Imanol Lizarralde
(Continuación de La ideología del escorpión y el nacionalismo vasco (I))
Como ya comentamos en el cierre del anterior capítulo, el «euskalzale» promotor del nuevo maquillaje de Patxi López, aunque lo intente aparentar, no está esencialmente concentrado en desmenuzar la «coherencia interna» del MLNV pues su obsesión esta en otro sitio:
“La imbatibilidad electoral del PNV y la imbatibilidad de ETA por el Estado de Derecho siempre han sido dos mitos que han ido de la mano. Son mitos que se han alimentado mutuamente. El nacionalismo, todo el nacionalismo, siempre ha funcionado como una comunidad global -en los tiempos gloriosos de los 80 el PNV siempre se arrogaba la representación institucional de HB para reivindicar la mayoría-. El PNV nunca se ha alineado decididamente con el resto de partidos políticos frente a ETA y HB”
Unzalu culmina así el salto mortal que su compañero de función Arregi suele realizar en todo artículo: la necesidad de echar al nacionalismo del poder para que así los problemas desparezcan magicamante.
Un salto mortal en el que “la imbatibilidad electoral del PNV y la imbatibilidad de ETA por el Estado de Derecho” se dan de la mano en siniestro matrimonio. En este sentido, como su amigo de gags Arregi, Unzalu es heredero de toda la tropa de teóricos españoles, socialistas y de la derecha que, como bien decía Antón de Irala en un trabajo de 1984 (“El espíritu del 23f”), mostraban “la influencia perturbadora que ejercen en la sociedad española, tanto a nivel de dirigentes como de dirigidos, sus dos grandes fantasmas de la actualidad: el “separatismo” y el “terrorismo”.
El señor Unzalu quiere volver a plantear la retroalimentación entre el PNV y ETA y por tanto, lo bonito que sería para la pacificación la derrota electoral del PNV. Como estamos en periodo casi pre electoral, Unzalu se tiñe un poco de las afirmaciones exacerbadas que se dan en esas fechas. Y digamos también que esa era la consigna de Mayor Oreja y Redondo Terreros en el 2001: PNV-EA igual a ETA. Para eso no hacen falta análisis de encaje de bolillos, simplemente usar las armas de la propaganda y del falseamiento de las evidencias.
Pues las evidencias nos dicen que en los últimos tiempos y en los venideros son y serán los socialistas los que tengan relaciones más fraternales con los representantes del MLNV, como Arnaldo Otegi y Rafa Díez, a los que quieren ensalzar, mientras Unzalu ataca al nacionalismo y a Ibarretxe. Ahí tenemos las recientes y paternales declaraciones de Eguiguren al respecto. Pero Unzalu tiene una misión y por tanto la necesidad de repetir su mantra:
“La utilización del terrorismo como elemento de acceso al poder es lo que en realidad da coherencia a la comunidad violenta. Esa sensación de adrenalina la describen muy bien los comunistas de entre guerras: sentirse los conductores de la locomotora que, a sangre y fuego, construye el futuro. Sólo cuando el uso del terrorismo no es lo suficientemente duro, surgen las dudas. Todas las voces críticas -es una forma de hablar- se autojustifican porque comprueban que no pueden matar lo suficiente para tener poder político”
Nuestro intelectual por el cambio ha oído campanas pero no sabe de dónde. La violencia no es cuestión de adrenalina ni de cohesión identitaria pues la cohesión no puede venir más que de valores positivos, aunque estos aparezcan deformados y manipulados: la constancia de la represión, el plantel de los héroes revolucionarios –muchas veces militantes de organizaciones sociales-, el trabajo en los diversos campos sociales, la globalidad de la opresión capitalista, son los niveles de los que va tomando cuerpo el principio de realidad dentro del MLNV.
Y hay que ceder ante el hecho indudable de que el MLNV se ha constituido en trama social, compuesta de diversos elementos, en el cual el armado es uno más y es además un elemento atomizado, pues el MLNV también ha diversificado su violencia en diferentes aparatos desconectados entre sí pero unidos en la misma función. Y la finalidad siempre es política: que el enemigo de turno ceda a la petición de turno, sea grande o pequeña. Y avanzar por ese camino.
En el caso de Unzalu es de gran coherencia que su análisis erróneo de la violencia de ETA vaya acompañado de querer responsabilizar de la misma al nacionalismo vasco. Ello es fruto de querer unir dos cosas disímiles: el nacionalismo vasco, con sus raíces históricas y sociales, y ETA, como ejecutante de un determinado tipo de violencia revolucionaria en Euskadi. Por eso concluye Unzalu haciéndonos partícipes de sus más íntimos deseos:
“El siguiente capítulo -que espero que sea en breve- será cuando se derrumbe la imbatibilidad electoral del PNV. Cuando ETB difunda las imágenes de un lehendakari no nacionalista cruzando la verja de Ajuria Enea y, algo después, un consejero no nacionalista pasando revista a la Ertzaintza en Arkaute el terrorismo quedará solo, sin ninguna cobertura. El terrorismo será violencia pura, sin nada a lo que agarrarse. Y será su final definitivo”
Tanta retórica para esto. Y es que como con su amigo Arregi, con Unzalu basta con ignorar prácticamente todo su artículo para leer en el último su repetido deseo de desalojo del nacionalismo por lo civil o por lo criminal. En las neuronas de Unzalu vuelve a reverdecer el sueño que acariciaron Mayor Oreja y Redondo Terreros, exactamente con los mismos planteamientos. Culpar al nacionalismo de la violencia de ETA y pactar bajo mano con ETA: esa es la estrategia del españolismo. Y nuestro deber es denunciarla.
La falacia que mantiene Andoni Unzalu responde a un mito muy querido por los constitucionalistas que viene a decir algo así como que el avance del constitucionalismo en las urnas ganando por ejemplo nuevos Ayuntamientos, se traduce inmediatamente en la ganancia de nuevos espacios para la libertad.
¿Es más libre Donostia que Bilbo, por tener Alcalde socialista? ¿Es más libre Donostia con Odón, que antes de Odón? ¿Ha remitido la kaleborroka en Donostia y la presión ambiental y el chantaje de ETA a la sociedad donostiarra desde que está Odón y debido a su mandato?
Evidentemente no. Es más, el hecho de que la Policía municipal esté dirigida políticamente por un Concejal socialista no ha impedido la existencia de agentes de ese cuerpo inculpados por delitos de colaboraciónn con banda armada.
Un Lehendakari socialista y un Consejero socialista no van a resolver por el simple hecho de serlo ningún problema. Tendrán que ponerse el buzo y trabajar, que es como se resuelven las cosas. Y si trabajando lo hacen mejor quie los actuales, resolverán más problemas. Pero será en todo caso debido a su trabajo, y no por el mero color del carnet que ostenten.
Así las cosas, ¿ Puede ser Patxi López un buen Lehendakari, o en todo caso mejor Lehendakari que Juanjo Ibarretxe? Pues eso dependerá de muchas cosas y entre otras del equipo de Gobierno que lleve. Pero así de entrada, su preparación académica (Tres años en la Escuela de Ingenieros y no logró aprobar el ingreso) no es buena, y tampoco acredita experiencia al frente de ninguna organización (No ha sido Alcalde, ni Directivo de Empresa, etc.)
La parte más desideologizada de la sociedad, y los articulistas de Vocento reclaman en los medios insistenetemente menos consulta, menos «derecho a decidir» y más «gestión del día a día», siendo esa la mayor pega que se pone a Ibarretxe.
Pues bien: ¿Qué gestión está en condiciones de garantizar una persona con el bagaje académico y la trayectoria profesional de Patxi López?
La verdad es que, personalmente, me descorazona ver la deriva de una persona como Joseba Arregi por los derroteros intelectuales que transita últimamente. Tengo que confesar que he seguido su obra durante estos últimos años y me parece una de las cabezas mejor amuebladas que han aparecido en el nacionalismo de las últimas décadas. No se si el bandazo obedece a motivos personales de su propia «intra historia» o se trata de algo deliberado / consciente cuyo fin último alcanzo a intuir pero sin ver de momento un objetivo claro.
En cuanto al rasputín de Amorebieta, pues guau-guau y me voy detrás del jefe (la verdad es que de Unzalu no tengo el gusto de haber leído nada interesante).
Manifiesto similares sensaciones. El tránsito de nacionalista vasco, a español, suele darse en edades más tempranas. Pero el caso de un hombre como Arregi, que recientemente (hasta el 2003-2004) afirmaba lo que afirmaba, y ahora publicita precisamente lo contrario, pues me resulta difícil de entender. Lo mismo para Unzalu Garaigordobil, alumno aventajado del maestro Joseba, que ahora afirma que la solución de la violencia pasa porque el nacionalismo vasco pase por la oposición. ¿Cuantas veces han manifestado ambos, que el gran error de España era identificar naconalismo/violencia? ¿Cuantas veces han explicado la verdaderra esencia del mundo violento utilizando perversamente lo nacional, en beneficio de la revolución? ¿Qué ha pasado para que ambos dos, se hayan sumado al carro, no del error, sino a la consciente constribución al debilitamiento nacionalista?
No creo en evoluciones ideológicas de ese tipo a estas edades, sino que atribuyo al cambio a cuestiones que yo tampoco soy capaz de entender, pero que son decisiones personales y conscientes, con las que tendrán que apechugar; nosotros a lo nuestro.
Por cierto, ya podría haber leído Iñaki Anasagasti en un programa televisivo el sábado por la noche, los argumentos de Fígaro. ¿Cómo puede ser, que una periodita con cara de estreñida, formula la misma pregunta/argumento, de incapacidad del nacionalsimo vasco de solucionar el problema de la violencia tantos años en el poder, con una altanería y una seguridad en sí misma, sabedora o en la creencia de poseer la verdad?. Pues a juzgar por la reacción del político vasco, la tuvo, porque éste titubeó.
¿Cómo un político de la calidad y experiencia de Iñaki, no supo utilizar los argumentos de Fígaro, para devolver la responsabilidad a los partidos españoles? ¿Cómo no argumentó, que «cuestiones de Estado» (tal y como España se expresa) no han sido capaces de solucionarlos PP y PSOE? ¿Cómo uno se ha sentado dos veces con ETA (Argel 89, y Francia 2006 y 2007) sin resolver el conflicto, y el otro «autoriza contactos» en el 98, con el mismo nivel de fracaso, y el INCAPAZ es el nacionaliasmo vasco? Unos se sientan con nobles objetivos y otros «dan alas a los violentos». 30 años en el poder y nos siguen matando.
Están jugando con fuego, con la mentira, y éste es un jueg a corto; a largo plazo todo les estallará en las manos. Pero el nivel de nuestros políticos, me preocupa.
Recuerdo una anécdota que me contaron de Josune Ariztondo, en su época de Secretaria del EBB: Salía corriendo de Sabin Etxea hacia el Hotel Ercilla donde daba una conferencia Daniel Innerarity y comentó a un amigo que le quiso parar por la calle, que no quería llegar tarde, porque «Daniel, es el único intelectual que nos queda en el Partido».
La anécdota, que supongo real (Yo solo doy fe de que me la contaron) es inquietante: ¿Que pasa en el PNV para que los pensantes, todos ellos, o bien se autocensuren, o bien se vayan con la música a otra parte?
Los intelectuales tienen mala prensa entre las mentes vitalistas, entre los que siempre lo tienen todo claro, y entre los «pata negra» que tan bien describe Ion Gaztañaga. Los intelectuales son molestos para el aparato de cualquier Partido – también el PNV – por aquello de «La funesta manía de pensar».
Yo no sé la deriva, más bien ciaboga, de Arregui a que se debe, ni conozco la trayectoria de Unzalu. Pero en las mismas filas de Aldaketa se inscribieron Rafael Aguirre, antiguo Decano de Teología de la Universidad de Deusto, y también un militante del PNV tan carismático en sus tiempos de EGI como Imanol Zubero, amigo personal de Iñigo Urkullu, y otras gentes venidas del mundo del Euskera, además de otras de procedencia ya claramente socialista, y de otros lares.
¿Por qué no fue al revés, que el PNV retuviera a los suyos y además atrajera a sus filas al resto? ¿Por qué el PNV no atrae intelectuales y gentes de la cultura?
Yo no me creo que haya muchos conversos que como San Pablo renieguen de lo que han sido siempre, y un buen día tras una crisis personal empiecen a defender con fervor lo contrario. Quiero decir que yo no me creo que esta gente sea irrecuperable para la causa nacionalista, y si quizá para un determinado tipo de PNV, el que quedó después de los años de férreo control de Xabier Arzalluz.
Con la excusa de conjurar el fantasma de una nueva escisión, se impuso una disciplina cuartelaria que ahogaba no ya la disidencia, sino la creatividad, la iniciativa, las colaboraciones expontáneas entre militantes no autorizadas por la Dirección, etc.
La consecuencia de esta militarización ha sido la anulación o expulsión o amordazamiento de toda militancia pensante. Y eso es una tragedia: La ideología se ha sustituido por cuatro frases hechas, incapaces de captar un solo voto nuevo, ni una nueva afiliación más allá del pardillo en búsqueda de empleo en el sector público (Lo que es otra tragedia).
La transversalidad empieza por uno mismo, podríamos decir, y en el caso del PNV es urgente el debate constructivo y la renovación doctrinal, con aportaciones cruzadas y enriquecedoras de todos los militantes, abriéndose además a lo que puedan aportar de positivo los simpatizantes, ciudadanos y organizaciones, y cualesquiera otros elementos de la Sociedad Vasca y universal que quieran apoyar y ayudar a crecer.
En ese sentido, la refundación necesaria, y la renovación de conceptos para abertzales del s.XXI es absolutamente urgente y necesaria. No os extrañe por tanto que desde Izaronews se tilde vuestra iniciativa desdeñosamente de «retrovanguardia» : El mentor del articulista ya os hubiera expulsado hace tiempo, y estarías quizá como Arregui y Unzalu, estudiando otras vias alternativas.
En cualquier caso el problema no es lo que diga Arregui o Unzalu o cualquier otro, ni que esten dentro o fuera del PNV: El verdadero problema es por qué se fueron, o dicho de otra forma, por que lo que dicen, lo dicen «contra» el PNV y desde «fuera», en vez de «desde» el PNV y remando a favor, sentados en la misma barca, que un dia no lejano, fue también la suya.
¿A que esperamos para reaccionar? ¿Cuantos otros intelectuales se tienen que ir? ¿Quien es el causante de que en las bases abunde la creencia de que los intelectuales son revoltosos por naturaleza y estan mejor fuera que dentro? ¿A quien le interesa un Partido militarizado? ¿No era eso más o menos lo que defendía Millán Astray con su famoso «Muera la inteligencia»?
¿No se puede revertir esa tendencia? ¿Lo debemos hacer las bases desde la base? ¿Lo debeis hacer los bloggers desde vuestros chiringuitos? ¿No debería el EBB liderar el cambio cultural necesario para dar vuelta a esa lamentable situación de fuga de cerebros?
Hace falta ilusión, hace falta unidad, hace falta trabajo (mucho), pero también hace falta pensar, definir, situarnos, y movernos cómodamente en el mundo universitario y de la Cultura.
Nos hacen falta intelectuales.
Tranki Figaro. Los intelektuales estan vivos y yo veo muchos en Aberriberri, tanto en los artikulos komo (espcialmnt) en los foros.
El tiempo d sekia intlektual se ha akabao y ad+ los k esten no tienen k pdir permiso xa hablar, xk las nuevas teknologias superan ya kualkier bozal.
Estimado Figaro:
Son varios los temas que tratas y reconozco que haces una interesante aportación, que además es un testimonio, lo cual le hace doblemente elocuente, porque pretende verificar lo que dices en una experiencia humana. Hay, por otro lado, varios temas diferentes que tocas y que a lo largo del transcurrir de este blog tendremos seguro oportunidad de tratar.
Mi opinión es que al nacionalismo vasco los intelectuales les ha parecido una cosa que había que comprar en algunas rebajas de la izquierda recauchutada. Esa es la escuela ideológica, si se puede llamar así, de Xabier Arzallus, que primero quiso comprar a los de Euskadiko Ezkerra y otros miembros de la izquierda blanda vasca, en la revista Muga, luego puso en movimiento DEIA, con gente que no tenía ni idea de la cultura y la ideología nacionalista, y llenó con fichajes del MLNV toda la Radiotelevisión vasca.
En el tema intelectual, Figaro, el nacionalismo no es no haya impulsado a intelectuales, es que ha recurrido sistemáticamente a los fichajes del enemigo para nutrir su intelligentsia y ahí hemos tenido gorroneando a diferentes directores de egin, a Txema Montero, a tantos y tantos voceros del MLNV que una vez quemados recurrían al nacionalismo para seguir su política. Ciertos nombres de la nómina de asesores del Lehendakari son un testimonio atroz en este sentido.
El caso de Arregi y Unzalu es diferente (yo a este no le conozco más por el artículo plomizo que comenta Lizarralde), porque los que le conocemos por sus escritos vemos una deriva evidente, de defender lo contrario que defendían, sin arrugársele la pestaña. Arregi tampoco es que sea un intelectual peneuvista pues su pasado en el mundo cultural vasco es más bien contrario a la línea del PNV, como su hermano Rikardo.
Comprendo que un personaje como Xabier Arzallus haya convertido en un campo lunar el territorio de la intelectualidad nacionalista. Pienso que este blog es un buen sitio para quitarnos las telarañas de tanta veneración a gentes que no lo merecen.
Yo es que muevo más bien en la zona de EA y allí veo que tenemos una tradición crítica más asumida, incluso por la actual directiva. Hay que recuperar el espacio de debate, Figaro, y necesitamos testimonios, más testimonios, y la evaluación exacta de nuestros males. Nuestra tarea es aportar eso.
Un cordial saludo