Joxan Rekondo, Pyrenaeus-eko Talaian
El declive del capital social. En el marco de este estudio internacional encargado por la Fundación Bertelsmann (2001) que analizó el declive del capital social en ocho estados del mundo, el sociólogo Víctor Pérez Díaz, al abordar la evolución histórica española desde la preguerra civil, distiguió la presencia de un capital social civil e incivil. Desde un punto de vista de cohesión social, el primero sería capital social del bueno, ligado a la acción positiva, al compromiso, y al diálogo. El segundo, sin embargo, lo sería del malo, sectario, autoritario y violento.
La preguerra, la guerra y una buena parte del franquismo estarían, según Pérez Díaz, caracterizadas por el predominio absoluto de la incivilidad social. La transición democrática española fue, sin embargo, posible gracias a la aparición en los últimos años del franquismo de núcleos de capital social civilizado. La conceptualización de Víctor Pérez Díaz es muy interesante para la transmisión de nuestro relato referencial, que marca diferencias perceptibles con la espiral de conflicto social que explotó en España. La distinción entre ‘civil’ e ‘incivil’ nos sirve para jalonar un recorrido histórico que, comenzando en el escenario vasco de preguerra, puede sernos también útil para explicar las alternativas de acción social que se despliegan en la actualidad.
Guerra incivil. Para Víctor Pérez Díaz, “la guerra civil fue el choque… de dos bloques con una intensa solidaridad interna, aunque de carácter incivil… En otras palabras, la solidaridad se expresaba en cada bando en forma de terror”. Según Franz Borkenau, sociólogo vienés que fue testigo directo de la guerra, la situación española era propia de un país “anticonstructivo en el sentido europeo de la palabra”. La iglesia española estaba en estado de desintegración y “ningún partido tenía ideas constructivas en cuanto a política se refiere” y todos ellos (hasta las fuerzas más moderadas) quisieron instrumentar la incivilidad de las “fuerzas profundas” de la sociedad. En la obra de Borkenau (‘El reñidero español’) las referencias al territorio vasco son de signo positivo, para subrayar el carácter moderno de su estructura económica o la mejor preparación de combate de sus unidades militares y el papel de la iglesia vasca en la movilización de un capital social de naturaleza cívil:
En el país vasco, actualmente el más fuerte centro industrial de España, el clero católico se mantuvo cerca de las masas desde el principio de sus luchas, en la defensa tradicional del idioma vasco y contra la centralización castellana. Desde su fundación, la iglesia vasca creó un movimiento genuino de cooperativas y sindicatos y realizó un verdadero trabajo de asistencia social. Como resultado, el clero vasco ha conservado la fidelidad de su rebaño por encima de todas las convulsiones políticas, hasta tal punto que el socialismo, el comunismo y el anarquismo nunca han logrado controlar firmemente el centro de la industria metalúrgica española, Bilbao.
La cartografía social que dibuja Borkenau delimita la ubicación geográfica de dinámicas sociales civiles e inciviles. Mientras el poder público se estaba desmoronando en el resto del territorio republicano, George Steer (otro testigo de los acontecimientos), se refirió así a la labor social del Gobierno vasco de Agirre: “fue capaz de mantener el orden y la verdadera paz de la iglesia; dio libertad a todas las conciencias, alimentó a los pobres, curó a los enfermos, dirigió todos los servicios de su Gobierno sin que se produjera una sola querella entre el ejecutivo y el pueblo”, en una movilización social impresionante, que después tuvo su continuidad en el exterior, en la atención a refugiados. ¿Exagerado? No es que la realidad fuera idílica; sin embargo, la idea de que sí hubo un Oasis Vasco ha sido aceptada, tras el más severo examen, por parte de los historiadores más críticos.
Resiliencia. Dada una situación de agresión, puede entenderse la agudización de sentimientos compartidos, lo que habría facilitado un liderazgo fructífero de aquella Administración que, arropada por la gran mayoría de las fuerzas políticas, se empleó con éxito a la hora de organizar una acción social colectiva sostenida durante el breve periodo que duró la guerra en Euskadi y en las labores de asistencia a los más de 200.000 refugiados que provocó la misma. Más difícil es explicar cómo se organizaron las claves de resistencia y reconstrucción desde las arduas condiciones que comportó una oposición clandestina al régimen dictatorial, que a la vez que combatió al franquismo quiso evitar ahondar en fracturas sociales (“sin odios, sin rencores, sin resentimientos” – Gabon, 1956).
Los factores motivadores de esta intensa actividad social de posguerra pueden ser diversos. La derrota no pudo arrebatar la experiencia acumulada, la arraigada tradición histórica de reciprocidad vecinal (Auzolan) y la intensa conciencia social. Aparte, podemos quedarnos con que la desenvoltura del liderazgo político, la coherencia y credibilidad del relato discursivo y la gran extensión territorial de los núcleos resistentes facilitaron la conformación de un espacio social al margen de la intervención del régimen, a partir del que era posible compartir y reproducir ideas y valores y colaborar en actividades clandestinas u otras más o menos toleradas por el franquismo.
Desde ahí se inició un largo proceso, en el transcurso del que la sociedad vasca mostró una gran capacidad de movilización y resiliencia, sin ese temperamento incivil que Pérez Díaz advierte en las redes españolas de la misma época, y que no decayó desde el final del periodo de guerras (1936-1945) hasta casi el final de siglo.
El relato de aquello de lo que fueron capaces de hacer nuestros antecesores resultó en estímulo y proyecto para delinear la resistencia proactiva que se desplegó en multitud de pueblos y barrios de Euskadi. Indujo a un desbordamiento constante de capital social civil que, si bien despojado del acceso a libertades políticas y poder público, modeló el proyecto social que sirvió de sostén para la posterior restauración formal de la Administración Pública vasca, en 1980. Una verdadera reconstrucción que, frente al régimen o utilizando los resquicios de éste, provino de una miríada de emprendedores, individuales o sociales, que operaron desde abajo: grupos culturales, movimientos asociativos, escuelas profesionales, ikastolas, talleres y pequeñas empresas…
Muy bueno. El relato tiene que empezar de atrás para nuestro presente sea inteligible. Y la dictadura es el comienzo, por que es la primera ruptura con el pasado, con la posibilidad democrática que Euskadi y España perdieron a principios del pasado siglo. Lo bueno de esta perspectiva y siguiendo a Franz Borkneau, es que da por hecho que el capital social incivil incuba totalitarismos, tanto de izquierda como de derecha. En Euskadi, como dice Rekondo, existió un capital social civil que permitió a la sociedad vasca construir su propio ser con iniciativas sociales y culturales propias. Por ello sobrevivió la identidad vasca.
De verdad es el, por otro lado evidente, capital social el unico factor que determino la feroz oposicion al franquismo de Euskal Herria?. Yo creo que no.
La oposición se manifestó de múltiples formas, igual que la reconstrucción nacional. Pero, si te refieres a ETA, Victor, esta recostrucción no le debe mucho.
En Euskadi se dieron las dos primeras huelgas políticas contra Franco, en 1947, donde pararon mas de 40000 trabajadores, con lo que entonces suponía (fusilamiento, prisión o expusión del trabajo), y la de 1951 donde pararon 300.000 trabajadores. Eso es capital social, la capacidad del Gobierno Vasco y de su organización del interior para organizar a su pueblo en contra de Franco en circunstancias terribles.
Veras Muro me parece que este post es una emboscada en toda regla, Víctor Perez ahonda en las criticas que a Putnam hizo Portes cuando revelaba el reverso oscuro del capital social que aquel tipificaba como todo bondad y candor, me parece que estais esperando que alguien entre en ese campo para achacar a ETA pervertir la confianza, la reciprocidad y la cooperación, en definitiva corromper los elementos generadores de ese Cap. Soc…. A ver que pasa.
Hasta la muerte del dictador multiples fueron los factores que mantuvieron con vida al moribundo pueblo vasco, ETA fue sin duda, uno de ellos
Xebas apunta historicamente bien, aunque el capital social es otra cosa (y mucho ojo con identificar capital social con un gobierno!), la huelga general de 1951 determinaria dramaticamente la historia de Euskal Herria.
muro, una organizacion armada de resistencia al franquismo no tiene como objetivo la reconstruccion del pais, en todo caso la regeneracion, pero sobre todo el ajusticiamiento de elementos enemigos del pueblo.
La clave está ahí, Artola. La Euskadi de hoy debe una buena parte de su entramado social y público (las iksatolas, etc,…) a los que lo crearon de la nada durante los tiempos a los que se refiere el articulista.
El argumento que sugiere, como «alternativas de acción social» que tenemos hoy mismo, es interesante. ¿Optamos por la vía civil o por la incivil?
JELen agur
Ni ETA es una organización armada de resistencia, ni una huelga promueve nada.
Lo que se dieron fueron hechos que ponian de manifiesto el ansia del pueblo por una reconstrucción de la sociedad en base a parámetros de convivencia, de respeto de los derechos humanos, de democracia, de recuperación de valores vascos (identidad) ahogados por la dictadura.
ETA aprovecho la circunstancia para insertar su lucha fratricida antidemocrática y la huelga (esa y otras) no fue más que un síntoma de una aclamacion popular por un cambio que se daba en todo nuestro entorno, pero no en el estado.
en el franquismo ETA perpetro una lucha fraticida? mentira. y tu lo sabes joseba. si te producen rabieta reconocer que ETA fue la encarnacion de la resistencia nacional vasca al franquismo, es tu problema personal, pero no pretendas revisar la historia del nacionalismo vasco.
ETA en el franquismo mató a empresarios como Berazadi por no pagar la pasta del secuestro. ETA en algunos momentos tuvo simpatías populares pero no representaba al pueblo que en las elecciones de 1977 votó a los que votó, y EE que era representante de ETA no llegó ni al diez por ciento de los votos. los partidos mayoritarios fueron PNV y PSOE.
Chapeau por el articulista, no conocía todas esas referencias que cita sobre el «Oasis Vasco» y que muestran que la sociedad civil vasca estaba bien organizada y en marcha, como así siguió en la noche del franquismo, montando las ikastolas, las cooperativas, que en cuanto hubo ocasión salío de nuevo a flote.
Y en los ochenta, con una crisis económica de proporciones gigantescas, la sociedad civil vasca volvió a organizarse para sacar el País a flote y colocarse en parámetros europeos.
eso fue por la influencia paulatina del socialismo español trosko que tanto daño ha hecho en la organizacion. aun con sus excesos criticables, ETA encarno la resistencia vasca. despues, muerto franco, el pueblo vasco paso pagina facilmente, al igual que lo hicieron partidos como PSOE y PNV, y voto mayoritariamente por el pragmatismo y la tranquilidad, equivocadamente o no.
Ya me explicarás artola en que consiste esa influencia cuando ETA en la V Asamblea se declaró marxista-leninista con todas las consecuencias, la extorsión y el asesinato de empresarios secuestrados. ETA tuvo simpatías populares pero a la hora de votar pocos votaron por ETA.
pues sopongo que ahi se dio esa influencia, ya que antes se habla declarado nacionalista identitaria incluso con alusiones a la raza vasca. te doy la razon en tu ultima frase, pero supongo que tu me la daras a mi cuando digo que ETA encarno la resistencia nacional vasca al franquismo.
ETA comenzó a matar a partir de la V asamblea cuando se declaró maxista-leninista. Los primeros fundadores de la sigla ETA fueron excluidos, Txillardegi y compañía. ETA tuvo simpatías populares en un momento de radicalización de la represión franquista. Luego se aclararon las cosas.
por un momento casi me lias y me confundes. a berazadi le asesinaron (vilmente) en 1976, ya muerto franco y en plena influencia trosko españolista en la organizacion. la V asamblea fue mucho antes. no cuela, xebas. estamos hablando de la resistencia vasca al regimen franquista, la muerte de berazadi no se encuadra en ese periodo.
Decid que si, que eso del capital social es una filfa.
Joseba ha dado en el clavo. Por eso le jode tanto a Victor Artola, quien por cierto, a ver si hace un blog propio porque no hace más que monopolizar los comentarios. Este es del frente de la lucha ideológica, se nota.
NI NEU, las pocas veces que intervienes te muestras bastante infantil. explicanos, por favor, porque consideras al igual que joseba, que ETA en el FRANQUISMO, aprovecho la circunstancia para insertar su lucha fratricida. hazlo tu, joseba ya se que se sabe explicar, tu parece que no.
El PNV convoca al Aberri Eguna bajo el lema «Aberri Berria».
Ay bendito.
Artola, la influencia trosko-españolista es muy anterior a 1976 y para entonces ETA se había dividido en dos, ETApm y ETAm que antes y después de las elecciones de 1977 mataron a más gente que en la época franquista. Y estaban mandadas por los mismos dirigentes que la época de Franco. ETA insertó la lucha contra el PNV en las ikastolas y en el mundo cultural vasco y además decía que el PNV era el partido de la burguesía y que había que acabar con el. Julen Madariaga lo decía, como lo cita Txillardegi en su libro de entrevistas, “La liberación de Euskadi pasa por la destrucción del PNV». También fue secuestrado en 1973 el industrial navarro Felipe Huarte y cobraban el impuesto a punta de pistola antes de la muerte de Franco. ETA ya degeneraba lo que pasa es que en el franquismo eso estaba un poco desdibujado. Luego vimos las cosas mucho más claras.
1979-83 urteko legislaturan EAJko zinegotziak ETAk zuzendutako meatxuak jaso zituzten.Frankoren aurkako resistentzia horrela egiten zuten marxista hauek.
No tengo que explicar nada a un imbécil como tú. Ahí está la historia para el que la quiera estudiar y analizar. Además prefiero ser infantil a ser imbécil, y peino canas.
vamos, que ni p.idea, era exactamente la respuesta que esperaba de ti.
Ni Neu, aunque artola no tenga ni idea de historia tiene derecho a opinar.
incluso a no opinar, como hace el que peina canas.