Jon Inchaurraga
El otro día en el artículo titulado «Las cosas claras» que escribió Iñigo Urkullu en Deia me llamó la atención una alusión al Lendakari Aguirre en la que decía que “Somos demócratas nacionalistas o nacionalistas demócratas pero, tomando las palabras del lehendakari Aguirre en este año del 50º aniversario de su fallecimiento, si hubiera que optar, somos demócratas antes que nacionalistas”. Una frase que habría que repetirse todos los días para evitar meter las patas que, como humanos que somos, metemos todos los días. Unos errores que según en qué esferas se cometan pueden condenar a una ideología política. Por eso, hay que tener claro que, si nos reivindicamos humanistas, hay que defender al humano ante todo. Una condición que parece muy simple, pero que en contextos en los que el agresor es alguien con el que simpatizas puede volverse complicado. Como humanos que somos, muchas veces miramos antes el “quién” que el “qué”, lo que nos hace cometer injusticias al contraponer el corazón a la razón.
En la sociedad actual tendemos a quitarnos responsabilidad de nuestros actos. Pretendemos cambiar el mundo sin querer intervenir en el cambio, como si viniera solo. Porque hay que tener claro que somos los humanos quienes cometemos las injusticias y los que las arreglamos; somos el motor de los cambios sociales. Algunas corrientes de pensamiento como el estructuralismo acusan al “sistema” de ejercer violencia sobre la sociedad, pero olvidan que ese “sistema” está sustentado y garantizado por las personas. Hemos sido los individuos los que hemos engañado y nos hemos dejado engañar y hemos provocado la actual crisis económica actual. Somos los individuos también los que movemos los mercados ilegales, ya que para que haya una oferta ha de haber también una demanda. Por eso, si queremos evitar esas injusticias y esos tejemanejes hemos de ser nosotros, primero, quienes demos ejemplo.
El nacionalismo vasco actual debe ser el motor de la sociedad vasca actual. Si queremos construir una Euzkadi libre y justa, en todos los sentidos, debemos ser los nacionalistas vascos los que tomemos la iniciativa real. Eso conlleva crear nuestra “pequeña Euzkadi libre y justa” en nuestros ambientes cercanos. Es la única manera efectiva de plasmar nuestro sueño y de posibilitar que un día sea real. Son los cambios cuantitativos los que llevan al cualitativo. Aun así hay que tener cuidado, estos sueños no deben realizarse a cualquier precio, ya que hay que tener claro que antes de nacionalistas vascos somos demócratas y por eso es nuestro deber, en la medida de nuestras posibilidades y responsabilidades, evitar injusticias e intentar integrar al diferente. Las personas están antes que los proyectos, pero también las personas somos parte de los proyectos. Una Euzkadi sin personas es una Euzkadi vacía y eso hay que tenerlo claro antes de seguir construyendo un país en el que hemos invertido tanto esfuerzo. Escuchemos al Lendakari Aguirre y sigamos adelante.
Bien dicho Inchaurraga, pero hay que hacer autocrítica con las víctimas, como hizo Ibarretxe y hay que preguntarse qué significan las palabras de Agirre en nuestra actitud frente a ETA.
Agirre lo tenía claro, primero la libertad. Por lo tanto, yo opino que el nacionalismo, nada más volver al gobierno debería luchar contra el virus ideológico que alimenta a ETA, es decir, el engaño del MLNV. Además de optimizar el servicio de inteligencia de la ertzaintza y lograr entrar en Schengen. Y todo ello, denunciando, como hizo Agirre, las manipulaciones españolas que unen al PNV con ETA como en el 36 se hacían con los «rojos matacuras». Firmes en nuestras convicciones, siempre por la libertad.
Muy de acuerdo Inchaurraga. Es que claro tanto nos hemos simplificado que no nos damos cuen que el nacionalismo vasco sale de una matriz ética determinada cuala es la ética cristiana entendida como ética humanista. Es a través de este lente con la que el nacionalismo vasco montó su ideología política, democrática y partidaria de la libertad, en unos momentos en los que en el Estado español la derecha y la izquierda sólo pensaban en sacarse mutuamente los higadillos.
Como la ética del MLNV es la no ética o la antiética o la ética de los que están en contra de la ética dominante pues su idea nacional se ve con los lentes de esas gafas que son horripilantes. Pues de ese modo estos tíos reivindican el derecho de autodeterminación peo cicatean el derecho a la vida de las personas individuales.
Agirre lo tenía claro. Había valores humanos previos a cualquier ideología y las ideologías totalitarias se cargaban esos valores previos destruyendo el valor de las personas particulares y montando sus universos de escabechinas.
Gracias Inchaurraga por recordarnos de donde venimos y de que tenemos que tener conciencia de de donde venimos.
Y pregunto yo, un ESPAÑOLAZO como denominais en vuestra jerga, puede ser democrata y lutxar poor la libertad?, me dejais anoadado.
Osea IGOMENDI, tu que repartes carnets de atrenticidad, como puedes estar de acuerdo con Aguirre, y Vd Merry, lo mismo., vosotros que llamais españolazo insultando a cualquiera y os poneis la chapela a rosca.
Burua nahastuta gaukazue.
PIKUTARA.
Merry antieuskalduna, lacayo de Madrid y merino de Castilla en Euskalherria.
Pero arrano pero tu no eres un españolazo sino un admirador de los productos españoles y tu claro confundes tu admiración por el paisaje y las gentes femeninas con ser español.
El adjetivo españolazo yo lo uso con todo el cariño, Arranotxu y te pido perdón si alguna vez te ofendí por usarlo contigo en tus momentos más lagarteranos.
En Euskadi sobran personas como VD; Merry.
Pero Kurrin pero en un proceso de paz no sobra nadie.