Joxan Rekondo
Vivimos tiempos duros, que se desarrollan bajo una influencia muy intensa de graves problemas de proyección global. Casi sin habernos recuperado de las consecuencias del crac financiero, la pandemia vírica llegó como un tsunami imparable y, todavía sin haber superado esta, estamos directamente afectados por la guerra ucraniana. No cabe duda de que todos estos sucesos que superan con creces nuestra pequeña escala están impregnando los marcos con los que percibimos la realidad social, y que encuadran la agenda temática que nos interesa.
Ahora bien, si solo llegamos a ver que la evolución y el efecto de las cuestiones citadas adquiere un alcance mundial al que debemos supeditarnos, cosa que nadie puede negar, estaremos al borde de perder la visión de proximidad, que es donde realmente se dilucidan los hechos diferenciales que implican a personas y pueblos y se verifican las soluciones concretas que les afectan. Es evidente que no somos indiferentes respecto a los efectos que las tendencias globales dibujadas pueden tener entre nosotros. Durante siglos, nos hemos batido en la búsqueda del equilibrio entre la identidad y la adaptación. Sin embargo, somos una comunidad que ha producido un modo de vida particular, intenso en lo cercano, al que históricamente se ha sujetado sin renunciar a mundializarse.
Podemos anhelar que el fruto de nuestro roble milenario pueda extenderse por el mundo, pero no disponemos del remedio universal para los males que aquejan a la humanidad entera, a las personas y a los pueblos. En realidad, lo que el himno de Iparragirre nos quiere significar es que, para que nuestra mirada moral a lo que ocurre en el mundo global sea realmente expresiva y nos comprometa, ha de realizarse desde la perspectiva particular del árbol de Gernika. La brillantez de la historia vasca, decía Agirre, no proviene de las medallas, títulos y honores ganados por vascos en operaciones desarrolladas más allá de Malato, sino que a una admirable historia interna, construida en torno al respeto a la persona y a la obstinada lucha por su libertad y dignidad.
Hace un tiempo, Igor Calzada se refirió a una frase que Fidel Castro había dicho al lehendakari Ibarretxe, como queriendo reflejar la diferente perspectiva política que representaba cada uno. “Ustedes ven el mundo desde Euskadi, pero nosotros vemos Cuba desde el mundo”. El enunciado es breve, pero pleno de significado. Casi se podría decir que contiene la clave principal para entender lo que ha ocurrido en este país durante los últimos 60 años, y el antagonismo que, durante todo ese periodo, han mantenido las dos tradiciones políticas que mayor apoyo social tienen hoy mismo.
La diferencia de puntos de vista sigue vigente. No se trata de negar los desafíos globales, sino de comprender que el compromiso y la acción que necesitamos para resolver todos nuestros desafíos se enraízan en el lugar concreto al estamos ligados por pertenencia. Lugar al que estamos ligados por recuerdos y sentimientos, y donde desarrollamos la gran batalla cotidiana por la vida. En cambio, la transposición de pensamientos o remedios desde una posición ubicada en el arriba global, instando a que se asuma en la base de las sociedades o comunidades, solo puede triunfar por imposición o despersonalización. En esa tesitura, no hay vecindad, la comunidad quedaría sin soporte. No hay posición más contraria a la práctica de la subsidiariedad.
Desde luego, hay un internacionalismo, globalismo o cosmopolitismo que desprecia a las comunidades nacionales o que quiere sacrificarlas al servicio de su orden peninsular o global. Esa no es nuestra perspectiva. Hagamos patria desde aquí, puesto que aquí está su levadura. Es en lo local, en lo próximo, donde las personas encuentran el entorno moral más adecuado para ejercitar al máximo sus potencialidades subjetivas para comprometerse y actuar, libre y solidariamente. No hay desentendimiento de los retos o necesidades globales. Lo que pasa es que, en este contexto, lo global adquiere un claro sabor local. Como consecuencia, deberíamos constituir una agenda patriótica que sostenga sus determinaciones sobre lo global a partir de la observación con un prisma local vasco de lo que ocurre en el mundo.
Es extraño ser tan patriota y no mencionar el problema existencial vasco: la natalidad.
Quizas es que patriotas (y tal) de cierta edad estan a filosofar con sus cosas ajenos a lo que viene cuando ellos casquen.
Es triste muy triste que gente que se las tiene de abertzale copie sin piedad el mensaje estrella de los franquistas de Vox.
Sin inmigración que hubiese sido de la industria vasca ? alguien puede explicarlo ?
Pues así todo…
Siempre leo con atención lo que escribe Recondo.
El equilibrio inestable que plantea es complicado y la dinámica vital de las personas que viven en él es, realmente, casi incompatible con la inmovilidad de un sueño estratégico limitado a un concepto atractivo, acogedor y confortable pero anómalo en tiempos de hipermovilidad y en buena medida desvinculado de otras comunidades –de todo tipo– que son las que nos ofrecen la posibilidad del sustento.
La perspectiva que nos ofrece esta forma de «patriotismo» –una palabra noble y nunca excluyente– es regresiva en el sentido de que nos aleja de cualquier posición de protagonismo –del que otrora muchos aquí nacidos fueron sobradamente capaces pero siempre asociados íntimamente a otros no nacidos aquí– y termina por «jibarizar» los ámbitos vitales de los nacidos en la comunidad.
En algún momento lo que no es viable de modo natural y eficiente, se rompe y deja de generar rendimientos crecientes o simplente rendimientos. Es como tratar de preservar un remanso en la corriente fuerte y turbulenta de un gran río en el que inevitablemente las aguas se mezclan.
Un ejemplo práctico de lo que sucede en consecuencia es la relativa «sobre-reacción» del PNV a los eventos de Ucrania con un compromiso digno de mejor causa que servir de correa de transmisión a la propaganda de guerra de quien, guste o no guste, terminará expuesto como un criminal contra su propio pueblo y un corrupto de tomo y lomo. De hecho ya lo está para quien no se resigne a ser víctima de nuestra propia censura.
Y todo ello porque al aceptar los «marcos de poder real» –un clásico ejercicio de «realismo», inteligente pero inmoral– se tira por la borda cualquier caudal de credibilidad que pudiera haberse acumulado.
No hay batalla que pueda ser ganada desde posiciones inmorales y falsas. Primer principio del Suntzu.
Creo que las personas de esta tierra, los jóvenes, claro, necesitan algo menos de «especificidad» y algo más de apertura y cercanía a todos nuestros marcos de pertenencia. Que no son pocos precisamente.
Y si esto exige tener que decir que la UE se regodea cual cipayo en un marco de subsistencia en el vasallaje, pues habrá que decirlo. Cuanto antes empecemos, mejor.
El precio de no hacerlo es la pérdida de credibilidad que acompaña a cualquiera que se desvincula de la realidad y esto no es bueno para nadie: Ni para los gobernados ni para los gobernantes. Se puede hacer y, de paso, mantener cualquier especificidad real.
Y todo ello sin tener que someterse a las agendas de una élite occidental con un diseño totalitario e inhumano. Homogeneización forzada. Es decir ¿Qué ámbito de libertad?
Por poner un marco de referencia que se nos cae encima como una losa y que con seguridad el Gobierno Vasco ya ha declarado confidencialmente su adhesión inquebrantable y enviado sus planes de «compliance» para ello: Agendita 2030
https://www.youtube.com/watch?v=ZzdCTyMWQBs
Vean ustedes que «los comentarios han sido desactivados». Es deecir, saben que dan asco.
En fin, en algún momento el liderazgo tiene que demostrarse. Y el liderazgo siempre es una virtud moral.
Saludos
PS. El mañana día 5 a las 19;00 en el museo de San Telmo, en la clausura de un curso de la UPV sobre DDHH, hay una conferencia bien interesante sobre aspectos de esta cuestión. Presencial o en remoto aquí: https://www.santelmomuseoa.eus/index.php option=com_flexicontent&view=items&id=5128&Itemid=8&lang=eu&ide=109113
JELen agur
No sé, siempre te limitas a lanzar titulares sin explicar nada.
He visto el vídeo al que haces referencia y es correcto.
La verdad, no sé si ya te has instalado definitivamente en tu meta-realidad. Porque si no, no le encuentro sentido.
Occidente es un marco razonable de referencia moral en defensa de los derechos humanos. No puede ser que lo sea Oriente, ni medio ni extremo.
Tenemos esa responsabilidad y hay que defenderla sin titubear y sin tirar piedras a nuestro propio tejado.
Si hay mejoras posibles, se exploran. No es valido el ladrido sistemático, porque eso no otorga ninguna credibilidad.
«Occidente es un marco Razonable»
Me temo que hace ya unos 50 años que dejó de serlo. Presupone que nuestra condición es la de esclavillo de alguien fuerte. Pero para nosotros la alternativa no es hacernos chinos o rusos.
La alternativa ser nosotros. Es decir, superar psicológicamente esta larga etapa colonial de vasallaje que nos ha destrozado para otro siglo de empobrecimiento en todos los órdenes y que además se está acelerando porque aceptamos el mandato de unas élites parasitarias que –sin el menor género de dudas– son y aspiran a ser los vasallos preferidos del emperador para el cual trabajan.
No verlo podría ser ignorancia, plausible y subsanable, pero también puede ser un reflejo condicionado del ancestral instinto de la manada. Disonancia Cognitiva. Festinger, 1957.
JELen agur
Pues si lo dejo de ser, ¿cual ha conseguido ser la alternativa? Ninguno. Occidente sigue siendo el marco de referencia de defensa de los derechos fundamentales.
Dentro de este marco, los vascos seguiremos luchando por recuperar nuestros derechos históricos, lucha que se enmarca perfectamente en esa defensa occidental de los derechos de los hombres y los pueblos.
Lejos quedan otros marcos donde la invasion, eliminación, desplazamiento de personas y pueblos ha sido la constante.
Buenos días; Me temo, estimado Joseba, que ese marco de referencia –que por supuesto que fue verdad– ha muerto y que lo que tenemos ante nuestra vista es un panorama muy diferente en el cual, deliberadamente, las élites parasitarias occidentales nos mantienen en un status colonial que nos cuesta trabajo confesar — aunque lo sabemos todos– y en regresión económica acelerada.
Existió, es cierto. pero ahora mismo, la UE ha eliminado de los sistemas educativosGriego, Latín, Filosofía e Historia hasta el XIX. Y todas las razones para hacerlo perovienen de gente cuyo objetivo vital ha sido la destrucción de ese marco de referencia. Desde Gramsci, hasta Laclau y Mouffe pasando por Wolff, Moores, Marcuse y Kohlberg por citar los, a mi modo de ver, más relevantes. Todos ellos totalitarios.
De hecho hoy mismo ves que nuestros gobiernos nos impiden escuchar y ver lo que dicen los rusos y que nuestra propia prensa es una máquina de silencio y propaganda sin credibilidad.
Por cierto, no el pasado día 5 en San Telmo. Al conferenciante le llamó la atención la «sed de verdad» de la audiencia.https://www.santelmomuseoa.eus/m/agenda-detalle.php?id=109112&lang=es comienza el sonido sobre el minuto 5.
Son unas dos horas pero creo que vale la pena.
Saludos
JELen agur
Pues no, Manuoquendo.
Limitarse a nombrar filósofos para luego reconocer que son totalitarios (marxistas, post marxistas, populistas, etc) es como no decir nada.
La referencia debe ser el motor d ela Unión Europea y la defensa del individuo que planteó la democracia cristiana en Europa.
No hay otra referencia de mérito en ninguna otra parte.
De Rusia ya sabemos suficiente. Lo suficiente para saber quien es el canalla y caradura.
Se escuda en mentiras y en el miedo a la OTAN cuando el miedo hay que tenerlo a él y a su grupo.
Siente próxima a la OTAN cuando la OTAN esta a 10 km de toda Rusia, en vertical, en el espacio. Y lo sabe. Mientras que ha estado violentando informaticamente a los demas. Pero le sirve de excusa para sus tropelías europeas.
Y eso hay que pararlo. No ponerse a filosofar.
Pura Disonancia Cognitiva, Joseba. O peor, porque dices cosas que, sencillamente, no son verdad. Con negarte a ver otras fuentes de información y otros hechos, incluso hechos crimnales y genocidas, lo único que consigues es perpetuarte en la ortodoxia. Muy nuestro, claro. Pero también muy mejorable.
Por que, ¿acaso te permiten ver que veas lo que ellos no quieren que veas? O sea, que comenzamos por estar en manos de Nazis Totalitarios, pero a algunos les resulta duro reconocerlo y recurren al «El Otro, más»·
Saludos
JELen agur
Vaya, somos y estamos rodeados de nazis. Y nos lo llaman los que invaden y bombardean pueblos vecinos.
El mundo al revés. El relato a la contra.
Y nos dan la referencia, el modelo de filósofos totalitarios. Como si en nuestra historia no haya habido referentes enormemente validos para el desarrollo económico y social vasco.
¿Hay algo de estos invasores que no sepamos?¿Será que desconocemos la autentica grandeza de esos criminales? Nunca contestan. Prefieren callar y dejar pasar esta época de desarrollo militar para luego dar lecciones de ética pacifista.
Pero por mas que escucho sus palabras, más me doy cuenta que quien es el estafador y el criminal.
Occidente, desde sus referentes humanistas, debe ser el modelo en que compararse el resto del mundo.
La cuestión es que en una democracia a ningún Gobierno se le debería ocurrir siquiera espiar a los miembros de un movimiento independentista que nunca ha optado por la violencia ni ha pensado en hacerlo, pero más terrible, lo más indecente, es que lo haga a responsables institucionales y a partidos con los que está continuamente negociando y apoyándose en ellos para gobernar.
Y eso no lo arregla que las órdenes de espionaje tengan la firma de Pablo Lucas Murillo de la Cueva, magistrado del Tribunal Supremo, y hermano, por cierto, de Enrique Lucas, miembro del CGPJ designado por el PNV y estrecho amigo –según se ha publicado– de Andoni Ortuzar.
Vaya vaya con Pegasus, las cosas que está destapando