Urtzi Astarloa
Hace tiempo venimos escuchando muchas opiniones y comentarios sobre el Alarde. Se ha dicho que muchas de estas opiniones van unidas a sentimientos y emociones que la vivencia del Alarde las produce. Pero ¿qué hay de verdad detrás de todo esto? ¿Puro sentimentalismo o plena sentimentalidad? Tanto lo uno como lo otro, desde el punto de vista de la razón, es difícil de medir y calibrar su valor.
Utilizando exclusivamente la razón, queremos recordar algunas de las características y matices que se le atribuyen al Alarde Tradicional. Por poner algunos ejemplos, estas frases escuchadas con frecuencia dicen lo siguiente:
- El Alarde Tradicional es antiguo. Perdura, pero ya de por sí es de otra época.
- El Alarde Tradicional hoy día no tiene ubicación práctica, no sirve para nada y cumple una pequeña proporción en todo el mundo moderno.
- El Alarde Tradicional es anacrónico en el mundo de hoy. No es moderno ni cumple función alguna, y su utilidad también es muy reducida.
- El Alarde Tradicional sentimentalmente les llega a algunos, pero en sí mismo no tiene sentido. Escuchar los sentimientos y obedecer a ellos, dicen, es señal de falta de inteligencia. Todo aquel que se considere moderno renunciaría a una iniciativa así, debemos poner al día y actualizar nuestro carácter.
- En nombre de la democracia también deberíamos respetar a los que quieren el Alarde Tradicional, pero en sí mismos están tan anticuados que tenemos que convencer a estas personas para que por su propio bien abandonen el Alarde Tradicional, porque hoy en día esta expresión del ser humano no tiene ningún sentido.
- Los que dicen que el Alarde Tradicional es un tesoro, y que es un indicador cultural depositario de un carácter, se equivocan.
- Hay que garantizar los derechos, ser demócrata consiste en respetar la condición y la forma de ser de una minoría; sin embargo, como el Alarde Tradicional es un vestigio ancestral de otra época se puede permitir el abandono y pérdida de este.
- No hagamos caso del sentimentalismo y olvidemos los usos y las iniciativas culturales caducas. El Alarde Tradicional no es más que un sentimentalismo ñoño y sensiblero.
Todas estas opiniones y alguna más Jaizkibel Konpainia y el Alarde Igualitario las han manifestado en varias ocasiones, y así lo transmiten a través de los medios de comunicación. Sin embargo, hagamos un pequeño ejercicio, y pongamos Euskera donde pone Betiko Alardea. Mantendremos todas las frases como estaban al principio, sin cambiar nada. Sólo encontraremos una diferencia. Sólo un cambio: donde ponía Betiko Alardea ahora pondremos Euskera.
Las frases ahora nos quedan así:
- El Euskera es antiguo. Perdura, pero ya de por sí es de otra época.
- El Euskera hoy día no tiene ubicación práctica, no sirve para nada y cumple una pequeña proporción en todo el mundo moderno.
- El Euskera es anacrónico en el mundo de hoy. No es moderno ni cumple función alguna, y su utilidad también es muy reducida.
- El Euskera sentimentalmente les llega a algunos, pero en sí mismo no tiene sentido. Escuchar los sentimientos y obedecer a ellos, dicen, es señal de falta de inteligencia. Todo aquel que se considere moderno renunciaría a una iniciativa así, debemos poner al día y actualizar nuestro carácter.
- En nombre de la democracia también deberíamos respetar a los que quieren el Euskera, pero en sí mismos están tan anticuados que tenemos que convencer a estas personas para que por su propio bien abandonen el Euskera, porque hoy en día esta expresión del ser humano no tiene ningún sentido.
- Los que dicen que el Euskera es un tesoro, y que es un indicador cultural depositario de un carácter, se equivocan.
- Hay que garantizar los derechos, ser demócrata consiste en respetar la condición y la forma de ser de una minoría; sin embargo, como el Euskera es un vestigio ancestral de otra época se puede permitir el abandono y pérdida de éste.
- No hagamos caso del sentimentalismo y olvidemos los usos y las iniciativas culturales caducas. El Euskera no es más que un sentimentalismo ñoño y sensiblero.
Por extraño que parezca, haciendo este cambio, parece que con el Euskera también estas frases tienen sentido y se cumplen por completo. Lo que se dice plenamente es cierto.
Sin embargo, ¿estamos dispuestos a aceptar y cumplir de la misma manera estas últimas frases? ¿De verdad, es justo esto? Si no es justo para el Euskera, ¿es justo para el Alarde Tradicional?
En las frases que hemos mencionado, el Euskera cumple todos estos requisitos. Por ello, ¿debemos perder el Euskera? Por eso debemos rechazar el Euskera y priorizar el Castellano y el Inglés hasta que el Euskera desaparezca? La democracia es importante, pero una gran mayoría de Euskal Herria no ve sentido al Euskera, ni sentimentalmente ni prácticamente. Por lo tanto, ¿dejaremos que se pierda el Euskera?
Nos parece que los partidarios de Abotsanitz, Bildu y Jaizkibel Konpainia están haciendo con el Alarde Tradicional lo mismo que los euskarafóbicos están haciendo con el Euskera.
¿Por qué preservar el Alarde Tradicional?
¿Por qué preservar el Euskera?
Deberíamos hacernos estas dos preguntas a nosotros mismos.
La solución es clara: el Alarde Tradicional y el Alarde Igualitario pueden compartir la realidad y nuestro mundo de forma compartida, de la misma manera que el Euskera, el Castellano y el Inglés comparten nuestra vida cotidiana.
¿Por qué algunos quieren erradicar el Alarde Tradicional?
¿Por qué algunos quieren erradicar el Euskera?
¿Por qué no aceptar la diversidad?
¿Por qué no valorar todas las opciones?
Ambos pueden convivir y pervivir, el Euskara y el Castellano, el Alarde Tradicional y el Alarde Igualitario. ¿Por qué algunos quieren eliminar una de esas dos opciones? ¿Es justa y respetuosa esta actitud? ¿Es democrática? ¿O es excluyente y totalitaria? A menudo se nos llena la boca con las palabras Democracia y Diversidad, pero luego en la práctica nos cuesta aceptar y cumplir su significado.
¿No vemos que los que quieren erradicar el Euskera y el Alarde Tradicional son fanáticos y totalitarios? ¿Debemos aceptar esto sin más?
Con este ejemplo se ve claramente que el problema no es un problema de género, no es una cuestión de machismo o feminismo. El problema es un problema de convivencia. Hay dos formas diferentes de sentir y vivir el Alarde. Es un problema de convivencia que unos pocos no quieren respetar, y un problema de convivencia que las autoridades de nuestro país no quieren gestionar bien. El Ayuntamiento de Hondarribia debe permitir y garantizar estas dos visiones y actitudes, el Alarde Tradicional y el Alarde Igualitario, cada uno por separado. Tiene que dar garantías para todos los ciudadanos, para mantener la convivencia y evitar la pérdida de cohesión social en el pueblo. Pedimos al Ayuntamiento de Hondarribia que gestione este problema lo antes posible para que se respeten los derechos de todos los ciudadanos y se cumplan con justicia.
El euskera es un legado y un regalo que nos dejaron los antiguos euskaldunes. Tenemos que apostar siempre por él. El Alarde Tradicional es también un legado de nuestros antepasados. Cuidemos el Alarde Tradicional, este tesoro nuestro es nuestra lengua simbólica, nuestra identidad, nuestra forma de ser.
Kaixo Urtzi. Está bien traída la analogía, pero te van a responder que no es acertada, porque todo el mundo puede hablar euskera, hombres y mujeres, sin restricciones, mientras que sólo los hombres pueden participar en el Alarde tradicional como soldados (y sólo las mujeres como cantineras, por cierto). Te dirán que el problema está en esa restricción.
Pero hay otros muchos ejemplos de eventos con limitaciones de algún tipo a la participación directa, que todo el mundo asume. El caso más claro es el deporte. Hay competiciones por sexos, aunque eliminar esas distinciones sería una medida igualitaria. ¿Porqué no se eliminan? Porque hay otros motivos.
O volviendo a la defensa del euskera, ¿cómo es posible que no se exija el nivel C1 a quien quiera jugar en la Real, el Athletic o el Alavés, siendo claramente gente que va a tener mucha presencia en los medios, y recibiendo esas instituciones distintos tipos de ayudas públicas de diversas formas? ¿Se puede considerar que esas instituciones están de facto en contra del euskera por no exigir esos niveles? No lo creo. La explicación de esa ausencia de norma es que se debe primar el nivel futbolístico.
Por ello, la clave de cualquier norma (y en la vida de todos los días, las hay de todo tipo) o ausencia de norma (como el ejemplo que propongo del fútbol) es comprender qué hay detrás de ello. Detrás de la organización del Alarde tradicional con hombres soldado, mujeres cantineras, compañía de hatxeros que exije una altura mínima para formar parte de ella, voto religioso,…, hay motivos históricos, antropológicos, religiosos, y por supuesto sentimentales. Por otro lado, tenemos que asumir que haya gente que no tenga en cuenta algunos de esos motivos y pretenda anteponer la ideología del feminismo de la igualdad, que pronostico que envejecerá muy mal (no así el feminismo de la diferencia), pero no debemos aceptar que esa visión se nos imponga.
En definitiva, si quieren hacer un Alarde igualitario en Hondarribia, que lo hagan, siempre que sus promotores asuman que tendrán que convivir con el Alarde tradicional, como ya ocurre en Irun. De eso va la convivencia, de aceptar la diferencia, y no de la imposición de modelos únicos propios de los totalitarismos. Tendrán así un Alarde con participación de mujeres soldado y de hombres cantineros. Como el igualitario de Irun, que, por cierto, a pesar del apoyo de tantas instituciones desde sus casi 30 años de existencia, sigue siendo mucho menos popular que el Alarde tradicional.