José Manuel Bujanda Arizmendi
Hace ya más de 70 años, a principios de marzo de 1.949, diez años de finalizar la guerra civil, en plena dictadura franquista, en la oscuridad más obscena en cuanto a derechos fundamentales y libertades, el EBB del PNV emitió una declaración política, de la cual, el que esto subscribe, ha entresacado uno de los párrafos más significativos: ”el PNV proclama el derecho del Pueblo Vasco a expresar libremente su voluntad y a que su decisión sea considerada como la única fuente jurídica de su estatus político lo que entraña el deber correlativo de respetar esa voluntad”.
Estoy en el convencimiento de que el reconocimiento del derecho a dibujar el presente y el futuro político y social de Euskadi, el compromiso mutuamente adquirido a ejercer este derecho por la vía del pacto y el principio de consentimiento de que esta decisión debe integrar las distintas sensibilidades existentes en Euskadi son la llave que posibilitará una nueva etapa para los vascos y las vascas. Apuesto por la factibilidad de la política, apuesto por el pragmatismo y el posibilismo responsable, apuesto por la gestión entendida como construcción nacional y respuesta a los hombres y mujeres que viven y trabajan en Euskadi, hayan nacido donde hayan nacido, piensen como piensen y se consideren como se consideren. Reniego de la literatura política ideológica y preciosista, barroca y hueca cara al futuro. Sé de la pluralidad ideológica, identitaria e institucional de nuestra historia y de nuestra cultura, y soy consciente que probablemente así seguirá en el futuro. Se que ello no es un posible peligro, ni amenaza, ni renuncia alguna a nuestro proyecto político propio como nacionalistas vascos de lograr la Burujabetza para Euskadi en el marco de un Zazpiak Bat del siglo XXI, moderno y posible. Estoy convencido que ganaremos un futuro mejor por el que habrá valido la pena comprometerse sinceramente con aciertos y errores incluidos. No es fácil adivinar qué nos deparará el futuro próximo a los que sí creemos que sí existe el Pueblo Vasco y que tiene derecho a dibujar democráticamente su presente y su futuro. Seguiremos anudando nuevos eslabones en la historia de Euskadi y continuaremos apelando a la democracia, porque los límites de los ámbitos de decisión vasco y español, la concepción de la España plurinacional y la identidad territorial se colocan en el nudo gordiano de la sima ideológica de los desencuentros. ¿Alguien cree resolver el desajuste político vasco con el Estado y reconducir el desencaje institucional en lo constitucional ignorando la voz de la ciudadanía vasca? Hay un desencuentro político sin resolver que sí puede encontrar vías de solución compartidas respetando la voluntad de la ciudadanía vasca. Es el no impedir y no imponer. Ni aquí ni allí.
El 29 de septiembre de 2019, es el Alderdi Eguna del PNV. San Miguel de Aralar 1977 – Campas de Foronda 2019: largos 42 años haciendo camino al andar. Muerto ya el dictador Franco, recién legalizado el PNV, tras las primeras elecciones democráticas y por iniciativa de un joven Iñaki Anasagasti que tomando como modelo la fiesta del partido que Acción Democrática y COPEI venían realizando en Venezuela, el PNV decidió organizar una jornada festiva coincidiendo con el patrón del Partido en las campas de Aralar para congregar en ella a sus simpatizantes y afiliados. El encuentro político-familiar resultó ser un éxito y congregó a más de 80.000 personas. Visto el éxito obtenido el PNV tomó la decisión de hacerla anual. Cuanto ha llovido desde entonces, cuanto el camino recorrido y cuanto se ha andado en la construcción nacional de Euskadi. Sí, hoy Euskadi es más nación vasca que nunca. Buena ocasión pues para hacer un alto en el camino y reflexionar sobre el autogobierno de Euskadi a futuro. Un autogobierno que dé estabilidad y conlleve acuerdos políticos amplios que permitan centrar el debate político en materias vitales para las futuras generaciones.
Un acuerdo que defina un modelo de convivencia, un marco de relaciones con el Estado en el que haya una bilateralidad efectiva, garantías y condiciones de lealtad. El pacto y la no imposición es el procedimiento de las sociedades avanzadas. Y así se trata de alcanzar un acuerdo que permitiera potencialidades reales de modificación políticas siempre que existieran mayorías para ello, desde el respeto a la voluntad de la sociedad vasca y a su pluralidad. Porque respetar la voluntad de la ciudadanía vasca exige el respeto y la toma en consideración a los diferentes sentimientos identitarios integrándolos en un esquema de pacto y compromiso. Una solución, que en términos políticos de inclusión respetuosa se basaría en un doble compromiso: amplio acuerdo en Euskadi y aprobación en las Cortes. Un acuerdo en Euskadi, por cierto, que igualara al menos en adhesión a los actualmente vigentes. Hablo de garantizar la aceptación en clave de integración e inclusión política la voluntad de la sociedad vasca y su reconocimiento jurídico y político en el ámbito estatal. Estimo que debemos seguir manteniendo una firme voluntad de pacto y de acuerdo en la sociedad vasca y con el estado, es decir de seguir considerando el pacto y la no-imposición como el procedimiento como reglas de juego a futuro. Una relación respetuosa con nuestra idiosincrasia e identidad, que permitiría que nuestra libre voluntad democrática tuviera mecanismos para ser respetada, que integrara sensibilidades, que articulara la relación dentro de un Estado plural a través del pacto y del acuerdo, y que evitara las tentaciones de unilateralidad a todas las partes.
El futuro pasa pues por un nuevo acuerdo entre vascos, una nueva etapa que suponga un mayor reconocimiento de Euskadi como nación política, un nuevo avance en el reconocimiento de la existencia del Pueblo Vasco, su derecho a ser, un salto en el ámbito de las competencias jurídico-político-legislativos correspondientes al Gobierno y al Parlamento Vasco. Una relación que permitiera que nuestra libre voluntad tuviera mecanismos para ser respetada, que integrara sensibilidades, que articulara la relación dentro de un Estado plurinacional y que evitara la unilateralidad. Doble llave. Un autogobierno capaz de desarrollar la identidad vasca en el mundo abierto que se va conformando, un Concierto Económico blindado, una apuesta por la capacidad competencial en las materias económicas, medioambientales y formativas necesarias para desarrollar un entorno competitivo y sostenible en un mundo abierto, una política fiscal solidaria necesaria para mantener ámbitos de solidaridad en un entorno amplio de competencia global. Una política de cooperación transfronteriza multisectorial que conformaría una muy amplia Eurorregión Aquitania-Euskadi-Navarra. Un autogobierno en definitiva con capacidad de decisión, compromiso con el pacto, corresponsabilidad, participación en todos los niveles de decisión y apertura al exterior. Época de oportunidades aprovechadas desde el liderazgo político y la estabilidad institucional haciendo de la sociedad vasca un referente líder en creatividad, innovación, en desarrollar las universidades como polos de talento y de tolerancia. Líder en definir la educación integral de las personas como la máxima prioridad de la construcción nacional, líder en hacer de Euskadi un modelo urbano competitivo y en basar nuestro bienestar futuro y modelo social en una comunidad integrada con identidad propia y definida que apuesta por sus personas. Una sociedad normalizada lingüísticamente.
Hablo de incorporar identidad a las realidades actuales, de implicarnos en construir una sociedad vasca innovadora capaz de adelantarse a los cambios basada en personas conocedoras de la importancia del trabajo bien hecho, con sentido de lo que nos es propio, con sentimiento de pertenencia a una comunidad que se implica en la solidaridad y que comparte un proyecto a largo plazo. Una Euskadi cohesionada, cuyo proyecto compartamos gentes de diferentes sensibilidades, abierta al mundo y a la diferencia creativa, capaz de atraer personas que quieran desarrollarse vitalmente entre nosotros. Una Euskadi con un PNV como herramienta central y columna vertebral. Un PNV como garantía de un futuro esperanzado, de una prosperidad justa, de autogobierno y de soberanía posible en el siglo XXI.
Gora Euzko Alderdi Jeltzalea! Gora Euskadi askatuta !
Creo que Pnv y Bildu son unos profesionales de la » Nacion» y/o «Patria».
Cada uno vive de lo que puede y ellos son una legion de paniaguados que viven de «eso».
Son ademas negligentes y mayormente inutiles, y no solo no han conseguido en decadas ni un 10 pct de sus supuestos objetivos nacionales y/o patrioticos, sino que han convertido a la nacion y/o patria en un proyecto fallido de pais envejecido, sin recambio generacional e infestado de mano de obra esclava que nos comeran….nos comeran.
Como lehendakari de un pueblo que una vez tuvo que emigrar y buscar la solidaridad de terceros, José Antonio Agirre fue siempre sensible a las necesidades de los emigrantes. Sus palabras siguen muy vigentes a día de hoy.
“El emigrante es siempre un necesitado. Nadie mejor que el que vive exiliado para comprender lo que es y significa el buen o mal trato en país extranjero y todo emigrado tiene algo de exiliado, el vasco que se va o el extraño que viene a Euzkadi.”
https://youtu.be/CK6gHPQlt7M