Imanol Lizarralde
No es que Eguiguren diga que no entiende la entrevista de su compañero de conversaciones políticas durante cinco años, Arnaldo Otegi, es que a veces parece que dice lo contrario de lo que esta entrevista dice. Por ejemplo, cuando Eguiguren dice: “intuí (por lo de formar un “bloque independentista”) que (Otegi) está pensando en una operación a medio y largo plazo (…) Pero en un estado democrático es imposible compatibilizar terrorismo con política. Esa es la premisa”.
A este respecto Otegi afirma: “La fuerza de la izquierda aberzale es ir a esa mesa defendiendo una posición política democrática que es mayoritaria en Euskal Herria (…) durante y después de ese proceso (de negociación) sabemos articular un gran movimiento popular que lidere los sectores independentistas”.
Otegi afirma claramente que la lucha armada es un elemento que está ahí pero que es compatible (“durante y después del proceso”) con un proceso doble, de acumulación de fuerzas y de negociación política: “independientemente de la lucha armada, o el terrorismo como dirían ellos, hay un problema político que debe resolverse en términos políticos a través de mecanismos de diálogo y negociación”. Resulta difícil casar la “premisa” de Eguiguren, que no se cumple ni se va a cumplir porque la política y el terrorismo están perfectamente compatibilizados y seguirán compatibilizados porque han nacido para compatibilizarse. Y para que Otegi los compatibilice lo mejor posible.
Y es que me da la impresión que el derrape de diagnóstico acerca de la naturaleza del MLNV que tiene Eguiguren encima es muy grande. Por de pronto dice respecto a ETA que “no creo que haya un reparto de papeles entre duros y blandos y menos duros”. Si incluso en la comisaría más intelectualmente misérrima del mundo siempre hay un reparto de papeles entre el poli bueno y el poli malo, ¿nos quiere decir Eguiguren que una organización armada que lleva en danza 30 años no ha llegado todavía al uso de esa triquiñuela? Triquiñuela en la que, con motivo del último proceso, cae el PSOE, diciendo que los que rompen son los “duros”. Eguiguren niega la evidencia con la intención de lavar su papel en el pasado “proceso de paz”.
Pero él si advierte una “división” dentro del MLNV, entre “una gran parte de la izquierda abertzale mayoritaria políticamente que quiere el fin dialogado” y “una dinámica de endurecer o de pervivir que refleja una cierta tradición montaraz e integrista que siempre ha habido en este país”.
Va a resultar que la concepción político-militar, nacida de ETA en la V Asamblea es culpa de los curas. Y que el problema del MLNV son unos poquitos malos que quieren persistir en la metralleta frente una mayoría de buenos que quieren dejar pero no pueden. El hecho lato de que tanto Rafa Diez Usabiaga como Josu Ternera, desde 1989, hayan estado presentes de una forma u otra en todos los “procesos de paz” habidos hasta ahora nos muestra a las claras que cualquier “proceso de paz” es un instrumento de perpetuación de la lucha política y militar que lleva el MLNV conjuntamente.
Pero lo más grave es que mete a Otegi en el cajón de esa “mayoría política” del MLNV: “En su día dije que eché de menos que Otegi diera un puñetazo encima de la mesa y se enfrentase a ETA. No lo hizo (…). Ahora bien, el tiempo de la política combinada con el terrorismo se ha acabado. La mayoría de la izquierda abertzale creo que ha llegado a esa conclusión”. Es que Eguiguren, en su ansia de vendernos como más que una guinda electoral un segundo “proceso de paz”, elude que Otegi no habla de ninguna incompatibilidad entre lucha política y armada, muy al contrario, habla de que tirará del proceso político “independientemente de la lucha armada”, en el sentido tradicional que tiene esta idea de que lo militar no influya en el proceso de acumulación de fuerzas y, al contrario, que la acumulación de fuerzas del “bloque independentista” no interfiera en el libre desenvolvimiento de las acciones de ETA.
La vieja historia de tratar de interpretar voluntades no manifestadas -si sugeridas, susurradas,- por parte del lider de turno de la izquierda contra-institucional. Duros, blandos, en proceso de ablandamiento, fosilizados…me parece muy raro que un avezado político como Eguiguren no sepa que desde la perspectiva político militar del MLNV, en la que la negociación es una parte más del contínuo dela lucha, la asunción del rol de duro o blando se hace para dotar de efectividad al conjunto de luchas globales del MLNV. Eguiguren no hace sino incidir en cierto mensaje que desde los estamentos gubernamentales viene siendo reiterativo desde la ruptura del proceso: división en el seno de ETA, división en el colectivo de presos, diferencias en la izquierda contra institucional…en resumidas cuentas, que el españolito de a pie sepa que, a pesar de haberla cagado con el proceso «de paz» el mismo ha servido para que «florezcan cien mil flores» discordantes en el MLNV y que, sobre todo, si el PSE gana en Euskadi de la mano de ese desalojo del nacionalismo de las instituciones vendrá la paz, porque , tal y como nos recuerdan constantemente los medios del Estado, desde Florencio Dominguez hasta Vidal Quadra, a menos nacionalismo , menos ETA .
El mundo de la izquierda revolucionaria, ha tenido últimamente varias oportunidades, buscadas o sobrevenidas, para poder desmarcarse de la violencia, poder hacer política (en sentido estricto), poder «liberarse del lastre» de la lucha armada, «liberarse de las ataduras…». De una forma consciente, o porque «los aparatos del Estado, en connivencia con el Estado francés», han limitado, disminuido, condicionado…, la efectividad de esta herramienta, lo cierto es que aparentemente ha quedado en un plano secundario. Y sin embargo, pudiendo hacerlo, NO LO HAN HECHO. ¿por qué no lo han hecho, cuando según todos los medios de comunicación «el hacha» se halla en épocas bajas? Porque lo fácil sería adaptarse a las nuevas condiciones de la lucha, en las que el aspecto militar pasa por una situación de preponderancia secundaria. Sin embargo la izquierda revolucionario continúa en un esquema de pensamiento bipolar, político y militar; no critica la herramienta violenta, no la condena, huye de cualquier intento de agresión exterior, y sobre todo, confirma dialécticamente su validez. Los líderes de la izquierda revolucionaria mantienen que seguirán trabajando sobre la paz, la negociación, etc, al margen del aspecto militar, conscientes de que es cuestión de tiempo la capacidad de regeneración «del rizoma», y de que continuarán trabajando de acuerdo «al bietan».
El resto, Don Jesús y otros, en la creencia de la victoria militar, apoyada por las fuerzas judiciales, realizan declaraciones, determinan líneas políticas, articulan estrategias generales eliminando el aspecto de guerra de la ecuación; aspecto que en cuanto reaparece, destruye y dinamita toda perspectiva de futuro establecida bajo falsos y erróneos análisis; como bien dice Eusebio, se evidencian inexactas interpretaciones de voluntades ajenas.
¿Por que continúan en esta lucha basada en el bietan», lo político y lo militar? Evidentemente, porque son conscientes de la ulitlidad, la validez y la potencialidad actual de la herramienta del hacha, al margen de propagandas, y marketing preelectoral que la dan por finiquitada. Son conscientes de que es cuentión de poco tiempo volver a condicionar al Estado mediante la l.a.
Este error analítico del mundo de Egiguren, (al margen de otros muchos más cercanos), es condición para que los socialeros vuelvan a «cagarla». Pero no importa, si desalojamos al nacionalismo del poder de Lakua. Cuando llegue el momento, «ya se nos ocurrirá algo».
Recomendaría la lectura de ‘Tres respuestas sobre violencia y política’ (12-11-2008) de Gil de San Vicente sobre la legitimidad y efectividad de la interacción de los medios de lucha, que plantea José Angel, en http://www.lahaine.org/index.php?p=34111
En relación con la aparente dispersión de opiniones y posiciones en el ámbito del MLNV, es típica de todos aquellos momentos en que ETA se ha replegado. No todos sus amigos pueden marchar al ritmo de ETA. Las tensiones , existir, yo creo que existen realmente. Pero, ahora el lema ad hoc del momento de ofensiva (el bolchevique ‘marchar juntos y golpear separados’) se invierte (‘marchar separados y golpear juntos’), lo que importa es concurrir en el momento de golpear al enemigo, no la unidad orgánica. En las teorías de ‘guerra en red’, a eso se le llama ‘enjambramiento’ (Arquilla&Ronfeldt)
EA kide, eskerrik asko por la información. Un texto actual, clarificador y que debería servir a nuestros mandatarios como la «guía» que sive al enemigo.