Telmo Aguirre-Miramón
Nos encontramos en precampaña electoral. Vivimos un momento muy interesante e importante para esta parte del país y en este contexto, hace falta más que nunca contrastar los modelos sociales y económicos de cada uno y responder a los populismos de unos y otros.
Ya llevamos una larga época, que en este contexto se está intensificando, escuchando a la derecha española y sus medios y a la izquierda española y vasca hablar de la decadencia de la CAV, de la necesidad de transformar el modelo social y económico de la CAV (sin concretar cuál es el suyo por supuesto), de resetear el” modelo PNV” por considerarse viejo y caduco, etc, mientras a ambas orillas del panorama político se agita el pesimismo, la frustración social y la desconfianza. Ante semejante ejercicio de cinismo y escapismo político, se hace más que necesario que nunca hacer un ejercicio de memoria, saber y recordar de dónde venimos y donde estamos actualmente, reconociendo la importancia de los retos que afrontamos y huyendo de autocomplacencias.
En este sentido me gustaría rebatir algunos de los principales argumentos que se dan contra lo que llaman unos y otros el modelo nacionalista vasco. Los datos siempre esconden realidades más complejas pero ayudan a recordar el pasado, analizar el presente y prepararnos para el futuro en función de la experiencia vivida.
- ¿Vamos a peor?: el nacionalismo vasco heredó del franquismo una CAV con una industria en decadencia y de difícil adaptación al nuevo modelo económico, encontrándose el país en una profunda transformación económica y social, tras una crisis del petróleo muy intensa y unos índices de paro superiores al 20%, fuerte conflictividad social, una ETA con una actividad terrorista récord atacando especialmente intereses empresariales, con terrorismo de estado, juventud amenazada por la presencia masiva de drogas como la heroína, alta inflación (superaba el 10%), altos tipos de interés (superiores al 15%) y estancamiento económico
- Evolución de la industria vasca: en el año 1955, el PIB industrial representaba el 44,6% y actualmente el 23,6% y sigue como gran motor económico siendo con Alemania el país con más campeones ocultos industriales de Europa (compañías líderes en sus nichos de mercado y con un papel muy destacado de Gipuzkoa).
En España el PIB industrial sin la CAV no supera el 13 % y en Alemania (excluida la construcción) representa el 25,6% de la producción total (muy similar a la CAV). Como referencia, en Europa es muy inferior, el 19,6%. Si se mide la riqueza a precios constantes (PIB real) la pérdida es menos acusada, pasando de un 33% de PIB industrial al actual 23,6%.
Hay que considerar asimismo un factor muy importante ligado a la nueva economía. En este periodo el sector servicios ha ganado peso y dentro de ello lo que se denominaría servicios avanzados, de alto valor añadido, como actividades científicas y técnicas. En total, dichas actividad de industria y servicios avanzados supone el 40% de la economía vasca. Un buen ejemplo del cambio de modelo es San Sebastián donde ciencia, tecnología y servicios avanzados representan el 30% de los empleos y el 43% del PIB, siendo la capital del estado con menor paro y más renta per cápita. Asimismo, en inversión en I+ D nos situamos en las regiones de alta innovación en Europa, con el mayor índice mayor en el estado.
Por seguir hablando del anterior modelo industrial y precisar más en nuestro análisis, en volumen de empleos es cierto que la CAV tiene la mitad de trabajadores en industria que en los 70 pese al aumento de población. En 1974, la industria de la CAV contaba con 326.000 personas trabajando en fábricas (eran los mejores años de los Altos Hornos de Vizcaya, por sí misma rondando los 15.000 empleados, o de los astilleros Euskalduna o La Naval), cerca de la mitad de la población ocupada que había en esa época. Por tanto, hay que considerar la brutal reconversión industrial que se ha producido en Euskadi donde el nacionalismo vasco heredó un modelo industrial viejo rígido, muy poco abierto al exterior (actualmente las exportaciones vascas están en máximos históricos) y muy intensivo en capital. La reconversión provocó que la CAV fuera la comunidad con más paro tras Andalucía y Extremadura durante la década de los 80 y principios de los 90. Ahora la CAV lidera el índice de menor paro. – el empleo público supone el 15% porque la población activa está en récord histórico (1,050,000 empleos)-. Asimismo y, según datos divulgados en 2023 por la consultora internacional PricewaterhouseCoopers, si analizamos las empresas con sede social en la CAV, el impacto económico de las empresas vascas en el estado y a nivel mundial es el siguiente: el impacto directo e indirecto (considerando proveedores) alcanza el 9% del PIB del estado y 1,7 millones de empleos directos e indirectos generados y 260.000 millones a nivel mundial y 6,3 millones de empleo, datos que muestran el nivel de apertura exterior e importancia de nuestras empresas.
Contrasta escuchar el discurso del candidato del PP en la CAV cuando su líder, Feijoo alaba el modelo industrial vasco y lo tiene de ejemplo para España mientras su compañera de partido, Isabel Díaz – Ayuso ha iniciado una campaña de atracción de inversión vasca a Madrid agitando el miedo a una victoria a Bildu, por lo que resulta curioso y obvio a la vez, conocer quiénes serían los beneficiados en caso de que el candidato de Sortu fuera lehendakari.
Telmo Aguirre-Miramón
JELen agur
Muy interesante el artículo y a su vez muy oportuno. Lo serán tambien las próximas entregas.
Porque no hacemos más que escuchar que el modelo del PNV está caduco y terminado y que se plantea un cambio propiciado por Bildu (en realidad, siempre han planteado la alternativa a PNV desde el mismo arranque de la democracia). Es cierto que no dicen cuál es, como si de una secta esotérica y cabalística se tratara en la que te prometen un conocimiento de acceso sólo si te inicias en ella, pero inaccesible a los adversarios.
Aquí ya sabemos de qué se trata. Del proyecto salvifico de la ¨Nueva Democracia” comunista.
Llama la atención la capacidad de fascinación y credulidad que son capaces de generar, me imagino en la gente joven, y la auto limpieza de imagen en otros de más edad.
Esto hay que desenmascararlo, hay que hacerlo muy visible en la sociedad adormecida. Porque es increíble que ideologías mas propias del tercermundismo, tengan esa capacidad de implantación en sociedades avanzadas como la nuestra.