José Manuel Bujanda Arizmendi
“La aceptación del régimen de autonomía que se establece en el presente Estatuto no implica renuncia del Pueblo Vasco a los derechos que como tal le hubieran podido corresponder en virtud de su historia que podrán ser actualizados de acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico”. Disposición adicional del Estatuto de Autonomía.
El 26 de septiembre vuelve el ALDERDI EGUNA en su 44 edición, el día de un Partido, EAJ-PNV, con 126 años de existencia al servicio de la sociedad vasca que nació de la mano de Sabino Arana para lograr la construcción de la nación vasca y la soberanía de una Euskadi de los siete territorios. Hablemos del camino que para ello hoy y aquí toca transitar coyuntura a coyuntura y acertar en tiempo, forma, lugar, principio de realidad, sin perder nunca de vista jamás el objetivo final. Va de luces. Cortas y largas.
Los vehículos disponen de luces cortas y largas. Cortas para la ciudad y entre calles, largas para fuera de centros urbanos, carreteras y autopistas. Cada luz tiene su función y lugar. En la política española impera la luz corta. Es difícil poner luz larga. La corta se come la larga. Pero se impone poner la larga, mirar al futuro, hay que intentarlo. Pongo pues la larga, me abstraigo de todos los fogonazos de luces cortas de la Villa y Corte en particular y de la piel de toro en general. Sí, pongo luces largas y sitúo su intensidad en perspectiva de futuro, en la audacia del futuro, como diría en sus memorias Barack Obama.
Veamos. El ordenamiento jurídico vigente prevé una reserva de nuestros Derechos Históricos que pudiera ser interpretada como la posibilidad de ampliar el autogobierno según la palabra de la ciudadanía. El dilema no es la falta de instrumentos como de voluntad política. No hay impedimentos jurídicos insalvables para la búsqueda de un nuevo consenso Euskadi-España y ampliar el autogobierno, si hay voluntad política pueden plantearse mayores niveles de autogobierno. Las disposiciones adicionales de la Constitución y el Estatuto posibilitan encaje. Codecisión y no imposición por las partes favorecerían consenso para profundizarlo. Actual Estatuto de Autonomía (por cierto, para algunos muerto hace tiempo y para otros “etxekaltes” rechazado, negado y boicoteado a sangre y fuego) que afirma principios tan fundamentales para los vascos al plasmar por primera vez en un texto jurídico que: “El Pueblo Vasco o Euskal Herria, como expresión de su nacionalidad y para acceder a su autogobierno se constituye en Comunidad Autónoma dentro del Estado español bajo la denominación de Euskadi o País Vasco” y artículos 1, 2 , 5, 6.
Me permito pues presentar opiniones cualificadas como el de quien fuera senador navarro e histórico del nacionalismo vasco Manuel de Irujo cuando sostenía que la Constitución del 78 era “la más abierta, progresista, respetuosa y foral que se ha dado así mismo España”. Así la Asamblea Nacional del PNV decidió en octubre de ese mismo año promover la abstención al admitir que el texto suponía un avance en el reconocimiento de derechos y libertades por lo que no parecía oportuno darle un no rotundo, aunque no llegara a asumir íntegramente “nuestra” reivindicación nacional planteada en base a la completa reivindicación de los DDHH.
Y así, como bien dijo en su día Juanjo Álvarez “el Estado de las autonomías acuñado en la Constitución del 78 flota, sostiene y sobrevive como corcho a la deriva pero no termina de hacer pie con solidez. Y esa indefinición nos hace nadar entre posibilidades y miedos: bilateralidad efectiva versus continuidad del café para todos, recentralización e involución versus pluralidad nacional, federalismo simétricos o asimétrico (…) el andamiaje jurídico-político español responde a doctrinas de décadas, pero nada se puede construir con imposición, subordinación, exclusión o unilateralismo”. Luz larga es, pues, situar en el centro de la política la bilateralidad, libre adhesión, reconocimiento mutuo, cosoberanía, codecisión y pacto.
Según Daniel Innerarity, “lo” de las naciones dentro de un Estado es un verdadero dilema y su única solución es la pragmática, síntesis pactada para favorecer la convivencia. Opina que los conflictos nacionales se vuelven irresolubles cuando caen en manos de quienes los definen de manera simplificada, desde el momento en el que los problemas políticos se reducen a cuestiones de legalidad u orden público, cuando aparece una idea de legalidad que invita a los jueces a hacerse cargo del asunto o cuando se enfrenta un nosotros contra ellos, o cuando se han eliminado atisbos de pluralidad y matices de pertenencia; a partir de entonces todo está perdido hasta que no recuperemos una descripción del problema que lo acepte en toda su problemática. Así se manifestaba en su día Ana Pontón del BNG: “Creemos que ser nacionalista es defender un futuro digno para nuestra tierra, necesitamos mayor capacidad de decisión, queremos poder desenvolver nuestro País, economía, lengua y cultura con normalidad. Se debe reconocer la plurinacionalidad, que las naciones existimos y que poder reformar el actual Estatuto es un paso importante en aras a reconocer Galicia como nación”.
El propio Lehendakari Iñigo Urkullu hace pocos días puso en valor la vía vasca de los DDHH para acordar un mayor autogobierno para Euskadi, pensando que es pertinente recuperar el debate sobre el nuevo estatus de autogobierno. El Lehendakari mencionó tanto la Disposición Adicional Primera de la Constitución que “ampara y respeta los DDHH de los Territorios Forales y que la actualización general de dicho régimen foral se llevará a cabo, en su caso, en el marco de la Constitución y del Estatuto de Autonomía” como la Disposición Adicional del Estatuto de Gernika que manifiesta que “el pueblo vasco no renuncia a los Derechos que le puedan corresponder en virtud de su historia”. Dicho de otra manera, y coincidiendo con la reflexión del Presidente del PNV Andoni Ortúzar, se manifestó en la línea que los DDHH son la “percha” para que Euskadi actualice su autogobierno: “La Constitución ordena actualizar el autogobierno y el Estatuto encomienda conservarlo, modificarlo y desarrollarlo”. Ambos mandatarios, Urkullu y Ortúzar, coinciden en abogar por un acuerdo político lo más amplio posible buscando para ello un mínimo común denominador entre diferentes sensibilidades políticas, ideológicas y de sentimientos de pertenencia presentes en la Euskadi plural del siglo XXI. Dicho de otra manera, si hay voluntad hay percha, existe vía, no hay obstáculos insalvables, se puede. Si hay voluntad política es posible avanzar conjuntamente a quienes ven el futuro de una manera distinta.
Insisto, la actualización del autogobierno no exige per sé de cambios legales: la Disposición adicional del Estatuto sostiene que el Pueblo Vasco no renuncia a sus DDHH y la Disposición de la Constitución española reconoce los DDHH de los Territorios Forales y su actualización en el ordenamiento jurídico. El dilema no es falta de instrumentos jurídicos como de voluntad política, luces largas incluso consulta previa a partir de un consenso amplio cual referéndum pactado y consultivo, refrendatario de lo aprobado en el Parlamento vasco, antes de remitir su actualización a la Cortes. Consigamos ahora lo posible y avancemos luego, paso de elefante, reflexivo, firme, irreversible y decidido hacia la Reforma Constitucional camino de nuestro objetivo final: pero, hoy y aquí, entre el todo y la nada, lo alcanzable. Se trata, en definitiva, de saber qué autogobierno necesita y quiere la sociedad vasca y ser capaces de alumbrarlo en el actual marco y si no proponer los cambios que sean necesarios para ello.
No nos faltará firmeza histórica inasequible en nuestros objetivos como nacionalistas vascos que somos, resilencia y fé en un futuro en el que la historia será más justa con las naciones sin estado. Lo haremos de la mano de este partido centenario. Seguiremos construyendo nación vasca y soberanía de Euskadi en Europa. Se lo debemos a quienes lo dieron todo por ello. En este Alderdi Eguna nos reafirmamos en ello. Gora eaj-pnv!, Gora Euskadi askatuta!
PNVk Kalera info agerkariaren itxiera, Tubacexen enpresaburuek epaiak ez betetzea, Puigdemoten atxiloketa edo Gurutze Iantziren erailketa «kondenatu» du jadanik?
Ez dut ideiarik ere, dakidana da ez duela inoiz «Gobierno matalos» oihukatu, beste batzuek «ETA matalos» arekin egiten zuten bezala.
Ibarretxe , sin luces …….El «escasho » luces largas
Ibarretxe apuesta por que Euskadi tenga «el máximo nivel de autogobierno» para hacer frente a su «dependencia» de España
Dice que Euskadi, «como país, con el mismo nivel independencia o dependencia» de otros de la UE, sería «económicamente viable»
Ibarretxe apuesta por que Euskadi tenga «el máximo nivel de autogobierno» para hacer frente a su «dependencia» de España
Ibarretxe apuesta por que Euskadi tenga «el máximo nivel de autogobierno» para hacer frente a su «dependencia» de España
EUROPA PRESS
BILBAO —
15 de enero de 2017 12:12h
El exlehendakari Juan José Ibarretxe apuesta por que Euskadi tenga «el máximo nivel de autogobierno» que permita profundizar en «un modelo propio y diferenciado» para hacer frente a su «dependencia obligada» de España. Además, asegura que Euskadi, «como país, con el mismo nivel independencia o dependencia» que tienen otros de la UE, «resultaría, no solo políticamente recomendable, sino económicamente viable y socialmente equilibrado».
En un artículo titulado ‘Recrear el modelo vasco’, publicado por Agirre Lehendakaria Center, centro de estudios que Ibarretxe dirige, el expresidente del Gobierno vasco afirma que, durante los últimos años, Euskadi, «además de no haber recibido todas las competencias previstas en el Estatuto de Gernika», lo que supone «un insulto a la palabra dada», ha asistido «a un proceso de intensa recentralización del Estado».
Tras señalar que «las demandas nacionales en Cataluña tampoco pueden entenderse sin esta realidad recogida en el ‘Libro Negro de la Recentralización’ por la Generalitat», Juan José Ibarretxe apunta que, «sin capacidad de autogobierno», los vascos serán «dependientes de las decisiones que se tomen en Madrid, que no tienen un modelo para el desarrollo humano sostenible en la cabeza».
«Están convencidos de que el camino consiste en seguir aplicando las medidas que nos han llevado al colapso financiero, económico y social de la última década. Necesitamos el máximo nivel de autogobierno para profundizar en un modelo propio y diferenciado», asevera.
Ibarretxe reconoce que «hoy todos somos interdependientes», pero ha recordado que «una parte importante de la sociedad vasca aspira a ser ni más ni menos interdependiente que cualquier otro país con presencia propia en el mundo».
«Creemos que Euskadi, como país, con el mismo nivel independencia/dependencia que tienen otros países miembros de la UE, resultaría, no solo políticamente recomendable, sino económicamente viable y socialmente equilibrado», añade.
A su juicio, «el problema para los países –también para Euskadi– no es la independencia o la interdependencia, sino la dependencia». «Y hoy Euskadi, en su relación con España, es un país dependiente, ni independiente ni interdependiente», ha apuntado.
Para el exlehendakari, se trata de «una dependencia obligada» que los vascos «conocen y sufren en campos como las políticas monetarias, fiscales, judiciales, educativas, sanitarias, de empleo, seguridad social, etc», y ha recordado que incluso se les dicta «cuándo y cómo deben realizarse las rebajas del comercio vasco».
«Necesitamos más que nunca un proyecto propio y diferenciado, solidario con España, con Francia, con Europa, pero propio y diferenciado, tan comprometido y diferenciado como pueda serlo el de cualquier otro país de la Unión Europea», asegura.
«RECREAR EL MODELO VASCO»
Ibarretxe llama a «recrear el modelo vasco» –que ha llevado a Euskadi «a ser una sociedad razonablemente equilibrada y, por ello, objeto de estudio en varias universidades del mundo–, para construir desarrollo humano sostenible en el futuro».
«Esto significa ir más allá de comparar nuestros indicadores con los del Estado español, pues esto, sin perjuicio de procurarnos una razonable satisfacción, nos alejaría del que debe ser nuestro objetivo: competir en desarrollo humano con las sociedades más avanzadas del planeta», indica.
En este sentido, asegura que los vascos están «a tiempo» de «reconectarse con el sistema de valores y los comportamientos que han caracterizado al pueblo vasco a lo largo de la historia». «Es la K de la cultura vasca la que debe guiar ‘un nuevo modelo vasco’, basado en nuestras fortalezas como pueblo: competitividad en solidaridad. Mirar la realidad desde nuestra propia identidad para ver un futuro diferente», manifiesta.
El expresidente del Gobierno vasco subraya que «la sociedad vasca ha respondido de forma extraordinaria ante situaciones muy complicadas», y cree que, en la actualidad, debe «luchar contra la desigualdad». De esta forma, expresa su convencimiento de que 2017 «es un buen año para recrear el ‘modelo vasco'».
INFORME PISA
Juan José Ibarretxe alude a los resultados del informe PISA sobre el sistema educativo vasco de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra, que refleja para Euskadi «unos resultados significativamente peores a los obtenidos en el pasado».
«Estos datos han generado un debate político de ‘superficie’, aunque poco o nada constructivo, que necesita de profundización si queremos que resulte fructífero para nuestra escuela, que, por lo demás, goza de una mayor financiación y de un sensible menor porcentaje de fracaso escolar que las escuelas de nuestro entorno», dice.
En su opinión, es «muy difícil conocer realmente las causas de unos resultados tan sorprendentemente negativos», pero considera que «es vital aceptar que se está ante una importante llamada de atención», e insta a «alejarse de los análisis simplistas y centrados en una única causa».
«Parece más razonable pensar que hay múltiples factores en juego: políticas gubernamentales e inversiones, currículums y renovación pedagógica de los centros, condiciones laborales y formación del profesorado, implicación de las familias, responsabilidad del alumnado, etc», señala. En esta línea, afirma que hay que «tratar de ir más allá de la búsqueda del culpable».
Según su análisis, existe «una pérdida de posición en materia de inversión en innovación en relación con los países de referencia de la UE, un deterioro de las condiciones laborales, un aumento de la desigualdad y el recorte sistemático de la capacidad de autogobierno».
«El periodo de crisis económica, social y cultural, que todavía estamos atravesando ha incidido espectacularmente en las inversiones públicas y privadas en materia de innovación», recuerda.
Ibarretxe apunta que, aunque «hacer este tipo de inversiones en periodos de dificultad es muy complicado», ha añadido que hay que hacerlo. «El anuncio del Lehendakari Urkullu comprometiendo para esta legislatura un incremento, de al menos un 5% anual en la partida dedicada a I+D+i, es un buen comienzo», remarca.
DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA
En su opinión, «por primera vez desde la recuperación del autogobierno, una distribución más equitativa de la riqueza, que es, sin duda, uno de los elementos fundacionales del denominado ‘modelo vasco’, comienza a ser puesto en cuestión», a pesar de «la importantísima aportación que la RGI», que «necesita ser adaptada y mejorada, pero en ningún caso cuestionada».
Asimismo, asegura que, «descarrilado el marco autónomo de relaciones laborales por el incumplimiento estatutario», se camina «hacia una equiparación de las condiciones laborales vascas con las del Estado español».
«Un buen número de empresas vascas utilizan los mismos sistemas de contratación temporal y aspiran a ofrecer condiciones laborales precarias, similares a las empresas de Madrid o Andalucía. Todavía recuerdo el llamamiento bienintencionado, a la par que desesperado, del anterior consejero de Empleo, Ángel Toña, para que las empresas vascas no utilizasen la legislación laboral española de forma generalizada en sus políticas de contratación», manifiesta.
El exlehendakari dice que «la lucha contra la desigualdad ha sido un factor clave para entender la transformación socio-económica del pueblo vasco», y añade que parece que se acepta «sin la necesaria crítica colectiva los modelos de falsa competitividad basados en la precarización de las condiciones laborales».
«Pobre de este país y sus gentes si apostamos por el ajuste salarial para tener presencia en el mercado, en lugar de trabajar la creación de capital humano, la innovación tecnológica y social, la cooperación y la apertura a nuevos mercados», advierte.