Miguel Sáenz de Viguera Aizpurua (*)
En 2012, el economista del MIT, Daron Acemoglu y el politólogo de Harvard, James A. Robinson publicaron el libro «Por qué Fracasan las Naciones. Los Orígenes del Poder, la Prosperidad y la Pobreza”, de un enorme impacto en el mundo entero por la dimensión y el rigor de su investigación y sus conclusiones.
Éstas significan un cambio absoluto en la forma de analizar las instituciones políticas y muestran que la prosperidad o pobreza de los países no se deben a su geografía, cultura u otras peculiaridades, sino principalmente a las características de sus élites políticas.
Así, los países que prosperan sostenidamente han desarrollado instituciones políticas “inclusivas” que favorecen la igualdad de oportunidades repartiendo el poder político y económico de forma amplia, promueven un entorno empresarial basado en la competencia, la libertad de entrada y la innovación, aunque ello signifique la aparición de nuevos núcleos de poder que puedan menoscabar el suyo y aprovechan las oportunidades que se les presentan para crear riqueza para la comunidad con prioridad sobre su propio beneficio.
Por el contrario los que sistemáticamente fallan en aprovechar las oportunidades de prosperar tienen instituciones políticas “extractoras” que concentran el poder en manos de unos pocos seleccionados por su adhesión a sus líderes, coartan las iniciativas políticas, empresariales y las innovaciones que puedan menoscabar su poder e impulsan prioritariamente iniciativas que redundan en su propio beneficio detrayendo la riqueza y rentas de la mayoría de la población.
Los dos grandes partidos que hegemónicamente han gobernado España y la mayoría de sus comunidades autónomas en las últimas décadas son un ejemplo paradigmático de “instituciones políticas extractoras”
Así, han desarrollado un sistema basado en la adhesión a sus líderes para la elección de candidatos al poder político y judicial. Han controlado la gestión de la mayoría de las cajas de ahorro y han mantenido una incestuosa relación con muchas grandes empresas, principalmente constructoras y promotoras inmobiliarias.
Utilizando su control sobre las cajas y su relación con empresarios afines han impulsado y financiado grandes proyectos de aeropuertos sin vuelos, autopistas sin tráfico, urbanizaciones sin clientes potenciales, etc., con el único objetivo de beneficiarse ellos y sus socios, aunque endeudasen las administraciones a su cargo, llevasen a la insolvencia a las cajas de ahorro que controlaban y a la ruina al país que gobernaban.
De esta forma, han dilapidado las magníficas oportunidades de prosperar que en las últimas décadas ha proporcionado a todos los países el entorno macroeconómico global y aún más al Estado Español su incorporación a la Unión Europea y al Euro. Para colmo, en la dramática situación actual, ambos partidos se resisten de forma numantina a un rescate externo, por la pérdida de poder que éste les supondría.
En Euskadi, durante muchos años, no ha pasado nada de esto y habíamos alcanzado una situación económica privilegiada. En 2008 éramos los líderes absolutos en todas las dimensiones de la economía entre todas las autonomías del Estado, pero desde entonces hemos sufrido un deterioro significativo.
Por poner un ejemplo, en 2008 nuestra deuda pública era la menor de todas las Comunidades Autónomas, 990 millones de Euros, un 1,5% de nuestro PIB, pero a finales de junio pasado dicha deuda ha alcanzado los 7153 millones de Euros, un 10,8% del PIB, superándonos en este apartado Madrid, Canarias, Asturias, Castilla y León y Andalucía. Se puede argumentar que el aumento de la deuda se ha producido por la crisis, pero, ¿Nuestra pérdida de posiciones en relación a otras cinco Comunidades Autónomas? ¿A ellas no les ha afectado la crisis?
La causa principal del deterioro de nuestra economía en estos años es que, estos, son los únicos de nuestra historia reciente en los que han gobernado en Euskadi los dos partidos “extractores” del Estado. Por suerte para nosotros han tenido muy escasa capacidad para controlar nuestras cajas de ahorro, de ahí que hayamos mantenido su excelente situación de solvencia.
La economía es ahora, para mí y supongo que para ustedes, una preocupación principal. Necesitamos que la de Euskadi sea excelentemente gestionada para superar la crisis. Tras lo expuesto he sacado una conclusión clara y tengo un deseo ferviente para el resultado de las elecciones del próximo día 21. ¿Ustedes no?
(*) Ingeniero Industrial y Ldo. En CC Económicas, 2007 PMI Distinguished Contribution Award
Muy bueno el artículo, describe perfectamente esos que muchos comentamos a la hora de analizar el diferencial entre Euskaid y España.
Mantener nuestra cultura y formas organizativas propias en Euskadi (incluyendo instituciones y partidos) no es solo una cuestión romantica o de supervivencia cultural sino, como se ve una cuestión que afecta a nuestra economía y a nuestro estado del bienestar.
Magnífico artículo. La condición de España está reflejada en todo su vigor. El otro día estuve en Parla, un pueblo de al lado de Madrid. Era terrorífico pasear por las calles, inundadas de parados, era un pueblo que lo único que funcionaba eran cuatro tabernas. Los niveles de apelmazamiento y desmoralización de la ciudadanía eran terribles. Es el otro aspecto de la existencia de dos partidos que se reparten los bienes públicos y hacen lo que quieren: una ciudadanía castrada de iniciativas y, ahora, de esperanzas, por no saber que hacer y mirar al cielo esperando algún milagro. España, la caca de Europa, y para los españoles de a pie la España oficial y política es un auténtico martirio sin perspectiva de salida.
A mí me preocupan los años perdidos con el gobierno de Patxi Lopez con el apoyo del PP.
Es preocupante lo que dice el articulista sobre la pérdida de posiciones de Euskadi respecto a la deuda pública. Una posición inmejorable que dejó Ibarretxe ha sido destruida por el gobierno del españolismo.
En kuanto Urkullu llegue a Ajuria Enea tendra k levantar alfombras y ver las telerañas de la kaja fuerte. En ese mismo momento, komo ya ha anunciado, tendra k decirnos kuanto se va a reducir el presupuesto, si 1000 millones o +, xa no seguir engordando la deuda. Y tendra k ver d donde los saka y a la vez estimular la ekonomia.
Komo bien dijo, la labor de los politikos es decir la verdad y la verdad es k hay k echarle bemoles al asunto xa salir adelante. Y + bemoles xa darle la vuelta a la paralisis d 3 años del gobierno Lopez y su deuda akumulada.
EAJri gutun irekia, EITBn izan zituen «praktika eredugarriak» berriro salatuz:
http://zuzeu.com/2012/10/19/eajri-gutun-irekia-eitbn-izan-zituen-praktika-eredugarriak-berriro-salatuz/
EH Bildu babestu du SNPko presidenteak:
http://berria.info/albisteak/71530/eh_bildu_babestu_du_snpko_presidenteak.htm
Es asombroso comprobar cómo el fanatismo ciega el juicio, cero de autocrítica, ninguna aplicación a uno mismo ni a su colectividad, cuando son precisamente las elites vascas y catalanas las elites extractivas, las que llevan siglos controlando la industrialización de España y buscando privilegios que consiguen gracias al control que ellas mismas ejercen sobre los políticos de Madrid. Privilegios han sido la autarquía, el proteccionismo y el Concierto Económico.
Es desesperante la capacidad del autor para el fanatismo y la incomprensión de lo que el libro explica. Pero bueno, no se trata de eso, ¿verdad? Se trata de que te pasen unas cuantas veces la manito por el lomo. ¿Tan necesitado estará el autor de pertenencia y gregarismo?
En efecto, el fanatismo ciega, señor Benjamingrullo, en su caso es evidente, ya que es incapaz de conocer la lucha entre la «elite» catalana, proteccionista, y la «elite» castellano-andaluza, librecambrista, que se dio en el XIX, y que ganó esta última por goleada. La élite extractiva vasca, la basada en la siderurgia y en el capìtal acumulado por esta, se fue de Euskadi y se fundió con España a mediados finales del siglo pasado. Lea un poco de historia económica, Benjamingrullo, y deje de decir estupideces dignas de un párvulo con enfermedad de down.
El autor habla de procesos que nada tienen que ver con los que usted tan malamente describe, pues el modelo industrializador de Euskadi se renueva a principios de los 80, gracias, en parte, a la autonomía y a la dirección económica del PNV, pero también influenciados por el modelo Cooperativo, que nada tiene que ver con las elites extractivas de las que usted habla.
Usted señor Benjamingrullo si que está necesitado de amor por llamar la atención de esa manera, sin temor a mostrarnos su analfabetismo esencial además de su muy mala intención. ¿Tan necesitado está del gregarismo de la ideología dominante española, para defenderla de tan mala manera?
Si me permiten la crítica, todos ustedes, comenzando por el autor del post, están dando pruebas tanto de un mal conocimiento de la historia como de una ingenuidad sin límites. Para empezar, el libro de Acemoglu y Robinson no se refiere a las naciones industrializadas de Occidente, sino a estados periféricos como Kazajstán, Afganistán, Corea del Norte y similares. Su intención no consiste en proporcionar argumentos en favor de la independencia de Euskadi o Catalunya, sino en fomentar el pensamiento democrático en los mencionados países periféricos, tal vez por encargo de alguna de esas fundaciones norteamericanas que intentan contribuir a la política exterior de Washington mediante el activismo político y el fomento de sanos hábitos participativos y de libertad de expresión.
La ingenuidad de sus planteamientos viene de dar por hecho varias cosas tan banales que ni siquiera vale la pena rebatirlas. En primer lugar que existe una España atrasada, inmovilista, medieval y subdesarrollada en contraposición a emprendedoras y simpáticas naciones de pequeño formato como EUSCAT, que por sus condiciones socioeconómicas y una especie de genio vernáculo característico e irrepetible y que nadie sabría explicar están más en línea con los parámetros de la Europa desarrollada.
Ya hace años que esta idea dejó de ser un buen argumento de venta electoral. En la actualidad puede que satisfaga las ansias irracionales de diferenciación de unos cuantos nostágicos gordos y cuarentones como los de la web Arabatik, que pasan los fines de semana haciéndose pajas mentales sobre las elecciones, intrigando en las redes sociales o poniendo a parir a sindicalistas de la Izquierda Abertzale, pero no responde ni de lejos a la realidad. Ni España está tan atrasada como se asume ni EUSCAT son el Silicon Valley de la Península Ibérica. Salgan ustedes a la calle y véanlo por sí mismos. Basta un paseo por las campas periféricas de Bilbao o los alrededores de Cornellá para percibir claramente que la diferencia con el caos hispánico no es tan grande. Y dense cuenta de que este fenómeno de los nacionalismos periféricos no es exclusivo de estas latitudes ibéricas sino que se da en toda Europa. Ahí están los casos no solo de Escocia sino también de Flandes y Tirol.
Esta oleada de inconformismo nacionalista es algo transitorio y no responde tanto a una evolución política de hondo enraizamiento histórico como a circunstancias coyunturales provocadas por la crisis financiera actual. Y además el planteamiento en que se basa el proyecto soberanista de todos esos territorios es también bastante infantil: «como a los estados de los que formamos parte les va mal, lo mejor es que nos vayamos de ellos para seguir adelante por nuestra cuenta». No se puede decir que sea muy madura una actitud que llama a huir de los problemas en lugar de hacerles frente.
Finalmente resulta muy ingenua la suposición de que Europa estaría dispuesta a recibir con los brazos abiertos a media docena de nuevos países marginales después de todo el esfuerzo que costó y sigue costando la asimilación de todos los estados resultantes de la desintegración del bloque soviético. Antes de plantearse fórmulas secesionistas, tanto aquí como en el Tirol, habría que dilucidar una cuestión fundamental: ¿tendría una Euskadi independiente algo con lo que contribuir al bienestar general y a la seguridad colectiva del continente y del mundo, en pie de igualdad con los estados nación tradicionales? Porque en el fondo se trata de eso. El estado nación es algo del pasado. Lo que el mundo moderno necesita son estados a secas, bien organizados, bien administrados y lo suficientemente fuertes como para llevar soldados y aprovisionamientos de víveres a zonas en conflicto. Y todo esto con la mira puesta en un futuro lejano en que el número de estados se reduzca en vez de incrementarse. Lo ideal sería que hubiese un gobierno o al menos una autoridad supranacional para todo el mundo.
El tema de las aspiraciones soberanistas de estos territorios europeos resulta fascinante y créanme que lo sigo con atención. Venía hace poco un artículo muy interesante sobre todo esto publicado en el semanario alemán «Der Spiegel». Mi postura al respecto es de sano y respetuoso escepticismo. Todas las opciones son admisibles y respetables, también las de cualquier nacionalista convencido de su opinión. Pero una cosa son la ideología y el sentimiento y otra muy distinta los castillos en el aire. Los argumentos economicistas y socieconómicos con los que se intenta propiciar la construcción nacional de Euskadi tienen tanta consistencia como la evocación simbólica del navarrismo à la 1512 o el análisis histórico-antropológico de la batalla de Roncesvalles. Lo siento mucho pero esa es la realidad.
JELen agur
Efectivamente Patxi, la razon de la lucha descolonizadora es de libertad, no económica.
Un saludo
La diferencia entre Euskadi y Catalunya y la España ladrillistica y turística y estatista es una diferencia que viene de hace más de 100 años y las políticas públicas de ambos territorios comparadas con las políticas de ladrillo e infraestructura inutilizable de España y sus autonomías restantes también es considerable.
Me parece magnífico elevar a dato sociológico las impresiones personales del paseo por Cornellá o el Gran Bilbao y sacar de ahí conclusiones sobre modelos sociales. Pero los datos son los que cantan: la comunidad autónoma vasca tenía en los 80 el 25% de paro. En 2009 tenía un 6%. Ahora tiene algo cercano al 14%. Se cambió de modelo económico en los 80 gracias a las políticas públicas del PNV y al capital social vasco. La incompetencia española ha traído estos lodos, deuda pública y aumento de paro gracias a la política del sin par Patxi Lopez. Es una necesidad perenteria, aunque Patxi Igandekoa no lo vea así, que la CAV necesita liderazgo político y económico, el que el PNV demostró en una coyuntura de crisis económica y política peor, como fueron los 80 y los 90.
España es un país muy fragil en lo ideológico y ahora en plena crisis vemos que también es fragil en sus estructuras básicas. Además tiene una clase política que sólo vive para vender la moto o humo de tubo de escape. Es un hecho el ascenso de la desafección catalana. Otro hecho que los dos partidos dominantes de la CAV sean el PNV y Bildu. La realidad es que de tanto ir el cantaro a la fuente al final va a romperse. ¿Cuándo? No soy profeta pero la tranquila panchez de Patxi Igandekoa sobre la durabilidad eterna del hecho España me parece una mica autocomplaciente.
Lo del gobierno supranacional para todo el mundo como medio de superar las diferencias nacionales es una de las cosas más hipotéticas y más indeseables de la tierra. Los nazis y los comunistas, todo totalitarismo, sueña con un gobierno supranacional regido por individuos de batas blancas en la que los individuos seamos cobayas para sus experimentos desde las alturas.
A mí, personalmente, me parece que todavía no tiene que ser la hora de la independencia y que Euskadi necesita cumplir unos baremos de autosuficiencia y de cohesión social para que llegue esa hora. Pero Euskadi contribuiría grandemente al desarrollo de la humanidad siendo dependiente o siendo independiente. No veo ninguna contradicción en todo ello.
En todo caso, veo que Patxi Igandekoa es insensible al latrocionio fiscal que sufren los catalanes y a la ineficacia extrema de la administración central/administraciones autonómicas españolas. Pienso que habría que recortar los gastos de la monarquía (eliminarla sería un aligeramiento esencial, aunque Patxi, por razones históricas, lo piense imposible), eliminar instituciones inútiles, como el Tribunal Constitucional, etc. El problema de España es que no tiene capital social que valga tal nombre y eso es culpa de una clase política que ha creado una cultura de la dependencia.
Por cierto, hoy es día de elecciones, y propongo que tenemos que votar al PNV y a Iñigo Urkullu. Lo digo para contrapesar los argumentos de Patxi Igandekoa.
Para que nadie se confunda: me parece muy bien que se vote a Iñigo Urkullu en estas elecciones. Yo mismo acabo de hacerlo porque creo que independientemente de sus ideas es el líder más capacitado para ocupar la Lehendakaritza en momentos como los que estamos viviendo. Es más, animo a los indecisos a que lo hagan también, antes de que cierren los colegios.
Lo que quiero transmitir en mis comentarios no es el apoyo a la monarquía -no sé de dónde habrá sacado el de Parma semejante chuminada-, sino tan sol la idea de que todos estos argumentos economicistas en favor de la independencia no son más que una memez. Usted mismo lo ha dicho: en los años 80 Euskadi tenía un 25 por ciento de paro. ¿Quién le dice que no lo pueda volver a tener en el futuro, dependiendo de circunstancias económicas cuyo control no está en nuestras manos?
Y del mismo modo, la idea de que España se encuentra al borde del abismo es tan ridícula como la de su supuesto atraso estructural con respecto a Euskadi. Todos los indicadores económicos apuntan a una lenta y dolorosa recuperación. Van despacio, pero van para arriba. Esto no es una opinión personal, léase la sección económica del Deia y lo comprobará usted mismo.
Si hay leyendo esto algún nacionalista consecuente con su credo que no se siente identificado con España y la considera como una nación enemiga, no estaría de más recordar las enseñanzas del filósofo chino Sun-Tzu: conoce a tu adversario y conócete a tí mismo. Y la realidad es que tu adversario es fuerte y merece respeto. Y en cuanto a uno mismo, ¿quién es? ¿una persona cabal capaz de mirar frente a frente a la realidad, o un cantamañanas de esos que piensan que la raza vasca es superior a todos esos monos que pueblan el Infraebro, o que Escocia puede irse del Reino Unido porque tiene unos cuantos barriles de petróleo para cinco años?
Señores: bien está querer el autogobierno, el derecho a decidir o incluso un estado propio. Pero un poco más de seriedad a la hora de discutir sobre estos temas. Las gentes no son tan distintas unas de otras, y desde luego vivir por encima o por debajo de Miranda de Ebro no las hace más diferentes de lo que ya son. Y de paso a ver si unos cuantos iluminados se enteran de una puta de vez de que la mitad de los habitantes de Bilbao son de origen burgalés.
Voy a cerrar este alegato invitándoles a la reflexión: con todo lo atrasada que está España, observen que un madrileño ha subido al espacio antes que nosotros.
P.D.: ¿Qué tiene de malo un gobierno mundial? En las películas de Star Trek lo tienen y parece que les va bastante bien, sobre todo para hacer frente a la amenaza kinglon.
Hamaikatimo le da a ud la razón Sr. Igandekoa. LO que no comparto es su voto, Yo he votado por Patxi Lopez, porque su gestión ha sido infinitamente mejor que la de Ibarretxe.
JELen agur
Que el gobierno universal tiene que ser producto del pacto (palabra fetiche a oídos jacobinos) y para las funciones que le sea encomendada. El resto, como buenos demócratas debe obedecer al principio de subsidiariedad, el gobierno, lo más cercano al pueblo posible.
Amemos las diferencias. Son bellas y se aprende de ellas.
Los indicadores indican que Euskadi y España tienen diferente capital social y diferente tipo de desarrollo económico. Eso es así desde hace al menos 100 años. Lo mismo pasa en Catalunya. ¿Qué hay de malo en reconocer lo evidente? ¿Qué España se está recuperando? Dios te oiga, Patxi, y eso no será por la magnífica política económica de Zapatero y Rajoy.
No considero a España una nación enemiga, es la clase política española la que considera a Euskadi como nación-concepto y los nacionalistas como grupo político como enemigos frente a los cuales no hay que tener miramientos. Hay que tener una doble perspectiva y en esta perspectiva doble, como tu dices Patxi, los españoles son más fuertes que los vascos. Los vascos no podemos dedicarnos a hacer chuchufletas con la cuestión nacional, debemos de ser serios, está claro.
Euskadi se recuperó de la crisis de los 70-80 gracias a su propio capital social, gracias al estatuto de Gernika y gracias al PNV. Es evidente que estos tres factores serán decisivos para su futura recuperación. ¿O no opinas así?
A mí me gustan los españoles pero están muy huérfanos de clase política, Patxi. Esa es la queja que yo escucho cuando voy por la piel de toro: todos son iguales. Es lo que estamos viendo. Tanto Zapatero como Rajoy están en el poder para justificar sus desmanes sin ninguna visión del bien público. Eso es una tragedia española. Los vascos participamos de otro tipo de tragedia -el tener una quintacolumna de iluminati revolucionarios a los que el bienestar de la gente les importa un pepino pero que atraen a la marca Euskadi la ignominia de sus crímenes y asesinatos.
En efecto, un madrileño ha subido al espacio antes que los vascos, pero una golondrina no hace verano, querido Patxi. Ay, yo también admitiría una federación intergaláctica con oficiales tan competentes como el Capitán Kirk y el Dr Spock, donde el principio de subsidiariedad y la bilateralidad entre federaciones fueran respetadas. Pero desgraciadamente, querido Patxi, estamos lejos de ello.
Un saludo sideral
IRABAZI DUGU!
GORA EUSKADI ASKATUTA
URKULLU LEHENDAKARI
Pues a Mr. Spock la txapela no le quedaría nada mal.
Bien por Urkullu. Demuestra que es un gran líder. Son unos resultados en unas condiciones difíciles. Todavía había que oir a Rafa Larreina convertido en portavoz de Bildu que el estado ha animado a la gente a votar al PNV para que no gane Bildu. Estos de EA no saben que decir para hacerse los simpáticos con sus nuevos amos.
En Gipuzkoa, en un año y pico, el PNV, de tener una desventaja respecto a Bildu de 40.000 votos ha pasado a una diferencia de 484. Más recuperación en menos tiempo es imposible. Todo por que Urkullu ha sido el que ha marcado la campaña. Ha recuperado a mucha gente que quedó en el camino. El PNV primer partido en Donostia. A ver si eso se mantiene.
El PSOE y el PP no han mencionado ni una vez la palabra «autocrítica». Tanta soberbia es increíble. La gente no se ha movilizado… Balones fuera. Menudo hostiazo. España va mal en Euskadi.
En Bildu caras de falsa alegría, un discurso falso de Laura Mintegi con gritos como «Gora Euskal Herria askea» (hay que sustituir al Gora Euskadi Askatuta sabiniano, faltaría más), «Gora Euskal herria alaia». Se atribuyen la victoria y no nombran al vencedor, al PNV. Laura Mintegi se retira sin declarar nada a la prensa, como si fuera el camarada Kim Il Sung. En fin, el cero kelvin de discurso para disimular que la acumulación de fuerzas ha encontrado su tope y que la gestión de Gipuzkoa les ha supuesto un notable desgaste. Que sigan bajando por el bien de Euskadi, de esa palabra que quieren borrar del diccionario.
¿El PNV? Tiene que recuperar la calle, el contacto con la gente, la conexión con tantos que han quedado fuera pero que votan nacionalista en los momentos de urgencia. Urkullu ha navegado por mares muy dificultosos, con problemas externos e internos. Ha vencido. Que el PNV sea, como lo fue en los 80 y los 90, motor regenerador de Euskadi.
El Grupo Norte Sur de Servicios Inmobiliarios de Donostia está metiendo folletos para vender trasteros en los buzones, sin hacer caso de los vecinos que indican en ellos con pegatinas que no quieren propaganda.
Se les ha pedido que respeten pero siguen sin hacerlo.
Esperamos que esta vez, por fin, tomen nota y no vuelvan a molestar a quien no desea publicidad.