Javier Martínez Ojinaga (*)
Asier Alea insistía acertadamente en esta misma columna: urge una Estrategia Industrial Laborcéntrica Vasca. La no-política-industrial propia destruye puestos de trabajo y el estado de bienestar.
A propósito de cómo poner en práctica esa estrategia –como dicen los ingleses, el demonio está en los detalles- me vinieron a la memoria tres principios que en su momento leí a Dani Rodrik, profesor en la Universidad de Harvard.
La política industrial, primer principio, es más que la lista detallada de programas y acciones que le dan cuerpo. Es un paradigma que requiere no solo un clima de colaboración entre empresas y administraciones, sino también la implicación activa de la sociedad en su conjunto, que no es otra cosa que el compromiso personal y compartido de los ciudadanos al priorizar el destino de los – ¡siempre limitados! -recursos disponibles.
Ese proceso colaborativo-coimplicativo tiene como su reto más urgente la competitividad internacional de nuestras empresas. Y no sólo porque el mercado se nos ha movido de sitio, sino también porque los viejos clichés no sirven.
Frente al pensamiento tradicional según el cual producimos íntegramente aquí lo que luego exportamos a otros mercados, nos enfrentamos a procesos de fabricación distribuidos y en red, porque, entre otras razones, son cada vez más los países-cliente que reclaman su cuota de producción y empleo. Los países más pobres, para favorecer su propio desarrollo social. Los países más ricos, de la mano de procesos de robotización avanzada, basados en empleos de alta cualificación tecnológica, que reducen la ventaja de los países low cost.
Frente al pensamiento colonial según el cual es aquí donde innovamos/desarrollamos, para luego producir y vender en otras partes, los nuevos modelos de éxito se basan en la co-creación y el co-desarrollo en y desde diferentes mercados.
Es en este contexto de innovación y fabricación global en red donde nuestras empresas tienen que encontrar su espacio, que será específico y propio en cada industria, pero con la característica común de ser capaces de añadir valor. Sólo tales empresas globales, capaces de (co)generar de modo distribuido y en red conocimientos y empleos, serán tractores de un tejido económico endógeno sostenible y soporte de un estado de bienestar.
Necesitamos empresas vascas globales. Y necesitamos personas preparadas y dispuestas para trabajar en entornos globales. Profesionales globales de raigambre local. Reinventando nuevas formas de integrar personalmente la dimensión familiar y la profesional, la nacional y la internacional. Este pueblo de marinos puede rediseñar esas rutas. Reconociendo socialmente el esfuerzo en esta línea, tanto el empresarial como el personal.
Plantear, por ello, dónde van a trabajar nuestros jóvenes es, a mi juicio, una discusión estéril. Van a hacerlo en el mundo. Mi preocupación es si tendremos empresas vascas, entendiendo por tales aquellas cuyos centros de decisión están aquí, para las cuales, en algún momento de su vida, ahora o después, puedan trabajar. En ese caso el gasto en su formación habrá tenido sentido económico de País.
La política industrial requiere también, segundo principio de Dani Rodrik, de la puesta en marcha de un sistema de incentivos que refuerce la iniciativa empresarial, pero los mismos deben ser temporales y basados en resultados.
Aplicando este principio al ámbito del impulso al emprendimiento, y como me dijo un emprendedor nato y empresario de éxito, la mejor ayuda a la iniciativa empresarial es un pedido, esto es, la capacidad de poner en real el producto o el servicio del que se trata. Y cuanto más global sea el cliente, mejor!, porque exigirá garantizar la exportabilidad del producto o servicio.
Transparencia y responsabilidad constituyen la tercera de las recomendaciones de Rodrik en relación a la política industrial. Sabiendo que importa tanto acertar como saber parar, si hemos errado. Manteniendo aquellos programas y proyectos donde seamos o vislumbremos liderazgo en mercados globales. Aplicando el principio acuñado por Jack Welch de Arreglar, Vender o Cerrar a aquellos que no funcionen. E inventándonos otros nuevos y diferenciales al servicio de esa visión global. Y, ojo, porque en esta década se va a decidir nuestro futuro, que es el de nuestros hijos.
(*) Abogado economista
cambiando de tercio pero lindando con el asunto:
el exodo de la juventud vasca no es solo laboral, es tambien formativo.
a nivel de enseñanza universitaria estamos a nivel provinciano, mucha juventud se tiene que ir a madrid y barcelona a estudiar ciertas carreras que aqui no estan implantadas o que si lo estan la media para entrar es desproporcionadamente alta. quizas direis con cierta razon que es positivo hacer una criba para no engordar el numero que universitarios abocados al paro, pero hay que tener en cuenta que la mayoria de estos jovenes que se van fuera a estudiar ya no vuelven, y volvemos a un tema recurrente: la juventud se va y ademas los vascos no procreamos. resultado, nos estamos menguando peligrosamente.
Oso ona !
Zorionak Javier.
Pero sobre todo necesitamos Educación Universitaria de primer nivel.
Artola se supera día a día. Cuando habla del conflicto, de su conflicto, es para llorar pero cuando nos habla de Universidad y de requerimientos de nota exigida «desproporcionadamente alta» y de los cambios demográficos que acarrean los universitarios que vuelven o no vuelven y de la no procreación de los vascos es para partirse de risa. No tiene Artola el mas mínimo sentido del ridículo. ¿ Que entenderá Artola por rigor científico, por esfuerzo en el estudio, por recompensa del mérito ?, y cómo hacerle comprender a este caballero que la sociedad sólo debe ayudar económicamente a aquellos que no dilapiden su tiempo con eternos estudios inacabados.
Nos sobran Universitarios que no saben hacer la O con un canuto y que no pasarían un examen medio en cualquier Universidad media de Europa, Asia, América u Oceanía, y probablemente de Africa. Aumentemos la nota exigida, bajemos el porcentaje de universitarios incapaces de realizar una tesis mínimamente original. Y hagamos que nuestras Universidades (Deusto, UPV y Mondragón) se sitúen no ya entre la 500 mejores del mundo, que no lo están, sino entre las 200. Que tampoco es mucho aspirar. Y por supuesto dignifiquemos y prestigiemos la FP para que esa masa de pretendientes o inducidos Universitarios, fallidos e incapaces encuentren su verdadero lugar de estudio y formación.
la virtud esta en el termino medio, no en la desproporcion.
estamos ante un problema de primer orden, el exodo de la juventud y la mengua demografica.
Odriozola: Un respeto a Artola, que según Milikito es premio nobel de Física.(Yo pensaba que era Premio Nobel de Burrología)
¿Victor II de que será Premio Nobel? De lal Paz seguro que no.
lejarza, tu continua con tus fichas policiales o emite alguna opinion, que es de lo que se trata.
En Zaborra News el «catedrático» Artola ha puesto este mismo post y está enfrascado en plena discusión «intelectual con el «catedrático» de Victor II y demás eruditos que pululan por ese foro.
Una de las frases de Victor II es «buenísima»: «el vasco emprendedor es un casero que ha abierto un tallercito al calorcillo de alguna empresa algo mayor. Otro mito que vuela por los aires con la crisis»
Si ya os digo que Victor I, padre de Victor II, es igual que el ex jefe de VictorI(Rafa Diez Usabiaga) Pikoleto en estado puro.
Por cierto Victor II: ¿Caseros como Joxe Mari Korta al que mataron tus amigotes porque se negaba a pagar el mal llamado «impuesto revolucionario»
Mikel, el señor director os ha dicho que no insulteis, que no va a tolerar que nos llameis ni txakurras ni pikoletos ni nada, haz el favor de respetar las normas de esta pagina.
yo si admito que lejarza me llame catedratico, que conste.