Imanol Lizarralde
Se puede calificar al gran filósofo comunista Slavoj Zizek como el puente sobre aguas turbulentas que une el viejo con el nuevo marxismo. Merece la pena revisar un escrito reciente donde hace un análisis acerca de la actualidad del Manifiesto de Marx así como de la evolución del marxismo hasta ahora (La vigencia de El manifiesto Comunista, Anagrama, 2018). La cuestión es doble ¿acertó Marx en el diagnóstico acerca de las características del capitalismo? ¿Es posible, en las condiciones de hoy en día, crear un sujeto global marxista capaz de dar un cambio revolucionario a esta situación?
Zizek considera correcta la perspectiva de Marx acerca del capital y su expansión global como factor demoledor de las antiguas fidelidades y legitimidades en lo que respecta tanto a la jerarquía social, la estructura familiar y la propia división de géneros. Según él, todavía se cumple que el marco de relación humana y todo su sistema de representación religioso (que regulaba vínculos directos de dependencia personal) se haya sustituido por un intercambio entre objetos. El capital-dinero, por medio del mecanismo de fetichización humana, al convertirse en metáfora convalidada del valor del trabajo, funciona como un auténtico dios, creador de relaciones sociales e ideológicas.
Zizek no deja de admirar “este dinamismo global descrito por Marx que hace que todas las cosas que se creían perennes y permanentes se esfumen” (p. 25). Pero señala, también, su correlato de amenaza, como es “una cínica resignación, una aceptación de como es el mundo en realidad” (p. 26) y el rechazo o la falta de convicción consiguiente de un cambio revolucionario.
Otro puente entre el nuevo y viejo marxismo, el gran filósofo comunista francés, compañero de fatigas y de debates de Zizek, el maoísta Alain Badiou, dice a este respecto:
“Hay, de un lado, una expansión continua de los automatismos del capital (…) De otro lado, hay un proceso de fragmentación en identidades cerrada, y la ideología culturalista y relativista que acompaña esta fragmentación (…). La lógica capitalista del equivalente general y la lógica identitaria y cultural de las comunidades o las minorías forman un conjunto articulado” (San Pablo, la fundación del universalismo, p. 10-11).
¿Cómo responde Zizek a la pregunta acerca del sujeto de cambio marxista? Este problema es doble. Se refiere a localizar la clase social con dimensión global que potencialmente puede dar la vuelta a esta situación de expansión del capital y de fragmentación de identidades; y la reafirmación de “el intelectual orgánico” de esa clase, es decir, que sujeto (o conjunto de sujetos) toma el papel dirigente del antiguo partido comunista. Dice Zizek:
“El problema del marxismo occidental (e incluso del marxismo como tal) era la ausencia del sujeto revolucionario: ¿cómo es que la clase trabajadora no completa el paso del en-si al para-si y se constituye como agente revolucionario?” (p. 66).
Esto ocurría en los tiempos de Marx y era la cuestión ante la que se encontraron diversos marxistas, frente a las revoluciones que iban a llevar a cabo:
“El marxismo occidental buscaba constantemente otros agentes sociales que pudieran desempeñar el papel del agente revolucionario, como suplentes de la indispuesta clase trabajadora: los campesinos del Tercer Mundo, los estudiantes e intelectuales, los marginados excluidos… La versión más reciente de esta idea tiene a los refugiados como protagonistas” (p. 67).
Por diferentes causas, el proletariado industrial clásico no fue, como pretendió, Marx, el principal sujeto de cambio revolucionario en las revoluciones comunistas que vinieron. El mayo del 68 constituyó una respuesta a este problema que creó un nuevo paradigma del “sujeto”. Por eso se pregunta Zizek: “¿cómo formar una «cadena de equivalencias» a partir de los proletarios clásicos, el precariado, los desempleados, los refugiados, los grupos oprimidos sexual y étnicamente, etc?” (p. 9). Ante ello, repone: “El problema es que, en claro contraste con el marxismo, ya no podemos concebir el proceso de esta unificación en una solidaridad global” (p. 73).
En el marxismo clásico (y en la época de la gran expansión internacional de los países comunistas) la solidaridad global ya estaba dada por la inminencia y posibilidad victoriosa de una revolución que, poco a poco, iba abriéndose paso. Por eso, el nuevo sujeto mundial, la cadena de equivalencias de Laclau aplicada a esa serie de “diferentes grupos de explotados y desfavorecidos del capitalismo global actual” (p. 73), le falta, según Zizek, el ingrediente de “la solidaridad global”, el espíritu del Partido y los antiguos militantes del Partido Comunista que en un país u otro (o en una clase o genero u otro) siempre se se sentían miembros de la universalidad revolucionaria. Es como si Zizek sintiera una cierta nostalgia retrospectiva por los tiempos en los que los comunistas eran “soldados del partido”. Y echa en falta ese factor unificador en la “cadena de equivalencias” de diversos segmentos sociales y frentes de lucha.
Zizek, Badiou y otros múltiples intelectuales marxistas, junto con muchas organizaciones de diverso tipo a lo largo del mundo, han tomado sobre sus hombros la labor de convertirse en “intelectuales orgánicos” del movimiento político y de masas que actualmente se organiza bajo las banderas del marxismo. El problema que se plantea es como unificar a nivel global las múltiples luchas de las minorías raciales, nacionales o sexuales, de los estudiantes, de la marginación social o de la clase trabajadora. Se trata de recuperar la “universalidad”, que para Zizek es sinónimo de negación global del capitalismo (y su correlato el liberalismo político). La localización de un enemigo común (el capitalismo/liberalismo político) es la argamasa del nuevo sujeto revolucionario.
Sin embargo, la caída del viejo paradigma del “internacionalismo proletario” (o su reducción a unos cuantos países), presupone que la universalidad revolucionaria propugnada por Zizek y por Badiou tiene que reconstituirse. Zizek, el teórico marxista-postmarxista Ernesto Laclau y la teórica de género Judith Butler proponen un planteamiento de unificación-universalización conjunto en torno a la negación del enemigo común (Zizek), la constitución de una cadena de equivalencias entre los sujetos diferentes (Laclau), y la “traducción” de las identidades marginadas a un universal contingente (Butler) (Butler, Laclau, Zizek, Contigencia, Hegemonía, Universalidad. Diálogos contemporáneos en la izquierda, Fondo de Cultura Económica, 2004, p. 8-9).
Se trata aquí de amalgamar un “frente unido” de diversos corpus doctrinales y segmentos sociales en torno a la misma lucha contra el capitalismo/liberalismo político. El concepto gramsciano de “hegemonía” cultural (actualización de uno de los aspectos de la vieja idea marxista de la “dictadura del proletariado”) es una de las claves para conformar ese nuevo marco de ideas alternativo, que presupone la constitución de un campo con la función doble de debate inter-marxista y de rechazo/repulsión de las ideas/ideologías antagónicas.
Como ejemplo de lo primero, tenemos el “frente unido” de intelectuales a favor de la procesada Avital Ronell, profesora de filosofía de la cátedra Jacques Derrida, con un escrito firmado, entre otros, por Judith Butler, Slovaj Zizek y el filósofo comunista francés Jean Luc Nancy. Defendiendo el ámbito de Ronell (“humanidades, incluidos los media y los estudios tecnológicos, la teoría feminista y el estudio de la literatura comparada”) defendían su comunidad de debate, interacción e influencia.
Como ejemplo del efecto “repulsión” de ese marco, está la declaración de Judith Butler en contra de la libertad de expresión de aquellos que se pudieran pronunciar en contra de las minorías sexuales. La oposición entre derechos como el de la libertad de expresión y el de la salvaguarda de una determinada comunidad presupone que Butler está perfilando, para ella y para los suyos, un control del lenguaje que, en cada momento, puede señalar a los enemigos que hay que acallar. En esto consiste el viejo concepto de «dictadura del proletariado»: dictadura para el enemigo y democracia para el pueblo (que en el lenguaje de Butler es «la comunidad» que ella misma define y que es un equivalente al viejo concepto marxista de «pueblo» o «proletariado»).
Para quien pueda pensar que esta alineación de diversas escuelas de pensamiento no responde a la pureza de la doctrina marxista, Zizek concluye su libro diciendo: “Hoy en día la única forma de seguir fiel a Marx ya no es ser marxista, sino repetir el gesto fundacional de Marx de una manera nueva” (p. 76). La aparente paradoja de esta afirmación requiere que el marxismo no supone la fidelidad a una doctrina, sino principalmente a una práctica que, desde diversos frentes de lucha, pueda persistir en la labor de destrucción del llamado orden global y sus representantes, los estados-nación democráticos. Parte de esta lucha es producir engaño para el enemigo (pues el propio Zizek llega a decir: “Me gusta complicar las cosas. Usualmente la gente dice que un filósofo, cuando estás confuso, debería traer claridad. ¡Yo digo que no! Pensamos que vemos las cosas claramente en la vida diaria; Anhelo confundir las cosas”).
Zizek apoya, en el Estado español, al partido Podemos (“Les dedico este libro a ellos, con la esperanza de que continúen creciendo. Movimientos como PODEMOS son nuestra única esperanza en estos tiempos oscuros” Zizek, Menos que Nada. Hegel y la sombra del materialismo dialéctico, Akal, Prólogo a la edición española, p. 8) y a la Izquierda Abertzale (“aquellos que erosionan la soberanía absoluta de la nación-estado son aliados del universalismo. Lo que quiere decir, que vosotros sois más universales en la medida en la que lucháis contra la nación-estado española” Argia, junio 27, 2010, nº 2236). Está claro que, para Zizek, estos movimientos expresan un ejemplo de la repetición del gesto fundacional de Marx desde ámbitos de lucha particulares, recogiendo la universalidad/negación que este anhelaba.
De Actualidad (En Deia ):
Mikel San José considera que Iñigo Cabacas, el aficionado del equipo rojiblanco fallecido tras ser alcanzado por una pelota de goma disparada por la Ertzaintza, «no murió, lo mataron, y les ha salido barato».
BILBAO. «Un gran abrazo para Fina y Manu;ante la injusticia solo nos queda la solidaridad. No olvidaremos», se puede leer en un tuit del jugador navarro, que muestra su «solidaridad» con los padres de Iñigo Cabacas.
alias, eso aqui no interesa.
por intentar….Ondo Izan¡
No es nada fácil interpretar correctamente a los “nuevos intelectuales orgánicos”. El tema de por sí difícil, viene a complicarse (aún más) por la propia intencionalidad de dichos intelectuales. “Anhelo confundir las cosas”
Me parece “correcta” la perspectiva de Marx acerca del capital y su expansión global. Pero como dice Imanol, por diferentes causas, el proletariado industrial clásico no fue, como pretendió Marx, el principal sujeto de cambio revolucionario en las revoluciones comunistas que vinieron.
Y es que en Europa y viendo las dos alternativas (democracia burguesa-dictadura del proletariado), los trabajadores optaron mayoritariamente por la mejora de lo viejo conocido.
Para comprender la lucha de clases (dialéctica) los ejemplos deportivos son una gran ayuda. Podemos considerar que el capitalismo (equipo azul) y el socialismo (equipo rojo) son dos equipos de fútbol que compiten por ganar. El resultado es incierto. Y si con la plantilla clásica (proletariado) no se es capaz de ganar, la “nueva directiva” decide hacer “nuevos fichajes”: (el precariado, los desempleados, los refugiados, los grupos oprimidos sexual y étnicamente, etc.)
Y para añadir mayor confusión y beneficio propio, incluso se cambia la camiseta (apariencia) roja del equipo por una diversidad de colores, a gusto del consumidor. Pero lo que no cambia es la esencia del partido: La derrota del capitalismo para sustituirlo por el socialismo.
Es cierto que el trabajo de estos nuevos intelectuales está dando sus frutos, pero también lo es el hecho de que cada vez es mayor la capacidad de las personas en distinguir la forma (lo que cambia) del fondo (que sigue sin cambiar).
JELen agur
Por algo es futbolista….
San Jose futbolista?,nik beti arotza bezala ezagutu dut..(ikus martxoak 19).
https://fotografias.lasexta.com/clipping/cmsimages01/2018/02/13/B6BA110A-C4FA-4718-B4DE-44C874165732/58.jpg
Se puede ser independentista, español y jugar en la selección, M. San José es un ejemplo.
Yo prefiero a los ertzainas que han puesto en riesgo su vida por este país, que a los que se forran mientras esperan una revolución Bolchevique.
https://youtu.be/JAo2S6xCGHs
«El concepto gramsciano de “hegemonía” cultural (actualización de uno de los aspectos de la vieja idea marxista de la “dictadura del proletariado”) es una de las claves para conformar ese nuevo marco de ideas alternativo, que presupone la constitución de un campo con la función doble de debate inter-marxista y de rechazo/repulsión de las ideas/ideologías antagónicas.»
VictorIII, prefiere venerar San José Pignatelli, santo español nacido en Zaragoza.
Tampoco hay que perder la esperanza con «alias» a lo mejor algún día lee el artículo y hace algún comentario sobre el mismo.
JELen agur
Seguro que la opinión del carpintero habría sido más valiosa…
JELen agur
Al final de estas lecturas y de muchos comentarios, siempre me queda la incógnita, qué es lo que se quiere instaurar a cambio. A qué someterse?
Esta claro que luchan contra lo viejo por lo nuevo. Y eso que es?
Porque si el precio a pagar es la tiranía de lo nuevo, pues me quedo como estoy y ya lo ire mejorando poco a poco, recuperando valores perdidos acreditados como benéficos eliminando esos modismos de la historia impuestos porque lo nuevo no significa necesariamente mejor que lo viejo.
Será que algunos desde algún sitio generan movimientos artificiales de esta u otras ideologías para buscar La destrucción de la libertad y sustituirla por la tiranía y barbarie?
Y es que tenemos que pasarnos la vida luchando contra proyectos totalitarios que de manera secuencial nos amenazan continuamente? A lo mejor es que sí. Entonces a la lucha.
Pero identificando los valores a defender y a los que hay que evitar.
Begira,urte asko daramazkigu,euskal abertzaleok, gu bizi garan herri hau salbatzeko,aurrabidean popa egokia jartzeko,gure trainera hondakinetan ez erortzeko,lepoa zuzen eta tinko edukitzeko aleginetan.Eraberean neurri horietaz aparte,herri hau lurperatu nahi dutenen jokaera behin eta berriz salatu dugu,teori arrotzak gurean ezarri nahi dituzteneri, buru erdian ematen saiatzen gara.Hitz batetan, teoria ezin hobekio menderatzen dugula garbi agertu da.Ta alare,ez dut ikusten Eajren barruan ,beren burukidehen artean batibat, hemen agertzen diren teoriak aplikatzen dituztenik.Ez dira behintzat praktikan alde hortatik nabarmendu.
Ez diet burukide direneri aditu,adibidez,Herri hontako etsairik nabarmenenak,PP ta entzekoaz aparte, «ezker abertzaleako»burukideek direla.
Otegi,adibidez, Iglesiasekin Urkullurekin baino hobekio konpontzen dela. Euskal marxistak edo ta euskal abertzaleak,ez dituztela elburu berdinak,bla bla,bla.
Teoria beharrezkoa da bide zuzenetik joateko.Baina praktikarik gabe,haseran bakarrik geratzen zera.Rekorridoa egin gabe.
Nola egin ta zer egin,hor dago kakoa .
Iritzi sinple bat da.
JELen agur
La diferencia estriba en que en cuanto el PNV se informó de la existencia de una posible trama delictiva, expulsó a los acusados y se situó como acusación particular, aún sin disponer de toda la información.
Dos casos diferentes:
En el PP, existía tal impunidad y soberbia que no aceptaron como cierto aquello de lo que se les acusaba y se posicionaron de inicio a favor de los acusados. Intentaron el “y tu más” y tapar lo propio.
En el MLNV hoy se sigue sin condenar la actividad delictiva de toda la horda mafiosa, minimizando sus actuaciones, justificándolas y aplaudiéndolas. No solo no se posiciona en contra de la delincuencia tradicional del MLNV sino que la siguen amparando. Esto sí es mucho más grave.
No solo existen muchas diferencias, sino que son de la noche al día…
JELen agur
Pues, en caso de que todo eso se demuestre, los culpables serán condenados tendrán una sentencia acorde al delito cometido.
En caso de que se demuestre parcialmente y las acusaciones no se sostengan o sean infundadas, algunos serán condenados. Y si nada se demuestra o se sostiene con pruebas, nadie será condenado.
Los condenados no tendrán sus manifestaciones “Etxera”, sino que deberán cumplir sus penas conforme al derecho que se aplique.
Y el primero en alegrarse por ello será el PNV por haber sido utilizado como cobertura de actos delictivos. Otros intentarán sacar beneficio político, lo que no pueden conseguir en su ámbito correspondiente.
No será aceptada la condena por aclamacion, ni por mentiras ni manipulaciones, ni por interés o táctica políticas.
Lo que Joseba escribe es de cajón.
La baturrada folclorista, folclorica y floral (que no foral) jamás dirá o podrá practicar lo mismo.
Esas son las cuestiones nucleares que diferencian unos (pnv) de otros (boltxitarras).
de 17 a 15 comentarios , magia Jel…