Mikel Aranburu (Ekoberrin)
Los impuestos nacen con el fin de ser recaudados. La ley determina quién, cuánto y por qué hay que pagar y, al disfrutar de varias Haciendas, nos dice en qué ventanilla hay que ingresar cada impuesto o si el pago hay que repartirlo entre varias. Para serlo, la relación tributaria necesita de dos sujetos: uno activo y otro pasivo, cuyos nombres ya nos indican que no se hallan en plano de igualdad ni mucho menos. Uno paga y otro cobra. Pero en la naturaleza del sujeto pasivo, por no decir en la humana, reside una enérgica inclinación a eludir el impuesto y por eso el sujeto activo, además de cobrar, debe ocuparse de que todos paguen lo que señala la ley.
Los mecanismos que estimulan el cumplimiento de la ley tributaria son complejos y mezclan parámetros cuantificables como la cuota a pagar – cuanto más caro es el tributo mayor es la propensión al fraude -, las sanciones aplicables y la probabilidad matemática de ser descubierto; y otros no expresables en números como la complejidad del sistema, la presión fiscal indirecta y, en particular, el grado de identificación con el sujeto activo en términos de reconocimiento de que la porción de riqueza cedida repercute y beneficia a la comunidad de referencia. Este último es un factor que tradicionalmente explicaba el mayor cumplimiento voluntario en nuestros territorios -“es para la Diputación”- como una prolongación del legendario y vigente auzolan, hasta que la globalización ha levantado el velo.
Es un hecho sabido que el capital carece de nacionalidad y se desliza libre hacia territorios de mínima fiscalidad. Por ello, cautiva y desarmada la reforma fiscal de 1978, el sustento del sistema tributario español son las rentas del trabajo. El IRPF es un impuesto a las nóminas y la imposición indirecta incide con mayor intensidad en aquellos que carecen de capacidad de ahorro. Ahora bien, ¿quién se ocupa de que todo este dinero extraído con anestesia de nuestros bolsillos llegue al erario? De manera singular, las empresas. Las sociedades mercantiles operan como recaudadores de Hacienda por las retenciones a cuenta del IRPF y las cuotas de IVA y de la pléyade de impuestos especiales. Mientras las personas físicas tenemos arraigos y ataduras casi invencibles, una persona jurídica puede migrar hacia un territorio de menor tributación o menores costes y cerrar el grifo recaudatorio. Con mayor facilidad cuanto más virtual sea la frontera interpuesta.
Guste o no, esta es una realidad que presiona al legislador que se ve obligado a sujetar a las empresas al territorio mediante medidas que persiguen el ingreso público sin incomodarlas y que, inevitablemente, taladran el Impuesto sobre Sociedades: libertad de amortización, tipos reducidos, exención por reinversión, Reserva Especial para Inversiones, deducciones por incentivos (por inversiones, I+D, exportación, medio ambiente, formación, creación de empleo…) y por reinversión en la transmisión de valores. Y un surtido elenco de seductores regímenes especiales para Sociedades de promoción de empresas, Entidades de capital-riesgo y de tenencia de valores extranjeros, instituciones de inversión colectiva (SICAV y otras) o las Fusiones y escisiones protegidas. Y ya puestos, vacaciones fiscales.
Son las reglas no escritas de un juego de suma no nula –todos los jugadores pueden perder – que todas las haciendas conocen y con arreglo a las cuales tejen y destejen sus estrategias de política fiscal. También nuestras haciendas forales. Con un hándicap importante: la soberanía tributaria no va acompañada de una correlativa soberanía política indispensable para una gestión tributaria eficaz. Ahora el Tribunal de Justicia de la Unión Europea debe decidir sobre aquellas efímeras vacaciones fiscales declaradas ilegales por la Comisión Europea, pero su juicio va más allá de la medida en concreto y puede afectar al modelo de Convenio/Concierto que dibuja una suerte de soberanía tributaria dentro de un Estado miembro. Si la justicia europea no lo entiende el modelo podría desvirtuarse y la consecuencia natural y legítima sería reclamar un Estado propio. ¿No creen?.
(*) Experto en Derecho Tributario
Prefiero la independencia que el Concierto.
Eso si, ¿se recaudaría más siendo un Estado independiente o infinitamente menos si dejase de existir el PER que de hecho supone el Concierto Económico? Anda Aranburu, mójate. ¿Qué crees?
*Preciosa y mimética ene antes de be. Como individuos tenéis una personalidad desbordante. Eso sí que es individualismo y criterio. Además de traición a la tradición con la que tu familia escribía su nombre. Pero bueno, todo sea por hacer méritos y utilizar cualquier elemento superficial para demostrar esa obediencia que permite la ascensión social dentro del Nosotros.
Cervantes escribió Quixote, pero la obediencia debida a las normas ortográficas de la RAE y nuestra absoluta falta de «individualismo» y criterio, además de traición a la tradición hace que hoy todos escribamos Quijote.
Otros escriben «almohada» y no «olmada» para poder pasar el exámen de ortografía que les permita ascender.
AZAL LODIA
Benjamingrullo, lee 1 poko a Urkullu kon la aktitud del Lelokari ante la sentencia de las vakaciones fiskales. Lelokari, go home!:
La actitud del lehendakari López ante la sentencia del Tribunal de Luxemburgo
http://urkullu.eu/2011/06/10/la-actitud-del-lehendakari-lopez-ante-la-sentencia-del-tribunal-de-luxemburgo/
Impropias, inoportunas e incomprensibles me han parecido las declaraciones del Lehendakari López criticando a las Diputaciones Forales por las ayudas concedidas a las empresas vascas y que ahora han sido declaradas, en parte, ilegales por Europa. Mientras las diputaciones trabajan judicial y políticamente para minimizar las consecuencias, parece que el Lehendakari López se pone de parte de las comunidades autónomas vecinas – que son quienes recurrieron a los tribunales- en vez de Euskadi . Se olvida que el PSE era socio de Gobierno del Partido Nacionalista Vasco. Y que, por ejemplo, ostentaba la responsabilidad del Departamento de Hacienda de la Diputación de Araba. Y él, Patxi López, era miembro de la ejecutiva del PSE.
En fin, a estas alturas poco bueno se puede decir del PPPSE.
Nunca se me olvidará una frase que en casa se ospetaba en las sobremesas que solíamos tener en casa.»con los socialistas ni a misa».
El tiempo no ha hecho mas que hacerme comprender lo que a la sazón solamente entendía / intuía parcialmente.
Aio,
Sin valorar la eficacia o no de esta medida en concreto es indiscutible que un pais pequeño como el nuestro o aplica medidas fiscales incentivadoras que puedan atraer inversiones extranjeras o pocas posibilidades tiene de ser un player importante en Europa .lo de Francisco Lopez resulta nuevamente patetico. Uno puede estar o no de acuerdo con la medida pero transmitir esa idea de desconfianza y falta de lealtad institucional es inaceptable.se le ve el plumero.Euzkadi solo les importa para hacer carrera en España.la mejor politica economica es la aplicada por el ppsoe de fomentar la cultura del pelotazo inmobiliario,con todas las desigualdades sociales y millonarios en B que genera. La politica aplicada en el estado para alejar la inversion extranjera pasara a la historia. El nivel de inversion extranjera estos años esta por debajo de la media de los paises africanos. Y se atreven a dar lecciones…urge la independencia.es factible economicamente y deseable si queremos construir un futuro mejor y no dependiente de un pais en el que pocos agentes economicos confian. Con el lastre de España no vamos a atraer a nadie aunque Euzkadi is different en terminos economicos. Por cierto estoy deseando ver el programa de Bildu. A ver que medidas plantean y como resuelven este problema.