(Agirre como parlamentario en 1931)
Una de las cuestiones más repetidas y controvertidas con el nacionalismo vasco es si nacionalismo entendido en su sentido jeltzale y separatismo son sinónimos. No pocos debates y tensiones internas se han originado con esta cuestión, desde los mismos comienzos del nacionalismo, con el giro pragmático de Sabino Arana, pasando por las tensiones entre las publicaciones Euskalduna y Aberri y el manifiesto de la Asamblea de Elgoibar de 1908.
Precisamente sobre la cuestión de los fines del PNV y la posición del Estatuto respecto a éstos es interesantísimo el extracto del diario de sesiones de las cortes españolas, en la sesión (5 de diciembre de 1935) en la que Calvo Sotelo pide la ilegalización del PNV e Irujo y Agirre realiza una brillate exposición de la defensa del autogobierno vasco. Este debate, publicado en su integridad en el libro «Llámame Telesforo» de Anasagasti, vemos cómo los diputados españoles, mostrando su habitual «educación» para con el nacionalismo, exigen a los nacionalistas que den vivas a España, y protestan ante las palabras de los nacionalistas. La parte concerniente a Agirre la podemos encontrar también en sus «Obras completas».
Agirre, impasible ante el adverso ambiente que se le enfrentaba advierte en cita española que la situación que alcanzaba las provincias vascas no iba a cesar hasta que fuera posible «practicar en España una política totalmente diferente: política de libertad, de concordia; política que respete las creencias de los vascongados». Y citando a Dante advierte de que pierdan toda esperanza si no se convencen para respetar dichas creencias vascas. Una posibilidad, que desde entonces y hasta ahora, observamos imposible en la cultura política española, y quizás por ello, entendemos la profunda indignación que las certeras palabras de Agirre causaron en el orgullo español cuando comparándolos con el Imperio Británico, dejó en evidencia que España fue una monarquía que pudiendo «haber tenido un imperio formado por veintidós pueblos de distintas razas y de diferentes nacionalidades» había resaltado por haber perdido «un mundo».
Agirre, hilando perfectamente el tracto histórico desde la reinvindicación foral, pasando por el Estatuto sin renuncia a las Constitución Vascas, objetivo final del PNV según dice en sus palabras, se enfrenta al ambiente hostil de la cámara y las intenciones de recorte de derechos de representatividad de los nacionalistas vascos. Con una contundente respuesta, tan actual hoy como lo era en el momento en el que se pronunció: «Hoy somos ciudadanos de la República española, y mientras lo seamos lo somos con todos sus derechos, porque se nos imponen todos los deberes.» He aquí el resumen que he elaborado de la famosa intervención del diputado Agirre, parte del cual fue citado por Ibarretxe en la defensa del Nuevo Estatuto Político en el Congreso de los Diputados:
Agirre: Señores Diputados… (Rumores.) Suplico que me escuchéis y anuncio que voy a ser muy breve. Los que estuvisteis en las Cortes Constituyentes me conocéis suficientemente.
El Sr. Cid: ¡Ya lo creo! Le conocimos con el apellido Aguirre español, sin avergonzarse de él para nacionalizarlo vasco como ha hecho S. S. luego. (Aplausos)
Agirre: Señor Cid, yo he sido un hombre que ha llevado siempre una trayectoria rectilínea. Desde el primer discurso que pronuncié en las Cortes Constituyentes hasta hoy he sido siempre el mismo. (Siguen los rumores.) Yo os respeto a todos vosotros en vuestras respectivas ideologías, y ese mismo respeto (…) demando para mí. (Fuertes protestas.) (…) Dije en las Cortes Constituyentes, y hoy lo repito, que soy nacionalista vasco, y por lo tanto proclamo la nacionalidad vasca. (Rumores.) La nacionalidad vasca, Euzkadi, con soberanía sobre sus propios destinos. ¿Para hacer qué? (…) eso depende más de vosotros que de nosotros. (Grandes rumores.) Estos hombres (señalando al grupo monárquico), que son la representación de los desastres de la Corona de España, durante cuyo dominio se perdió todo un mundo… (Las protestas se hacen a cada instante más vehementes y ruidosas y no permiten oír al orador.) Últimamente, en Ginebra, observaba yo un espectáculo que me llegó al alma, y era éste: Estaba allí el representante de Inglaterra, mister Edén, y había, además, otros seis u ocho representantes del imperio británico: de Irlanda, de Nueva Zelanda, del Canadá… (Rumores.) La Corona de España pudo haber tenido un imperio formado por veintidós pueblos de distintas razas y de diferentes nacionalidades… ¿Qué habéis hecho con todo eso? (Las continuas protestas impiden oír al orador.)
(…) Nosotros vinimos a las Cortes Constituyentes con un espíritu de cordialidad, del que vosotros no os dais cuenta; hemos venido a éstas con nuestro Estatuto votado por el pueblo y con ese mismo espíritu. ¿Y qué es lo que ha sucedido? Están agonizando estas Cortes y nuestro Estatuto sigue ahí esperando. (Varios Sres. Diputados pronuncian palabras que no se entienden.—El Sr. Presidente reclama orden.) ¡Seguid por ese camino! A mí no me asusta… (Se reproducen las protestas.) Cuál es mi nacionalidad, así como cuál es nuestro espíritu de cordialidad, son cosas que he proclamado claramente. También he apuntado cuáles han sido vuestros errores históricos… (Rumores.) Vosotros impedís la solución de nuestras aspiraciones, ¡allá vosotros con vuestra responsabilidad! (Nuevas protestas.)
(Se realizan otras intervenciones, para después dar paso a una réplica de Agirre a Bau)
Agirre: Brevísimamente, telegráficamente. Nuestra aspiración política —la del Partido Nacionalista Vasco, fijaos bien, Sres. Diputados— se concreta en cuanto al Estado español, en esto: derogación de la ley de 1839. Aspira el nacionalismo vasco, en este orden, a retrotraer la situación política de Euzkadi a lo que era un hecho en los tiempos anteriores en que esa disposición atentatoria contra su Constitución política fue promulgada.
La ley de 1839 dice: «Se confirman los fueros de las Provincias Vascongadas y Navarra, sin perjuicio (aquí está la trampa) de la unidad constitucional de la monarquía española». El día en que este Parlamento vaya a su derogación, aquí están nuestras firmas, señores fueristas, que tanto pregonáis vuestros fervores fueristas, para que se presente una proposición de ley pidiendo que se derogue la ley de 1839. En ese momento se habrá acabado nuestra actuación aquí, y nosotros lanzaremos, con el corazón henchido de júbilo, un viva a España… (Rumores. Varios Sres. Diputados: «A posteriori, no; ahora». La Presidencia reclama orden.)
Esa es nuestra aspiración política nacional (…) Hoy somos ciudadanos de la República española, y mientras lo seamos lo somos con todos sus derechos, porque se nos imponen todos los deberes. (Denegaciones y rumores.) (…) Por eso os digo, Sres. Diputados, concretando: derechos y deberes mientras tengamos esta ciudadanía (…). Nuestra aspiración política última (…) es la derogación de la ley de 1839. ¿Es esto legal, sí o no? ¿Es separatismo? Somos entonces separatistas. ¿No es separatismo? ¡Ah!, entonces vosotros, que también decís que con esa derogación están cumplidos vuestros compromisos, firmad con nosotros; que estamos dispuestos a hacerlo.
Nosotros en el proyecto de Estatuto tuvimos buen cuidado de poner en el art. 1.° (…) que el Estatuto es sin perjuicio de la derogación de la ley de 1839. Pero, señores, ¿es que se puede olvidar una historia de libertad como la nuestra, una situación como la nuestra actual? ¿Es que ha muerto el pueblo vasco? Si vosotros sois leales a vuestro pensamiento, yo soy leal a la historia de mis padres, defendiendo aquello que gozamos por ser nuestro y que por una traición artera de la monarquía el año 1839 nos fue arrebatado en contra de todos los fueros de nuestra Patria y de la humanidad.
Estos hombres son monárquicos (…) Pues bien; D. Jaime dijo lo siguiente: «Entre todas las ideas que defiende el programa tradicionalista, (…) el principio regionalista es uno de los más fundamentales (…). Hay que ir preparando hoy el espíritu de las masas a los beneficiosos avances de la tendencia federativa. Los políticos que pretenden ir contra esta corriente natural (…), serán arrollados fatalmente por querer luchar contra una aspiración indestructible que saca toda su fuerza de las entrañas mismas del pueblo». (…) Pero es, señor Bau, que nos encontramos con una fuerza, con una lengua, con una civilización y con una vida y con una voluntad de tenerlas. (Rumores.)
Y de labios autorizados, del otro lado de la monarquía, (…) en que hablan de que reintegración foral es volver a nuestra nación, a nuestra patria, a nuestra independencia, así, con esas mismas palabras. (Rumores.) Tengo aquí los textos recopilados por Sustaeta e impresos en «El Pensamiento Navarro», órgano carlista, en que se emplean esas mismas palabras (…). Yo acepto que se diga que no se quieren los Fueros; acepto, incluso, que se diga que para que viva España es necesario que muera Vasconia; acepto todo; lo que no acepto que se diga es que los fueros en nuestro país no eran libertad, no eran soberanía, no eran independencia, no eran patria, porque eso es una falsedad histórica (Rumores.)
Un político español, que cobró mucha fama en el banco azul en la época del desmoche de nuestros Fueros, se expresaba así cuando escribía con serenidad: «Los resultados que hasta ahora ofrecen políticas antidoctrinarias, inflexibles, absolutas, nadie puede negar que están lejos de ser felices. Si el fruto da a conocer al árbol, mal árbol debe ser el que no engendra sino impotentes y eternas y desoladoras guerras civiles. Ni esta tristísima situación en general, ni la que especialmente alcanzan hoy las provincias vascas, cesarán ya hasta el día en que sea posible practicar en España una política totalmente diferente: política de libertad, de concordia; política que respete las creencias de los vascongados. Si una política de este género fuese ya por siempre inaceptable (…) jamás se habría puesto con tanta razón (…) la sentencia lúgubre del autor de «El Infierno»: «Lasciate ogni speranza…»
Cristalino, decir mas es hablar por hablar, esto en 1935
el tiempo pasa por la gente no parece cambiar
Os dejo un enlace sobre este tema publicado en la web singular digital
http://www.elsingulardigital.cat/cat/notices/2010/04/la_mort_del_federalisme_50606.php
En efecto, la mentalidad Cesarista, Jacobina, Imperialista, UNINACIONALISTA de los españoles, parece patente que poco ha variado a pesar de las décadas que han transcurrido.
Vamos que…lo tenemos super claro.
En estos tiempos que los gobernantes españoles sigan manteniendo como norte, el IMPERIUM DOMINIUM, resulta realmente increíble.
Lo que es peor es que, al menos hasta la fecha, a Europa no parece molestarle.
Buenos son los Franceses para contradecir los posicionamientos de los Españoles.
Salvando las excepciones, Itsauz. El encuentro con un francés ‘excepcional’, Jacques Maritain, afinó e hizo más fecundo el mensaje y la acción de Agirre.
¿Eso lo dijo antes o después de soplársela a los nazis?
No, los nazis eran los amiguetes de los antecesores del Partido Popular, de Sanchez Mazas, de toda la gran familia del PP. Mientras Agirre hablaba de Unión Europea, los amiguetes de tiniton jugaban primero a los nazis y luego intentaban salvar su culo como podían. Venga tiniton, por qué no me cuentas el chiste onírico donde en el Tribunal Constitucional consiguen sacar una sentencia cada cinco años y en su prólogo no proponen letra para el himno de España? Me reiría mucho.
No habiáis quedado en no hacerme caso. Que poca consideración tenéis a los jefezuelos del foro. Que conste que no estoy aquí para que se me haga caso sino para dar alguna patada a quien la merezca en el sitio más apropiado
Es k aki se permite hablar hasta al k viene a joder. La libertad d expresion es algo k la mente apañola no puede entender, alg1 dia tendremos k hacerte 1 eskema.
Sabía que para los nacionalistos la libertad de expresión era lo primero. Fundamentalmente cuando se trata de la suya, ya que la del resto les importa bastante menos.
Si, eso he oido en los pasillos del konstitucional mientras hablaban d deklarar simbolo nacional, uniko e indivisible, a isabel pantoja y julian muñoz, x representar fielmente la pandereta apañola. Otra decision es k xa mejorar la imagen del tribunal 1 miembro va a ir al programa kultural Askeame Deluxe kon Jorge Javier Askez, xa k la katedratika en derecho apañol komparado su ilustrisima La Esteban, les entreviste mientras el publiko grita al ritmo d Manolo el del Bombo.
El punto konfliktivo d esta sentencia es la sintonia d final d juicios, xk el bloke progresista propone en «La La La», xo los konservadores, akonsejados x el grupo d «padagogos ciudadanos» d Vocento han dicho k esta kontaminada x la intencion d Serrat d kantarla en Katalan y k eso atentaria kontra la Indisoluble Unidad Apañola Arriba Apaña X Los Siglos D Los Siglos Amen.