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Dimisión de la Consejera de Sanidad y ni caso al Consejero de Cultura

Iñaki Anasgasti bere blogean

En la elección, en el orden y en el tratamiento de las noticias es donde se ve a las claras la ideología de un informativo, en este caso de ETB. Lo hemos visto con mucho enfado este fin de semana. La atención que presta ETB a cualquier huelga, por pequeña que sea es marca de la casa pero una rémora en su imagen y en la del propio país porque no es normal que en un país rico, con poco paro comparativo, muy buenos servicios públicos y que representa menos del 5% de la  población estatal tengamos el 50% de las huelgas. El peso de la IA y de ELA es excesivo. Y lo estamos viendo cada semana. Abrir con manifestaciones y petición de dimisión de la Consejera de Sanidad llamándole incapaz y pidiendo su dimisión, es de traca. Pero nadie reacciona. Y me parece grave.

Bingen Zupiria, Consejero del Departamento de Cultura y persona que mide sus palabras a la hora de calificar situaciones del ejecutivo de coalición, lo hizo así el jueves en el programa Boulevard cuando se le preguntó por el proyecto de ley de Vivienda. Yo lo destaqué al día siguiente en la tertulia sobre cómo proceder de manera adecuada siendo portavoz de un ejecutivo, como lo hace Zupiria, ya que la portavoz del Gobierno central y que la víspera había estado en Bilbao, al llamado “socio preferente”, al PNV, le había dicho que lo importante es la política de vivienda y no quien la hacía y menos las competencias estatutarias como si fueran hechos antagónicos. Y en eso Zupiria estuvo muy claro como asimismo lo estuvo cuando se  le preguntó por el sinsentido de una huelga en la sanidad una semana antes del día electoral  del 28 de mayo.

Zupiria destacó que el Plan estratégico de Osakidetza contiene “cientos de propuestas“ para mejorarla y “habla  de recuperar su prestigio, de gestionar con inteligencia y complicidad el trabajo y la organización de las personas, de un sistema que sea abierto y se adecúa a los retos de futuro como el envejecimiento de la población y el aumento de las enfermedades crónicas. Pero a diferencia de los manifestantes  tan beligerantes  y tan publicitados  por ETB negó que se esté desmantelando ni privatizando “el sistema público de salud vasco” subrayando que al margen de las movilizaciones legítimas de los  sindicatos, a  él le compete desmontar algunas de las mentiras y falsedades “que se propagan sobre Osakidetza. ”Una administración que apuesta por su sistema de salud e invierte permanentemente en ella no la está privatizando” argumentó con contundencia. Y siguió explicando lo que se estaban haciendo y desmontando las falacias puestas en circulación, asunto que no ha tenido la menor repercusión en el ente público.

Hay que decir que EITB depende del Departamento de Cultura y por tanto del Consejero Zupiria y al parecer a este aerolito que debe ser ETB le importa un pito lo que diga oficialmente el gobierno vasco. Vimos la manipulación  informativa que se le dio a la mentira sobre el desmantelamiento y la privatización este sábado, con intervenciones desaforadas y dándole el máximo rango a dichas manifestaciones como si Euskadi se jugara la vida en el intento. Puestos a informar sobre manifestaciones podían haber dado como primera noticia la de Bayona en favor del euskera, o el acto de Lekeitio relacionado con el ingreso en la Academia de Miren Agurne Meabe o los treinta años de las clases de euskera en Barcelona. No fue así porque desconociendo de manera beligerada lo que dicen las instituciones vascas se le da prioridad a la bronca, y al interés de ruptura  y de ensuciar una imagen por parte de una minoría  que al parecer copa ese informativo de fin de semana  destacando los improperios de unos manifestantes que están a lo que están y no precisamente a buscar  soluciones.

Quienes dan esta extraordinaria visibilidad a un clima negativo se olvidan de los principios básicos del periodismo. Por ejemplo, la manifestación contra la “privatización de Osakidetza” debería haber dado lugar, en una televisión pública como ETB a un reportaje sobre la evolución y la realidad de Osakidetza, algo que se refleja con objetividad en los datos. Claro que eso  hay que trabajarlo y hacer periodismo. Y en eso, quizás, la responsabilidad va más allá de la redacción. Afecta a la dirección de informativos y a la dirección de ETB, incluso a la  dirección general de EITB. Abordarlo no es fácil, pero asistir impertérritos a la pérdida de audiencia porque la gente se cansa de no estar bien informada y ser sometida a una manipulación constante, tampoco es de recibo y es lo que está ocurriendo con descaro y agudización en esta  época preelectoral.

En resumen. ETB a través del relieve dado a unos manifestantes ha pedido la dimisión de una Consejera y se ha pasado por el  por el arco del triunfo lo dicho por el Consejero de Cultura responsable de EITB. Es lo que tenemos. Y la evidencia está con solo enchufar unos informativos sesgados y muy manipulados. Solo veo con asombro esta realidad tan distorsionada del país que tenemos.

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Un comentario en «Dimisión de la Consejera de Sanidad y ni caso al Consejero de Cultura»

  1. Anasagasti señala un problema de imparcialidad, de beneficiar descaradamente unos intereses y actitudes políticas determinadas. Señala a la cabeza de EITB, y deja entrever que la negligencia viene de arriba-abajo, “la responsabilidad va más allá de la redacción. Afecta a la dirección de informativos y a la dirección de EITB, incluso a la dirección general de EITB”, tiene gran parte de razón.
    Aunque sea contradictorio, a mi entender, el problema de arriba no se resolverá si se descuida lo de abajo, que es lo que más falla: la falta de recursos y el exceso de trabas burocráticas para algunas de las iniciativas herrigiles que operan en la base. Estas iniciativas necesitan de un plan de ayuda integral que sea fácil de administrar y que potencie sus objetivos sociales. Y ahí, no solo pero también, el departamento de Cultura tiene mucho que decir.
    Hay que potenciar todas las iniciativas de base, sin caer en la trampa “publico/ privada” que promueven quienes protegiendo sus estructuras particulares de todo tipo (juveniles, ecologistas, sociológicas, periodísticas etc.), señalan las de los demás como privadas.

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