(1945, José Antonio Agirre Lekube ante el cuadro realizado por Ricardo Arrue)
Si algo representaba y recalcaba el Lehendakari Agirre era la reivindicación de la libertad y la dignidad humana como bandera que los vascos debían no sólo tomar en la encrucijada histórica en la que se encontraban, después de la guerra civil española y el ascenso del totalitarismo (fuera comunista, nazi o fascista), sino también como continuadora de la bandera que los vascos, durante siglos, habían sostenido mientras la libertad y dignidad humanas se pisoteaban en regímenes absolutistas y feudales. Por ello, «libertad» es una palabra que repite constantemente en sus escritos. Como recordara en el mensaje de Gabon de 1939:
“Tenemos los vascos una tradición de libertad de siglos y una educación política propia que no es de hoy. Nuestra tradición nos servirá de base para la marcha sobre el futuro. (…) Democracia sin demagogia – recordad nuestras Juntas Generales-. Poder fuerte sin extravíos dictatoriales – recordad nuestro Gobierno del Señorío-. Justicia social subordinada al principio del bien común – recordad nuestras leyes del fuero -. Igualdad aristocrática de los ciudadanos. Queremos la igualdad en el bienestar; no la queremos en la miseria.”
Y como demostración de los conocimientos del Lehendakari sobre las leyes y mecanismos que los vascos nos dimos a nosotros mismos para luchar contra aquellos que atentaban contra la libertad y dignidad humanas, ejemplo para nuestras futuras actuaciones, es interesante leer la segunda conferencia pronunciada en el Centro Vasco de Caracas por el 7 de Octubre de 1942, de cuya primera parte he pretendido hacer aquí un resumen. En un perfecto recorrido temporal, Agirre pone de manifiesto la tradición por la libertad y la dignidad, que los vascos de entonces, de ahora y del futuro, deberían conocer y hacer honor:
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El sentido vasco de la dignidad de los hombres y de la libertad es tan amplio, tan humano, que, a pesar de haberse originado siglos y siglos atrás, parece doctrina de hoy (…) Lo cierto, lo indubitable, porque (…) da cuerpo a la ley de los vascos, al fuero vasco, es el sentido admirable de los vascos respecto de la dignidad del hombre y de la libertad humana. (…)
El sentido vasco de la dignidad parece una doctrina hecha para combatir esa corriente que marcan las dictaduras y la violencia de nuestros días, a pesar de que ese sentido es inmemorial (…)Hace siglos, los vascos no permitían que hombre alguno fuera condenado sin antes ser oído, mientras hoy la simple sospecha y la vil calumnia bastan para llevar a los hombres a los campos de concentración.
(…) Leyes recogidas de Nabarra (…) por las cuales había que escuchar siempre a las partes estando libres de toda presión, (…) es el cuento (…) del hombre y de la serpiente. Un hombre crió una serpiente; la serpiente creció y se hizo fuerte, y cuando la serpiente se sintió con poder (…) hizo que quisiera en un momento determinado matar al hombre. El hombre protestó ante el juez, y el juez entonces oyó al hombre, pero manifestó: «¿Dónde está la serpiente?» «La serpiente está encerrada —contestó el hombre—; yo la encerré.» «No, es menester que la serpiente venga y dé su descargo.» Y, en efecto, la serpiente vino y dio su descargo, y entonces el juez y el hombre, después de oírla, mataron a la serpiente, pero no antes. Así lo dice el fuero en su Novísima Recopilación de Nabarra.
(…) Hoy, que tanto preocupa el predominio del militarismo (…) no será tampoco ocioso el hacer mención de aquella disposición del mismo fuero de Nabarra, por el cual jamás los militares podían intervenir en tribunales que juzgasen a civiles. (…) La protesta de las Cortes de Nabarra, verificada el año 1828 (…) diciendo que un tribunal había condenado a un nabarro porque había abofeteado a un militar francés, y reclamaban que, si delito había, éste fuese juzgado por tribunales civiles competentes, pero no por tribunales militares.
Mayor importancia tiene la ley 12 de la Constitución de Bizkaya, que se refiere al tormento. (…)No son artículos de modernas constituciones; es un artículo (…) que acuerdan bajo el árbol de Gernika (…) el año 1526 (…) que a su vez dicen que «memoria de hombres no sabe cuál es su origen» (…): «que a bizkaino alguno no se dé tormento ni amenaza de tormento directa ni indirectamente en Bizkaya ni fuera de ella en parte alguna». Es decir, observaréis que no solamente prohíbe el tormento para el natural, sino que (…) rebasa sus límites y dice: «no se dé tormento aquí ni fuera de Bizkaya en parte alguna».
De ahí, señores, que (…) por qué los vascos decimos que nosotros no conocimos jamás la inquisición. (…) Cuando algunos religiosos inquisidores quisieron entrar por tierra vasca allá por el Sur de Nabarra, haciendo uso de facultades que creían tener en territorio vasco, la ciudad de Tudela, (…) lanzó aquel escrito famoso a las Cortes de Nabarra (…): «que nos quiten a ese fraile que se llama inquisidor».
El espíritu civil vasco no resiste que la dignidad humana, sea por vía de tormento, sea por otra causa cualquiera, sufra detrimento. (….) Podemos examinar la que se ha llamado por muchos escritores el Habeas Corpus Vasco. Esta es la famosa ley 16 del Fuero de Bizkaya. Dice así:
«Que ningún prestamero ni merino ni ejecutor alguno sea osado de prender a persona alguna (…) sin mandamiento de juez competente, salvo el caso de infragante delito. Si así sucediere y juez competente ordenare la libertad, se le suelte cualquiera que sea la causa o la deuda por que esté preso.»
Ha habido algún escritor, como el argentino doctor Otaegi, que (…) dice que es la más excelsa entre las que respetan la dignidad de la persona humana, y, llegando (…) al examen de las famosas palabras del Habeas Corpus británico («Ningún hombre libre sea prendido ni aprisionado, sino por el juez de sus pares y por la ley de la tierra») dice: «La ley inglesa nos habla del hombre libre. ¿Es que había hombres no libres?». Y exactamente los había. (…) La ley vasca, dice que (…) a ninguna persona (…) Que el (…) Habeas Corpus británico, que tanto ha sido predicada, tiene una desigualdad en su origen y no se aplica a todas las personas. (…)
(…) Examinemos lo que tanto ha sido desfigurado (…), la nobleza universal de los vascos. (…)Pequeña travesura democrática de nuestros antepasados para evitar que la plaga del feudalismo (…) tuviese asiento en nuestra tierra. Voy a leeros unas palabras del famoso heraldista Juan Carlos de Guerra(…). Dice así:
«La trascendencia de la nobleza vasca reside en su universalidad; la gloria es colectiva. (…) ella constituye uno de los más preciados títulos de gloria de nuestra historia porque ella revela que en este pueblo apartado los derechos de la persona humana fueron siempre respetados, mientras en los otros países eran injustamente violados. (…) Glorificando nuestra nobleza originaria, nosotros no nos glorificamos de haber tenido muchos esclavos, sino de no haber conocido jamás la servidumbre. Nosotros no nos alabamos de haber sido señores justicieros, sino (…) no haber jamás conocido la justicia señorial. Nosotros no tenemos la ridícula pretensión de aquellos que prueban su nobleza sobre el hecho de que sus antepasados no trabajaron para comer, sino que (…) nuestros antepasados vivieron honestamente por un trabajo continuo, sin que por ello deshonraran su nobleza y sin dejar de tomar las armas para la defensa de (…) los fueros. (…) No hay nada más justo ni razonable para un hombre que el respeto de su propia dignidad, ni nada más agradable que saber que en los siglos pasados esta dignidad fue igualmente respetada en sus antepasados».
(…) Os parecerá creer que esto significaba títulos, que esto significaba dominio. Pues bien; es todo lo contrario, (…) decía así la disposición del fuero de Bizkaya: «Contra aquel que trajere privilegio real u otra clase de disposición que atentare contra la ley dictada por el pueblo: El bizkaino que obtuviese privilegio del rey pagará mil maravedises y será encarcelado. (…)»
En Nabarra, merced a la influencia (…) francesa, hubo alguna infiltración feudal (…), pero (…) consagraron en tal forma la libertad constitucional, que (…), en 1612, hace exclamar al autor francés André Favin (…): «Consideremos la ceguera y el desatino del pueblo nabarro en imponer leyes a sus príncipes, de quienes ellos deberían recibirlas. Los siervos han nacido para obedecer a sus príncipes.» Este, por lo visto, era el criterio francés. Afortunadamente, el criterio vasco, sustentado por nuestros padres, (…) era el pueblo quien dictaba la ley; era el príncipe quien la obedecía.
El siglo XVIII (…) se discutió sobre el control de la entrada de oro y plata en Gipuzkoa. El país vasco tenía por ley, (…) consagrada su libertad comercial (…) sin aduanas. (…) Esto hasta el año 1841.(…) El comisario de minas (…) a quien las Juntas (…) habían puesto el pase foral, (…) quiso (…) imponer (…) tributos por la entrada del oro y de la plata: (…) Y el diputado general Egia (…), dice: «Le prevengo que no propase (…) el uso (pase foral). (…) Las sangrientas expresiones de la ley (…) hablan (…) con ministros de S. M. que, con la dorada apariencia del real servicio, intentan atropellar mis libertades.»
(…) En Nabarra (…) el rey Carlos II, en 1692, pide 8.000 escudos como donativo (…). El rey (…) había cometido contrafueros, (…) y las Cortes de Nabarra acordaron para siempre que primeramente fuese restablecido (…) la infracción constitucional, y después sería otorgado el donativo. Y así se hizo. A este propósito dice el inglés Webster: «Hace falta haber estudiado muy poco la historia de las libertades parlamentarias para comprender la sabiduría de esta disposición y las garantías que ofrece contra los abusos del poder.»
(…) Reunidos en (…) 1807, en Ernani, por la intromisión del corregidor representante del rey ante las Juntas de Gipuzkoa, porque este corregidor quería intervenir en las discusiones, la Junta se alza y dice lo siguiente: «(…) No puede el caballero corregidor pretender más representación que la de un testigo que concurre a escuchar (…) la Junta; y que no le corresponde derecho alguno sobre ésta ni sobre individuo alguno que la compone» (…) Aquel poder que representaba el rey no tiene que inmiscuirse en los asuntos de aquel Parlamento. (…)
Por eso, señores, cuando llegamos a la época moderna, si hay personas que se extrañan de la posición que nosotros adoptamos en la guerra civil de España como en el conflicto mundial, nosotros no tenemos más que remitirles a nuestra historia y decirles que en defensa de estos sagrados intereses humanos, como son la dignidad del hombre y la libertad, no hay otra manera de comportarse que ésta. Por lo tanto, si en siglos en los cuales la inmensa mayoría de los países no tenían concepto exacto de la dignidad humana, y ésta era violada, nuestros padres sí lo tenían, ¿hoy íbamos a ser traidores a este concepto que tanto nos enorgullece en siglos y siglos?
EUZKADI (Caracas), octubre-noviembre, 1942
Muy bien Agirre, si antes nos hubieramos dado cuenta de la naturaleza totalitaria del MLNV y los nacionalistas no nos hubieramos dedicado a hacer el manzanillo en Lizarra y los españoles de mezclar asquerosamente al nacionalismo con el terrorismo, hubieramos cumplido mejor el mandato de Agirre. Lo de los apañoles no sabemos si tiene remedio, pero arreglemos lo nuestro y respetemos la dignidad vasca, ni violencia, ni conquista militar, ni tortura.
«Igualdad aristocrática de los ciudadanos. Queremos la igualdad en el bienestar; no la queremos en la miseria.»
JELen agur
Exacto porompompero, esas dos últimas frases es lo que marca la diferencia con todas estas ideologías extrañas que nos vienen vendiendo el oro y el moro, pseudoigualdades, etc.
Es la igualdad en la basura.
Respetando al hombre en su naturaleza como admiraban los vascos antiguos, es como se consigue una digna igualdad.
Joder, la chorrada de Egibar de ayer, de campeonato!!!
Oso ondo artikulua berriro ere, oso didaktikoa. Lan itzela egiten ari zarete agirreren inguruan. Zorionak eta eutsi goiari.
Iban: La chorrada es creerte a los mass-media españoles.
Y por cierto, hoy, que es el «día de la libertad de expresión» no estaría de más recordar que tanto eta a través de su actividad criminal y el estado español, por medio de sus actuaciones judiciales, son los máximos conculcadores de dicha libertad.
La diferencia es que eta no tiene el poder de impedir que el ciudadano reciba esta información, el estado sí.
de chorrada nada de nada marco. Neronek entzunda!
Egibar esta loco!
Quién es él para inmiscuirse en los asuntos de los empresarios.
Los empresarios tiene que ir a vender a cualquier parte, y no pueden estar haciendo fesos a nadie.
¿Por qué no se dedica a hacer empresa en lugar de ser un inutil que sólo ha vivido de la política sin haber conseguido nada efectivo para este país?
1 kosa es k me parezka k lo d Egibar se podia haber evitado 1 otra es tener k aguantar el gilipollas d Basagoiti en su plan falton y barriobajero:
http://www.elcorreo.com/vizcaya/20100504/mas-actualidad/politica/basagoiti-acusa-egibar-independentista-201005041054.html
El presidente del PP en el País Vasco, Antonio Basagoiti, ha acusado hoy al portavoz del PNV, Joseba Egibar de «independentista, fanático y utópico talibán» por considerar que España es el «germen de todos los males, las empresas vascas no son españolas y no tienen que trabajar con el resto de España»
Dsd kuando es «independentista» 1 insulto? Xa taliban Basagoiti, amigo de la «placidez» en el frankismo kon su amigo Mayor. Hay k joderse kon la chusma k hay en la politika.