Imanol Lizarralde
En estos momentos parece que dentro del MLNV se renuevan los viejos debates que ya estaban cerrados. Lo hemos visto respecto al caso de la identidad vasca desde la perspectiva revolucionaria del MLNV. También respecto a la utilidad o la función de la lucha armada. El historiador y ex miembro de la Mesa de HB Josemari Lorenzo Espinosa vuelve sobre este último tema en un artículo de GARA (Fuerza ideológica y debilidad militar, 1-7).
¿Por qué se repiten estos debates? En el caso del debate sobre la identidad vasca, con la divisoria establecida por el MLNV entre un nacionalismo “esencialista” (el del PNV, el nacionalismo histórico) y un patriotismo revolucionario (el creado por ETA), se trata de ajustar la idea de la liberación nacional con los valores de las corrientes más radicales de la izquierda europea y mundial. En el caso del debate sobre la lucha armada, la cercanía de un “proceso de paz”, la teoría gubernamental de la “debilidad de ETA” así como el desprestigio último que sufre la lucha armada, exigen un repaso, desde la perspectiva de la ideología clásica del MLNV, de las razones por las que la lucha armada es considerada necesaria e incluso imprescindible.
Lorenzo Espinosa mezcla y combina de forma intencionada dos planos: el nacional y el internacional, desde la perspectiva de la existencia, a lo largo del mundo, de pueblos opresores y oprimidos. El historiador parte de la cuestión nacional vasca:
“La editorial de GARA del 23 recordaba una antigua idea de Otegi según la cual es en el terreno político e ideológico donde el independentismo es más fuerte”.
Y desemboca en un paradigma de globalización de la situación de Euskadi a todo el mundo:
“Otegi y el editorial de GARA seguramente tienen razón. Los argumentos independentistas, la ideología de la liberación de los pueblos oprimidos es superior y más fuerte que las falacias imperiales”.
Fijémonos en que Lorenzo Espinosa habla de la “ideología de la liberación de los pueblos oprimidos” que es la manifestación del aspecto local de una confrontación global, la que enfrenta a opresores y a oprimidos, donde los EEUU son el paradigma de esa opresión global. Es la perspectiva revolucionaria de la “liberación nacional”, creadora de los numerosos “movimientos de liberación nacional” a lo largo del mundo y de la que el MLNV es manifestación en Euskadi. Por eso, Lorenzo Espinosa no tiene ningún empacho en equiparar la situación de Euskadi con la de Afganistán. La divisoria entre opresores y oprimidos (franceses, españoles, americanos y sus lacayos, en un lado, y en el otro, los “insurgentes” talibanes o de ETA) constituye la línea de antagonismo que divide a las naciones y los estados.
Frente a la constatación de la razón moral convertida en razón ideológica “de la liberación de los pueblos oprimidos”, Lorenzo Espinosa apunta también a que:
“Se admitiría también (…) que los pueblos invadidos suelen ser (son) más débiles en el plano militar”.
Lorenzo Espinosa adjudica a los “pueblos oprimidos” una debilidad militar intrínseca a la de actuar desde su naturaleza de pueblos “ocupados” militarmente. Desde este esquema, es ETA el representante armado del “pueblo oprimido” vasco. La debilidad de ETA, nos quiere decir el historiador, es consustancial a su propósito de liberación, ya que necesariamente tiene que luchar contra fuerzas superiores, como lo hacen los heroicos talibanes de Afganistán en contra de fuerzas internacionales. Lorenzo Espinosa, finalmente, se da cuenta que por mucha razón moral que se tenga, esta no es suficiente, puesto que los Estados,
“No tienen razón, pero tampoco les hace falta, ya que controlan a quienes la tienen. Su ideología no necesita ser la verdadera, sino la dominante, la más ruidosa, la que tiene más altavoces. Y esto lo consiguen perfectamente con todo el aparato de propaganda puesto a su disposición por el poder económico dominante”.
La existencia de un “poder económico dominante” es la garantía para que los “estados” tengan a su disposición todo un aparato propagandístico que más allá de su razón les sirve para implantar sus ideas. La opresión se debe a un “sistema” global. De esta manera, hay un constatable déficit democrático:
“Llegamos a la conclusión de que no basta tener razón ni superioridad política, además hay que controlarla, poseerla en su plenitud, difundirla, abrirla y poder transmitirla en igualdad de condiciones. Y esto no es otra cosa que la utopía democrática. Como sabemos, imposible de realizar en un sistema de ocupación irracional como es el de España/Francia contra Euskadi”.
La “utopía democrática” de la que nos habla Lorenzo Espinosa constituye una situación imposible, una “igualdad de condiciones” a la hora de difundir las ideas de cada colectivo que no puede darse en este planeta imperfecto. Nuestro articulista, atribuye esa imposibilidad real a la existencia de un “sistema de ocupación” que es global, pero que a nuestro nivel local es identificable como la “ocupación” de España y Francia sobre Euskadi, concluyendo con un canto poco elegíaco a la resistencia armada de los “pueblos”:
“Es el terreno militar. Las fuerzas invasoras (puede verse todos los días en Irak, Afganistán y otros) constituyen un bloque militar superior. Los independentistas apenas arañan con sus acciones, a veces sólo semiarmadas, este enorme y rocoso bloque. Y ello a costa de demasiadas bajas, sufrimiento y daños colaterales.
Pero el caso es que esta “inferioridad” militar de los insurgentes no puede ser controlada por los ocupantes, con la misma facilidad que controlan la “superioridad” ideológica. Su enorme capacidad para el dominio político se desvanece cuando tratan de “derrotar”, por las armas, a las milicias armadas, a los “terroristas”… Es decir, a quienes de verdad les acosan y provocan miedo o terror fáctico. Y no ideológico”.
Esta reflexión y su valoración son coherentes con el pensamiento clásico sobre el tema habido dentro del MLNV. Concretamente, coincide en lo esencial con uno de los escritos más importantes de la historia del MLNV, el Agiri de ETAm de 1974, elaborado por José María Beñaran, Argala, uno de los principales jefes políticos e ideólogos de la historia de ETA. Este decía:
“Tampoco podemos jugarnos todas las cartas a la democracia (que de ningún modo puede considerarse el marco político donde los trabajadores vascos pueden ser libres) porque ello significa liquidar el único elemento verdaderamente inasimilable por la burguesía, la única garantía de conseguir nuestros objetivos finales: la lucha armada”.
Frente a la razón moral de los pueblos oprimidos del mundo, se encuentra el dominio ideológico y militar del capital y sus delegados estatales. Esta es la perspectiva marxista-revolucionaria que rige al MLNV y de la que Lorenzo Espinosa no es más que un ortodoxo portavoz. La razón moral no puede implantarse porque los medios de comunicación, derivación de los medios de producción, están en manos del enemigo. Y en este contexto, los casos de Euskadi y Afganistán lo prueban, los “pueblos oprimidos” tienen el recurso de la lucha armada como mecanismo compensador de su debilidad, aunque sea un mecanismo “a costa de demasiadas bajas, sufrimiento y daños colaterales”.
Lorenzo Espinosa rescata la antigua reflexión revolucionaria sobre la Guerra Popular que combina el factor subjetivo (la razón para rebelarse por parte del débil) con las condiciones objetivas para esa rebelión (el enemigo es más fuerte, tiene más medios…). Dentro de este esquema de combate desigual en el ámbito local y en el ámbito internacional entre opresores y oprimidos, la lucha armada es un instrumento que sirve para la lucha contra la opresión por que es un elemento incontrolable por los “Estados”, en coherencia con la máxima de Argala de que la lucha armada es “la única garantía de conseguir nuestros objetivos finales” por constituir un factor “inasimilable por la burguesía”.
En este sentido, el artículo de Lorenzo Espinosa es una admonición a lo que el denomina, “las intenciones pacifistas de la izquierda abertzale”. Advirtiendo a esta de que su “superioridad política e ideológica”, no es lo que realmente preocupa al poder o pone a este en cuestión:
“Su única preocupación seria (se les nota hasta en la respiración) es no poder controlar, como les pasa a los americanos hoy, a los ingleses y franceses en sus antiguos imperios, la respuesta fáctica de los “vencidos”
La reflexión de nuestro historiador, por tanto, se refiere al debate dentro del MLNV acerca de la función de la lucha armada para los actuales momentos. Lorenzo Espinosa señala la persistencia de una confrontación global: en Irak, Afganistán y Euskadi existe la misma lucha y la misma división antagónica entre opresores y oprimidos.
Los estrategas del MLNV son conscientes del papel de la lucha armada, que sirve para abrir y cerrar procesos negociadores, cambiar los sistemas de alianzas, provocar legalizaciones o ilegalizaciones, así como para mantener sitiado al enemigo político mediante el asesinato y la amenaza. La lucha armada constituye un factor central para el MLNV, no sólo desde la perspectiva de que su organización matriz fuera ETA. La lucha armada es un elemento de presión evidente dentro de cualquier proceso de paz o proceso político que se establezca en Euskadi e incluso en el Estado español.
¿Cómo preservar las cualidades intrínsecas de la lucha armada en ese combate desigual? Esa es la disyuntiva que plantea Lorenzo Espinosa a aquellos del MLNV que hablan de la razón moral de los oprimidos como única arma. ¿Qué hubiera sido del MLNV sin la lucha armada? Sería algo inimaginable y estéril plantear la cuestión en estos términos. La lucha armada fue la mecha que encendió la rebelión con la que el MLNV se ha ido construyendo a lo largo de su historia. Sin ella, cambiaría de naturaleza y esencia. Así nos lo prueba Lorenzo Espinosa.
Por tanto, de cara al próximo proceso de paz no perdamos de vista este tipo de consideraciones, que son las que tendrán en cuenta los próximos interlocutores del MLNV con el Estado. Incluso en un proceso de paz (ya lo hemos visto anteriormente) la lucha armada tiene un papel, un papel más decisivo si cabe. Y la presión no sólo tiene que ser presión sino que tiene que ser incontrolable por el Estado. Es lo que vimos en el último proceso de paz y lo que podemos ver en el siguiente: el cambio de “respiración” por parte de los representantes del poder constituido ante la capacidad descontroladota de la lucha armada en cualquier circunstancia.
Estimado Imanol, precisamente relacionado con el «error» de la violencia y de la apuesta de ETA, ha pasado de puntillas un artículo de un (qué sorpresa!) ex-euskadiko en El País:
http://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/Polo/flauta/elpepiesppvs/20100627elpvas_6/Tes/
Según este, algunos (el actual MLNV) cometió un «error» en 1974 con su apuesta por ETAm. Sin embargo «otros» (en los que se incluirá, digo yo, el propio autor) no dicen nada sobre la apuesta ETApm, matar empresarios, extorsión, etc. de la que mamó Euskadiko Ezkerra:
Polo o flauta
JAVIER OLAVERRI 27/06/2010
El manifiesto firmado por lo que presenta como el Polo Soberanista tiene muchas lecturas posibles, pero creo que todos estaríamos de acuerdo en que se basa en una premisa básica pero no explicitada: los tiempos de ETA(m) se han acabado y el mito de su indestructibilidad no se lo cree nadie, por lo que es necesario «adaptarse».
El ‘polo’ debería definir si busca la independencia dentro de la UE
Es decir, se ha agotado el ciclo iniciado en 1974, cuando una escisión de ETA que pasó a llamarse ETA(m) se autoconstituyó en vanguardia y garantía del movimiento independentista vasco y el ciclo se ha terminado con la (casi) total destrucción de la organización armada, a la cual no le falta sino el acto de lucidez final de darse por acabada.
Este nuevo Polo tiene el reto de reconducir políticamente a una parte significativa de la sociedad vasca que desde hace varias décadas ha venido actuando bajo la idea de que el proceso de la transición española era una trampa en la que los vascos no debíamos participar; que la democracia española es un globo sin contenido que será pinchado por nuestros borrokalaris, que los españoles son malos y tramposos por naturaleza (de los franceses no se suele decir casi nunca nada, pero se supone que tienen los mismos defectos) y que todo esto lo arreglamos con la lucha en general y con la violencia armada en particular.
Hoy, 46 años más tarde, la realidad se impone y como decía Tasio Erkizia el otro día, «cuando hay más razones que nunca para la lucha armada,» resulta que » hay menos condiciones objetivas y subjetivas que nunca » porque » no creíamos que el Estado iba a llegar a estas situaciones, ni que en Europa ante las ilegalizaciones tan burdas iban a decir que eran legales y nunca hubiéramos creído que con tanta ilegalización, con más de 700 presos y con las direcciones políticas constantemente agredidas y en la cárcel, la sociedad mirara a otra parte».
Una derrota de ese calado merecería un análisis por parte de quienes han sido los dirigentes de ese mundo radical, que explique cuales son las bases estratégicas de 1974 que eran inadecuadas desde el principio y cuales fueron perdiendo sentido en el camino. Pero lo que no se puede hacer es pretender seguir siendo los líderes de las nuevas décadas sin explicar las causas de la derrota pasada.
¿Y qué nos proponen ahora desde el Polo?: una nueva estrategia para los años futuros que, como ocurriera en 1974, tampoco nadie se molesta en explicar con detalle, ni en explorar sus límites ni mucho menos en describir la hoja de ruta. Hoy como entonces se apela al sentimiento, se nos llama a rebato en pro del Estado vasco, pero sin explicarnos mínimamente ni su contenido ni la forma de conseguirlo.
El Polo no define el contenido básico de ese futuro Estado vasco, pero contiene una afirmación que a mí me parece relativamente novedosa: «No queremos muros en el Ebro o en el Aturri». Lo que yo interpreto como la afirmación de que se quiere que el eventual Estado vasco pertenezca a la Unión Europea. Tesis que si bien ha sido tradicional en EA resulta novedosa en boca de HB, porque el mundo del nacionalismo radical siempre ha tenido muchos silencios y ambigüedades respecto a esta materia.
Pero claro poner como meta la creación de un Estado vasco que pertenezca a la UE condiciona de raíz la estrategia a desarrollar, porque no es lo mismo pretender la independencia pura y dura, que es algo fundamentalmente unilateral, que pretender crear un Estado vasco que pertenezca a la UE, que es cosa que también depende de otros y no sólo de los vascos.
Para ser «independientes» «basta» con tener la fuerza suficiente para romper la unidad de España y Francia, bien sea la fuerza armada con la que soñaban los milis bien sea la fuerza democrática de una ciudadanía vasca organizada tras esa meta, bien la suma de las dos.
Pero pretender que ese Estado nuevo forme parte de la UE exige además tener una estrategia para lograr que España y Francia acepten la incorporación de ese nuevo Estado a la UE, porque de acuerdo a las leyes comunitarias la entrada de un nuevo Estado exige la unanimidad por parte de sus miembros. Y eso, significa que todas las dinámicas «unilaterales» vascas son inservibles para forzar la voluntad soberana de España y Francia en el momento de ese eventual veto contra la incorporación del Estado vasco.
Es decir: la izquierda radical, y el nacionalismo vasco en general, no pueden seguir guiando su política con la idea básica de que la «independencia» se arranca a los enemigos españoles por la fuerza de la voluntad vasca, porque por esa vía se llegaría como máximo a la independencia, pero no a la independencia dentro de la UE.
Y es aquí donde aquella famosa frase de «seducir a los españoles» que pronunció Imaz cuando era presidente del PNV adquiere importancia, porque solo desde la complicidad con el «otro», con el español y el francés, se puede aspirar a que ese eventual Estado vasco puede ser miembro de la UE. Pero claro, una estrategia basada en la idea de «seducir» no tiene nada que ver con una idea basada en la permanente lucha contra «el español opresor», que es en el fondo lo que se nos viene a proponer de nuevo por este polo.
Así que sería bueno que antes de empezar este segundo peregrinaje se piense a fondo la estrategia. No vaya a ser que en vez de un polo director tengamos un flautista de Hamelin.
Poronpompero, a este hay que darle con makilla de urratsa, hablo figurativamente, tienes razon en lo de este exviolento, este es de esos politicos de casta mala, a extingir, ya sabes los revolucionarios endiosados, quemaconventos y secuestradores y asesinos.
A estos la iglesia y la democracia que son muy generosas y caritativas, pues eso les acoge.
Yo no puedo acabar de leer ese escrito bazofia vomitiva.
Estupenda reflexión Imanol. La lucha armada (la violencia global del MLNV) es la que mantiene el antagonismo con el enemigo, es lo irreductible, lo inasimilable por la maquinaria del Estado (miltar/ideológica). Euskadi TA Askatasuna evolucionará, se transformará en algo diferente, se lo pondrá más difícil al Estado, pero la violencia seguirá siendo usada como herramienta política.
Comparar a la «resistencia vasca» con la «resistencia afgana» (los talibanes) dice mucho de la idea de democracia que tiene el MLNV.
Hay que ver cómo está el patio con el polo, pero primero os dejo la noticia de La Razón hablando de una documentación de ETA a la que dicen han tenido acceso, y que según este medio confirma que no hay «enfrentamiento» entre ETA y Batasuna, sino que ETA dirige todo el teatro. Hay va el recorte:
http://www.larazon.es/noticia/5761-documentos-de-eta-revelan-que-dirige-el-pacto-entre-batasuna-y-ea
La banda ofrece sólo «una interrupción de actividades», nunca la entrega de las armas / «Hay que conseguir un acuerdo político con Eusko Alkartasuna para destruir a Aralar»
Documentos de ETA revelan que dirige el pacto entre Batasuna y EA
5 Julio 10 – Madrid – J. M. Zuloaga
ETA dirige desde el primer momento la estrategia para que su brazo político, la llamada «izquierda abertzale», llegue a acuerdos con Eusko Alkartasuna, según documentos de la banda a los que ha tenido acceso LA RAZÓN. Es falso que todo responda a una rebelión interna capitaneada por Arnaldo Otegi y Rafael Díez Usabiaga, ni que la finalidad sea llevar la paz al País Vasco.
Los pistoleros, en el caso de que se alcancen los objetivos de presentar candidatos en las próximas elecciones, sólo se comprometen a «interrumpir» sus actividades (no a desaparecer). Siempre condicionado a que el Estado deje de perseguirlos judicial y policialmente. Se trata, por lo tanto, según expertos consultados, de una nueva trampa para intentar seguir en las instituciones municipales y forales y ganar tiempo para reorganizarse.
«Hay que conseguir un acuerdo político con Eusko Alkartasuna con el fin de acabar políticamente con Aralar y causar el mayor desgaste electoral posible al PNV», dice textualmente el documento que la «dirección» de ETA hizo llegar a los responsables de su «brazo político».
Otro de los fines del acuerdo es lograr una imagen fuerte para la opción «independentista» y que, de esta manera, pueda alcanzar buenos resultados en los comicios a los que se presente. Asimismo, ETA pretende que la unión entre EA y Batasuna se convierta en la referencia para los que preconizan la separación del País Vasco de España desde posturas extremistas y están dispuestos a enfrentarse al «Estado fascista español».
Para la banda, Eusko Alkartasuna se ha convertido en un aliado necesario, en un «compañero de viaje imprescindible», para llevar adelante el nuevo «proceso político», cuyo contenido y desarrollo también se explica en los documentos y que pasa, tal y como se recogía en el documento que EA y la «Izquierda abertzale» firmaron el 20 de junio en Bilbao, por la formación de un «Estado vasco».
Con el fin de evitar errores cometidos en el pasado y para que esa condición de «compañero de viaje no se pueda romper», ETA aconseja que se explique con detalle a los de EA el referido proceso.
Los cabecillas de la organización criminal consideran prioritaria la formación de un «bloque electoral» que tenga su plasmación en las instituciones. Con este fin, dice el documento, se deben movilizar todos los sectores posibles, no sólo el político, sino el sindical y el «popular». Los acuerdos, por supuesto, tienen que afectar tanto al País Vasco como a Navarra, cuyo proceso de anexión, bajo el disfraz de la «autodeterminación» y referéndum, también se establece.
El objetivo de ETA es que el bloque se constituya en interlocutor con naturaleza propia (con el respaldo siempre latente y armado de la banda) para negociar con otras fuerzas políticas la «solución del conflicto», dentro de un guión en del que los interlocutores no se pueden salir.
Presos a la calle Alcanzado este objetivo, empezaría una nueva negociación entre la banda y el Estado español para exigir la legalización de los partidos y las listas electorales proetarras; el fin de la actuación policial y judicial contra ETA y su entramado; medidas para excarcelar a los presos y, en general, el cese de la «brutal represión» que, según los terroristas, se ejerce sobre ellos. A cambio, la banda ofrece una «interrupción de actividades», sin más concreción. De entregar las armas o desaparecer, nada de nada. Llegados a este punto, si es que un Gobierno español se prestara a ello, los pistoleros pedirían que desaparecieran lo que llaman las «consecuencias del conflicto» y que se modifique la Constitución para que no haya ninguna traba legal a lo que puedan acordar-imponer en el nuevo proceso.
Anexión de Navarra Se llegaría entonces a lo que ETA llama el «Gran Acuerdo Político», que marcaría un antes y un después, ya que se pondría en marcha el proceso para que los navarros decidieran «democráticamente» (ETA, por supuesto, no habría desaparecido y su existencia constituiría un elemento de presión y amenaza) su incorporación al País Vasco. Los estatutos de ambas comunidades deberían ser reformados para articular un sistema que permitiera llegar a una «soberanía política», en la que Navarra desaparecía como tal. Los que firmaran el acuerdo estarían obligados a votar a favor del mismo en todas las circunstancias.
La «piedra preciosa» ETA deja claro que el punto de partida de cualquier pacto son las bases establecidas en las discusiones habidas en el Santuario de Loyola durante el anterior proceso de negociación. «Para la izquierda abertzale, es la piedra preciosa ya que permitiría definir a Euskal Herria como nación, su territorialidad (Navarra) y sus derechos».
No obstante, y para evitar el fracaso anterior, la banda propone que la izquierda abertzale, y se entiende que también EA, debe trabajar, provincia por provincia, en especial en Navarra, para lograr las condiciones que permitan ese «gran acuerdo». Los terroristas advierten de que no están dispuestos a aceptar meras reformas, sino definiciones con una «hoja de ruta» concreta. En caso contrario, el «conflicto» (actividades terroristas) se avivaría de nuevo.
Al final, según el plan de ETA, se llegaría a un «Estatuto de Autonomía Nacional», en el quedarían establecidas las competencias, el calendario y el marco para llegar al «Estado vasco».
Ya ahora es interesante el estado en el que está Aralar, que con la pinza del polo tiene que sacar pecho y buscar ese espacio. Entrevista a Patxi Zabaleta en Vocento:
http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20100705/politica/digno-cese-unilateral-violencia-20100705.html
«El fin digno de ETA es el cese unilateral de la violencia; no cabe otra negociación como la de Loyola»
Insta a Batasuna y EA a garantizar en su acuerdo los «derechos» de quienes no son independentistas
– ¿La sombra de HB es demasiado alargada?
– Es la otra sensibilidad de la izquierda abertzale, pero Aralar tiene su propia aportación: ETA tiene que terminar unilateralmente por decisión política, sin ningún tipo de negociación de contenido político. Sin contraprestaciones. El diálogo tendría que venir luego entre los partidos sobre las consecuencias de la lucha armada y la normalización. Ése es el proceso civilizado. Cualquier otra solución sería perjudicial para el futuro de la izquierda abertzale e inasumible desde un punto de vista democrático.
A su juicio, Batasuna ha confirmado su «acercamiento» a los postulados de Aralar en el acto que celebró con EA en Bilbao, lo cual es todo «un avance».
– ¿Teme que la aparición en escena de la autoproclamada izquierda abertzale deje a Aralar sin señas de identidad?
– En absoluto. Siempre hemos dicho que la izquierda abertzale sólo puede ser civil, plural y democrático; no teledirigida.
– En las reuniones que van a mantener, ¿pedirán a Batasuna un desmarque nítido de ETA?
– Hay cuestiones que no se pueden quedar al margen. Por ejemplo, los avances en favor de la pacificación. Y ahí entra la exigencia expresa a ETA de un cese unilateral.
– ¿Firmaría Aralar ahora el acuerdo presentado por Batasuna-EA?
– No lo podemos suscribir. La pluralidad es otro tema ausente en ese documento. Y la trasversalidad. Hay que estructurar una fuerza política que tenga programa de izquierdas, y eso no está en el acuerdo Batasuna-EA. Ellos hacen un posicionamiento a favor de la independencia que nos parece respetable, siempre que se asiente en el derecho a decidir. Para eso hay que abrir la mano a la derecha y a la izquierda, a todos los demócratas. Crear una nación sí, pero una nación en la que los derechos de los no independentistas estén tan garantizados como pretendemos que ahora estén los de los independentistas en una situación de no independencia.
– ¿Ve al mundo de Batasuna en disposición de romper con ETA?
– Ideológicamente, sí. Falta un aspecto casi sentimental. El fin digno de ETA es el unilateral. Tiene que acabar como escribió Julen Madariaga (uno de sus fundadores). ETA fue un movimiento que nació por motivaciones políticas y tiene que acabar por motivos políticos. Es lo que conviene, no sólo por razones éticas y morales. Policialmente nunca se acabará con la organización. Se pueden dar golpes sustanciales, pero puede reorganizarse.
El debate «está en la banda»
– ¿Tiene algún indicio de que la banda se plantee un alto el fuego?
– No tengo pruebas, pero sí la convicción de que en la banda el debate sobre la finalización está vigente. La detención del grupo de Carrera ha podido trastocar esa evolución. Rubalcaba, habilidoso comunicador, dijo que no estaban rezando el rosario. Lo dijo para ocultar que no estaban preparando un atentado. Estaban debatiendo.
– Por sus últimos comunicados y acciones desmanteladas por la Policía, la banda terrorista no parece por la labor de dejar las armas.
– Tampoco hay comunicados en los dos o tres últimos meses. Si van a pretender que exista un proceso al estilo Argel, Lizarra o Loyola, nosotros creemos que eso está acabado. Además sería perjudicial. Yo creo que ya fue perjudicial en Loyola, al margen de las intenciones que tuvieran los que allí se encontraban bajo la égida de los jesuitas.
– ¿Qué modelo sería el adecuado?
– Lo que ya he dicho: cese unilateral. Somos contrarios a cualquier idea de proceso-negociación. Contrarios a repetir experiencias como la de Loyola. Ningún logro político de ETA en la mesa de negociaciones sería admisible políticamente ni ejecutable. Cómo íbamos a ir a cualquier sitio a decir que esto lo han acordado ETA y el Gobierno.
-¿Cree que ETA podría diluirse como un azucarillo, como se maneja en algunos círculos políticos?
– Eso no es posible. Tiene que haber motivaciones políticas. La teoría del azucarillo y otras zarandajas que maneja el Ministerio del Interior se parecen mucho a las que utilizaba Mayor Oreja en su tiempo, cuando recibía más incienso que el apóstol Santiago matamoros.
– ¿Y cuál es el motivo político?
-Sólo uno. Dejar el cauce a la lucha política. Con todas las críticas que se quieran al actual sistema, y más teniendo en cuenta la irresponsabilidad de PP y PSOE por endurecer la ley de partidos.
– Alegan que es para evitar que Batasuna se cuele en las elecciones sin antes desmarcarse de ETA.
– Han demostrado una falta de categoría espeluznante. Es una victoria de los ultramontanos del PP, a los que se supedita un sector del PSOE.
– Eguiguren dice que esta vez Batasuna va en serio. ¿Usted?
– ¡Ya le ha costado! No decía lo mismo en febrero. Pero no se puede devaluar su mensaje. Eguiguren tiene una dosis de audacia porque ha mantenido la posición ante desautorizaciones de López y Rubalcaba. Eso le honra. Es contrastable que Batasuna está dando pasos diferentes. Hay avances. En el documento ‘Zutik Euskal Herria’ aparece de forma expresa la utilización exclusiva de cauces políticos. Además, se han aceptado los ‘principios Mitchell’. Hay resistencias, pero se está en el camino de la defensa de todos los derechos humanos.
Y por último el grupo Noticias citando a Aralar, que dice que el un polo que sea solo de derecho a decidir no es nada, que tiene que haber «ideología de verdad», es decir, izquierda, para que sea algo con fuste:
http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2010/07/05/politica/euskadi/aralar-reclama-al-polo-soberanista-mayor-pluralidad-para-ser-mas-eficaz
Aralar reclama al «polo soberanista» mayor pluralidad para ser más eficaz. Zabaleta cree «insuficiente» el acuerdo entre ea y la izquierda abertzale oficial. Afirma que lo que le separa del proyecto no es el sustrato ideológico, sino consideraciones de estrategia y método
donostia. Aralar sigue sin encontrar su sitio en el denominado polo soberanista en el que ya están instalados la izquierda abertzale ilegalizada y Eusko Alkartasuna. La formación dirigida por Patxi Zabaleta sabe que su destino natural se encuentra en ese vértice del tablero político vasco pero, antes de engrosar las filas de ese bloque político, pide salvaguardas para no quemarse ante posibles incendios. Ayer, el coordinador de Aralar fijó un nuevo requisito para su participación en ese acuerdo estratégico y reclamó una mayor pluralidad.
En declaraciones a la Cadena Ser, reiteró su compromiso con la idea de crear una fuerza política de izquierdas y abertzale, pero excluyó su participación en toda iniciativa cuyo «nexo político esté sólo en la defensa de las ideas abertzales». A su juicio, esa premisa «no da de sí para la construcción de una fuerza política». El coordinador de Aralar entiende que el acuerdo suscrito en el Euskalduna de Bilbao entre la izquierda abertzale tradicional y EA es «netamente insuficiente y no contiene los mimbres para construir una izquierda abertzale plural».
Si hubiera alguna duda de que, en las circunstancias actuales, Aralar no encuentra su encaje en el bloque soberanista al que ya ha sido invitada oficialmente -próximamente también lo será Alternatiba, formación escindida de EB y liderada por Oskar Matute-, Zabaleta lo dejó claro mediante una imagen: «El polo tiene dos ceros y, por lo tanto, dos ruedas, y no caben tres».
A su juicio, el abertzalismo o cualquier reivindicación de tipo nacional «no es en sí misma una ideología». Por lo tanto, deja claro que lo que le separa del proyecto actual no es tanto el sustrato ideológico, sino sobre todo consideraciones de estrategia y método. En este sentido, añadió que «una fuerza política se tiene que construir en base no sólo al derecho a decidir, que también porque eso es democracia, sino también en base a los principios y postulados sociológicos que se adopten». En todo caso, cree que es «positivo» que EA y la izquierda abertzale ilegalizada les hayan invitado a iniciar conversaciones.
MANIFESTACIÓN DE DONOSTIA Por otra parte, ante la decisión de no sumarse a la manifestación anunciada por EA, la izquierda abertzale tradicional y Alternatiba para el próximo sábado en Donostia, Zabaleta explicó que Aralar había realizado una propuesta para que la convocatoria se «ciñese» a apoyar y «reconocer el protagonismo» que deben tener los partidos catalanes, con la marcha convocada para ese mismo día contra la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatut catalán.
Su formación entendía que había que buscar una unión de fuerzas, mientras que en el texto presentado para anunciar la marcha de Donostia no sólo se critica el fallo del TC, sino la propia Constitución, la reforma, o la monarquía. Críticas «legítimas, según Zabaleta, pero que no suponen un apoyo a la manifestación del día 10 en Barcelona, que es lo que interesa», apostilló.
Porompo ya puestos, es interesante el artikulillo d El Korreo sobre la asociacion d viktimas k keria krear ETA. No nos olvidemos k ETA tambien kiso montar su asociacion pacifista sobre lo k era la Koordinadora Lurraldea, tal y komo dijo Atutxa en su momento:
ETA quiere crear su propia asociación de víctimas
La banda calcula que harían falta alrededor de 43.000 euros al año para sufragar el colectivo
05.07.10 – 02:39 –
EUROPA PRESS | MADRID.
La banda terrorista ETA ha decidido explorar y sacar provecho de un nuevo ámbito de actuación: el de las víctimas abertzales. Documentos incautados recientemente a la organización terrorista revelan que ha ordenado a la izquierda radical la creación de su propia asociación para legitimar y equiparar a ‘sus damnificados’ con los que la propia ETA ha provocado. Al parecer, su objetivo sería contrarrestar la «presión» de la AVT ante una hipotética negociación con el Estado. Los terroristas atribuyen a este colectivo buena parte de la «represión» que, según denuncian, se ha ejercido contra la izquierda abertzale, y que ha derivado en su ilegalización como partido.
ETA tiene muy claro quiénes formarían parte de la nueva agrupación, así como del tipo de estructura que debería tener y cuál sería la cantidad de dinero necesaria para sufragar su actividad. Calculan que la cifra rondaría los 43.000 euros al año, que irían destinados a pagar los sueldos de dos liberados, la sede social y otros gastos. Prevén contar con subvenciones públicas.
En los documentos incautados, la organización apuesta por dotar al colectivo de una composición «ideológicamente plural» en la que se incluirían varios tipos de víctimas. Así, se integrarían en la asociación los familiares de militantes de ETA, de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, o de Iraultza -una organización terrorista surgida a principios de los ochenta- que hubieran fallecido mientras participaban de las actividades de la organización o estando en prisión por supuestos malos tratos. También se incluirían a los familiares de los que han fallecido estando huidos en otros países, deportados o desaparecidos, así como a las víctimas de los GAL, la Triple A, los Guerrilleros de Cristo Rey, el Batallón Vasco Español o a los familiares de personas que murieron o resultaron heridos por la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
No estarían representados, por contra, los allegados de los presos de ETA. Consideran que la nueva organización debe ser compatible con Askatasuna y Etxerat. De hecho, la banda terrorista habría encargado a los dirigentes de Askatasuna la creación de la agrupación de víctimas, que pasaría a formar parte de la estructura del Movimiento Pro Amnistía y se encuadraría en la izquierda radical.
ETA quiere una asociación «sencilla», que cuente con un coordinador general, cuya función será la de gestionar las actividades y las relaciones institucionales; un portavoz; responsables provinciales y una asesoría legal. En cuanto a las personas destinadas a ser las caras visibles del colectivo, la banda baraja como ejemplo a familiares de víctimas conocidas, como es el caso de Lasa y Zabala.
Pues igo, cómo están de crecidos los de Aralar, hay pelea de gallos en el polo soberanista:
http://www.diariovasco.com/v/20100706/politica/aralar-dice-creara-nada-20100706.html
Aralar dice que no «creará» nada con Batasuna hasta que reclame el fin de ETA
Abril explica que sus conversaciones con la izquierda abertzale y EA no se ceñirán al acuerdo del Euskalduna
En vísperas de que Aralar se siente junto a la «otra sensibilidad» de la izquierda abertzale y Eusko Alkartasuna para medir el grado de compatibilidad existente entre ellos, el vicecoordinador, Jon Abril, explicitó ayer algunas condiciones, más que relevantes, para posibilitar un trabajo conjunto. La primera y fundamental es clara: «O ETA da pasos o (Batasuna) le dice que su tiempo ha terminado».
Es la primera condición y también el «principal obstáculo» que Aralar observa para poder «crear algo en común» con esta corriente, algo que no esté centrado sólo en el independentismo, como el denominado polo soberanista que no convence a los de Patxi Zabaleta, sino un movimiento que aúne y se sostenga sobre unos postulados de izquierda que, en opinión de Abril, no recoge el pacto suscrito en el Palacio Euskalduna por sus próximos interlocutores.
Aralar acudirá al encuentro, que se celebrará a finales de esta semana o principios de la que viene, no sólo para debatir sobre el texto del Euskalduna, sino para hablar de «reconocimiento de la pluralidad, de políticas de izquierdas y de pacificación», los temas que preocupan a la formación abertzale, que no quiere «limitarse» al documento firmado hace unas semanas en Bilbao, texto que juzgan «bastante tibio» y que presenta «serias carencias».
Abril, en una entrevista ayer en Radio Euskadi, considera posible alcanzar acuerdos puntuales en algunas materias, pero todavía ve lejos ir más allá, y construir «la nueva izquierda abertzale» que ellos propugnan. «ETA es el principal obstáculo» para avanzar en ese camino, recordó el dirigente de Aralar. Y «cuando se den las condiciones, seguramente los pasos también serán más grandes», añadió el vicecoordinador.
Pero esas condiciones no han llegado y no llegarían, según Aralar, ni con el anuncio de una tregua. «Hay que ir más allá», aseguró ayer Abril. La otra izquierda abertzale «no puede condicionar una verdadera apuesta por las vías políticas -como la que anuncia- a las consecuencias que pueda traer un proceso o un periodo de debate», indicó.
Aralar, reacio a dar ningún paso de acercamiento a la otra sensibilidad abertzale -con la que durante mucho tiempo no ha existido relación alguna-, tiene «claro» que no habrá un entendimiento si no se salvan primero «las diferencias sobre el respeto a los derechos humanos» que les separaron hace casi una década. «Queremos ser claros y firmes, también generosos, pero sobre todo firmes» en el rechazo a la violencia de ETA, sostuvo Abril, quien consideró que «es una buena noticia» que la organización terrorista lleve varios meses «en una especie de tregua» sin cometer atentados pero le pidió que definitivamente «deje el camino libre a la actividad política».
Manifestación
A la espera de ver cómo se desarrollan las «conversaciones oficiales» entre las tres formaciones, el dirigente de la formación abertzale también hizo referencia a la discrepancia surgida el pasado fin de semana en torno a la convocatoria de la manifestación del sábado en San Sebastián, coincidiendo con la que se desarrollará en Barcelona en protesta por el fallo del Estatut y a la que acudirá una delegación del partido.
Abril explicó que su formación se descolgó de la marcha, secundada por EA, la izquierda abertzale y Alternatiba, porque no se tuvieron en cuenta sus propuestas para el texto de la convocatoria. «No es que no queramos estar en una manifestación a favor de la autodeterminación, ni mucho menos», defendió el dirigente de Aralar, pero, a su entender, el llamamiento se debería haber llevado a cabo de otra forma, «con una mayor reflexión».
Además, consideró que lo importante este sábado era mostrar la solidaridad con el pueblo catalán, y que la manifestaicón debería «mirar hacia allí y no aprovecharla como excusa y darle la espalda».