Imanol Arrizabalaga/Pello Costa Orixe taldearen izenean
Con este artículo cerramos la serie dedicada a la reflexión que nos ha producido la lectura de la tesis de Pedro Uriarte, Psicosociología de los vizcaínos a través de la historia. A lo largo de la misma, hemos tratado de dar respuesta a las preguntas que nos ha abierto el análisis de la obra. Los cinco artículos del ciclo llevan el título común de Gizabidea, bajo el que hemos intentado aproximarnos al contenido de la idiosincrasia tradicional vasca. Además, hemos pretendido rastrear en ellos la huella de la cultura histórica vasca que hoy está más o menos visible, con el objeto de ponderar su utilidad para el presente y el futuro.
CULTURA E IDENTIDAD. En este conjunto de artículos hemos hablado de cultura. Y hemos dejado claro que nos interesa la cultura entendida como un proceso social dotado de sentido que ha surgido a partir de la interacción entre personas, y de éstas con el entorno en el que se desenvuelven. Un proceso social interpretado por seres humanos, consistente en la conjugación dialéctica de preguntas y respuestas (Pako Garmendia), de la que pueden devenir continuidades y cambios. En el quinto tomo de la colección Euskaldunak de la editorial ETOR, Garmendia resume esa tesis de la siguiente manera: “el sujeto humano (paciente activo de la historia) adquiere conciencia refleja de tal con el ejercicio consciente de preguntar… y responder”.
Indudablemente, hay interrogantes comunes que han estado y están presentes a lo largo de la historia humana. El mismo Garmendia decía que podrían reducirse a tres las cuestiones que conformarían la estructura básica de nuestro sentido de vida: de qué vamos a vivir, para qué vamos a vivir y cómo queremos convivir. Son éstas las que nos han interesado. Puesto que con las respuestas que a lo largo de la historia hemos dado a esas tres cuestiones (y a sus múltiples derivadas) hemos ido configurando nuestro gizabidea como identidad individual-grupal, y lo hemos ido adaptando dinámicamente a las cambiantes circunstancias históricas.
Aunque esas tres demandas siguen siendo determinantes para el desarrollo de la vida humana en las sociedades modernas, el conocimiento de la experiencia histórica no nos lleva a querer reproducirla miméticamente. Sin embargo, renunciar a trasmitirla supondría negar a las nuevas generaciones perspectivas que pueden ser perfectamente válidas para que diseñen un futuro que sea más valioso que el presente. En este sentido, es muy ilustrativa la analogía que propuso Jorge Oteiza: «El que avanza creando algo nuevo lo hace como un remero mirando hacia atrás, hacia el pasado, hacia lo existente para poder reinventar sus claves«.
CONVERGENCIAS VIABLES. En esta última parte de la serie Gizabidea, procuraremos sintetizar los contenidos más relevantes de las cuatro anteriores. En aquellos nos acercábamos a los ámbitos estructurantes de la vida social moderna (el institucional-público, el cívico-social y el socioeconómico), que son en los que se desarrolla la dialéctica de preguntas/demandas y respuestas/satisfacciones que, siguiendo la propuesta de Garmendia, configuran la dinámica cultural.
En la sociedad vasca moderna se reconoce, sin duda, una heterogeneidad interna, con corrientes y tradiciones que se mueven en distintas direcciones, lo que no debería ser obstáculo para lograr ‘convergencias viables’ que podrían convertirse en valores comunales. Tal y como postularía Arizmendiarrieta, el despliegue de una rivalidad sana entre ellas, lejos de ser explosivo, podría ser “caudal aprovechable [para] servir intereses comunes universales en el tiempo y en el espacio”.
Que Arizmendiarrieta y su legado sean, precisamente, una de las imágenes más visibles de la cultura tradicional que ha triunfado en la actualidad, otorga plena credibilidad a nuestro planteamiento. Por lo tanto, se puede concluir que el estudio de la experiencia histórica vasca merece la pena. Y que de la recuperación de su sustancia más destacable podría derivarse la mejor contribución a la materialización actual de aquellas ‘convergencias viables’.
LA BUENA GOBERNANZA EN EL ÁMBITO INSTITUCIONAL-PÚBLICO. En el artículo dedicado a este tema señalábamos el alejamiento progresivo entre instituciones públicas y sociedad. En lo que a Euskadi se refiere, aludíamos a la demanda de un nuevo estatus político y al esfuerzo por la implantación de fórmulas de buen gobierno.
En este apartado, en cuanto alcanza hacia fuera a la relación administración-sociedad, subrayábamos la referencialidad del Eskubide historikoa, que implica una concepción más dúctil que la del rígido, jerárquico y uniformizador derecho indoeuropeo-latino-jacobino. Esa referencia explícita en los ordenamientos vascos, legitima la vigencia de los instrumentos que contiene, que buscan poner freno al poder central. Estos instrumentos son el pacto y el pase forales, para cuyo ejercicio se requiere una sociedad activa altamente motivada, y unas instituciones resilientes.
Y hacia dentro, el sistema institucional asociado al Eskubide historikoa está organizado para impedir el abuso del poder público, con un reparto de poder de signo federativo. Creemos que las nuevas fórmulas de buena gobernanza que se están queriendo implantar siguen en esa línea de poner coto a la inclinación de poder hacia la verticalidad, buscando recuperar la idea tradicional del agintaritza.
Hay numerosos estudios que parangonan estas técnicas modernas de governance con las que regían en las comunidades tradicionales, en las que se buscaba proteger a las personas y su modo de vida frente a la administración. Por ejemplo, podemos citar a Juan Cruz Allí, para el que “estos logros recientes [de la gobernanza] estaban ya vigentes, en la dimensión de una pequeña comunidad, en el régimen de la vecindad del Valle de Roncal”. Debiéramos significar de nuevo que la buena gobernanza exige una sociedad activa que valore sus instituciones públicas como instancias que pertenecen a su patrimonio comunal.
REDES DE COMPROMISO CÍVICO-SOCIAL. Hemos destacado la trabazón del tejido tradicional vasco, cuyos nodos conceptuales principales son: la idea de libertad asociada al cumplimiento de deberes (buru-jabetza), la igualdad civil (aiton-semetza), la fraternidad comunitaria (vecindad), y la responsabilidad ante el futuro (etxaguntza).
Hemos constatado además que la fortaleza de la vida vecinal, con sus formas de cooperación articuladas en torno a la idea dominante del trabajo (auzolan, …), constituye uno de los exponentes principales del legado tradicional vasco. La casa y la vecindad son los reguladores principales de esta cultura. La antropología muestra que esta lógica no es parental, sino territorial. Las relaciones sociales, basadas en compromisos recíprocos, se establecen a partir del primer vecino (lehen auzo). Desde ahí se establecen redes de gran densidad participativa, cuya vitalidad procede de la fidelidad a los vínculos de proximidad.
Estos sedimentos de tradición que seguimos conservando son cada vez más apreciados por la sociología moderna. Para el vasco Imanol Zubero, son “prácticas ancestrales al servicio del futuro”. Y para el catalán Joan Subirats, el auzolan es una tradición organizativa que no puede perderse porque “una sociedad que cuida sus estructuras de reciprocidad y de solidaridad, es una sociedad mejor preparada para el futuro”. El norteamericano Robert Putnam llama ‘redes de compromiso cívico’ a estas costumbres de carácter comunitario, y resalta que crean un clima de confianza social recíproca, y salvaguardan el orden normativo.
LA EMPRESA COMO BIEN COMUNAL. Por lo que hemos visto hasta ahora, las preocupaciones tradicionales de los vascos no eran muy diferentes de las que son en la actualidad. Se quería tener confianza en la política pública, a la que se exigía que estuviese dirigida hacia las personas (“Erria jendearentzat, eta ez jendea erriarentzat”, Mokoroa –55.233). Pero, se confiaba más en las capacidades de la vecindad organizada, y se fomentaba lo social común en el ámbito que hoy llamaríamos cívico, de modo que sirviera a la vez para impedir la tentación de abusar del poder público y del dominio privado.
Hemos hablado también del predominio de lo social común sobre la idea de propiedad, en el disfrute de los bienes necesarios para vivir. Recordemos que los comunales vasco-navarros eran recursos definidos y regidos por su finalidad al servicio de la comunidad y de sus integrantes presentes y futuros, finalidad a la que estaba subordinado el régimen de propiedad. “Propietate pribatuaren ordez, besteekiko dagoen erantzukizuna eta zuzeneko lana agertzen dira ondasunekiko eskubideen oinarrian”, según Patxi Juaristi.
Ahora bien, puede parecer increíble que esta costumbre pueda transponerse a la realidad actual. En el mundo en el que vivimos parece imposible sobreponerse a la trampa de la propiedad y de su abuso. Además, ¿en qué medida es posible mantener hoy una filosofía que en realidad corresponde a una cultura rural?
En este ámbito, tenemos la gran ventaja de contar con la realidad cooperativa, en la que se respira “la huella de la ancestral cultura milenaria de los vascos” (Joseba Azkarraga Etxagibel). “Euskal Herrian mugimendu kooperatibista hain indartsua izatea mundo ikuskera horren adierazle eta ondorio dela uste dut”, abunda Jon Sarasua en el epílogo al excelente libro de Patxi Juaristi Euskaldunak eta Ondasunak. La imagen más representativa de esta experiencia ha sido José María Arizmendiarrieta, que ha abierto el camino a la transposición de esta filosofía rural relacionada con los bienes económicos a la realidad cooperativista moderna.
La experiencia cooperativa nos muestra a una empresa inserta en su ecosistema humano, al modo en que la Etxea integraba su Lantegia. La cultura del comunal ancestral no tiene por qué encerrarse en el espacio cooperativo. Es una cultura que ya se manifiesta en otras modalidades de empresa vasca, que no pertenecen al ámbito de Mondragón. Hay empresas participadas, abiertas a comprometerse con su territorio y con sus personas, sean éstas del presente o estén aún por nacer. De generalizarse esta filosofía que algunos menosprecian como rural, nuestro patrimonio comunal empresarial sería la mejor garantía de nuestra propia continuidad como pueblo.
ANTIGUOS Y MODERNOS. “Si nos quedamos con lo antiguo, ¿no acabaremos siendo anticuados?”, se preguntaba Pedro Uriarte al inicio de su obra. Apelaba al desafío al que nos llaman nuestros antepasados: cómo lograr que, sin dejar de ser un pueblo antiguo, consigamos ser “siempre un pueblo moderno”.
Si así ocurriera, se haría efectivo el buen augurio que el lingüista Hugo Schuchardt nos dirigió a los vascos en el Congreso de Estudios Vascos de Gernika de 1922: “Los vascos sois antiguos, pero no sois viejos… Os saludo como se saluda a la aurora”.
Buenas.
Me está gustando mucho esta serie de artículos. Soy lector del blog desde hace años. Me alegra mucho que el tema de la identidad vasca tenga un lugar prominente.
Me doy cuenta también que el nivel de presión por parte de comentaristas que vienen simplemente a reventar los contenidos de este blog ha decaído mucho. Es una lástima que haya gente nacionalista que se enzarce con ellos en disputas estériles.
Os ánimo a que sigáis en esta línea. Un saludo.
Urdaibai deberá reescribir el plan rector aprobado en septiembre
El pleno del Patronato tumba la norma básica de la Reserva solo diez meses después de ser aprobada
ARITZ ERDAIDE – Sábado, 15 de Julio de 2017 – Actualizado a las 06:09h
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Imagen de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai desde el aire.
Imagen de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai desde el aire. (Zigor Alkorta)
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BUSTURIA – El Plan Rector de Uso y Gestión -PRUG- de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai será modificado tras la revisión presentada en el mes de septiembre, según lo acordado ayer en una reunión del Patronato de Urdaibai. El Gobierno vasco aprobó la nueva hoja de ruta después de que el plan primigenio permaneciera en vigencia durante dos décadas -data de 1993-, aunque el nuevo texto fue rechazado hace dos semanas en el Parlamento vasco. Ese movimiento en el hemiciclo de Gasteiz ha conllevado que el máximo órgano rector de la zona natural no solo deje el PRUG en suspenso, sino que tenga que volver a reescribirse los próximos meses.
La decisión de iniciar la modificación del plan rector de Urdaibai viene motivada por una Proposición no de Ley aprobada por unanimidad en el Parlamento de Gasteiz el pasado 22 de junio, en la que se instaba al Gobierno vasco, entre otras cuestiones, a iniciar la elaboración de un nuevo plan rector en un plazo no superior a un mes. El vigente PRUG ha sido objeto también de tres recursos contencioso-administrativos ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, recursos que están en estos momentos en distintas fases en sede judicial.
El nuevo Plan Rector de Uso y Gestión del suelo no urbanizable de Urdaibai ha vivido un proceso de participación pública desde que diera comienzo su revisión en el ya lejano 2010. Durante el periodo de información pública para la realización de propuestas, se han realizado tres procesos de participación complementarios. El primero tuvo lugar en el año 2011 bajo el mandato del PSE, con la participación del colectivo científico-técnico. El segundo agrupó a los representantes municipales y se llevó a cabo de 2013 a 2014. El tercero, por último, tuvo como protagonista a la sociedad civil.
En la reunión mantenida ayer por el Patronato, la propuesta de acuerdo para el inicio del proceso de modificación del plan rector contó con el apoyo de todas las parte presentes menos con los del PNV, que votaron en contra. En total fueron 12 votos a favor -de los Ayuntamientos en poder de EH Bildu, ecologistas, forestalistas, Gobierno vasco y UPV-, seis en contra -consistorios y Diputación- y dos abstenciones -Unesco Etxea y Demarcación de Costas-. Los jeltzales justificaron su decisión en base a que “no hay ninguna normativa europea en relación a la gestión de las reservas de las biosferas que haya cambiado”, además de considerar una modificación “muy ambigua” del PRUG, ya que “no se concretan los términos o asuntos del mismo a modificar”. El PNV defendió la gestión acometida a la hora de presentar el nuevo plan el pasado septiembre, ya que “está desarrollado en base a las aportaciones que durante seis años han hecho numerosos expertos y profesionales, que con esta modificación caerían en saco roto”.
Tal y como señaló la viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno vasco, Elena Moreno, la modificación comenzará con “un informe jurídico-técnico para saber cual es la situación, incidiendo en aquellos aspectos que han sido más contestados a lo largo del proceso”. También tendrán en cuenta las alegaciones presentadas en el proceso de creación del ultimo plan y la situación en la que están. “Daremos una visualización a lo que serian estudios socio-económicos de impacto del propio plan porque habrá que darle una vuelta como primer paso”, afirmó.
EH Bildu, por su parte, denunció el doble juego del partido jeltzale. “El PNV ha intentado deshacer en Urdaibai lo que votó y apoyó en el Parlamento, aunque, afortunadamente, se ha quedado solo”, resaltaron. El parlamentario de EH Bildu Mikel Otero, subrayó la importancia del mandato parlamentario, a la vez que señalaba que “el PNV de ninguna manera quiere un plan rector distinto al actual”. El plan, por tanto, tendrá que volver a escribirse.
no entiendo la redacción me parece muy confusa…. , el timing ,las votaciones , lo que quiere el pnv….
Excelente serie, también yo os ánimo a que sigáis en esta línea.
La dificultad que yo percibo es que, también, a nuestra sociedad se le hace difícil imaginar una ordenación socio-económica que no esté cimentada en el derecho de propiedad. Lo que se discute normalmente es quien debe ser el titular de tal derecho, el individuo, el Estado u otra entidad.
Creo que las discusiones más importantes no se deben centrar tanto en el sujeto de propiedad, lo primero que se debe determinar es la finalidad productiva que se le va a dar a la empresa.
No habría que olvidar que, tan importante como la “propiedad”, en las cooperativas no son necesarios capital ni empresarios externos para generar riqueza y empleo.
Por supuesto que valoramos como básico que esto lo hayan hecho poniendo en funcionamiento valores humanistas, pero no deberíamos de creer que esto solo se puede hacer en las cooperativas. También deberíamos de tomar en cuenta lo dicho por el presidente de ADEGI: “Es un compromiso que asumimos los empresarios de Gipuzkoa, por el que unilateralmente nos comprometemos, nosotros los empresarios, nadie más, sin pedir nada a cambio, a ser transparentes, ofrecer información y participación a los trabajadores en la gestión y en los resultados”
Yo quiero tener en cuenta ademas de lo que afirma ADEGI lo que afirma Txiki Muñoz en representacion de la mayoria de los trabajadores:
¿Sobre la situación crítica de Fagor CNA qué piensas?
En este tipo de procesos si algo tienen como característica, aunque cada empresa es diferente, es la opacidad con la que se mueven. Da igual que sea mundo cooperativo, o que sea CEL, donde el Gobierno Vasco tenía un 40% de acciones, o Xey, donde tiene cerca 30%. Es igual que tengas o no participación para que te enteres por los periódicos de las decisiones empresariales.
¿Mandan los empresarios?
Claro. No decide Tapia. El Gobierno Vasco da subvenciones y ayudas a empresas en donde el Gobierno no hace una valoración rigurosa de si esos proyectos tienen una apuesta por el empleo y el futuro. El ejemplo es el de General Electric. Y en el tema Fagor CNA no hay un proceso abierto para determinar entre las dos empresas que se postularon. La que salió elegida fue aplaudida por el grupo cooperativo y por el Gobierno Vasco, y está en esa indefinición.
En lo que es política industrial hay que insistir, además, en lo que hace el Gobierno cuando es accionista. Empresas tractoras en las que ha vendido parte de su accionariado a fondos especulativos, por lo que hay que diferenciar la política industrial y la política de especulación, como ha sucedido en Euskaltel, y en distintas empresas. Y hay que cuestionar también dentro de una política industrial saludable el poder financiero que tienes al servicio de eso.
En este caso, hay que cuestionar Kutxabank. Es un banco comercial en donde no tiene compromiso real en relación a lo que es la política industrial. Lo de Kutxabank es un fracaso anunciado, porque vino Luis De Guindos a Bilbao y en una entrevista en Vocento ha dicho que Kutxabank va a salir a Bolsa. Desde ese punto de vista, Kutxabank gestiona mucho dinero de ahorradores vascos, más allá de su origen, lo que se vendió de la fusión de las cajas para terminar siendo un banco, no discutía que era público, de apoyo a la obra social, y la negociación colectiva en el ámbito vasco. Pero ha terminado de otra forma. Kutxabank se comporta…ha destruido 1.800 empleos desde que se ha privatizado y ha reducido en 90 millones el coste de personal.
Lo que leo que dice el imbécil de Txiki Muñoz me deja a cuadros.
Primera cuestión, no hay que ayudar a las empresas vascas (luego tampoco hay que ayudar a los trabajadores ni hay que reducir o paliar el paro, si somos coherentes con esa argumentación).
Segunda cuestión, guerra a Kutxabank. Los batasunos y sus aliados son especialistas en plantear la confrontación entre los vascos y contra las cosas vascas.
Kutxabank ha destruido empleos luego hay que destruirla. ¿Con estos a donde vamos?
Lo básico es determinar la finalidad productiva que se le va a dar a la empresa. En el caso de Fagor CNA , aunque las ventas han subido considerablemente, el problemas es que, además de unas previsiones de venta excesivamente optimistas para el primer año, una de las líneas de producción no ha funcionado. Lo importante es buscar un socio industrial que acierte en la finalidad industrial, no es ni un problema económico, ni de participación es algo distinto. La pena es que para esto con los sindicatos de confrontación no se puede contar, solo están a la espera del “cadáver”, luego participaran en la procesión y harán de plañideras, culpando de todo a los demás.
De todas formas aunque lo importante en este momento es dar solución a la empresa, no deberíamos de olvidar, como dice Juan Manuel Sinde, “el éxito indiscutible en la recolocación de los socios cooperativistas que se quedaron sin trabajo de la noche a la mañana. Casi 2.000 trabajadores han encontrado soluciones razonables a su situación, la mayor parte de ellos en otras empresas cooperativas que han practicado así el valor de solidaridad, claramente diferencial respecto a otras realidades empresariales convencionales. La noticia del fracaso de la “multinacional cooperativa” debe incluir también, por tanto, que la práctica totalidad de sus trabajadores ha encontrado un futuro en otras empresas del grupo. Diferencial, ciertamente, nada desdeñable comparado con la actuación de otros grupos multinacionales.”
Soraya: «Euskadi contribuye a la estabilidad de España mediante los acuerdos con el PNV»
con ésta de socia , sí vamos , a categoría regional.
Categoría regional es donde están las iniciativas baturras, mientras el PNV, trabaja, pacta y consigue en beneficio de todos los vascos.
Ez da erraza jabetza eta propietatearen artean bereizten. Gure inguruko herrientzat propietatea indar-gunea, beraz, hedapena da; euskaldunontzat jabetza ardura da, aldiz, iraupena.
Bi idatzi hauek agian horretan lagunduko digute:
“Batzuetan iruditzen zait Euskal Herriaz hitz egiten dugunean atzean, fondoan, ideia hori daukagula konszienteak ez izan arren: gure arbasoek (gaur egungo adibideak ahaztu gabe) baserriarekin, etxekoekin eta bizilagunekin zeukaten harremana. Baserria ezin da saldu. Baserria ez da zurea, zurea izan arren. Zurea ardura da, zure gurasoek pasa dizutena zure ondorengoei ondo edo hobeto pasatzeko erantzunkizuna. Hau da, ezin dugula Euskal Herria txikitu, zatitu, puskatu, kutsatu, ito. Euskal Herria ez baita gurea, gurea izan arren; gurea ardura da.” (Beñat Hach Embarek)
«Norbanako propietatea egon bazegoen, baina hein berean jabetza kolektiboak garrantzi handia zeukan. Izan ere, baserria inoiz ez zen banatzen jabeen artean, zaindu eta hobetu egiten zen hurrengo belaunaldietara igaro zedin. Jabetza baino, arduraren ideiak dauka pisu handiagoa: hurrengo belaunaldiari baserria egoera onean edo hobean emateko ardura» (Patxi Juaristi)
Barkatu, goiko bi erreferentziak Beñat Hach Embarekenak dira, Patxi Juaristirena hau da:
“Azkenik, ondasunekiko harremanen arauketan propietate pribatuak ohituraz garrantzi txikia izan duenaren adierazletzat jotzen da, etxe batetan maizter bezala bizi zirenek etxe horren propietatea balute bezala jokatzen zutela. Izan ere, zera azpimarratzen da, maizter egoeran bizi zirenek, baserria eta baserriko lurren erabilera betirako zenaren
kontzientzia zutela”
Hau ere Patxi Juaristirena da:
» están los escritos de los autores que defienden la existencia de un modo autóctono de relacionarse con los bienes, es decir, nos encontramos con investigaciones que defienden un modelo autóctono, propiamente vasco, en los modos de relacionarse con los bienes.
Para estos autores, la propiedad privada no ha existido tradicionalmente en Euskal Herria…«sencillamente porque en dichas experiencias rige el principio de que ‘aquí todo es de todos y nada es de nadie’, es decir, nadie tiene derecho de propiedad sobre nada»2. En este devenir, ha sido el sentido de responsabilidad y no la propiedad privada basada en los derechos de uso y abuso tanto de los bienes como de los frutos de los mismos (lus utendi, fruendí et abutendi), la que ha estado en la base de las relaciones con los bienes en Euskal Herria. Como señala Antonio Irala: «No existía propiedad de la tierra y el derecho al usufructo que se recibía no era otra cosa que una confianza de la mancomunidad a los descendientes de que sabrían administrar la propiedad con la misma rectitud de carácter con que lo hiciera el padre. El mérito no se heredaba, había que conquistarlo» (Andoni Irala, 1940-1950). Desde este punto de vista, lo que se heredaba no era la propiedad de los bienes que daba derecho al propietario a hacer con ellos lo que quisiera (ius abutendi), sino su disfrute y administración (ius utendi y fruendí}; es decir, lo que se transmite de generación en generación no es el derecho absoluto sobre los bienes sino que el compromiso de utilizarlos responsablemente: «…el bien raíz no puede desgajarse del tronco sin el consentimiento de todos. Sigue transmitiéndose en su integridad al hijo que en cada generación se considere más apto para conservarlo adecuadamente y hacer que fructifique. Este será su administrador, pero no el propietario según el criterio romano. No posee más que su disfrute y administración. Es el responsable de dicho bien como lo son todos los miembros de las familias restantes» (Lafourcade, 1986: 176).
Avanzar mirando hacia atrás, me parece un buen final para la serie.
1.- En una sociedad vasca cada día más plural y diversa.
2.- Donde los cambios son tan acelerados que dificultan visualizar referencias sólidas.
3.- El humanismo individual-grupal puede ser válido para desarrollar una cohesión identitaria con futuro, sin romper con el pasado (mirando hacia atrás).
Mi felicitación por un buen trabajo y por rescatar del olvido las tesis de Uriarte.