El secreto del viejo diablo

Iñaki Anasagasti bere blogean

La estrategia es de manual. Ataca para que no te ataquen. Y, si respondes el malo eres tú. El 7 de abril Arnaldo Otegi se quejaba de cómo en el Aberri Eguna, Ortuzar y el PNV criticaron a EHBildu. ”El PNV habla permanentemente  sobre EHBildu en todos los artículos y entrevistas”. No es así, aunque creo que debería ser así. Es decir, no dejar pasar ni una. Hay que dar argumentos. La gente los necesita. Lo que busca Otegi es que le reconozcan su patente de corso para que el PNV se calle ante el diario ataque por tierra, mar y aire de una organización que sigue sin cogerle el pulso  al funcionamiento democrático de la sociedad y sin haberse enterado todavía que todo lo exagerado no es creíble. Le ha molestado sobremanera la gráfica expresión con la que les describió Ortuzar de que han pasado de  “socializar el sufrimiento” a “socializar la frustación”.

También la burukide Arrizabalaga glosando el artículo del insigne Olarra que hablaba del PNV como “los demócratas de mierda”, ”indigentes necios”, ”ediles pusilánimes”, ”panzudos gestores de la gobernanza” diciendo que “en los batzokis ya no queda casi nadie que pueda mirarse al espejo sin pasar vergüenza al compararse con los ex presos vascos”. Publicado en Gara. Y luego el PNV es el que ataca. Siguen pues sin hacer la necesaria perestroika  a pesar de su décimo aniversario y, siguen considerando normal recibir con trompetería a quien ha matado o secuestrado lo mismo que considerar las pintadas como algo banal que se quita con acetona. Eso no es admisible en una sociedad con valores. Y si no lo entienden, ese es el gran problema. Olarra con sus pedradas define muy bien lo que tienen dentro.

Y es que lo  que intentan los comisarios de Sortu (Bildu es una entelequia) es aplicarnos la receta del viejo diablo. Al parecer en el infierno había un diablo joven que quería hacer carrera y consultó sobre la fechoría que tenía que cometer para medrar. ”Muy sencillo. Tienes que demostrar que el Infierno y el Diablo no existen”. Y en eso están. Completando el curso de demonología  les dicen que los cuatro demonios más importantes para  este partido comunista de las tierras vascas disfrazado son: la empresa privada, el capitalismo, los curas, el imperialismo yanqui y el EAJ-PNV.

Falleció uno de los cinco fundadores de ETA, Julen Madariaga el 6 de abril. David Guadilla recogía unas declaraciones suyas. ”Muchas veces me he planteado de una manera dura si lo que hicimos fue la mejor manera de conseguir lo que queríamos. He dudado mil veces de si lo que hicimos estuvo bien. Es un  acto filosófico. Me pongo en duda a mí mismo. No sé.… Se generó un ciclo de violencia que desafortunadamente ha provocado víctimas. Desgraciadamente es así.” No está mal. Decía Oscar Wilde que todo santo tiene un  pasado y todo pecador un porvenir. Sin embargo, Iñaki Iriondo en Gara tituló el obituario a dos páginas sobre el fallecimiento de Madariaga con esta expresiva síntesis de sesenta años de actividad “Estoy orgulloso de haber creado a ETA”. Todo un editorial. Resumió bien lo que sigue pensando el núcleo duro de Sortu. No fue tan solo una acción de respuesta ante la violencia de una dictadura, sino la reivindicación de un fracaso que nunca reconocerán porque además tiene un componente ideológico que el propio Madariaga se lo reconocía a Ander Landaburu en El Pais. ”Nosotros teníamos formación política, un bagaje cultural e ideológico, habíamos viajado a Cuba y a Argelia. Habíamos leído y comentado más de dos libros…y los de ahora son unos pendejos, que no valen para nada, unos descerebrados que sólo saben matar”. Esto al parecer no le gustó a Iriondo para titular su necrológica. Él como Gara siguen con la matraca de siempre. La justificación de la existencia de ETA.

Y es que no hablamos solo de activismo porque  había un proyecto ideológico bajo la aparente ikurriña. Esa fue la madre del cordero. Argala  lo resumía en “se hace necesaria una estrategia de liberación que incluya para ser exitosa la práctica de la violencia ofensiva”. Argala afirmaba que el firme rechazo de la violencia que realizaba el Lehendakari Leizaola lo que realmente suponía  es la negación al pueblo vasco de la posibilidad de liberarse de la mano de una “revolución socialista que significa destruir un estado burgués y construir otro proletario”. Algo que sigue siendo la columna vertebral de la ideología de Sortu, aunque en esta ocasión por otros medios y como resumió el presidente del EBB socializando una frustración que diariamente contribuyen a crear. De manual. Como dijo Maddalen Iriarte “el daño causado por ETA está reconocido. Justo o injusto…Aquí cada uno tendrá su relato”. Y el de ellos es el del viejo diablo. Negar la mayor.

Junto a ésto y para justificar el nacimiento de ETA soslayando lo de los viajes a Cuba que decía Madariaga, la culpa se la atribuían nada menos que al PNV y su aparente inacción. Un asunto que soslaya siempre el debate ético en la justificación de una violencia de respuesta. Ante eso le pregunté a Juan de Ajuriaguerra por esa reflexión y me contestó. ”Si hacer algo consistía en matar, secuestrar, extorsionar, evidentemente no hacíamos nada porque consideramos que la vida humana es sagrada. Pero si hacer algo es mantener 40 años en el exilio una institución como el Gobierno Vasco como gran referencia, dos radios clandestinas, ediciones de todo tipo, mantener el euskera y promover las ikastolas, organizar clandestinamente los Aberri Egunas y diversas huelgas, hacer pintadas y colocar ikurriñas, organizar cursos de formación, organizar el Congreso Mundial Vasco para hablar de cultura, economía y política, crear el Consejo Vasco del Movimiento europeo, estar en  el núcleo duro de la democracia cristiana europea que ha sido el motor federal del Tratado de Roma, apostar por buscar complicidades en partidos democráticos españoles, organizar varias huelgas, estructurar toda una red de Centros Vascos en el mundo y mil cosas que se hicieron la respuesta a todo ello fue que cuando se convocaron las primeras elecciones en junio de 1977 ganamos de calle. Funcionó la memoria histórica y se recogió la cosecha. ETA sin embargo ha sido un inmenso fracaso humano, ético y político. Una tragedia. No sabemos cómo sería hoy el acontecer vasco de no haber existido ETA”.

Y lo decía alguien que había sido condenado a muerte, obligado a hacer una huelga de hambre de protesta, seis años de prisión, cinco detenciones y una vida de clandestinidad y austeridad, para tener que aguantar que no habían hecho nada. Pero ese es el discurso. El titular de Iñaki Iriondo lo resume. Siguen sin reconocer que tanta desolación no es algo para sentirse satisfechos y siguen teniendo a personajes como Olarra que verbalizan bien lo que llevan dentro y que tratan de ocultar. Separar la ideología  de la calidad humana  es fundamental para romper con esa visión dogmática de la vida que divide al mundo entre buenos y malos, conforme a las posiciones políticas o el origen de clase. Sin tolerar las diferencias y sin admitir, como no admiten, que los derechos humanos son universales y no tuyos y míos este tipo de izquierda jamás será democrática y siempre existirá el riesgo que acaben en dictadura. De hecho tanto Sortu como ELA apoyan dictaduras tan reaccionarias y terribles como la nicaragüense, la cubana, la venezolana. En  su dogma los pobres son buenos y la clase media y los pocos ricos son malos per se, aunque sean generosos y se preocupen por los demás.

El calificativo “pequeño burgués” es un ataque común en esta extrema izquierda de Sortu, que se adentra en la forma de ser y en las costumbres de las personas .Esto conduce a los procesos de proletarización, consistente en una disciplina de sacrificios para forzar el cambio de clase. La militancia revolucionaria se convertía  así en un apostolado, tal como comentaba Ellacuría, en principio aparentemente inocente, que se adentraba en la imposición de genuinas idioteces, como la ropa, la música y el arte. La izquierda necesita romper con la idea de la igualdad absoluta y aceptar la legitimidad de la ganacia, de la acumulación y de la diferencia. Los empresarios son capital humano como lo son los profesionales de alta calificación, sin éstos no hay crecimiento económico. Sortu debería tener empresarios no vergonzantes en sus filas. La sensibilidad social y la solidaridad no son incompatibles con el espíritu emprendedor porque los que ellos llaman burgueses también pueden irse al cielo. Sin duda hay empresarios que abusan de los trabajadores, pero igual hay médicos que abusan de sus pacientes y no por ello debemos quedarnos sin doctores. En definitiva. Para quienes vivimos en un mundo normal, este debate puede parecer tonto, pero estos son los cuellos de botella ideológicos y morales que enfrenta el mundo acartonado y fosilizado de Sortu defendiendo una época que fue una tragedia y no dándose cuenta que el Muro de Berlín cayó en 1989.

No les veo a los Otegi, Casanova, Rodríguez, Maddalen, Iriondos, Olarra, Sotos, Diez Usabiaga, Alberdi, Lakuntza y demás en esta longitud de onda moderna y valiente sino en esa cobarde de toda la vida que nos sigue diciendo como el viejo diablo que ETA venció cuando fue un sonoro e inmenso fracaso.