Antton Costa
Mi intención al elaborar este artículo no es otra que el de llegar desde las práctica cooperativa vivida en mis 40 años en Orona hasta la autocrítica, teniendo siempre en cuenta que lo que escribo se basa en mi modesta opinión y mi propia experiencia en cuanto al cooperativismo.
Primero, quisiera empezar por mi incorporación a la cooperativa Orona. Fue en un pabellón cedido por Cementos Rezola a un grupo de caldereros que dejaron su trabajo en Rezola y ellos mismos fundaron Orona Sociedad Cooperativa Industrial. Comenzaré diciendo que soy consciente de que la historia del pueblo vasco y su tradición están muy ligadas con las siguientes palabras: AUTOGESTIÓN, COOPERACIÓN y SOLIDARIDAD; palabras y contenido que a mi entender tienen una importancia vital para el desarrollo del cooperativismo en general. Pero en mi caso, que es a lo que voy, soy hijo de emigrantes que aterrizó en Hernani cuando tenía 13 años, lo cual demuestra que, aunque es importantísimo lo que se mama, no es único y que sus contenidos son principios generales que se acomodan a los nuevos marcos culturales, siendo así después uno mismo el encargado de desarrollar su persona partiendo de esas bases.
Entré en Orona por casualidad mediante un amigo, una persona que comentó que cogían aprendices en una empresa y debido a que tenía que empezar a trabajar porque en casa se necesitaba, ya que el padre de familia que trabajó en Orbegozo estaba gravemente enfermo, pues allí me presente y me cogieron. En principio, ellos trabajaban 2 horas diarias sin cobrar. Todos los trabajadores y aprendices no trabajaban esas horas pero nos obligaban a ir a estudiar primero oficialía que hicimos en Lasarte y después interpretación de planos en la EPO en Hernani. En aquellos tiempos, pertenecía a un grupo de tiempo libre en Hernani llamado Kimu Alai con lo cual empecé a salsear en la vida socio-política del pueblo. Allí, entre otros, vino un tal Etxabe de Mondragón que comenzó a hablarnos de la autogestión, socialismo, cooperación, etc.
En aquellos tiempos la situación del pueblo y del país en general estaba al pilpil. Como además tenía interés en recibir formación política y a estudiar euskera en Orona mismo que organizaban clases y en Donostia con Elbira Zipitria, me afilié a ELA (A) y PNV. Ya en ese entorno, recuerdo que me cautivó la primera vez que oí esta frase: “EUZKOTARREN ABERRIA EUZKADI DA”. Y desde entonces y hasta el día de hoy he intentado llevar a la práctica ese mensaje. Pero bueno, ese es otro tema y ahora me voy a centrar a lo que nos concierne en este artículo, a lo que nos lleva hoy al cooperativismo.
La primera crítica que me gustaría mencionar es que en mi caso, al igual que la práctica si se nos enseñó en las empresas, la teoría del cooperativismo me la enseñaron fuera de ella. Siendo así mi situación, creo que hoy en día, aprovechando la oportunidad que brinda la Universidad de Mondragón en particular y las universidades en general, deberían, si no lo hacen todavía, tener una asignatura que hablase y explicase los principios fundamentales del cooperativismo. Es cierto que en mis tiempos cobrar no cobraban todos igual, había una escala salarial del 1 al 3 (significando esto que el gerente no podía cobrar tres veces más que el que menos cobraba en la empresa) que en realidad tampoco era así, ya que el 1 no cobraba nadie de las empresas. Más aún, y para dar un ejemplo de lo que se nos enseñaba en la práctica, como los medios no eran como los de ahora y había que dar la vuelta a una pieza venía hasta el gerente a ayudar, viendo aquí la colaboración que existía entre todos cuando era necesario.
Fueron pasando los años y al poco tiempo de pasar la mili tuve ocasión de cambiar de trabajo e ir a Orbegozo, cobrando el doble de lo que cobraba en Orona. En este punto me gustaría mencionar que mi padre falleció cuando tenía 15 años y que en casa estábamos bastante necesitados, pero tenía muy claro que quería seguir en el ámbito cooperativo. Me fascinó su filosofía de empresa y su práctica diaria, aunque también suponía sacrificio, ya que en tiempos malos tuvimos que ir a firmar ante notario las pequeñas propiedades que teníamos para avalar préstamos a la cooperativa. Y me recuerda mi mujer que el año que nos casamos tuvimos que poner unas 180.000 pesetas en la cartilla por falta de capital en la empresa. Pero ese es el riesgo de ser a la vez trabajador y patrón en el mismo bote.
Por otra parte, la segunda autocrítica que quisiera plantear es que si Orona ahora va muy bien se debería de recordar a los cooperativistas que siempre no ha sido así, ya que si se pasara otra vez por alguna situación de riesgo tendrían que ser responsables y sacrificarse por mantener el trabajo, parte fundamental del cooperativismo. Ganar dinero, ¿Para qué? Pues para eso, para mantener y generar más trabajo, que es la base principal del cooperativismo.
Por aquel entonces, oímos hablar, y no antes, del fundador de esta filosofía, un tal Arizmendiarreta. Yo personalmente no pienso que fuese consciente de la revolución que creó: algo tan sencillo y tan difícil como que los medios de producción fuesen para el que las trabaja y para generar más trabajo. EN ESTE PUNTO QUISIERA RECALCAR QUE EN EL MUNDO TANTO ENTONCES COMO AHORA LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN SIEMPRE HAN ESTADO EN MANOS DEL ESTADO (RUSIA, CUBA, CHINA …) O DEL CAPITAL (ESPAÑA, ALEMANIA, HOLANDA …). Y EN ESTE CASO, COMO BIEN HE DICHO, LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN ESTARÍAN EN MANOS DE LOS QUE TRABAJAN. Casi nada.
Además, querría mencionar que otra de las cosas que deberían enseñar en la universidad, si no lo hacen aún, es el cómo empezó esta gran filosofía y como se desarrollo en aquellos tiempos; yo lo estoy aprendiendo ahora. En fin, mejor tarde que nunca. En mi caso, y por ser un poco salsero, me tocó estar muchas veces en el Consejo Social de la Cooperativa e ir como representante a la asamblea del MCC en los grandes debates del grupo cooperativo de reglamentos, estatutos, etc.
Hay un debate que también me interesa recalcar. Fue el de de la remuneración de los cooperativistas. Antes, ya he comentado que estaba en una proporción del 1 al 3 y se planteó del 1 al 6, alegando como primer fundamento que si no los buenos gestores se nos iban a las empresas privadas. Yo por supuesto vote que no, pero perdimos la votación. Mi argumento fue que si se trabajase bien la filosofía del cooperativismo el dinero no sería el causante del cambio de trabajo, yo lo había hecho y no me consideraba un bicho raro. Tengo que reconocer que en esta como en otras cosas, mis actuaciones pudieron haber sido excesivamente ortodoxas, pero he de recalcar que mi postura era esa.
Si tuviese que explicar cómo ha sido mi vida laboral, diría que he vivido el cambio radical de cuando empezamos a lo que hemos llegado a ser hoy en día.
Benetan interesgarria deritzat hartu duzun bidea,kooperatibismoaz idazteko alegia.Kondaira hobe, bizitu duenak idaztea,gaur egungo gezurrak,eta betikoak,bakoitzari egokitzen zaion moduan idazte baino.Zorionak eta zure egiak irakurtzeko zai geratzen gara.Zorionak Antton.
Un buen ejemplo de que para renovar el país no hace falta importar nuvas “ideologias”. La experiencia cooperativa demuestra que recurriendo a las buenas fuentes, aunque viejas, se puede conseguir agua nueva.
La no renuncia histórica a sus fuentes ha conseguido que este viejo país se renueva constantemente.
JELen agur
Estupendo testimonio.
Has mencionado varios aspectos que si bien se conocían desde fuera, no deja de ser emocionante que lo explique alguien que lo ha vivido desde dentro.
Gracias por rememorar los principios fundamentales de un proyecto de base humana y con la convicción en ellos, como lo has relatado.
Gracias y enhorabuena por tu trayectoria personal. Un ejemplo.