Kepa Ereña Etxeberria
Hace algunos días, un buen amigo, el Doctor en Historia Contemporánea Patxi Aguirre, recogío en su artículo » ORGANIZACION l » publicado en ABERRIBERRI, cuales podrían ser las claves que debe de abordar el incipiente proceso interno en EAJ. En la misma línea que aporta Aguirre e inspirándonos en sus acertadas observaciones no podemos menos que aseverar algunas cuestiones fundamentales.
EAJ no tiene más remedio si o si que reaccionar en un plazo de pocas semanas, rebuscar en su alma, en sus principios…en su historia.
Afrontar y confrontar una realidad social difícil, tensionada artificialmente por nuestros enemigos antagónicos, sin complejos, sin huidas hacia adelante…sin mimetizacines seguidistas a quien nos quiso fagocitar desde siempre en movimientos como, «Gure esku dago», «Lizarra bi», «Proces bi» (con nefastas interacciones electorales para EAJ especialmente en Gipuzkoa), que no son mas que cortinas de humo, cantos de sirena y atajos para plantar berzas, que no aportan nada a nuestro original recorrido como Confederación Foral de 7 territorios, autodeterminada en su dia a dia desde que tuvo conciencia de su naturaleza de hombres libres en un pueblo libre, sustentada en su BURUJABETZA y que por ello, no puede cometer el inmenso error de pretender buscar reconocimiento autolitico en una potencia extranjera (España), ya que al hacerlo, le concedería una potestad que NUNCA tuvo.
En cuanto a los enemigos de allá, Madrid se ocupa y preocupa a las democracias Europeas al sumirse en un esperpéntico sostenimiento de un régimen podrido por la corrupción, con serias amenazas de control social antidemocrático, cada vez más sectario, cada vez más populista y cada vez más alejado de lo que pudo ser un histórico aliado en la clandestinidad y en el Gobierno Vasco.
Un régimen mentiroso en lo referente a sus intereses ocultos, en un frente amplio por su III República Española, en un burdo remake de aquel infausto frente populismo, que ni nos va ni nos viene, precisamente por Español y extremista.
Dicho lo cual en el ámbito que nos compete, cualquier proyecto de regeneración Jeltzale, pasará por prescindir de cuotas, sexismos, edadismos y cainismos de dinámicas «amigo enemigo».
¿Desde cuándo una persona preparada, experta en su materia, con un bagaje profesional, académico, moral, ético y Jeltzale, pudiera ser eventualmente rechazada por y para colocar una persona de otro sexo y menor de 50 años, simplemente por un lavado de cara en un proceso de selección interna? ¿Prescinden en Euzkadi las empresas exitosas, de esas personas, dilapidan su experiencia y su conocimiento? ¿O más bien generan grupos de alto rendimiento en mixes de colaboración inter – generacional exitosa?
Agua nueva de la vieja fuente, eso es lo que necesitamos.
La renovación, la participación y el trabajo de regeneración democrática en los siete territorios, seran sin duda los anticuerpos frente a cualquier atisbo de endogamia dirigista.
Las funciones básicas de la administración y el Gobierno de Euzkadi, Seguridad, Educacion, Sanidad y Economía Productiva y Social distributiva, todavía dependen de nosotros.
No podemos, no deberíamos colapsar por implosión interna.
Quienes ya veteranos sentimos el partido, estamos dispuestos a algo legítimo y profundamente democrático, a dar el paso.
Solo se nos tiene que preguntar, tal vez al hacer las cosas de diferente manera obtengamos resultados distintos y por una vez en años, mejores…no será difícil.
!No es cierto que no tengamos cantera!
!No es correcto que nadie se sienta imprescindible!
¡Tengamos esperanza, tengamos Fe !
EUZKADIK BEHAR GAITU!
Comparto y entiendo la idea, de Kepa, de prevenir a los jelkides de los peligros de abrazar las direcciones «de vanguardia». Y apoyo su apuesta por mantener nuestra tradición sobre el «agintari «, efectivamente, lo que este debe hacer es cumplir con el «agindua”.
Pero este debate de organización “particular” debe hacerse inserto en una perspectiva de país. El futuro de Euskadi pasa por un PNV fuerte, pero el partido debe ser una institución más, no la única, dentro de «un país en marcha».
Los jelkides hemos demostrado, incluso en los momentos más duros y de mayor opresión, la capacidad de montar artilugios comunales en beneficio de nuestra comunidad.
Los jeltzales tenemos que contar de nuevo las fuerzas positivas de nuestro pueblo. Desde la asociación más pequeña a la empresa más grande, explicar a todos los vecinos el valor de todas ellas, animarles a que las apoyen y las fortalezcan. No hay nada que garantice más el futuro de Euskadi que un entramado social bien engrasado.
El PNV debería revisarse muchas cosas de su trayectoria pasada y actual, pero sería una grave equivocación que lo pretendiera hacer con impaciencia, en el curso de pocas semanas. Esa perspectiva de corto plazo es uno de los problemas que se deberían resolver. Un pueblo como el nuestro que aspira a durar necesita poner bases para un horizonte que vaya más allá de las próximas elecciones. Por fortuna, una buena parte de las cosas que interesan a la gente no se resuelven en el ámbito electoral. Y los partidos no deben ser solo máquinas electorales.