la V Asamblea entre ellos Federico Krutwig odiaban a José Antonio Agirre por ser demócrata, cristiano y esas cosas que el MLNV repugna con todo su internacionalismo chapuzas bolivariano. Cuando el president de la Generalitat Companys fue atrapado por la policía secreta franquista y luego fusilado, Agirre escapó primero a Francia, luego a Bélgica y luego a la propia Alemania nazi con una identidad fingida, de consul de algún país latinoamericano, con la cual pudo luego aterrizar en USA. Esto lo cuenta en su libro de Gernika a Nueva York pasando por Berlín, imposible de encontrar en la biblioteca de Victor.

    Seguro se pasará las noches buceando en la prosa simpar del comandate Chavez, lectura obligatoria y mantra colectivo del MLNV ahora que nos deja con su recuerdo imborrable, nada ridículo, de discursos que no terminaban nunca. Los escritos de Chavez son muy útiles para que nuestros caseros internacionalistas hagan pinitos en sus niveles de responsabilidades institucionales u/y políticas engarcen con la realidad de nuestros pueblos y empiecen a intentar encontrar petróleo en esta tierra vasca. No te preocupes, Victor, para ser un buen revolucionario internacionalista no hace falta que sepas nada del país en el que estas ubicado ni que tengas respeto por sus figuras históricas ya que ETA siempre dijo que los vascos eramos reaccionarios y despreciables hasta que ella misma surgió para llevarnos por la senda bolivariana de la revolución. Tu españolismo puede quedar indemne y puedes seguir bailando el chotis en la baldosa de tu casa sin que nadie de la izquierda radical vasca te diga nada o se diga a sí mismo, que abiertos somos que admitimos a Chavez, Victor bailando el chotis y despreciamos reaccionarios como Agirre.

  3. Si no hubiéramos participado en esa guerra española no tendríamos Lehendakari Agirre ni Gobierno Vasco y Franco hubiera vencido más de lo que venció y los vascos estaríamos extintos como pueblo por culpa de los maximalistas tontorrones que querían quedarse en casa mientras el fascismo pisaba nuestra tierra. Pero esa preferencia es muy comprensible para los nacidos con el rumor de balas de la izquierda radical vasca a los cuales la gente respetuosa con los derechos humanos y constructora de la propia nación no valen nada por que lo que vale es lo que está en el futuro inalcanzable del milenio bolivariano que se acerca pero nunca llega.

  4. Victor no, Leizaola, Leizaola, Geymito que no me lees nada. Os creeis que por echar un vistazo a las memorias escritas de parte ya esta todo dicho y no. Muy mal, no me sirves como sparring que suba otro.

  5. eso es politica ficcion, no se sabe que hubiera pasado si no hubieramos participado en esa guerra española. probablemente el resultado hubiera sido el mismo solo que nos hubieramos ahorrado sangre vasca.

  6. Artola, me parece muy respetable que tu no quisieras luchar contra Franco y seguramente tus parientes se quedaron en casa pelando habichuelas mientras los gudaris luchaban contra el fascismo español. Por eso me parece coherente que ahora pertenezcas a la banda de Victor y Chavez esos si que son luchadores internacionalistas por una causa justa. Si Victor veo que acerté cuando dije que en tu biblioteca internacionalista-españolista no existía el volumen de memorias de exilio del Lehendakari Agirre, una lectura que para un paracaidista como tu es tan poco necesaria como el dominio del idioma euskerico por que en la herriko taberna te recibirán igual de bien.

  7. precisamente porque mis familiares chuparon carcel, exilio y muerte, me repudia haber derramado sangre vasca en esa guerra entre fascistas españoles y rojos españoles.
    son precisamente los internacionalistas de la IA los que consideran una obligacion luchar contra cualquier fascismo extranjero.

  8. Geymito es un maoista de libro, cree que con su libro rojo se pone frente al motor gripado de un coche y este arranca blandiendo las memorias del buen lehendakari, no necesita mas.
    Confrontarlo con otros documentos es de desviados, que les manden donde el pavo ese de la Universidad del Opus que les cura.

  9. Artola, me parece loable la actitud de tus familiares y me da pena que hayan tenido como descendiente a alguien que encima les va a echar en cara que lucharon inutilmente cuando lucharon contra el fascismo de Franco. Es lo que suele pasar cuando después de trabajar duramente en la postguerra surge la nueva generación nacida entre algodones que se cree más lista que los que trabajaron y lucharon por Euskadi y luego van con los internacionalistas-españolistas como Victor.
    Victor, para mí está muy bien confrontar textos pero para eso hay que tener una base y te he pillado in frangati en tu ignorancia de las memorias del Lehendakari Agirre y también hay un diario suyo publicado por la editorial Txalaparta cuyos libros podrías comprar sin que te sometieran a un proceso de depuración en tu organización y así podrías leer algo de primera mano de Agirre sin que te señalaran con el dedo en la herriko taberna.

  10. yo no les echo en cara nada a los gudaris ni a la direccion del PNV que decidio la participacion. se decidio eso y se hizo con sacrifio y honor. pero el tiempo de una mejor perspectiva de los hechos y como para mi esta claro que esa guerra fue entre españoles, los vascos abertzales no debieron haber participado en esa guerra. hay que constatar que la republica española jamas agradecio nada al nacionalismo vasco, ni tampoco los hijos de esa republica española, que repudian el nacionalismo vasco.

  11. La republica española jamás agradeció nada y desapareció en la nada pues los republicanos españoles nada organizaron y en la postguerra se fueron a las catacumbas de sus cátedras en el extranjero como Sánchez Albornoz y Salvador de Madariaga. Pero el Gobierno Vasco en el exilio con el Lehendakari Agirre en la cabeza siguió luchando contra el nazismo-fascismo de Franco y sus aliados durante la guerra mundial y lanzando mensajes a la población vasca y movilizándola cuando hacía falta por ejemplo en los Aberri Egunas en los que a la voz de Agirre miles de vascos se reunían en localidades vascas a pesar de la represión. Solo por montar un Gobierno Vasco, con moneda vasca, ejército vasco, marina vasca, acción exterior vasca y resistencia vasca, valió la pena participar en la guerra contra el fascismo español a pesar de que nuestros aliados republicanos españoles dejaban mucho que desear.

  12. El ‘ridículo’ Agirre levantó el orgullo de país y dejó para posteridad el edificio educativo casi construido, y la garantía de pervivencia del euskera entre las nuevas generaciones, mientras los ‘salvadores de la patria’ se habían enredado en una espiral de sangre, también de sangre vasca.

  13. Me da una pereza inmensa volver una y otra vez a lo que no hizo el PNV durante el franquismo. Paso. Contadme que va a hacer el PNV the morning after the night before.

  14. Victor, no estás adaptado a la realidad vasca con su idiosincrasia y su cultura. Para un vasco todo esto es materia de interés absorbente ya que es historia vasca pero para un internacionalista-españolista como eres si no son las hazañas bélicas del comandante Chavez repartiendo petróleo no hay nada que te levante de tu síndrome de falta de atención. Haz como si no fueras español y pilla el libro de Agirre como una novela de espionaje y prueba con cambiar tu mentalidad y a lo mejor te informas sobre una realidad que ahora te da pereza y además te es tan ajena.

  15. 대신 이곳에 혼란을, 당신은 포로의 출력을 위해 일해야합니다. 혁신적인 인사.

  16. Sr Rekondo,

    Los vascos no nacionalistas pueden hacer algo para el resurgimiento de lo vasco, o en mundo filosófico padece de un etnocentrismo nacionalista excluyente? Lo digo porque nunca escribe sobre los vascos no nacionalistas y su aportación al desarrollo de lo vasco.

  17. Alguna aprtación, Baldorbero? Algo del navarrismo incluyende dietajista por ejemplo?

  18. Lo mío es el «sectarismo infinito». Curioso apelativo, pues vale también para la izquierda abertzale

  19. baldorbero, es que los vascos no nacionalistas no sois vascos, sois vasco-españoles. esto no es necesariamente malo, ojo, algunos solo somos vascos, otros teneis la suerte de ser dos cosas a la vez, un delicioso chocolate mental.

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